Frases sobre costado

Una colección de frases y citas sobre el tema del costado, puede, alguien, cuanto.

Frases sobre costado

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“Mejor será sacarme de costado ese puñal que quema todo el tiempo y que la sangre limpie lo que pueda”

Andrés Calamaro (1961) Cantante argentino nacionalizado español

Gaviotas, El Salmón
Canciones

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“Sentí lo que sentimos cuando alguien muere: la congoja, ya inútil, de que nada nos hubiera costado ser más buenos.”

Jorge Luis Borges (1899–1986) escritor argentino

Fuente: There are More Things..

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“Si el Gobierno de Zapatero hubiera sido leal con la Comunitat Valenciana, como ha trabajado con otras comunidades autónomas, y como presumiblemente hará con las visitas de Su Santidad a Barcelona, Madrid o Santiago", a esta autonomía "no le habría costado un solo euro”

Francisco Camps (1962) político español

Fuente: Público http://www.publico.es/espana/302888/camps-culpa-a-zapatero-de-los-altos-costes-de-la-visita-del-papa-a-valencia-en-2006 (24/3/2010)

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“Hay otros equipos que tienen jugadores que han costado mucho dinero y no le hacen un gol a nadie y no se habla tanto de ellos.”

José Mourinho (1963) entrenador de fútbol portugués

Al preguntársele por el bajo rendimiento de Karim Benzema, en referencia a David Villa, que atravesaba una mala racha superada al día siguiente.
Disputas

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“Honestamente, soy una mala cocinera desde el principio. No es algo que me haya costado trabajo sincerar hacia el público.”

Chenoa (1975) cantante

Fuente: Entrevista en "Madrid a la última"(2010).

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“A mí me ha costado muchos años llegar a ser mi amiga. Pero para ser mi amiga acepto mi lado oscuro y mi lado bueno.”

Chenoa (1975) cantante

Fuente: Entrevista en "Territorio Comanche" (24/11/2011)

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“¿Te gusta mi camisa? Seda italiana, 100.000 pesetas me ha costado. Me he comprado diez.”

Jesús Gil y Gil (1933–2004) Empresario y político español; presidente del club Atlético de Madrid.

Preguntado por una llamativa camisa que se compró en un viaje a Las Vegas.

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“Al contrario porque al revés de lo que suponen ustedes la larga lucha mía de confrontación con la corrupción me ha traído mucha resistencia en sectores del electora que si hubiera sido ‘light’ y ‘pro’, yo hubiera tenido mucha más cantidad de votos. Yo elegí la lucha aún cuando esto es real, te lo dice la gente en la calle, en las cualitativas durante mucho tiempo, esa lucha encarnizada contra la corrupción nos ha costado.”

Elisa Carrió (1956) política argentina

Elisa Carrió, 3 de marzo del 2009 en el programa de TN “palabras más, palabras menos”
Fuente: Palabras Más, Palabras Menos (2009). "Entrevista en palabras más, palabras menos" http://www.coalicioncivica.org.ar/contenido/view.php?bn=sitio_noticias&key=1236366831/, 3 de marzo del 2009.

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“Hay una frase que a mí me ha costado muchos insultos: hay que expulsar al nacionalismo del espacio público.”

Arcadi Espada (1957) periodista español

Entrevista en Libertad Digital http://www.libertaddigital.com/index.php?action=desaopi&cpn=30487

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“El Partido dijo que Oceanía nunca había sido aliada de Eurasia. Él, Wiston Smith, sabía que Oceanía había estado aliada con Eurasia cuatro años antes. Pero, ¿dónde constaba ese conocimiento? Sólo en su propia conciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto. Y si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad. "El que controla el pasado - decía el slogan del Partido -, controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado. " Y, sin embargo, el pasado, alterable por su misma naturaleza, nunca había sido alterado. Todo lo que ahora era verdad, había sido verdad eternamente y lo seguiría siendo. Era muy sencillo. Lo único que se necesitaba era una interminable serie de victorias que cada persona debía lograr sobre su propia memoria. A esto le llamaban "control de la realidad". Pero en neolengua había una palabra especial para ello: doblepensar.

- ¡Descansen! - ladró la instructora, cuya voz parecía ahora menos malhumorada. Wiston dejó caer los brazos de sus costados y volvió a llenar de aire sus pulmones. Su mente se deslizó por el laberíntico mundo del doblepensar. Saber y no saber, hallarse consciente de lo que es realmente verdad mientras se dicen mentiras cuidadosamente elaboradas., sostener simultáneamente dos opiniones sabiendo que son contradictorias y creer sin embargo en ambas; emplear la lógica contra la lógica, repudiar la moralidad mientras se recurre a ella, creer que la democracia es imposible y que el Partido es el guardián de la democracia; olvidar cuanto fuera necesario olvidar y, no obstante, recurrir a ello, volverlo a traer a la memoria en cuanto se necesitara y luego olvidarlo de nuevo; y, sobre todo, aplicar el mismo proceso al procedimiento mismo.”

