Frases sobre protección

Una colección de frases y citas sobre el tema del protección, derecho, ser, libro.

Frases sobre protección

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“La vida es mi arte, protección frente a la muerte, así sin autorización vivo.”

Jack Kerouac (1922–1969) escritor estadounidense

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“Miguel Servet, solo, pero confiado en la protección segurísima de Cristo.”

Miguel Servet (1511–1553) teólogo y científico español

Durante su encarcelamiento, firmó su última carta con las anteriores palabras.

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“Este es el segundo fragmento que pongo aquí del que se ha convertido en mi libro favorito: "La mecánica del corazón". Espero que lo disfrutéis x)
"Ya no puedo estar sin su presencia; el olor de su piel, el sonido de su voz, las pequeñas maneras de representar a la muchacha más fuerte y a la más frágil del mundo. Su manía de no ponerse gafas para ver el mundo tras el cristal ahumado de su visión lastimada; su forma de protegerse. Ver sin ver de verdad y, sobre todo, sin hacerse notar.
Descubro la extraña mecánica de su corazón. Funciona con un sistema de concha autoprotectora ligada a la falta de confianza que la habita. Una ausencia de autoestima peleándose con una determinación fuera de lo común. Aun no he descubierto qué engranaje tiene roto.
El código de acceso a su corazón cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como la piedra. Por mucho que pruebe con mil combinaciones en formas de caricias y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en las puertas de su misterio. Sin embargo, ¡Me gusta tanto hacer crujir su concha! Escuchar ese pequeño ruido que produce al desactivarse, ver los hoyuelos que se marcan en la comisura de sus labios y que parece decir "¡Sopla!". El sistema de protección volando en dulces pedazos".”

La Mécanique du cœur
Variante: Ya no puedo estar sin su presencia; el olor de su piel, el sonido de su voz, las pequeñas maneras de representar a la muchacha más fuerte y a la más frágil del mundo. Su manía de no ponerse gafas para ver el mundo tras el cristal ahumado de su visión lastimada; su forma de protegerse. Ver sin ver de verdad y, sobre todo, sin hacerse notar.
Descubro la extraña mecánica de su corazón. Funciona con un sistema de concha autoprotectora ligada a la falta de confianza que la habita. Una ausencia de autoestima peleándose con una determinación fuera de lo común. Aun no he descubierto qué engranaje tiene roto.
El código de acceso a su corazón cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como la piedra. Por mucho que pruebe con mil combinaciones en formas de caricias y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en las puertas de su misterio. Sin embargo, ¡Me gusta tanto hacer crujir su concha! Escuchar ese pequeño ruido que produce al desactivarse, ver los hoyuelos que se marcan en la comisura de sus labios y que parece decir "¡Sopla!". El sistema de protección volando en dulces pedazos".

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“Examinen fragmentos de pseudociencia y encontrarán un manto de protección, un pulgar que chupar, unas faldas a las que agarrarse. Y, ¿qué ofrece un científico en cambio? ¡Incertidumbre! ¡Inseguridad!”

Isaac Asimov (1920–1992) escritor estadounidense

Fuente: Siniak, Mario. Lo dijo un judío. Editorial LibrosEnRed, 2008. ISBN 978-15-9754-439-9. p. 21.

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“La velocidad de este mundo es más grande de lo que nuestra especie puede soportar, y no solamente me preocupa la falta de entendimiento entre nosotros, sino su consecuencia directa: la dificultad de un consenso sobre las prioridades, desde el cambio climático a la protección real de la democracia. No se mira hacia atrás, ni se comprende la historia, y eso es básico; hay que informarse de cómo llegamos hasta aquí y, solo entonces, avanzar.”

Fuente: Heraldo, 2019.
Fuente: Ferrer, Pablo. « Loreena McKennitt: "Nuestra especie no puede soportar la velocidad del mundo"». 10 de julio de 2019. https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2019/07/10/loreena-mckennitt-nuestra-especie-no-puede-soportar-la-velocidad-del-mundo-1324542.html Heraldo. Consultado el 13 de julio de 2019.

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“Las mujeres no deben depender de la protección de un hombre, sino que deben aprender a protegerse.”

Susan B. Anthony (1820–1906) sufragista estadounidanse

Original: «Women must no depend upon the protection of a man, but must be taught to protect herself».
Fuente: Discurso en San Francisco, julio de 1871.

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“El matrimonio entre personas del mismo sexo no debe tener la misma protección por los poderes públicos que el matrimonio natural. La pervivencia de la especie, por ejemplo, no estaría garantizada.”

Jorge Fernández Díaz (1950) ingeniero industrial e inspector de trabajo español, aunque se dedica a la política desde los 28 años, habiendo …

Fuente: El País http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/03/04/actualidad/1362400964_388784.html, 4 de marzo de 2013.

