Frases sobre caudillo

Una colección de frases y citas sobre el tema del caudillo, guerra, guerra, pueblo.

Frases sobre caudillo

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“Un gran teórico resulta rara vez un gran caudillo.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Citas de Mein Kampf

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“Traducción: «Mantua me engendró; los calabreses me llevaron; hoy me tiene Parténope (Nápoles). Canté a los pastos, a los campos, a los caudillos.»”
Mantua me genuit; Calabri rapuere; tenet nunc Parthenope. Cecini pascua, rura, duces

Virgilio (-70–-19 a.C.) poeta romano, autor de la Eneida, las Bucólicas y las Geórgicas

«Mantua me genuit; Calabri rapuere; tenet nunc
Parthenope. Cecini pascua, rura, duces».
Epitafio

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“Tengo la evidencia de que en general el hombre, excepción hecha de casos singulares de talento, no debe actuar en política antes de los 30 años, porque hasta esa edad se está formando en su mentalidad una plataforma desde la cual podrá después analizar los diversos problemas políticos y definir su posición frente a ellos. Sólo entonces, después de haber adquirido una concepción ideológica fundamental y con esto logrado afianzar su propio modo de pensar acerca de los diferentes problemas de la vida diaria, debe o puede el hombre, conformado por lo menos así espiritualmente, participar en la dirección política de la colectividad en que vive. De otro modo corre el peligro de tener que cambiar un día de opinión en cuestiones fundamentales o de quedar - en contra de su propia convicción - estratificado en un criterio ya relegado por la razón y el entendimiento. El primer caso resulta muy penoso para él, personalmente, pues si él mismo vacila, no puede ya esperar le pertenezca en igual medida que antes la fe de sus adeptos, para quienes la claudicación del caudillo significa desconcierto y no pocas veces les provoca el sentimiento de una cierta vergüenza frente a sus adversarios políticos. En el segundo caso ocurre aquello que hoy se observa con mucha frecuencia: en la misma escala en que el Jefe perdió la convicción sobre lo que sostenía, su dialéctica se hace hueca y superficial, en tanto que se deprava en la elección de sus métodos. Mientras él personalmente no piensa ya arriesgarse en serio en defensa de sus revelaciones políticas (no se inmola la vida por una causa que uno mismo no profesa), las exigencias que les impone a sus correligionarios se hacen, sin embargo, cada vez mayores y más desvergonzadas, hasta el punto de acabar por sacrificar el último resto del carácter que inviste el Jefe y descender así a la condición del "político", es decir, a aquella categoría de hombres cuya única convicción es su falta de convicción, aparejada a una arrogante insolencia y a un arte refinadísimo en el mentir.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

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