Frases de Michel Foucault
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Paul-Michel Foucault , fue un filósofo, historiador, sociólogo y psicólogo francés. Fue profesor en varias universidades francesas y estadounidenses y catedrático de Historia de los sistemas de pensamiento en el Collège de France , en reemplazo de la cátedra de Historia del pensamiento filosófico, que ocupó hasta su muerte Jean Hyppolite. El 12 de abril de 1970, la asamblea general de profesores del Collége de France eligió a Michel Foucault, que por entonces tenía 43 años, como titular de la nueva cátedra. Su trabajo ha influido en importantes personalidades de las ciencias sociales y las humanidades.

Foucault es conocido principalmente por sus estudios críticos de las instituciones sociales, en especial la psiquiatría, la medicina, las ciencias humanas, el sistema de prisiones, así como por su trabajo sobre la historia de la sexualidad humana. Sus análisis sobre el poder y las relaciones entre poder, conocimiento y discurso han sido ampliamente debatidos. En los años sesenta, Foucault estuvo asociado al estructuralismo, un movimiento del que se distanció más adelante, aunque haya usado de un modo personal los métodos de dicho enfoque: Las palabras y las cosas puede entenderse como una crítica a la pretensión sígnica, dejando de lado su interés por las condiciones de modificación histórica del sentido.[1]​ En ulteriores trabajos y cursos desarrolló conceptos como biopoder y biopolítica,[2]​ de especial relevancia en la obra de pensadores políticos contemporáneos como Antonio Negri,[3]​ Michael Hardt,[3]​ Giorgio Agamben y Roberto Esposito.[4]​

Foucault rechazó las etiquetas de posestructuralista y posmoderno, que le eran aplicadas habitualmente, prefiriendo clasificar su propio pensamiento como una crítica histórica de la modernidad con raíces en Immanuel Kant. En el texto «¿Qué es la ilustración?» definió mejor su proyecto teórico como una ontología crítica de la actualidad siguiendo la impronta kantiana.

Fue influido profundamente por la filosofía alemana, en especial por la obra de Friedrich Nietzsche. Precisamente, su «genealogía del conocimiento» es una alusión directa a la idea nietzscheana de «la genealogía de la moral». En una de sus últimas entrevistas afirmaría: «Soy un nietzscheano».[5]​ Reconocería también una deuda con el pensamiento de Martin Heidegger y sus críticas al sujeto cartesiano y la techné occidental: «Heidegger ha sido un filósofo esencial para mí», declararía en junio de 1984,[6]​ aunque criticaría varias veces posiciones esenciales de Heidegger tales como su interpretación de la historia de la verdad en occidente como un olvido del ser.[7]​

En el año 2007 Foucault fue considerado por el The Times Higher Education Guide como el autor más citado del mundo en el ámbito de humanidades en dicho año.[8]​ Foucault murió en París de complicaciones por VIH. Su pareja, Daniel Defert, comenzó la fundación AIDES en su honor. Wikipedia  

✵ 15. octubre 1926 – 25. junio 1984
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Frases célebres de Michel Foucault

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“No me pregunten quién soy, ni me pidan que siga siendo el mismo.”

Fuente: Arqueología del saber.

Michel Foucault Frases y Citas

“Foucault —siempre hablando de aquellos tres «fundadores de discurso»— dice que Marx no se limita a interpretar a la sociedad burguesa, sino a la interpretación burguesa de la sociedad (por eso El capital no es una economía política, sino una crítica de la economía política); que Freud no interpreta el sueño del paciente, sino el relato que el paciente hace de su sueño (y que ya constituye, desde luego, una «interpretación», en el sentido vulgar o «silvestre»); que Nietzsche no interpreta a la moral de Occidente, sino al discurso que Occidente ha construido sobre la moral (por eso hace una genealogía de la moral). Se trata, siempre, de una interpretación que hace ver que esos discursos que examina son, justamente, interpretaciones —«producciones» de sentido— y no meros objetos complicados a descifrar, con un sentido dado desde siempre que sólo se trata de re-descubrir. Lo que hacen los tres, nuevamente es intervenir sobre una construcción simbólica no para mostrar su transparencia originaria, sino al revés, para producirla como opacidad; no para descifrarla, sino al revés, para otorgarle su carácter de cifra, su «artificialidad», es decir, para desnaturalizarla en su función de «sentido común», y para desnaturalizar, también, la relación de ese discurso con los sujetos que ha producido como soportes de su propia reproducción. Se trata, en fin, de quebrar esa armonía y ese bienestar, de transformar al sujeto, mediante la interpretación, en insoportable para su propio discurso y quizá dejarlo, momentáneamente, sin palabras.”

