Frases sobre exactitud

Una colección de frases y citas sobre el tema del exactitud, puede, decir, veces.

Frases sobre exactitud

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“Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.

Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.

No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.”

Juan Carlos Onetti (1909–1994) Escritor uruguayo

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“No creo que haya nada útil que los hombres pueden conocer con exactitud que no se pueda saber mediante la aritmética y el álgebra.”

Nicolás Malebranche (1638–1715)

Fuente: Nicolas Malebranche: Oeuvres, Vol. 2, 292g. Trans. J. L. Heilbron. Citado en: Electricity in the 17th and 18th Centuries: A Study of Early Modern Physics (1979), 42.

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“No es tarea del teorizante establecer el grado posible de realización de una idea, sino el saber exponerla; es decir, que el teorizante tiene que preocuparse menos del camino a seguir que de la finalidad perseguida. Lo decisivo es, pues, la exactitud de una idea en principio y no la dificultad que ofrezca su realización. Así, cuando el teorizante busca, en lugar de la verdad absoluta, tomar en consideración las llamadas "oportunidad" y "realidad", dejará éste de ser una estrella polar para transformarse en un recetador cotidiano. El teorizante de un Movimiento ideológico puntualiza la finalidad de éste; el político aspira a realizarla. El primero se subordina en su modo de pensar a la verdad eterna, en tanto que el segundo somete su manera de obrar a la realidad práctica. La grandeza de uno reside en la verdad absoluta y abstracta de su idea, la del otro en el punto de vista cierto en que se coloca con relación a los hechos y al aprovechamiento útil de los mismos, debiendo servir de guía a éste el objetivo del teorizante. En cuanto al éxito de los planes, esto es, la realización de esas acciones, pueden ser consideradas como piedra de toque en la importancia de un político, ya que nunca se podrá realizar la última intención del teorizante sin éste, pues al pensamiento humano le es dado comprender las verdades, adornar ideales claros como el cristal, sin embargo la realización de los mismos es demolida por la imperfección e insuficiencia humanas. Cuanto más abstractamente cierta, y, por tanto, más formidable fuera una idea, tanto más imposible se vuelve su realización, una vez que ésta depende de criaturas humanas. Es por eso que no se debe medir la importancia de los teorizantes por la realización de sus fines, y sí por la verdad de los mismos y por la influencia que ellos tuvieron en el desarrollo de la Humanidad. Si así no fuese, los fundadores de religiones no podrían ser considerados entre los mayores hombres de este mundo, por cuanto la realización de sus intenciones éticas nunca será, ni aproximadamente, íntegra. Incluso la religión del amor, en su acción, no es más que un reflejo débil de la voluntad de su sublime fundador; su importancia por consiguiente reside en las directrices que ella procuró imprimir en el desarrollo general de la cultura y de la moralidad entre los hombres.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

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“Con cuanta exactitud puedo aplicarme yo estas palabras; En Literatura, Antonio es y ha sido mi unico maestro. Todo cuanto escrito lo consulto con él. El me corrige y me aconseja. ¿Dónde podría yo hallar un censor mas inteligente, mas imparcial y mas interesado á la vez en el mejor éxito de mis obras?”

Josefa Estévez García del Canto (1837–1890) escritora española

Se deja la ortografía original. Fragmento de cartas que escribía a su padre desde Davao (Isla de Mindanao), donde residió unos años.
Fuente: Mujer, Arte y Literatura. Mujer, arte, literatura, humanidades. ESCRITORAS ESPAÑOLAS DEL SIGLO XIX. V.

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“Si alguien considera que su idea compleja de justicia es un cierto tratamiento de su persona o de los bienes de otro de acuerdo con la ley, y no tiene una idea clara y distinta de lo que sea la ley, la cual forma parte de su idea compleja de justicia, es evidente que su misma idea de justicia será confusa e imperfecta. Esta exactitud se juzgará, quizá, como algo muy molesto y, por tanto, la mayor parte de los hombres pensarán que se les puede excusar de fijar en sus mentes de un modo tan preciso las ideas complejas de los modos mixtos. Sin embargo, debo decir que hasta que no se haga, no debe extrañar que tengan gran oscuridad y confusión en sus propias mentes, y gran número de disputas en sus conversaciones con los demás.”

Ensayo sobre el entendimiento humano, XI:9: «De los remedios contra las ya mencionadas imperfecciones y abusos de las palabras.» (1690).
Original en inglés
Fuente: Locke, John: Ensayo sobre el entendimiento humano. XI:9: «De los remedios contra las ya mencionadas imperfecciones y abusos de las palabras.» http://www.ehu.eus/ehg/hac/liburua?l=LockeE&o=108 Hizkuntzen arteko Corpusa (HAC). Consultado el 15 de mayo de 2019.
Fuente: Locke, John (en inglés): An Essay Concerning Human Understanding, Chapter XI: «Of the Remedies of the Foregoing Imperfections and Abuses of Words.» https://ebooks.adelaide.edu.au/l/locke/john/l81u/B3.11.html University of Adelaide. Consultado el 15 de mayo de 2019.

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“Es imposible juzgar con mucha exactitud los verdaderos motivos y cualidades de las acciones humanas, o de las propiedades de las normas ideadas para gobernarlas, sin considerar con igual atención, todas las pasiones, apetitos y afectos de la naturaleza de los que proceden. Un conocimiento íntimo, por tanto, del mundo intelectual y moral es el único fundamento sobre el cual se puede erigir una estructura estable del conocimiento.”

John Adams (1735–1826) segundo presidente de los Estados Unidos

Original: «Tis impossible to judge with much Precision of the true Motives and Qualities of human Actions, or of the Propriety of Rules contrived to govern them, without considering with like Attention, all the Passions, Appetites, Affections in Nature from which they flow. An intimate Knowledge therefore of the intellectual and moral World is the sole foundation on which a stable structure of Knowledge can be erected».
Fuente: Adams, John. The Works of John Adams Vol. 2. Editorial Jazzybee Verlag. ISBN 9783849693831. p. 43.
Fuente: Carta a Jonathan Sewall, octubre de 1759.