Frases sobre limon

Una colección de frases y citas sobre el tema del limon, vida, vida, naranja.

Frases sobre limon

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“Cuando el destino nos entregue un limón, tratemos de convertirlo en limonada.”

Dale Carnegie (1888–1955) empresario y escritor estadounidense

como suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida

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“Hay probabilidad de que si te pones debajo de un árbol te caiga un limón.”

Sócrates (-470–-399 a.C.) filósofo griego clásico ateniense

Sin fuentes

“Si la vida te da un limón, haz limonada.”

Dale Carnegie (1888–1955) empresario y escritor estadounidense
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“Desde los ocho años cantaba. Mi papá me hacía cantar porque oía mis canciones, y las canciones viejas me las aprendía completitas. Me subía a un árbol y cantaba en un limón, ya tenía mis pasos marcados en el limón, para subirme.”

Flor Silvestre (1930) cantante y actriz mexicana

Fuente: «Flor Silvestre estrena documental en Guadalajara» http://www.vanguardia.com.mx/florsilvestreestrenadocumentalenguadalajara-2284072.html. Vanguardia. 12 de marzo de 2015.

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“Pienso cuando maduraban los limones. En el viento de febrero que rompía los tallos de los helechos, antes que el abandono los secara; los limones maduros que llenaban con su olor el viejo patio.
El viento bajaba de las montañas en las mañanas de febrero. Y las nubes se quedaban allá arriba en espera de que el tiempo bueno las hiciera bajar al valle; mientras tanto dejaban vacío el cielo azul, dejaban que la luz cayera en el juego del viento haciendo círculos sobre la tierra, removiendo el polvo y batiendo las ramas de los naranjos.
Y los gorriones reían; picoteaban las hojas que el aire hacía caer, y reían; dejaban sus plumas entre las espinas de las ramas y perseguían a las mariposas y reían. Era esa época.
En febrero, cuando las mañanas estaban llenas de viento, de gorriones y de luz azul. Me acuerdo.
Mi madre murió entonces.
Que yo debía haber gritado: que mis manos tenían que haberse hecho pedazos estrujando su desesperación. Así hubieras tú querido que fuera. ¿Pero acaso no era alegre aquella mañana? Por la puerta abierta entraba el aire, quebrando las guías de la yedra. En mis piernas comenzaba a crecer el vello entre las venas, y mis manos temblaban tibias al tocar mis senos. Los gorriones jugaban. En las lomas se mecían las espigas. Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines; que cerrara sus ojos a la luz de los días. ¿Pero por qué iba a llorar?”

Pedro Páramo

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