Frases sobre social
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“Éste es el secreto de la felicidad: amar lo que uno tiene que hacer. […] lograr que la gente ame su inevitable destino social.”

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Variante: Éste es el secreto de la felicidad y la virtud: Amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social".

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“Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Entonces eran rápidamente silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles.”

Umberto Eco (1932–2016) escritor y filósofo italiano

Eco al diario La Stampa. 10 frases para recordar http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160219_cultura_umberto_eco_frases_ap en BBC Mundo de 20 de febrero de 2016.

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“No soy enemigo de individuos ni de clases sociales. Donde está la corrupción, allí está mi enemigo. Donde está el reinado de las tinieblas, allá me tiro sin miedo.”

Juan Montalvo (1832–1889) escritor ecuatoriano

Fuente: Amate Pou, Jordi. Paseando por una parte de la Historia: Antología de citas. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2017. ISBN 9788417321871, p. 106.

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“La sociedad está organizada según el principio de que cualquier individuo que posea ciertas características sociales tiene el derecho moral de esperar que otros lo valoren y lo traten de manera apropiada”

Erving Goffman (1922–1982) sociólogo canadiense

https://citas.in/frases/1791979-erving-goffman-society-is-organized-on-the-principle-that-any-ind/

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“‬Todos los sistemas de gobierno,‭ ‬incluso la federación,‭ ‬pueden ser reducidos a esta sola formula; ‬contrapeso de la autoridad por la libertad,‭ ‬y viceversa; ‬a que,‭ ‬por consecuencia,‭ ‬las categorías adoptadas desde el tiempo de Aristóteles por los autores,‭ ‬categorías con cuyo auxilio se clasifica a los gobiernos,‭ ‬se diferencia a los Estados y se distingue a las naciones en monarquía,‭ ‬aristocracia,‭ ‬democracia,‭ ‬etc.,‭ ‬se reducen,‭ ‬salvo aquí la federación,‭ ‬a construcciones hipotéticas y empíricas en las que la razón y‭ ‬la justicia no quedan satisfechas,‭ ‬a que todos esos gobiernos,‭ ‬compuestos de elementos iguales e igualmente incompletos,‭ ‬no difieren unos de otros sino en materia de intereses,‭ ‬de preocupación,‭ ‬de rutina,‭ ‬y en el fondo se parecen y se equivalen; ‬a que si,‭ ‬si no fuese debido a la aplicación de tan falsos sistemas,‭ ‬el malestar social que se acusan unas a otras las pasiones irritadas,‭ ‬los intereses lastimados y el amor propio burlado y ofendido,‭ ‬estaríamos respecto al fondo de las cosas cerca de entendernos; ‬a que,‭ ‬por fin,‭ ‬todas esas divisiones de partidos entre los que abre nuestra imaginación abismos,‭ ‬toda esa contrariedad de opiniones que nos parece irresoluble,‭ ‬todos esos antagonismos de fortuna que creemos sin remedio,‭ ‬van a encontrar pronto en la teoría del gobierno federal su ecuación definitiva.”

Pierre Joseph Proudhon (1809–1865) político francés

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“El matrimonio es, sin duda alguna, el estado de perfección social.”

Napoleon Bonaparte (1769–1821) político y militar francés

Citas de Napoleón, Otras (por colocar)

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“La responsabilidad social de los negocios consiste en incrementar sus beneficios.”

Milton Friedman (1912–2006) estadístico, economista, e intelectual estadounidense

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“…El error característico de los racionalistas constructivistas a este respecto estriba en que intentan basar sus argumentos en lo que se ha denominado la ilusión sinóptica, es decir, en la ficción de que todos los hechos relevantes son conocidos por alguna mente, y de que es posible construir a partir de este conocimiento de los particulares un orden social deseable. A veces la ilusión se expresa con un toque de conmovedora ingenuidad en los entusiastas de una sociedad deliberadamente planificada, como cuando alguno de ellos sueña con el desarrollo del “arte del pensar simultáneo: la capacidad de abordar a un tiempo una multitud de fenómenos interrelacionados, y de integrar en un solo esquema los atributos tanto cuantitativos como cualitativos de estos fenómenos”(Lewis Mumford). Tales sujetos parecen ignorar completamente que este sueño esquiva el problema central que plantea cualquier esfuerzo por comprender o conformar el orden de la sociedad: nuestra incapacidad para reunir como conjunto abarcable todos los datos que integran el orden social. Todos aquellos que están fascinados por los bellos planes que resultan de tal planteamiento porque son “tan ordenados, tan visibles y tan fácilmente comprensibles”(Jane Jacobs), son víctimas de la ilusión sinóptica y desconocen que estos planes deben su aparente claridad al hecho de que el planificador deja a un lado todos los hechos que desconoce”…”

Friedrich August von Hayek (1899–1992) economista y y filósofo británico

Derecho, legislación y libertad

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“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve.”

