Frases de Antonio Porchia

“Un corazón grande se llena con poco.”

“Qué te he dado, lo sé. Qué has recibido, no lo sé.”

“Que tuve todo lo sé, no por lo que tuve. Lo sé porque después no tuve más.”

“Hay dolores que han perdido la memoria y no recuerdan por qué son dolores.”

“Vengo de morirme, no de haber nacido. De haber nacido me voy.”

“Hombres y cosas, suben, bajan, se alejan, se acercan. Todo es una comedia de distancias.”

“El hombre no va a ninguna parte. Todo viene al hombre, como el mañana.”

“El hombre, cuando es solo lo que parece ser, el hombre, no es casi nada.”

“Cien hombres, juntos, son la centésima parte de un hombre.”

“El hombre, cuando sabe que es una cosa cómica, no ríe.”

“Algunas cosas se hacen tan nuestras que las olvidamos.”

“Si nunca me olvidase de nada de lo que hay en vos, nunca hallaría nada nuevo en vos.”

“Saber morir cuesta la vida.”

“Si yo diera la vida, ¿qué podría darte?”

“Mis muertos siguen sufriendo el dolor de la vida en mí.”

“Herir al corazón es crearlo.”

“Me es más fácil ver todas las cosas como una cosa sola, que ver una cosa como una cosa sola.”

“Sí, es necesario padecer, aun en vano, para no vivir en vano.”

“Han dejado de engañarte, no de quererte. Y te parece que han dejado de quererte.”

“El mal, débil, me agita; fuerte, me calma.”

“La verdad tiene muy pocos amigos y los muy pocos amigos que tiene son suicidas.”

“Tú crees que me matas; yo digo que te suicidas.”

“Cuando tu dolor es un poco mayor que mi dolor, me siento un poco cruel.”

“Se me abre una puerta, entro y me hallo con cien puertas cerradas.”

“El frío es un buen consejero, pero es frío.”

“El mal no lo hacen todos, pero acusa a todos.”

“Lo que dicen las palabras no dura. Duran las palabres. Porque las palabras son siempre las mismas y lo que dicen no es nunca lo mismo.”

“Mi pesadez viene de los precipicios.”

“Las pequeñeces son lo eterno, y lo demás, todo lo demás, lo breve, lo muy breve.”

“Percibimos el vacío, llenándolo.”

“A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad.”

“Buscando lo que deseo voy perdiendo el deseo de lo que busco.”

“Dirán que andas por un camino equivocado si andas por tu camino.”

“Quien me tiene por un hilo no es fuerte, fuerte es el hilo.”

“El humano juzga todo en el minuto presente sin entender que juzga solo un minuto: el minuto presente.”

“Quien ama sabiendo por qué ama… no ama”

“Antes de recorrer mi camino yo era mi camino.”

“Mi padre, al irse, le regaló medio siglo a mi infancia.”

“Nadie entiende que lo has dado todo. Debes dar más.”

“En un alma llena cabe todo y en un alma vacía no cabe nada. ¡Quién comprende!”

“Pequeño es aquel que para mostrarse, esconde.”

“Cada uno creo que sus cosas no son como todo las cosas de este mundo. Y es por ello que cada uno tiene sus cosas.”

“No vez el río de llanto porque la falta una lágrima tuya.”

“Para poder alcanzar ciertas alturas, no las bajo: las levanto más.”

“Nada no es solamente nada. Es también nuestra cárcel.”

“Hasta las flores, para emanar sus perfumes, han menester morirse un poco.”

“Las cadenas que más nos encadenan son las cadenas que hemos roto.”

“El matador de almas no mata cien almas; mata una alma sola, cien veces.”

“No hallé como quien ser, en ninguno. Y me quedé, así: como ninguno.”

“Quien busca en su bien un bien mayor, pierde su bien.”

“Nadie puede no ir más allá. Y más allá hay un abismo.”

“Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abismo.”

“Está triste, porque te abandonan y no estás caído.”

“Cerca de mí no hay más que lejanías.”

“En mi silencio sólo falta mi voz.”

“Cuando busco mi existencia, no la busco en mí.”

“Mis partículas de tiempo juegan con la eternidad.”

“Situado en alguna nebulosa lejana hago lo que hago, para que el equilibrio universal de que soy parte no pierda el equilibrio.”

“Palabras que me dijeron en otros tiempos, las oigo hoy.”

“Cuando rompo algunas de las cadenas que me encadenan, siento que me disminuyo.”

“Si pudieras salir de tus penas y salieras de tus penas, ¿sabrías adonde ir fuera de tus penas?”

“Las certidumbres sólo se alcanzan con los pies.”

“Con mi encadenamiento a la tierra pago la libertad de mis ojos.”

“Y seguiré eliminando las palabras malas que puse en mi todo, aunque mi todo se quede sin palabras.”

“No tienes nada y me darías un mundo. Te debo un mundo.”

“He llegado a un paso de todo. Y aquí me quedo, lejos de todo, un paso.”