Frases de Vicente Blasco Ibáñez
Vicente Blasco Ibáñez
Fecha de nacimiento: 29. Enero 1867
Fecha de muerte: 28. Enero 1928
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Vicente Blasco Ibáñez fue un escritor, periodista y político español.
Autores similares
Frases Vicente Blasco Ibáñez
„Cuando se viaja se abandonan las ciudades, por gratas que sean, con un sentimiento de alegría. Es la curiosidad que se despierta de nuevo, el instinto ancestral de cambio y movimiento, que llevamos en nosotros como herencia de nuestros remotísimos abuelos, nómadas incansables del mundo prehistórico ¿Qué habrá más allá? ¿Qué nos espera en la próxima etapa?...“
— Vicente Blasco Ibáñez
Oriente
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„Donde un hombre hace su fortuna y constituye su familia, allí está su verdadera patria“
— Vicente Blasco Ibáñez
Los cuatro jinetes del Apocalipsis
„Si alguna vez el pensamiento, desvelándose, le sugiere una crítica, la ahoga al momento por el miedo. La inquisición aún vive entre nosotros; no tememos a la hoguera, pero nos causa pavor el «qué dirán». La sociedad estacionada y refractaria a toda innovación es el Santo Oficio moderno. El que desentona, saliéndose de la general y monótona vulgaridad, se atrae las iras sordas de la gran masa escandalizada y sufre el castigo.“
— Vicente Blasco Ibáñez
La Catedral
„Un día la adornarán de piedras preciosas y se casará con un joven turco, al que sólo habrá visto de lejos, al través de una celosía, y con el que cruzará la palabra por vez primera en el momento de ser su esposa. La llevarán a una casa nueva, en la que vivirá como única señora si su marido no ama las costumbres antiguas, o en la que se confundirá con otras, iguales a ella en derechos, distintas a ella en alma, como si fuese de otro planeta. Su madre se extrañará de sus lágrimas y melancolías. Así vivió ella, así vivieron sus abuelas y todas las honradas damas temerosas de Dios. Pero la madre era feliz, abroquelada en su santa ignorancia: no la habían hecho morder el fruto embriagador de la cultura occidental... Y la infeliz reclusa de las tradiciones de su pueblo, asustada ante el porvenir, y mientras llega el momento del matrimonio, se consuela con la lectura, y devora las novelas francesas que llenan los escaparates de las librerías de la gran calle de Pera.“
— Vicente Blasco Ibáñez
Oriente
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„Sí, amigos, Leonora... Yo no he podido olvidarte.
Pero el entusiasmo con que dijo estas palabras se desvaneció ante la fría sonrisa de la artista.
- Amigos, eso es - dijo ella con lentitud; - amigos nada más. Entre nosotros hay un muerto que nos impide aproximarnos.
- ¿Un muerto? - preguntó Rafael, no comprendiendo a la artista.
- Sí; aquel amor que mataste... Amigos nada más; camaradas unidos con la complicidad del crimen.“
— Vicente Blasco Ibáñez
Entre naranjos
„El nuevo cura, agitado por la emoción, por la felicidad y por aquel ambiente cargado de asfixiantes perfumes, seguia la celebración de la misa como un autómata, guiado muchas veces por sus compañeros, sintiendo que las piernas le flaqueaban, que vacilaba su robusto cuerpo de atleta, y sostenido únicamente por el temor de que la debilidad le hiciera incurrir en algún sacrilegio. Como“
— Vicente Blasco Ibáñez
Noche de bodas
„El pastor, tenido por brujo, poseía la adivinación asombrosa de los ciegos. Apenas reconoció a Batiste pareció comprender toda su desgracia. Tentó con el palo la escopeta que estaba a sus pies, y volvió la cabeza, como si buscase en la oscuridad la barraca de Pimentó. Hablaba“
— Vicente Blasco Ibáñez
La barraca
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„Ustedes eran celtas miserables, sumidos en la vileza de una raza inferior y mestizados por el latinismo de Roma, lo que hacía aún más triste su situación. Afortunadamente, fueron conquistados por los godos y otros pueblos de nuestra raza, que les infundieron la dignidad de personas. No olvide usted, joven, que los vándalos fueron los abuelos de los prusianos actuales. De“
— Vicente Blasco Ibáñez
Los cuatro jinetes del apocalipsis
„Fué Chichí la que avisó con un grito: «¡Aquí... aquí!» Los viejos corrieron, temiendo caer á cada paso. Toda la familia se agrupó ante un montón de tierra que tenía la forma vaga de un féretro y empezaba á cubrirse de hierbas. En la cabecera, una cruz con letras grabadas profundamente á punta de cuchillo, obra piadosa de los compañeros de armas. «Desnoyers...» Luego, en abreviaturas militares, el grado, el regimiento y la compañía. Un“
— Vicente Blasco Ibáñez
Los cuatro jinetes del apocalipsis