Frases sobre marzo

Una colección de frases y citas sobre el tema del marzo, 1927, campesino, fe.

Frases sobre marzo

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“El 11 de marzo de 2004 ocupa ya su lugar en la historia de la infamia.”

José María Aznar (1953) político español

11.3.2004
Presidente del Gobierno

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“Mucha gente en España y en Europa cree que los atentados del pasado 11 de marzo en Madrid están relacionados con el apoyo del Gobierno español a la guerra en Irak pero el problema con Al Qaeda en España no empezó con la crisis iraquí (…) viene del siglo VIII. España y (el Norte de África cristianos inclusive), recién invadidos por los moros, rechazaron convertirse en una pieza más del mundo islámico.”

José María Aznar (1953) político español

22 de septiembre de 2004, crónica de su primer discurso como profesor en la universidad de Georgetown de Washington.
Ex presidente
Fuente: Aznar asegura en Washington que el problema de España con Al Qaeda "empieza en el siglo VIII" http://www.elmundo.es/elmundo/2004/09/22/espana/1095805990.html del periódico El Mundo, agencia EFE.

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“Queremos saber la verdad, la verdad de los compromisos adquiridos con ETA, la verdad que, por unos extraños intereses, se oculta en el atentado del 11 de marzo.”

Francisco José Alcaraz (1968) político español

25 de noviembre de 2006, discurso leído en la manifestación organizada en Madrid con lema ¡RENDICIÓN EN MI NOMBRE, NO!
Fuente: El mundo http://estaticos.elmundo.es/documentos/2006/11/25/discursoavt.pdf.

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“«La contribución en dinero es igualmente una forma de castigo, sólo que más suave que la multa.”

Mao Zedong (1893–1976) Presidente del Partido Comunista de China

Marzo de 1927
1927

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“No se puede depurar la administración distrital a menos que los campesinos se alcen.”

Mao Zedong (1893–1976) Presidente del Partido Comunista de China

(Marzo de 1927).
1927

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“A la par del desarrollo del movimiento campesino, tambalea en todas partes la autoridad religiosa.”

Mao Zedong (1893–1976) Presidente del Partido Comunista de China

Marzo de 1927
Fuente: Secretos y misterios de hombres y mujeres. Editor Humberto Quiroga Lavié. En google libros https://books.google.es/books?id=q0jh_O-065AC&pg=PT1747&dq=A+la+par+del+desarrollo+del+movimiento+campesino,+tambalea+en+todas+partes+la+autoridad+religiosa.&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjq0cqXjvflAhVCzoUKHSWxAyUQ6AEIKDAA#v=onepage&q=A%20la%20par%20del%20desarrollo%20del%20movimiento%20campesino%2C%20tambalea%20en%20todas%20partes%20la%20autoridad%20religiosa.&f=false Consultado el 19 de noviembre de 2019.

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“Los guardias armados, policías y alguaciles andan escondidos y no se atreven a ir a las aldeas a extorsionar.”

Mao Zedong (1893–1976) Presidente del Partido Comunista de China

Marzo de 1927
1927

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“Las tres cosas más estrictamente prohibidas son: los juegos de fichas y naipes, los otros juego de azar y el opio.”

Mao Zedong (1893–1976) Presidente del Partido Comunista de China

Marzo de 1927
1927

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“También es necesario que el gobierno ayude a las asociaciones campesinas a crear cooperativas de crédito (de préstamo).”

Mao Zedong (1893–1976) Presidente del Partido Comunista de China

Marzo de 1927
1927

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“En China han tenido acceso a la educación sólo los terratenientes, y no los campesinos.”

Mao Zedong (1893–1976) Presidente del Partido Comunista de China

(Marzo de 1927).
1927

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“Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus… Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad. La observación de este caso, y sus consecuencias psicológicas, concuerda con un hecho que el médico del campo me hizo notar: la tasa de mortandad semanal durante las Navidades de 1944 y el Año Nuevo de 1945 superó en mucho las estadísticas habituales del campo. En su opinión, la explicación de este aumento de mortalidad no había que buscarla en el empeoramiento de las condiciones de trabajo, ni en una disminución de la ración alimenticia, ni en un cambio climatológico, ni en el brote de nuevas epidemias. A su entender, se trataba sencillamente de la ingenua esperanza que abrigaron la mayoría de los presos de ser liberados por las fiestas navideñas. Según se acercaba esa fecha, y al no recibir ninguna noticia alentadora, los prisioneros perdieron su valor y les venció el desaliento. Muchos de ellos murieron al debilitarse su capacidad de resistencia. Ya advertimos”

El hombre en busca de sentido

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“Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus… Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad.”

El hombre en busca de sentido

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“¡Guárdate de los idus de marzo!”

Las Tragedias de William Shakespeare: Julio César, Otelo, Macbeth, Romeo y Julieta, Hamlet, Romeo y Julieta, El rey Lear)

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“Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus…”

El hombre en busca de sentido

José Luis Sampedro Foto

“Marzo con sus marzadas se lleva las maderadas.”

Refranero
Fragmentos citados de algunas de sus obras, Citas de otros autores usadas por Sampedro en sus obras
Fuente: El río que nos lleva.
Fuente: [Sampedro] (1982), p. [solapas].

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“El 8 de marzo es mi desastre personal. Con cada tarjeta de colores y arcos, arranco un mechón de pelo por la pena de no nacer hombre.”

Faína Ranévskaia (1896–1984)

Original: «8 марта — мое личное бедствие. С каждой открыткой в цветах и бантиках вырываю клок волос от горя, что я не родилась мужчиной».
Fuente: Фаина Раневская. Почему все дуры такие женщины. Editorial Litres, 2017. ISBN 9785457725133.