Citas sobre la naturaleza y los animales.

Temas relacionados
Edvard Munch Foto

“De mi cuerpo podrido, las flores crecerán y yo estoy en ellas, y eso es la eternidad.”

Edvard Munch (1863–1944) pintor noruego

Original: «From my rotting body, flowers shall grow and I am in them, and that is eternity».
Fuente: Rohrer, Todd Andrew. Subconscious Demons and Conscious Delights, p. 28. Editorial iUniverse, 2009. ISBN 9781440153600 https://books.google.es/books?id=EzWhvTKuzTwC&pg=PA28&dq=From+my+rotting+body,+flowers+shall+grow+and+I+am+in+them,+and+that+is+eternity.&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjUqvrXpeHgAhVNzhoKHdaLC3EQ6AEIKDAA#v=onepage&q=From%20my%20rotting%20body%2C%20flowers%20shall%20grow%20and%20I%20am%20in%20them%2C%20and%20that%20is%20eternity.&f=false En Google Books.

Octavio Paz Foto
Pachacútec Foto
Alejandra Pizarnik Foto

“Mátenme al alba. Con cuchillos [ilegible] y con cuchillas oxidadas. Estaré en cuclillas esperando. Salva tu amor. No lo salves. Desafección y mierda violenta que aprendió a expresarse en nuestros días mediante fórmulas atroces como «hacer el amor» y «asumir la responsabilidad» y «negar el pasado» y «el hombre es lo que se hace». No hay más que la memoria, maravilla sin igual, horror sin semejanza. Hace mucho que me entregué a las sombras. Y no me contenta mi destino sombrío, mi destino asombrado. Me han asolado, me han agostado. Libérame de ti pues te amo y no estás. No me hables. No te apostes en mis rincones preferidos. Estás aquí. Me deliras. Me cortas las cintas de colores que me aliaban a las niñas que fui. Me abandonas loca furiosa, comiendo sombras furiosamente, girando convulsa con las manos espantadas, revolcándome en tu huida hasta los atroces orgasmos y gritos de bestia asesinada. Pero te amo. A ti te asumo, ante ti sin pasado ni relojes ni sonidos. Sucia y susurrante, leve, ingrávida, llena de sangre y de sustancias sexuales, húmeda, mojada, reventando de calor, de sangre que pide. Me dañas la columna vertebral, tantos días despeñada sobre tu cuerpo imaginado. Me dañas la cabeza que di contra las paredes porque no sabía qué hacer salvo esto: que debía golpearme y castigarme ya que tú no venías. Con tu sonrisa de paraíso exactamente situado en el tiempo y en el espacio. Con tus ojos que sonríen antes que tus labios. En tus ojos encuentro mi persona súbitamente reconstruida. En tus ojos se acumulan mis fragmentos que se unen apenas me miras. En tus ojos vivo una vida de aire puro, de respiración fiel. En tus ojos no necesito del conocimiento, no necesito del lenguaje. En tus ojos me siento y sonrío y hay una niña azul en el jardín de un castillo. Ahora que no estás me atrae la caída, la mierda, lo abyecto, lo denigrante. Salgo a la calle y siento la suciedad, la ruina. Entro en los bares más siniestros y tomo un vino como sangre coagulada, como menstruación, y me rodean brujas negras, perros sarnosos, viejos mutilados y jóvenes putos de ambos sexos. Yo bebo y me miro en el espejo lleno de mierda de moscas. Después no me veo más. Después hablo en no sé cuál idioma. Hablo con estos desechos que no me echan, ellos me aceptan, me incorporan, me reconocen. Recito poemas. Discuto cuestiones inverosímiles. Acaricio a los perros y me chupo las manos. Sonrío a los mutilados. Me dejo tocar, palpar, manos en mi cuerpo adolescente que tanto te gustaba por ser ceñido y firme y suave. («La lisura de tu vientre, tus caderas de efebo solar, tu cintura hecha a la medida de mis manos cerrándose, tus pechos de niña salvaje que los deja desnudos aun cuando llueve, tu sexo y tus gritos rítmicos, que deshacían la ciudad y me llevaban a una selva musical en donde todo confabulaba para que los cuerpos se reconozcan y se amen con sonidos de leves tambores incesantes. Esas noches en que hacíamos el amor debajo de las grandes palabras que perdían su sentido, porque no había más que nuestros cuerpos rítmicos y esenciales… Y ahora llueve y tengo náuseas y vomito casi todo el día y siempre que hay un olor espantoso en la calle, un olor a paquete olvidado, a muerto olvidado. Y tengo miedo. Eso quería decir: que no estás y tengo miedo.»)”

Alejandra Pizarnik (1936–1972) poeta argentina

Diarios: edición definitiva

Gabriel García Márquez Foto
Rick Riordan Foto
Carlos de Sigüenza y Góngora Foto

“Si exhala el sitio con fragancias bellas, si el campo vive con color suave, gozando en cada flor crespas centellas, que el cielo todo en Guadalupe cabe.”

Carlos de Sigüenza y Góngora (1645–1700) Humanista novohispano, escritor y polímata

Fuente: Sáinz de Medrano, Luis. Literatura hispanoamericana: Época virreinal. Editorial Alhambra, 1986. ISBN 9788420513034. p. 145.

Porfirio Díaz Foto

“Perro con hueso en la boca, ni muerde ni ladra.”

Porfirio Díaz (1830–1915) Presidente de México

Sin fuentes

Miguel de Unamuno Foto

“El hombre no se conforma con ser el animal más estúpido de la creación; encima se permite el lujo de ser el único ridículo.”

Augusto Monterroso (1920–2003) escritor hondureño

Fuente: José María Albaigès Olivart. Un siglo de citas. Planeta, 1997. ISBN 8423992543. p. 567.

Paul Masson Foto

“En virtud de la palabra, el hombre es superior al animal; por el silencio se supera a sí mismo.”

Paul Masson (1849–1896)

Variante: Con la palabra, el hombre supera a los animales, pero con el silencio se supera a sí mismo.

Andrés Bello Foto

“Sólo la unidad del pueblo y la solidaridad de sus dirigentes garantizan la grandeza de las naciones.”

Andrés Bello (1781–1865) poeta, filólogo, educador y jurista, venezolano.

Sin fuentes

Gerard Way Foto
Henry Van Dyke Foto
Samuel Butler Foto
José Cecilio del Valle Foto
Vicente Blasco Ibáñez Foto
Thomas Hardy Foto