1984

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“Se quedan un momento inmóviles y en silencio, mirándose, hasta que Wenceslao sacude la cabeza en dirección al cordero y dice:
—Lo despenamos y en paz.
Más adelante será una res roja, vacía, colgando de un gancho, después se dorará despacio al fuego de las brasas, sobre la parrilla, al lado del horno, después será servido en pedazos sobre las fuentes de loza cachada, repartido, devorado, hasta que queden los huesos todavía jugosos, llenos de filamentos a medio masticar que los perros recogerán al vuelo con un tarascón rápido y seguro y enterrarán en algún lugar del campo al que regresarán en los momentos de hambruna y comenzarán a roer tranquilos y empecinados sosteniéndolos con las patas delanteras e inclinando de costado la cabeza para morder mejor, dando tirones cortos y enérgicos, hasta dejarlos hechos unas láminas o unos cilindros duros y resecos que los niños dispersarán, pateándolos o recogiéndolos para tirárselos entre ellos en los mediodías calcinados en que atravesarán el campo para comprar soda y vino en el almacén de Berini, objetos ya irreconocibles que quedarán semienterrados y ocultos por los yuyos en diferentes puntos del campo durante un tiempo incalculable, indefinido, en el que arados, lluvias, excavaciones, cataclismos, la palpitación de la tierra que se mueve continua bajo la apariencia del reposo, los pasearán del interior a la superficie, de la superficie al interior, cada vez más despedazados, más irreconocibles, hechos fragmentos, pulverizados, flotando impalpables en el aire o petrificados en la tierra, sustancia de todos los reinos tragada incesantemente por la tierra o incesantemente vuelta a vomitar, viajando por todos los reinos —vegetal, animal, mineral— y cristalizando en muchas formas diferentes y posibles, incluso en la de otros corderos, incluso en la de infinitos corderos, menos en la de ese cordero hacia el que ahora se dirige Wenceslao llevando el cuchillo y la palangana.”

Juan José Saer (1937–2005) escritor argentino

El limonero real

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“habiendo algunos fanáticos en el valle de Shah-i-Kot, en la provincia de Paktia. Una vez más la información era inexacta: no eran un puñado, sino centenares. Al ser afganos los talibanes derrotados, tenían a donde ir: sus aldeas y pueblos natales. Allí podían escabullirse sin dejar rastro. Pero los miembros de Al Qaeda eran árabes, uzbekos y, los más feroces de todos, chechenos. No hablaban pastún y la gente del pueblo afgano los odiaba, de manera que solo podían rendirse o morir peleando. Casi todos eligieron esto último. El mando estadounidense reaccionó al chivatazo con un plan a pequeña escala, la operación Anaconda, que fue asignada a los SEAL de la Armada. Tres enormes Chinook repletos de efectivos despegaron rumbo al valle, que se suponía vacío de combatientes. El helicóptero que iba en cabeza se disponía a tomar tierra, con el morro levantado y la cola baja, la rampa abierta por detrás y a solo un par de metros del suelo, cuando los emboscados de Al Qaeda dieron el primer aviso. Un lanzagranadas hizo fuego. Estaba tan cerca que el proyectil atravesó el fuselaje del helicóptero sin explotar. No había tenido tiempo de cargarse, así que lo único que hizo fue entrar por un costado y salir por el otro sin tocar a nadie, dejando un par de boquetes simétricos. Pero lo que sí hizo daño fue el incesante fuego de ametralladora desde el nido situado entre las rocas salpicadas de nieve. Tampoco hirió a nadie de a bordo, pero destrozó los controles del aparato al horadar la cubierta de vuelo. Gracias a la habilidad y la genialidad del piloto, pocos minutos después el moribundo Chinook ganaba altura y recorría cuatro kilómetros hasta encontrar un sitio más seguro donde proceder a un aterrizaje forzoso. Los otros dos helicópteros se retiraron también. Pero un SEAL, el suboficial Neil Roberts, que se había desenganchado de su cable de amarre, resbaló en un charquito de fluido hidráulico y cayó a tierra. Resultó ileso, pero inmediatamente fue rodeado por miembros de Al Qaeda. Los SEAL jamás abandonan a uno de los suyos, esté vivo o muerto. Poco después de aterrizar regresaron en busca de Roberts, al tiempo que pedían refuerzos por radio. Había empezado la batalla de Shah-i-Kot. Duró cuatro días, y se saldó con la muerte del suboficial Neil Roberts y otros seis estadounidenses. Había tres unidades lo bastante cerca como para acudir a la llamada: un pelotón de SBS británicos por un lado y la unidad de la SAD por el otro; pero el grupo más numeroso era un batallón del 75 Regimiento de Rangers. Hacía un frío endemoniado, estaban a muchos grados bajo cero. La nieve, empujada por el viento incesante, se clavaba en los ojos. Nadie entendía cómo los árabes habían podido sobrevivir en aquellas montañas; pero el caso era que allí estaban, y dispuestos a morir hasta el último hombre. Ellos no hacían prisioneros ni esperaban serlo tampoco. Según testigos presenciales, salieron de hendiduras en las rocas, de grutas invisibles y nidos de ametralladoras ocultos. Cualquier veterano puede confirmar que toda batalla degenera rápidamente en un caos, y en Shah-i-Kot eso sucedió más rápido que nunca. Las unidades se separaron de su contingente, los soldados de sus unidades. Kit Carson se encontró de repente a solas en medio de la ventisca. Vio a otro estadounidense (pudo identificarlo por lo que llevaba en la cabeza: casco, no turbante) también solo, a unos cuarenta metros. Un hombre vestido con túnica surgió del suelo y disparó contra el soldado con su lanzagranadas. Esa vez la granada sí estalló; no dio en el blanco sino que explotó a los pies del soldado.”

Frederick Forsyth (1938) novelista británico

La lista

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“El primer escalón son los pies, que significan el afecto; porque así como los pies llevan el cuerpo, así el afecto lleva al alma. Así los pies de Cristo traspasados te sirven de escalón para que puedas subir al Costado, donde se te manifestarán los secretos de su corazón.”

Catalina de Siena (1347–1380) religiosa dominica y doctora de la Iglesia católica.

Refiriéndose a los tres escalones que llevan a los tres estados del alma.
Fuente: González-Arintero, Juan. La verdadera mística tradicional. Editor Arturo Alonso Lobo. Editorial San Esteban, 1980. ISBN 9788430017560. p. 406.
Fuente: Diálogos, capítulo 26.

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