Martin Luther King (1929–1968) líder del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos de América

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“Podemos ser (blancos y negros) tan diferentes como los dedos en todo lo puramente social, sin embargo como una sola mano en las cosas esenciales del progreso mutuo.”

Booker T. Washington (1856–1915) educador, orador, cohesor y líder de la comunidad negra estadounidense

Fuente: Discurso durante la Exposición Internacional de los Estados algodoneros en Atlanta (septiembre 18, 1895).

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“Un aspecto del proceso de reorganización social mundial ha sido, sin dudas, la destrucción de las viejas identidades, las viejas certezas, las viejas formas de lucha. Esta destrucción tomó muchas formas. Es el petrolero que de repente ya no es petrolero. Es el profesor universitario que de repente descubre que su trabajo es juntar papelitos. Es el niño o la niña que descubren que la niñez ya no es la misma, que ahora es más trabajo y miseria que juguetes y helados. Es el hombre desempleado que piensa que es menos 'hombre'. Es el adolescente que se encuentra en un nuevo mundo de inseguridad total. Es el comunista que ya no tiene la certeza del triunfo final. Es el trabajador que antes tenía una imagen clara del proletariado y que ya no sabe qué quiere decir. Es el argentino, el mexicano o el francés, que descubre que el concepto 'Argentina', 'México' o 'Francia' ya no tiene el mismo significado que antes. Globalización, flexibilización del trabajo, desempleo: todas las características del neoliberalismo son aspectos de la destrucción de un mundo que tenía o parecía tener ciertas reglas del juego, ciertos parámetros seguros, ciertas identidades. Por cierto, estas reglas del juego no eran el paraíso: eran aspectos de un modo de dominación, eran los parámetros de la opresión capitalista de la posguerra, los parámetros y luego los límites de la acumulación del capital. Eran expresiones de cierto equilibrio social, un equilibrio entre la subordinación y la insubordinación, un equilibrio que definía a ambas”

John Holloway (1947) sociólogo mexicano
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“La ayuda a los indigentes debe convertirse en una ciencia, basada en la observación y cuyo objetivo debe ser el mejoramiento social.”

Thomas Chalmers (1780–1847)

Fuente: Hacia un nuevo enfoque del Trabajo Social. Autores Jesús García Alba, Jesús R. Melián Melián. Edición ilustrada. Editorial Narcea Ediciones, 1993. ISBN 9788427710313. p. 18 http://books.google.es/books?id=5CnVSw2ajsUC&lpg=PA18&dq=thomas%20chalmers&hl=es&pg=PA18#v=onepage&q=thomas%20chalmers&f=false

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“La revolución política, es decir, la expulsión de la dinastía y la restauración de las libertades públicas, ha resuelto un problema específico de importancia capital, ¡quien lo duda!, pero no ha hecho más que plantear y enunciar aquellos otros problemas que han de transformar el Estado y la sociedad españoles hasta la raíz. Estos problemas, a mi corto entender, son principalmente tres: el problema de las autonomías locales, el problema social en su forma más urgente y aguda, que es la reforma de la propiedad, y este que llaman problema religioso, y que es en rigor la implantación del laicismo del Estado con todas sus inevitables y rigurosas consecuencias. […]Cada una de estas cuestiones, Sres. Diputados, tiene una premisa inexcusable, imborrable en la conciencia pública, y al venir aquí, al tomar hechura y contextura parlamentaria, es cuando surge el problema político. Yo no me refiero a las dos primeras, me refiero a esto que llaman problema religioso. La premisa de este problema, hoy político, la formulo yo de esta manera: España ha dejado de ser católica; el problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica el pueblo español. Yo no puedo admitir, Sres. Diputados, que a esto se le llame problema religioso. El auténtico problema religioso no puede exceder de los límites de la conciencia personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y se responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino. Este es un problema político, de constitución del Estado, y es ahora precisamente cuando este problema pierde hasta las semejas de religión, de religiosidad, porque nuestro Estado, a diferencia del Estado antiguo, que tomaba sobre sí la curatela de las conciencias y daba medios de impulsar a las almas, incluso contra su voluntad, por el camino de su salvación, excluye toda preocupación ultraterrena y todo cuidado de la fidelidad, y quita a la Iglesia aquel famoso brazo secular que tantos y tan grandes servicios le prestó. Se trata simplemente de organizar el Estado español con sujeción a las premisas que acabo de establecer.”

