Frases sobre las abuelas

página 2

“Todos deben dejar algo al morir, decía mi abuelo. Un niño o un libro o un cuadro o una casa o una pared o un par de zapatos. O un jardín. Algo que las manos de uno hallan tocado de algún modo. El alma tendrá entonces un lugar a donde ir el día de la muerte, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor, allí estará uno. No importa lo que se haga, decía, mientras uno cambie las cosas. Así, después de tocarlas, quedará en ellas algo de uno.”

“Cada ser humano posee un potencial para la oscuridad -- continuó diciendo el abuelo -- A lo largo de la vida adquirimos mucha práctica en optar por una o por otra.”

“Todas las guerras son malas, pero la guerra civil es la peor de todas, pues enfrenta al amigo con el amigo, al vecino con el vecino, al hermano contra el hermano. Hace casi 80 años, entre 1936 y 1939, en tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos, una espantosa guerra civil tuvo lugar en España. Causó miles de muertos, destruyó hogares, arruinó el país y llevó a mucha gente al exilio. Para evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca es conveniente recordar cómo ocurrió. Así, de aquella desgracia podrán extraerse conclusiones útiles sobre la paz y la convivencia que jamás se deben perder. Lecciones terribles que jamás debemos olvidar.”

“No he tenido las ilusiones de mi abuelo, pero no he evitado los mismos errores que él. El mundo no es tan importante como él creía, y todo lo que hay en él no tiene el valor que él temió durante toda su vida, y las palabras altisonantes y las frases altisonantes las he tomado siempre como lo que son: manifestaciones de incompetencia que no deben escucharse.”

“El último chiste de Van Daan: A raíz de la clase de religión y de la historia de Adán y Eva, un niño de trece años le pregunta a su padre: —Papá, ¿me podrías decir cómo nací? —Pues… —le contesta el padre—. La cigüeña te cogió de un charco grande, te dejó en la cama de mamá y le dio un picotazo en la pierna que la hizo sangrar, y tuvo que guardar cama una semana. Para enterarse de más detalles, el niño fue a preguntarle lo mismo a su madre: —Mamá, ¿me podrías decir cómo naciste tú y cómo nací yo? La madre le contó exactamente la misma historia, tras lo cual el niño, para saberlo todo con pelos y señales, acudió igualmente al abuelo: —Abuelo, ¿me podrías decir cómo naciste tú y cómo nació tu hija? Y por tercera vez consecutiva, oyó la misma historia. Por la noche escribió en su diario: «Después de haber recabado informes muy precisos, cabe concluir que en nuestra familia no ha habido relaciones sexuales durante tres generaciones».”

“En los relatos de mamá, de la abuela, de la tía, estaban los grandes almacenes de historias. Sus voces han formado mi sintaxis, mis frases escritas no son más largas que el aliento que se precisa para pronunciarlas".”

“Ese año cambiaron muchas cosas en su vida. Terminó el colegio y decidió estudiar filosofía, para darse el gusto, y música, para llevar la contra a su abuelo, que consideraba el arte como una forma de perder el tiempo y predicaba incansablemente las ventajas de las profesiones liberales o científicas.”

“Tu abuela dice que lees mucho, siempre que tienes oportunidad. Eso está bien, pero no es suficiente. Las palabras significan más de lo que dicen en el papel. Necesitan la voz humana para que les infunda los matices del significado más profundo.”

“El lunes te agarró la muerte, Paula. Vino y te señaló, pero se encontró frente a frente con tu madre y tu abuela y por esta vez retrocedió.”

“No heredé los poderes psíquicos de mi abuela, pero ella me abrió la mente a los misterios del mundo. Acepto que
cualquier cosa es posible. Ella sostenía que existen múltiples dimensiones de la realidad y no es prudente confiar sólo en la razón y en nuestros limitados sentidos para entender la vida; existen otras herramientas de percepción, como el instinto, la imaginación, los sueños, las emociones, la intuición. Me introdujo al realismo mágico mucho antes que el llamado boom de la literatura latinoamericana lo pusiera de moda.”

