Frases sobre autopista

Una colección de frases y citas sobre el tema del autopista, vida, vida, veces.

Frases sobre autopista

Billie Joe Armstrong Foto
José Saramago Foto
Diego Armando Maradona Foto
José María Aznar Foto

“Es como esos letreros, que uno ve cuando pasa por las autopistas que dicen 'No podemos conducir por ti'; y yo siempre pienso: ¿y quién te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mí? Pues eso es lo mismo, quien te ha dicho a ti… las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber? Déjeme que las beba tranquilo, mientras no ponga en riesgo a nadie ni haga daño a los demás.”

José María Aznar (1953) político español

"A mí no me gusta que me digan: no puede ir usted a más de tanta velocidad, no puede usted comer hamburguesas de tanto, debe usted evitar esto y además a usted le prohíbo beber vino."
4 de mayo de 2007, en Valladolid, discurso al recibir la medalla de honor de la Academia del Vino de Castilla y León.
Ex presidente
Fuente: Prensa española, como Diario de León http://www.diariodeleon.es/se_nacional/noticia.jsp?CAT=102&TEXTO=5776778 y nota de Colpisa http://www.colpisa.com/motor/motor.php?seccion=48&id_noticia=203159&fecha_tema=. Vídeo de Cuatro en Youtube http://www.youtube.com/watch?v=GUy4fwKSLzc

Óscar Berger Foto
María Seguí Gómez Foto

“Cuando tengo opción entre una carretera y una autopista de pago, yo escojo la de pago, hago una inversión en salud.”

María Seguí Gómez (1967) profesora universitaria española

Fuente: “Entre una carretera y una autopista de pago, yo escojo la de pago” http://politica.elpais.com/politica/2012/06/23/actualidad/1340469702_935659.html, El País, 23 de junio de 2012

Stephen King Foto

“La muerte podía estar en una bolsa de cacahuetes, en un trozo de carne que se te atravesara, en el siguiente paquete de cigarrillos. Siempre te andaba rondando, de guardia en todas las estaciones de control entre lo mortal y lo eterno. Agujas infectadas, insectos venenosos, cables mal aislados, incendios forestales. Patines que lanzaban a intrépidos chiquillos a cruces muy transitados. Cada vez que te metes en la bañera para darte una ducha, Oz te acompaña: ducha para dos.

Cada vez que subes a un avión, Oz lleva tu misma tarjeta de embarque. Está en el agua que bebes y en la comida que comes. «¿Quién anda ahí?», gritas en la oscuridad cuando estás solo y asustado, y es él quien te responde: Tranquilo, soy yo. Eh, ¿cómo va eso? Tienes un cáncer en el vientre, qué lata, chico, sí que lo siento. ¡Cólera! ¡Septicemia! ¡Leucemia! ¡Arteriosclerosis! ¡Trombosis coronaria! ¡Encefalitis! ¡Osteomielitis! ¡Ajajá, vamos allá!

Un chorizo en un portal, con una navaja en la mano. Una llamada telefónica a medianoche. Sangre que hierve con ácido de la batería en una rampa de salida de una autopista de Carolina del Norte. Puñados de píldoras: anda, traga. Ese tono azulado de las uñas que sigue a la muerte por asfixia; en su último esfuerzo por aferrarse a la vida, el cerebro absorbe todo el oxígeno que queda en el cuerpo, incluso el de las células vivas que están debajo de las uñas.

Hola, chicos, me llamo Oz el Ggande y Teggible, pero podéis llamarme Oz a secas. Al fin y al cabo, somos viejos amigos. Pasaba por aquí y he entrado un momento para traerte este pequeño infarto, este derrame cerebral, etcétera; lo siento, no puedo quedarme, tengo un parto con hemorragia y, luego, inhalación de humo tóxico en Omaha.


Y la vocecita sigue gritando: «¡Te quiero, Tigger, te quiero! ¡Creo en ti, Tigger! ¡Siempre te querré y creeré en ti, y seguiré siendo niña, y el único Oz que habitará en mi corazón será ese simpático impostor de Nebraska! Te quiero…».


Vamos patrullando, mi hijo y yo…, porque lo que importa no es el sexo ni la guerra, sino la noble y terrible batalla sin esperanza contra Oz, el Ggande y Teggible.”