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“— ¡Capitán…! ¡Capitán…! ¿Qué broma es ésta? ¿Dónde se han metido?
Una sombra oscura nació de entre las sombras de la cocina. Era un targuí alto, muy delgado, con un oscuro "lithan" cubriéndole el rostro, un fusil en una mano y una larga espada en la otra.
Se detuvo bajo el porche.
— Están muertos -dijo.
Le observó incrédulo.
— ¿Muertos…? -repitió estúpidamente-. ¿Todos…?
— Todos.
— ¿Quién los mató?
— Yo.
Se aproximó sin dar crédito a lo que estaba oyendo.
— ¿Tú…? -inquirió agitando la cabeza como para desechar la idea-.
¿Pretendes decirme que tú, sin ayuda de nadie, has matado a doce soldados, un sargento y un oficial…?
Asintió con naturalidad:
— Dormían.
Abdul-el-Kebir, que había visto morir a miles de personas, que había ordenado ejecutar a muchas, y que aborrecía a todos y cada uno de sus carceleros, experimentó sin embargo una insoportable sensación de angustia y vacío en la boca del estómago, y se apoyó levemente en el poste de madera que soportaba el porche para no perder el equilibrio.
— ¿Los has asesinado mientras dormían? -inquirió-. ¿Por qué?
— Porque ellos asesinaron a mi 1huésped. -Hizo una pausa-. Y porque eran demasiados. Si uno daba la voz de alarma, hubieras muerto de viejo entre estas cuatro paredes…
Abdul-el-Kebir le observó en silencio y agitó la cabeza afirmativamente, como si comprendiese algo que se le antojó oscuro en un principio.
— Ahora te recuerdo… -admitió-.
Eres el targuí que nos dio hospitalidad… Te vi cuando me llevaban.
— Sí -asintió. Soy Gacel Sayah, eras mi huésped, y tengo la obligación de llevarte al otro lado de la frontera.
— ¿Por qué?
Le miró sin comprender. Por último, señaló:
— Es la costumbre… Pediste mi protección y debo protegerte.
— Matar a catorce hombres por protegerme resulta excesivo, ¿no crees…?
El targuí no se dignó responder y echó a andar en dirección a la abierta puerta.
— Traeré los camellos… -dijo-.
Prepárate para un largo viaje.
Le observó mientras se alejaba, perdiéndose de vista”

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“Cuando el miedo y el frío hacen de ti una estatua en tu propia cama, no ansíes que la Verdad pura y dura acuda en tu auxilio. Lo que necesitas es el mullido consuelo de un relato. La protección balsámica, adormecedora, de una mentira.”

El cuento número trece
Variante: Cuando el miedo y el
frío hacen de ti una estatua en tu propia cama, no ansíes que la Verdad
pura y dura acuda en tu auxilio. Lo que necesitas es el mullido consuelo
de un relato. La protección balsámica, adormecedora, de una mentira.

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“Nos consolamos reviviendo recuerdos de protección. Algo cerrado debe conservar nuestros recuerdos, mientras que les deja su valor original como imágenes. Los recuerdos del mundo exterior nunca tendrán la misma tonalidad que los del hogar y, al recordar estos recuerdos, sumamos a nuestra tienda de sueños; nunca somos historiadores reales, sino siempre casi poetas, y nuestra emoción tal vez no sea más que una expresión de una poesía que se perdió.”

Original: «We comfort ourselves by reliving memories of protection. Something closed must retain our memories, while leaving them their original value as images. Memories of the outside world will never have the same tonality as those of home and, by recalling these memories, we add to our store of dreams; we are never real historians, but always near poets, and our emotion is perhaps nothing but an expression of a poetry that was lost».
Fuente: The Poetics of Space. Gaston Bachelard. Traducido por María Jolas. Contribuidores Mark Z. Danielewski, Richard Kearney. Editorial Penguin, 2014. ISBN 9780698170438. https://books.google.es/books?id=tN3bAwAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=The+Poetics+of+Space&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjO-NaqosPgAhUDWhoKHUTFAugQ6AEIKDAA#v=onepage&q=We%20comfort%20ourselves%20by%20reliving%20memories%20of%20protection.%20Something%20closed%20must%20retain%20our%20&f=false

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“La gente se rige conforme a la ley del poder. La naturaleza social está gobernada completamente por el poder, éste es el valor más alto para el cual la gente se esfuerza y son dirigidos. Pero no es como uno acepta toda regla sin más, el poder exterior decide todo pero en última instancia es el poder interior el corazón del aspecto de poder, que como él, madura históricamente gradualmente y apoya al poder exterior y bajo su protección él gana su madurez.”