“Siempre he mantenido un canal abierto con mi infancia. A veces, en la noche, en el límite entre el sueño y la vigilia, alcanzo a abrir una puerta a mi infancia y todo permanece ahí: las luces, los olores, los sonidos y la gente... Recuerdo la calle silenciosa donde vivía mi abuelo, la repentina violencia del mundo adulto, el terror a lo desconocido y el miedo por la tensión vivida entre mi madre y mi padre.”

“Pienso en mi carrera y siempre recuerdo a mi abuela; aún no me subí el pantalón, si la pobre lo supiera.”

“Actualmente me siento tan robusto que me hallo capaz de hacer un viaje a Chile por el cabo de Hornos. Y pues nadie me lo impide ni me cuesta nada quiero hacerlo con toda mi comodidad. En cinco meses de un viaje felicísimo llego a Valparaíso y habiéndome hartado de pejerreyes y jaivas, de erizos y de locos doy un galope a Santiago: hallo viva a mi venerable abuela; le beso la manos, la abrazo.”

“Desde pequeño tuvo Arturo una marcada afición por la carrera de armas. Así, muchas veces mirando el retrato de nuestro abuelo José A. Del Canto, le entusiasmaba su traje militar y su parche, el parche de Maipú que adorna su brazo, y pedía a nuestra madre que le contara la vida tan llena de accidentes del que, marino a las ordenes de lord Cochraine y soldado de la independencia, fue también minero y agricultor. Cuando comenzó la guerra Arturo cursaba humanidades en el liceo de este puerto, pero las noticias del norte le eran entonces de más interesantes que sus estudios. Las acciones de Pisagua, Dolores y Tarapacá produjeron en él una gran excitación, según pude saber más tarde, pues en esa época yo estaba en el ejercito como cirujano del Chacabuco. Después de Tarapacá, habiendo venido con los heridos de mi batallón, me vi continuamente asediado por las preguntas de Arturo sobre la vida de campaña, el campo de batalla, las marchas, los soldados, el desierto. Pero ocultaba cuidadosamente manifestar que pensara ofrecer su pequeño contingente a nuestro ejercito, pues, bien sabía que le iba a faltar el permiso de mis padres. Mas tarde cayeron Tacna y Arica, y estas victorias decidieron a mi pobre hermano a ejecutar ya su pensamiento.”

“He tenido la suerte de nacer en una época y en un lugar donde todos nos dicen que soñemos en grande, que podría convertirme en lo que quisiera, que podría vivir en cualquier sitio que quisiera. La gente como yo lo ha tenido todo y más. Cosas con las que nuestros abuelos ni siquiera se atrevían a soñar. Hemos tenido todo lo que podíamos desear y, sin embargo, ahora podríamos acabar sin nada. Probablemente ya ni siquiera tenemos futuro.”

“Cuando parcelaron el Edén y construyeron encima bonitos chalets, tuvieron que echar de los jardines a Adán y Eva porque se comían las manzanas de los árboles de los vecinos. A nuestros primeros abuelos desterrados no les quedó más alternativa que ganarse el sustento con sus manos: readmitidos como jardineros. Desde entonces, el derecho a la vida reposa en el derecho al trabajo.”

“Me llamaban la abuela de la Nouvelle Vague, pero ahora digo que soy su dinosaurio.”

“Primero, ser mujer me dio la posibilidad de ser madre de una hija maravillosa y que siguió el ejemplo de su madre, padre y sus abuelos. (Segundo) El reto que debo enfrentar cada día, solo por el hecho de ser mujer, ya que no siempre se encuentra la misma comprensión y esto hace que nos crezcamos en lo que hacemos.”

“Una madre se convierte en verdadera abuela el día que deja de ver las terribles cosas de sus hijos porque está encantada con las cosas maravillosas que hacen sus nietos.”

“Con nuestra abuela habiéndose quedado en Somalia, mi madre no tenía a nadie con quien compartir tareas y planes. No podía hacer nada por su cuenta. Se suponía que no debía salir a la calle sin estos nuevos guardianes nuestros, nuestros tíos, y nosotras tampoco. Para llamarlos, ella tuvo que ir al almacén de la esquina, con mi hermano de diez años, actuando como su hombre protector.”