نیچه , فروید , مارکس

“Lo que también me parece interesante y durante mucho tiempo representó un problema para mí es que, una vez más, no encontramos simplemente en el plano del Estado socialista ese mismo funcionamiento del racismo, sino también en las diferentes formas de análisis o proyectos socialistas, a lo largo de todo el siglo XIX, y, me parece alrededor de esto: en el fondo, cada vez que un socialismo insistió, sobre todo, en la transformación y paso del Estado capitalista al Estado socialista (en otras palabras, cada vez que buscó el principio de la transformación en el nivel de los procesos económicos), no necesitó el racismo, al menos en lo inmediato. En cambio, en todos los momentos en que el socialismo se vio obligado a insistir en el problema de la lucha, la lucha contra el enemigo, la eliminación del adversario dentro mismo de la sociedad capitalista; cuando se trata por consiguiente, de pensar el enfrentamiento físico con el adversario de clase en la sociedad capitalista, el racismo resurgió, porque era la única manera que tenía un pensamiento socialista, que de todas formas estaba muy ligado al tema del biopoder, de pensar la razón de matar al adversario. Cuando se trata simplemente de eliminarlo económicamente, de hacerle perder sus privilegios, el racismo no hace falta. Pero desde el momento en que hay que pensar que vamos a estar frente a frente, y que será preciso combatirlo físicamente, arriesgar la vida y procurar matarlo, el racismo es necesario”

É Preciso Defender a Sociedade. Curso no Collège de France, 1976

“Es feo ser digno de castigo, pero poco glorioso castigar.”

Fuente: Vigilar y castigar.

“Todo el pensamiento moderno es permeado por la idea de pensar lo imposible.”

quinta conferencia dictada en la universidad de Río de Janeiro (25 de mayo de 1973).
Fuente: La verdad y las formas jurídicas.

“Donde hay poder, hay resistencia…”

Foucault, Historia de la sexualidad: Vol. 1: La voluntad de saber, p. 116.
Citado en Foucault y el cuidado de la libertad (2008)
Fuente: Castro Orellana, Rodrigo. Foucault y el cuidado de la libertad, p. 445. Lom Ediciones, 2008. https://books.google.es/books?id=Tf3TIzEotLQC&pg=PA445&dq=Donde+hay+poder,+hay+resistencia%C2%BB&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiS9I-zv53iAhWGxYUKHUVdC2QQ6AEIKDAA#v=onepage&q=Donde%20hay%20poder%2C%20hay%20resistencia%C2%BB&f=false En Google Books. Consultado el 15 de mayo de 2019.

Michel Foucault: Frases en inglés

“The disappearance of public executions marks therefore the decline of the spectacle; but it also marks a slackening of the hold on the body.”

Michel Foucault libro Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión

Fuente: Discipline and Punish (1977), Chapter One, The Spectacle of the Scaffold

“There are moments in life where the question of knowing whether one might think otherwise than one thinks and perceive otherwise than one sees is indispensable if one is to continue to observe or reflect… What is philosophy today… if it does not consist in, instead of legitimizing what we already know, undertaking to know how and how far it might be possible to think otherwise?… The ‘essay’ —which must be understood as a transforming test of oneself in the play of truth and not as a simplifying appropriation of someone else for the purpose of communication—is the living body of philosophy, if, at least, philosophy is today still what it was once, that is to say, an askesis, an exercise of the self, in thought.”

Il y a des moments dans la vie où la question de savoir si on peut penser autrement qu’on ne pense et percevoir autrement qu’on ne voit est indispensable pour continuer à regarder ou à réfléchir… Qu’est-ce donc que la philosophie aujourd’hui… si elle ne consiste pas, au lieu de légitimer ce qu’on sait déjà, à entreprendre de savoir comment et jusqu’où il serait possible de penser autrement ?… L’ « essai »—qu’il faut entendre comme épreuve modificatrice de soi-même dans le jeu de la vérité et non comme appropriation simplificatrice d’autrui à des fins de communication—est le corps vivant de la philosophie, si du moins celle-ci est encore maintenant ce qu’elle était autrefois, c’est-à-dire une « ascèse », un exercice de soi, dans la pensée.
Vol. II : L’usage des plaisirs p. 15-16.
History of Sexuality (1976–1984)

“Discourses are tactical elements or blocks operating in the field of force relations; there can exist different and even contradictory discourses within the same strategy; they can, on the contrary, circulate without changing their form from one strategy to another, opposing strategy.”

Les discours sont des éléments ou des blocs tactiques dans le champ des rapports de force; il peut y en avoir de différents et même de contradictoires à l'intérieur d'une même stratégie; ils peuvent au contraire circuler sans changer de forme entre des stratégies opposées.
Vol I, pp. 101-102
History of Sexuality (1976–1984)

“The public execution, then, has a juridico-political function. It is a ceremonial by which a momentarily injured sovereignty is reconstituted.”

