Frases sobre vitalidad
Una colección de frases y citas sobre el tema del vitalidad, vida, vida, amor.
Frases sobre vitalidad
Indias blancas: La vuelta del ranquel
La magia

“Expulsar la imperfección es destruir la expresión, impedir la acción, paralizar la vitalidad.”

¿Tener o ser? (1976)
Variante: En realidad, solo existe el acto de amar, que es una actividad productiva. Implica cuidar, conocer, responder, afirmar, gozar de una persona, de un árbol, de una pintura, de una idea.. Significa dar vida, aumentar su vitalidad. Es un proceso que se desarrolla y se intensifica a si mismo.

En entrevista realizada por el semanario Voz, del Partido Comunista Colombiano en octubre de 1998

“El mal esencial que amenaza la vitalidad de nuestro pueblo es la demagogia.”
Sin fuentes
Política

Etapa como presidente de los Estados Unidos
Fuente: Proclama del Presidente de Estados Unidos http://georgewbush-whitehouse.archives.gov/news/releases/2006/09/20060914-7.es.html del 14 de septiembre de 2006.

“Fue durante los años de más baja vitalidad cuando cesé de ser pesimista.”
Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es (1889)

1894
Fuente: El Señorío de Vizcaya, histórico y foral; Barcelona, 1885, pág. 173.

Memoirs of a Dutiful Daughter
Variante: A menudo me he interrogado sobre la razón y el sentido de mis rabietas.
Creo que se explican en parte por una vitalidad fogosa y por un extremismo
al cual nunca he renunciado del todo. Llevaba mis repugnancias hasta el
vómito, mis deseos hasta la obsesión; un abismo separaba las cosas que me
gustaban de las que no me gustaban. No podía aceptar con indiferencia la
caída que me precipitaba de la plenitud al vacío, de la beatitud al horror;
si la consideraba fatal, me resignaba; nunca me enojé contra un objeto.
Pero me negaba a ceder a esa fuerza impalpable: las palabras; lo que me
sublevaba es que una frase lanzada al descuido: "Debes hacerlo... no debes
hacerlo", arruinara en un instante mis empresas y mis alegrías. Lo
arbitrario de las órdenes y de las prohibiciones contra las que chocaba
denunciaba su inconsistencia; ayer pelé un durazno: ¿por qué no esa
ciruela?, ¿por qué dejar mis juegos justo en este minuto? En todas partes
encontraba obligaciones, en ninguna parte su necesidad. En el corazón de la
ley que me abrumaba con el implacable rigor de las piedras, yo entreveía
una ausencia vertiginosa: me sumergía en ese abismo, la boca desgarrada por
gritos. Aferrándome al suelo, pataleando, oponía mi peso de carne al aéreo
poder que me tiranizaba; lo obligaba a materializarse; me encerraban en un
cuarto oscuro entre escobas y plumeros; entonces podía golpear con los pies
y las manos en muros verdaderos, en vez de debatirme contra inasibles
voluntades. Yo sabía que esa lucha era vana; desde el momento en que mamá
me había sacado de las manos la ciruela sangrienta, en que Louise había
guardado en su bolsa mi pala y mis moldes, yo estaba vencida; pero no me
rendía. Cumplía el trabajo de la derrota. Mis sobresaltos, las lágrimas que
me cegaban, quebraban el tiempo, borraban el espacio, abolían a la vez el
objeto de mi deseo y los obstáculos que me separaban de él. Me hundía en la
noche de la impotencia; ya nada quedaba salvo mi presencia desnuda y ella
explotaba en largos aullidos.
Fuente: Los pasos contados, página 368.
Fuente: [Barga] (2002), p. 368
Fuente: "Lecciones y moralejas por escrito en gotas de cariño"
Fuente: https://www.facebook.com/100048888434196/videos/343650887830122/