“Yo he tenido siempre un espíritu bastante rebelde. No sé si lo heredé de mi abuelo de caserío, El Patas que le llamaban, y que en el año 36 levantó todos los votos para el partido socialista en el valle del Urumea. Fue, además, mi padrino y con él fui de caserío en caserío acompañándole porque era curandero. No sé si me vino el coraje de aquel espíritu suyo, pero yo desde pequeña siempre he sido muy rebelde. Cuando he visto que se hacía alguna injusticia, me he rebelado.”

“Mi madre siempre creyó que mi abuela había sido obligada a convertirse en cuarta esposa de un poderoso cacique, un hombre al que no amaba y que se suicidó por la vergüenza que llegó a sentir a raíz de ello. Si le hubieran dicho que en realidad era una cortesana, por cualquier circunstancia, por cualquier razón, ¿qué me hubiera contado? Si yo se lo hubiera planteado, creo que lo habría negado.”

“No sé cuantos años tiene Mezaki. Sea cual sea su edad, parece mayor que yo, aunque también podría tener mi edad. Siempre habla de cosas sin sentido, como de un día en que, en cierta ciudad, vio a un artista ambulante que escupía fuego por la boca y que ponía la misma cara que su abuelo cuando se quemaba la lengua; o de un amigo suyo que sufría una misteriosa enfermedad, hasta que un día, de golpe y porrazo le cambió la cara, se curó, se volvió más honrado y parecía otra persona. Son historias sin pies ni cabeza que Mezaki explica poco a poco, como si fueran interesantes.”

“El movimiento de las Abuelas de la Plaza de Mayo es un movimiento muy atípico, no es un grupo de mujeres que con un objetivo preestablecido o predeterminado nos hayamos juntado para una tarea en común, por tener características de vida comunes, ideales o ambiciones también comunes. Todo lo contrario, nosotras hemos formado una agrupación, convocadas por un dolor, una lucha y una búsqueda. La convocatoria nace de una dictadura militar, no nació de nosotras. Nosotras no nos conocíamos, tal es así que cada una proviene de distinta cultura, distinta religión, distinta situación económica o política. Eso se obvia, no interesa, ya que el objetivo es la búsqueda de los hijos y los nietos.”

“Vivimos en un tiempo difícil, pero maravilloso. Es nuestra buena fortuna presenciar y beneficiarse de los avances científicos que habrían sido literalmente inimaginables a nuestros abuelos. Sin embargo, hay nubes oscuras en el horizonte. La tasa de crecimiento del conocimiento científico ha sido tan grande que superó la capacidad de nuestra sociedad para asimilarla, la capacidad del sistema educativo para enseñarla apropiadamente y la sabiduría del gobierno adecuadamente para sostenerla y aplicarla bien.”

“No tengo un secreto, o por lo menos pienso de no haberlo. Seguramente es todo una cuestión de alquimia. La cosa difícil es encontrar esta alquimia. Trato de hacer algo por la familia, en todos los ámbitos, que puede gustar a la abuela a su nieto que están en frente de la pantalla.”

“enamorarte de tu mejor amiga es como enamorarte de tu abuela, no tiene sentido”

“Sin ser un modelo de gestión económica, siempre es más racional ahorrar sin necesidad que gastar sin sentido. (Frase inspirada en el dicho de mi abuela, “Mamá María”: “Lo que no te urja gastar, mételo en el colchón”). Lástima que no la hicieran caso.”

“Cada día es más difícil encontrar la verdad. Y, cuando la descubres, no sabes si es conspirativa o de buena fe. No sé que pensaría mi abuela "Mamá María" de este lamentable mundo de hoy. Ella siempre me decía: hijo, hay que decir siempre la verdad, porque si mientes te convertirás en una mala persona, y además, Dios te castigará. ¡Cuánto la echo de menos!”

“Mi abuela María fue una mujer sencilla y cariñosa. Manchega de carácter y cuna, y creyente de buena fe. Su guía vital era un valor básico de la familia. No pisó la universidad, pero era capaz de explicar la metafísica de la vida con sus lapidarios refranes manchegos.”