Friedrich von Wieser (1851–1926) Economista austriaco

Die Menschen stehen unter dem Gesetze der Macht. Das ganze gesellschaftliche Wesen wird durch die Macht regiert, sie ist der höchste Wert, nach welchem die Völker streben und nach welchem sie gezählt, gewogen und gerichtet werden. Doch ist es nicht, wie man in aller Regel annimmt, die äußere Macht, die alles entscheidet, sondern im letzten Grunde ist die innere Macht der Kern der Machterscheinung, der, wie er geschichtlich nach und nach ausreift, das Gehäuse der äußeren Macht sprengt, unter dessen Schutz er seine Reife gewinnt.
Das Gesetz der Macht (La Ley del Poder), 1926.

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“El médico que procura curar o aliviar al enfermo; el capellán y el visitador que quieren corregirle y consolarle, prometiéndole protección para el día que recobre la libertad; el empleado que se esfuerza por hacer su cautiverio menos triste, no con las complacencias de la debilidad, sino aplicándole la ley con pena cuando es dura, con gusto cuando permite algún alivio, y no faltando nunca a las formas, a la consideración que ninguna persona digna niega a la debilidad y a la desgracia, éstos son los que, viendo al delincuente en las horas en que se resigna y en que se desespera; cuando forma planes de venganza o hace propósito de enmienda; cuando maldice al que ha declarado contra él, o cuando llora recordando a su madre; en los días en que miente y en otros en que dice la verdad; en los momentos en que se concentra impenetrable o muestra un ánimo expansivo, éstos son los que, uno después de otro y a solas con el delincuente, pueden aprender algo de lo que pasa por su corazón y suministrar datos para su psicología.”

Concepción Arenal (1820–1893) escritora y abogada española

Fuente:
Aunque nuevamente publicado en esta obra en el apartado "Advertencia", anteriormente Arenal lo había expuesto en el Bulletin de la Société Générale des Prisions y en La nueva Galicia jurídica.
Fuente: Arenal, Concepción. El visitador del preso. NoBooks Editorial. https://books.google.es/books?id=qfG-DgAAQBAJ&pg=PT87&dq=El+dolor,+cuando+no+se+convierte+en+verdugo,+es+un+gran+maestro&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwikrtvn16ffAhUxxIUKHSiRAc0Q6AEIPzAE#v=onepage&q=El%20dolor%2C%20cuando%20no%20se%20convierte%20en%20verdugo%2C%20es%20un%20gran%20maestro&f=false En Google Books.

“Fue un momento muy especial para nosotras. Aydeé (Vargas) y yo lo mirábamos y no podíamos creer que era él (…), pusimos una red en la entrada de la cueva y lo atrapamos. El hallazgo nos permitió que el murciélago nariz de espada sea incluido en el Libro Rojo de especies amenazadas y se genere una estrategia para su protección.”

Kathrin Barboza Márquez (1983) Bióloga boliviana

Fuente: Kathrin Barboza, la bióloga que redescubrió un murciélago que se creía extinto en Bolivia. Publicado en Página 7 el 20 de junio de 2017. https://www.paginasiete.bo/gente/2017/6/20/kathrin-barboza-biloga-redescubri-murcilago-crea-extinto-bolivia-141707.html#! Consultado el 8 de enero de 2019.

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“El modelo de protección social que hemos conocido tiende a menos-menos porque ya ha dejado de ser necesario, al igual que lo ha dejado de ser la clase media: ambos han cumplido su función. La clase media actual fue inventada tras la II Guerra Mundial en un entorno posbélico, con la memoria aún muy fresca de la miseria vivida durante la Gran Depresión y con una Europa deshecha y con 50 millones de desplazados, y lo más importante: con un modelo prometiendo el paraíso desde la otra orilla del Elba. La respuesta del capitalismo fue muy inteligente (en realidad fue la única posible, como suele suceder): el Estado se metió en la economía, se propició el pleno empleo de los factores productivos, la población se puso a consumir, a ahorrar y, ¡tachín!, apareció la clase media, que empezó a votar lo correcto: una socialdemocracia light y una democracia cristiana conveniente; para acabar de completar la jugada, esa gente tenía que sentirse segura, de modo que no desease más de lo que se le diese pero de forma que eso fuese mucho en comparación con lo que había tenido: sanidad, pensiones, enseñanza, gasto social… que financiaban con sus impuestos y con la pequeña parte que pagaban los ricos (para ellos se inventaron los paraísos fiscales). Todo eso ya no es necesario: ni nadie promete nada desde la otra orilla del Elba, ni hay que convencer a nadie de nada, ni hay que proteger a la población de nada: hay lo que hay y habrá lo que habrá, y punto.”

Santiago Niño Becerra (1951) economista español
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