Pet Sematary

Don Winslow Foto
Haruki Murakami Foto
Julio Cortázar Foto

“Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos,
un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 de
Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del
Newsweek, el cuento del gato con botas,

el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier
cosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a qué
pero llegar,

llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en
una hora final descubras que caminaste volaste corriste
reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre
tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario
o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y
de caspa

en vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta
con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un
niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento
de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que
sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa
saga de ser hombre.

No hay discurso del método, hermano, todos los mapas
mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en
este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste,
dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado por
la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y
horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos
despedidos por tarjeta,
dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin
cáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dónde
está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin
cenizas de uranio,

de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí
afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás
y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso
que en plena noche te sume en la maraña turbia de las
pesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muerto
o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas
te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la
traición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantano
viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde
estaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absoluta
para mostrarte el camino, para orientar esa mano que
ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante,

porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con
las rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta la
garganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado,
punto de partida que es llegada.

Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado
de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano.
Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede
partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un
golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de
Scriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.”

Julio Cortázar (1914–1984) escritor argentino
Jean Baudrillard Foto
Björk Foto

“Sí, tengo una rutina en la que salgo a caminar y puedo trabajar en mis melodías. De hecho, uso los canales, pero luego descubrí que cuando voy a la piscina en Westbourne Grove puedo caminar, están todos estos túneles debajo de la autopista. Son bastante tranquilos para trabajar con mis melodías en realidad. Tienen un eco muy bonito. Tengo que ir a un lugar donde no haya nadie, o me arrestarán y me encerrarán. En Islandia, aunque estés en la capital, siempre puedes caminar cinco minutos y estar sola. Así es como he trabajado en mis melodías desde que era una niña.”

Björk (1965) cantautora, multiinstrumentista, compositora y productora islandesa

Original: «Yeah, I have a routine where I will go for walks and I can work on my melodies. I actually use the canals, but then I discovered because I go to the swimming pool in Westbourne Grove that I can walk through – there’s all these tunnels underneath the motorway. They’re quite good for working on my melodies actually. They’ve got a really nice echo. I sort of have to go somewhere where no one is, or they’ll arrest me and put me away. In Iceland, even though you’re in the capital you can always walk for five minutes and you’re on your own. That’s kinda how I’ve worked on my melodies since I was a kid».
Fuente: Kevin EG Perry. Interview: Bjork talks privacy, punk, Lady Gaga and Biophilia. Publicado en Drowned in Sound el 9 de octubre de 2011. http://drownedinsound.com/in_depth/4143741-interview--bjork-talks-piracy-punk-lady-gaga-and-biophilia Consultado el 1 de marzo de 2019.

Jane Jacobs Foto

“Echemos una ojeada a lo que hemos construido con los primeros miles de millones que tuvimos a nuestra disposición: los barrios de viviendas baratas se han convertido en los peores centros de delincuencia, vandalismo y desesperanza social general, mucho peores que los viejos barrios bajos que intentábamos eliminar; los proyectos de construcción de grupos de viviendas de renta media -auténticas maravillas de monotonía y regimentalización- sellaron a cal y canto las perspectivas de una vida ciudadana llena de vitalidad y dinamismo; los barrios residenciales de lujo, que teóricamente debían mitigar la sordidez de las ciudades, o intentarlo al menos, son hoy escaparates de una insípida vulgaridad; y no hablemos de los centros culturales, en los cuales es difícil encontrar una buena biblioteca; o los centros cívico-recreativos, cuidadosamente evitados por todo el mundo a excepción de los vividores de rigor, esos que no tienen tantos remilgos como los demás para escoger sus lugares de esparcimiento; amén de los centros comerciales imitación sin lustre de los supermercados suburbiales y de todos esos paseos que no vienen de ningún sitio y no van a ninguna parte, pero que tampoco exhiben a ningún paseante; y esas autopistas que destripan las grandes ciudades… Esto no es reordenar las ciudades. Esto es, simplemente, saquearlas.”

Fuente: Jane Jacobs, The Death and Life of Great American Cities. (Edición original publicada por Random House, Inc., Nueva York. Traducción española de Ángel Abad, Muerte y vida de las grandes ciudades. 2. edición 1973 (1. ed. 1967), ) Ediciones Península, Madrid.