“Mi familia materna dejó la Castilla cervantina y arraigó en el "poblachón manchego madrileño". Y gracias al esfuerzo y tesón de padres y abuelos como los nuestros, la capital de España se hizo una urbe prospera, acogedora y cosmopolita. ¡Hagamos hoy un gran Madrid para todos!”

“Mi abuela materna no fue a la universidad, pero, gracias a su ilustre cátedra de sentido común manchego, nunca le faltó una intuitiva y lapidaria frase para definir y valorar a cualquier persona o situación. ¡Viva la sabiduría popular!”

“Si te piden un favor razonable y está en tu mano, no dudes en hacerlo. Esta máxima me recuerda el reiterado consejo de mi dulce y bondadosa abuela María: ¡Hijo, sé bueno con todo el mundo, la vida da muchas vueltas! Sus consejos eran geniales, como ella.”

“El alejamiento físico altera cualquier filiación, e impide o devalúa el desarrollo de los sentimientos vinculados a ella. Y es que no es posible ser un auténtico amante, amigo, compañero, padre o abuelo, desde la insensible gelidez de la distancia.”

“Mi abuela materna, "Mamá María", nunca fue a la universidad, pero no he conocido a nadie con su portentosa erudición natural, y la lucidez de su sentido común.”

“La sencilla sabiduría popular de mi entrañable abuela, emanaba de su serena bondad, su rotundo y genial sentido común, y su experiencia vinculada con la inexorable realidad de la vida. Pero por encima de todo, era el magnetismo de su autenticidad lo que le daba más valor y legitimidad a su saber.”

“Mi bondadosa abuela María siempre me decía: Hijo, se bueno con todo el mundo, que la vida da muchas vueltas. ¡Y cuánta razón tenía! Mi vida ha sido un frenético carrusel, que giraba más y más enloquecido, en función de los errores y faltas que acumulaba mi conciencia.”

“¡Mi suegra es la más limpia del mundo! decía mi padre de mi abuela María.. Y contaba que, en una noche de fiesta, él le hizo un retrato a Pablo Picasso en una papel, y éste, agradecido, le pidió su pañuelo, y le hizo otro. Al día siguiente, en su casa, mi padre le preguntó a mi abuela por el pañuelo, y ella le dijo: Beni, estaba tan sucio y con tantos pintarrajos, que lo eché a la lavadora…”

“Cuando reflexiono sobre el concepto bondad, lo primero que evoca mi memoria es la tierna imagen de mi querida y entrañable Abuela materna.”

“Con la autenticidad y sensatez de su sabiduría Manchega, la buena de mi abuela -sin connotación política- siempre me decía: ¡Hijo, camina siempre por la derecha y mirando al frente! Nunca he dejado de cumplir su consejo. Eso si, solo cuando ando por la calle.”

“Cada día es más difícil saber dónde está la verdad. Y, cuando se sabe, la duda es si asoma de buena fe o es conspirativa. No sé que pensaría mi abuela, "Mamá María", de este cínico mundo actual. Ella siempre me decía: ¡Hijo, hay que decir la verdad, porque si mientes harás daño a los demás y nadie confiará en ti!”

“En cuestión de figuras geométricas, ni el propio Euclides precisaría la forma de nuestro planeta. Incluso la ciencia actual cambió su cálculo, y pasó de creer que la tierra era esférica, a concluir que es una especie de elipsoide irregular y achatado. O sea, “lo más parecido a una croqueta de la abuela”.”

“Árbol pulmón vegetal que nos legó el Creador, y en un singular color en nuestro suelo natal, cual un dorado portal por los tiempos de mi abuela, luego de dejar mi escuela contemplo desde el caney, al frondoso araguaney: Símbolo de Venezuela”

“Díjole un español a su nieto vividor. Los españoles somos hijos de una tierra arisca y de mucho coraje, que nunca ha sido cariñosa entre si. Pero con el orgullo en la punta de la espada, unidos y dispuestos a despellejar y comer el hígado de cualquier invasor que nos provocaba. Y el nieto contestó y de esos valientes y unión sólo queda cobardes, gorrones y vanidosos? Y el abuelo contestó no hijo estan dormidos espera que despierten y veras el ADN que corre por tu venas!”