Michel Foucault libro Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión

Fuente: Discipline and Punish (1977), Chapter One, The Spectacle of the Scaffold
Contexto: The public execution, then, has a juridico-political function. It is a ceremonial by which a momentarily injured sovereignty is reconstituted. It restores that sovereignty by manifesting it at its most spectacular. The public execution, however hasty and everyday, belongs to a whole series of great rituals in which power is eclipsed and restored (coronation, entry of the king into a conquered city, the submission of rebellious subjects); over and above the crime that has placed the sovereign in contempt, it deploys before all eyes an invincible force. Its aim is not so much to re-establish a balance as to bring into play, as its extreme point, the dissymmetry between the subject who has dared to violate the law and the all-powerful sovereign who displays his strength.

“A critique is not a matter of saying that things are not right as they are. It is a matter of pointing out on what kinds of assumptions, what kinds of familiar, unchallenged, unconsidered modes of thought the practices that we accept rest.”

“Practicing criticism, or, is it really important to think?”, interview by Didier Eribon, May 30-31, 1981, in Politics, Philosophy, Culture, ed. L. Kriztman (1988), p. 155

“There can be no doubt that the existence of public tortures and executions were connected with something quite other than this internal organization. Rusche and Kirchheimer are right to see it as the effect of a system of production in which labour power, and therefore the human body, has neither the utility nor the commercial value that are conferred on them in an economy of an industrial type. Moreover, this ‘contempt’ for the body is certainly related to a general attitude to death; and, in such an attitude, one can detect not only the values proper to Christianity, but a demographical, in a sense biological, situation: the ravages of disease and hunger, the periodic massacres of the epidemics, the formidable child mortality rate, the precariousness of the bio-economic balances – all this made death familiar and gave rise to rituals intended to integrate it, to make it acceptable and to give a meaning to its permanent aggression. But in analysing why the public executions survived for so long, one must also refer to the historical conjuncture; it must not be forgotten that the ordinance of 1670 that regulated criminal justice almost up to the Revolution had even increased in certain respects the rigour of the old edicts; Pussort, who, among the commissioners entrusted with the task of drawing up the documents, represented the intentions of the king, was responsible for this, despite the views of such magistrates as Lamoignon; the number of uprisings at the very height of the classical age, the rumbling close at hand of civil war, the king’s desire to assert his power at the expense of the parlements go a long way to explain the survival of so severe a penal system.”

Michel Foucault libro Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión

Fuente: Discipline and Punish (1977), pp. 51

“I try to carry out the most precise and discriminative analyses I can in order to show in what ways things change, are transformed, are displaced. When I study the mechanisms of power, I try to study their specificity… I admit neither the notion of a master nor the universality of his law. On the contrary, I set out to grasp the mechanisms of the effective exercise of power; and I do this because those who are inserted in these relations of power, who are implicated therein, may, through their actions, their resistance, and their rebellion, escape them, transform them—in short, no longer submit to them. And if I do not say what ought to be done, it is not because I believe there is nothing to be done. Quite on the contrary, I think there are a thousand things to be done, to be invented, to be forged, by those who, recognizing the relations of power in which they are implicated, have decided to resist or escape them. From this point of view, my entire research rests upon the postulate of an absolute optimism. I do not undertake my analyses to say: look how things are, you are all trapped. I do not say such things except insofar as I consider this to permit some transformation of things. Everything I do, I do in order that it may be of use.”

Quand j’étudie les mécanismes de pouvoir, j’essaie d’étudier leur spécificité… Je n’admets ni la notion de maîtrise ni l’universalité de la loi. Au contraire, je m’attache à saisir des mécanismes d’exercise effectif de pouvoir ; et je le fais parce que ceux qui sont insérés dans ces relations de pouvoir, qui y sont impliqués peuvent, dans leurs actions, dans leur résistance et leur rébellion, leur échapper, les transformer, bref, ne plus être soumis. Et si je ne dis pas ce qu’il faut faire, ce n’est pas parce que je crois qu’il n’y a rien à faire. Bien au contraire, je pense qu’il y a mille choses à faire, à inventer, à forger par ceux qui, reconnaissant les relations de pouvoir dans lesquelles ils sont impliqués, ont décidé de leur résister ou de leur échapper. De ce point de vue, toute ma recherche repose sur un postulat d’optimisme absolu. Je n’effectue pas mes analyses pour dire : voilà comment sont les choses, vous êtes piégés. Je ne dis ces choses que dans la mesure où je considère que cela permet de les transformer. Tout ce que je fais, je le fais pour que cela serve.
Dits et Écrits 1954–1988 (1976) Vol. II, 1976–1988 edited by Daniel Defert and François Ewald, p. 911-912

“The criticism of the reformers was directed not so much at the weakness or cruelty of those in authority, as at a bad economy of power.”

Michel Foucault libro Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión

Fuente: Discipline and Punish (1977), Chapter Two, pp.. 79

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