Manuel Azaña (1880–1940) político español

Discurso en el Congreso de los Diputados el 13 de octubre de 1931 en el transcurso del debate sobre el proyecto constitucional http://www.segundarepublica.com/index.php?opcion=7&id=8.
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“El modelo de propaganda deja entrever que el "propósito social" de los medios de comunicación es el de inculcar y defender el orden del día económico, social y político de los grupos privilegiados que dominan el Estado y la sociedad del país.”

Propaganda
Fuente: {{Versalita|Baquero Lazcano√. Pedro Enrique. Colaborador Andrea {{Versalita|Arnoletto}. La mundialización en la realidad Argentina, Volumen 2. Ediciones del Copista, 2003, p. 30.
Fuente: Los guardianes de la libertad.

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“¿Hay algo bueno aún en las especies que pueblan la biosfera? Aún quedan individuos que llevan a cabo actos de compasión con todo su corazón, en la iglesia, en los hospitales, en la atención social. Hay gente similar en la vida privada, buenos en el más profundo sentido de la palabra, que alegran y animan a toda la comunidad a su alrededor, que no se dejan influenciar por los "caprichos pasajeros del mundo". Todas estas personas buscan la cercanía, dar su amor fraternar. La verdadera grandeza se encuentra en todas estas escasas personas que luchan también por proteger y preservar toda la creación, la parte viva del planeta. Entre la muchedumbre rabiosa y vociferante, entre los frenéticos häkkinens y mäkkinens, aún queda un pequeño grupo de ecologistas que defienden la vida. Algunos tratan de influir en clubs o partidos, otros van por su cuenta. Es milagroso que este pequeño grupo de personas que pueden combinar conocimiento y emoción aún se las arregle para intentar preservar lo que es justo y bueno lo máximo posible, y además sean capaces de ser pacientes entre tantísimo alboroto. Pero estas personas no pueden arreglarlo todo; se agarran a los últimos pedazos de naturaleza aún no violada por el hombre, se aferran a los últimos restos del bosque, intentan retrasar el final, dar un poco de tiempo más a la biosfera, aunque sólo sea un segundo más. Estas personas aún piensan, discuten, escriben, negocian, intentan redactar programas de conservación de la naturaleza que después terminan hechos pedazos por los terratenientes y su ignorante hatajo de bestias. El mayor milagro de este comienzo de milenio es que aún queden protectores; que la fe, la esperanza y el amor aún ardan en su interior.”

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“El lenguaje es, a la vez, instrumento y objeto de la investigación social.”

Jesús Ibáñez (1928–1992) Catedrático de sociología español

Fuente: En Ibáñez, Alvira y Ferrando: El análisis de la realidad social, Madrid, Alianza, 2005, 3ª edición, p. 10.

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“Estas organizaciones políticas y sindicales pasan al primer plano de la lucha. Estos sectores profesionales, estos sectores populares, estos sectores de bases sociales, están agrupados dentro de Coordinación Democrática con voz, pero sin voto. Aquí, la dirección de Coordinación Democrática corresponde plenamente a partidos y sindicatos de forma prioritaria.”

Enrique Múgica (1932) político español

Original francés: «Ces organisations politiques et syndicales passent au premier plan de la lutte. Ces secteurs professionnels, ces secteurs populaires, ces secteurs de bases sociales sont assemblés dans la Coordination Démocratique avec voix mais sans vote. Ici, la direction de la Coordination Démocratique correspond d'une manière pleine à partis et à syndicats avant tout».
Fuente: La transición, capítulo 9 La dimisión de Arias Navarro. Documental de Elías Andrés y Victoria Prego para RTVE http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/transicion-capitulo-9/747173/.

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“Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador "Ponte los zapatos y los calcetines", el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?”

The Terminal Man
Variante: Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador <>, el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?

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“Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy: si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar tu bolsillo, y pereza de abrir los ojos para hojear las hojas que tengo que darte todavía, te contaré cómo a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo mucho más, me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija del clima y de otras causas, perder de pereza más de una conquista amorosa; abandonar más de una pretensión empezada, y las esperanzas de más de un empleo, que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por pereza de hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales que hubieran podido valerme de mucho en el transcurso de mi vida; te confesaré que no hay negocio que no pueda hacer hoy que no deje para mañana; te referiré que me levanto a las once, y duermo siesta; que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando o roncando, como buen español, las siete y las ocho horas seguidas; te añadiré que cuando cierran el café, me arrastro lentamente a mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo más que una), y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y bostezando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y siempre fue de pereza.”

Mariano José de Larra (1809–1837) escritor, periodista y político español (1809-1837)
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