Frases sobre combates

Una colección de frases y citas sobre el tema del combates, vida, mismo, lucha.

Frases sobre combates

Adolf Hitler Foto
Ignacio Zaragoza Foto

“Las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con torpeza.”

Ignacio Zaragoza (1829–1862) militar mexicano

El informe que el general Zaragoza rindió sobre la Batalla de Puebla al Presidente Benito Juárez.

Stendhal Foto
Adolf Hitler Foto

“La autoridad del Estado no puede ser un fin en sí misma, porque ello significaría consagrar la inviolabilidad de toda tiranía en el mundo. Si por los medios que están al alcance de un gobierno se precipita una nacionalidad en la ruina, entonces la rebelión no es sólo un derecho, sino un deber para cada uno de los hijos de ese pueblo. La pregunta: "¿cuándo se presenta este caso?", no se resuelve mediante disertaciones teóricas, sino por la acción y por el éxito. Como todo gobierno, por malo que sea y aún cuando haya traicionado una y mil veces los intereses de una nacionalidad, reclama para sí el deber que tiene de mantener la autoridad del Estado, el instinto de conservación nacional en lucha contra un gobierno semejante tendrá que servirse, para lograr su libertad o su independencia, de las mismas armas que aquél emplea para mantenerse en al mando. Según esto, la lucha será sostenida por medios "legales" mientras el poder que se combate no utilice otros; pero no habrá que vacilar ante el recurso de medios ilegales si es que el opresor mismo se sirve de ellos. En general, no debe olvidarse que la finalidad suprema de la razón de ser de los hombres no reside en el mantenimiento de un Estado o de un gobierno: su misión es conservar su Raza. Y si esta misma se hallase en peligro de ser oprimida o hasta eliminada, la cuestión de la legalidad pasa a un plano secundario. Entonces poco importará ya que el poder imperante aplique en su acción los mil veces llamados medios "legales"; el instinto de conservación de los oprimidos podrá siempre justificar en grado superlativo el empleo de todo recurso. Sólo así se explican en la Historia ejemplos edificantes de luchas libertarias contra la esclavitud (interna o externa) de los pueblos. En este caso el derecho humano se impone sobre el derecho político. Si un pueblo sucumbe sin luchar por los derechos del hombre, es porque al haber sido pesado en la balanza del Destino resultó demasiado débil para tener la suerte de seguir subsistiendo en el mundo terrenal. Porque quien no está dispuesto a luchar por su existencia o no se siente capaz de ello es que ya está predestinado a desaparecer, y esto por la justicia eterna de la Providencia. ¡El mundo no se ha hecho para los pueblos cobardes!”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

Roberto Bolaño Foto
Subcomandante Marcos Foto

“Debo empezar por unas disculpas ("mal comienzo", decía mi abuela).

¿De qué tenemos que pedir perdón? ¿De qué nos van a perdonar? ¿De no morirnos de hambre? ¿De no callarnos en nuestra miseria? ¿De no haber aceptado humildemente la gigantesca carga histórica de desprecio y abandono? ¿De habernos levantado en armas cuando encontramos todos los otros caminos cerrados? ¿De no habernos atenido al Código Penal de Chiapas, el más absurdo y represivo del que se tenga memoria? ¿De haber demostrado al resto del país y al mundo entero que la dignidad humana vive aún y está en sus habitantes más empobrecidos? ¿De habernos preparado bien y a conciencia antes de iniciar? ¿De haber llevado fusiles al combate, en lugar de arcos y flechas? ¿De haber aprendido a pelear antes de hacerlo? ¿De ser mexicanos todos? ¿De ser mayoritariamente indígenas? ¿De llamar al pueblo mexicano todo a luchar de todas las formas posibles, por lo que les pertenece? ¿De luchar por libertad, democracia y justicia? ¿De no seguir los patrones de las guerrillas anteriores? ¿De no rendirnos? ¿De no vendernos? ¿De no traicionarnos? ¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo? ¿Los que, durante años y años, se sentaron ante una mesa llena y se saciaron mientras con nosotros se sentaba la muerte, tan cotidiana, tan nuestra que acabamos por dejar de tenerle miedo? ¿Los que nos llenaron las bolsas y el alma de declaraciones y promesas? ¿Los muertos, nuestros muertos, tan mortalmente muertos de muerte "natural", es decir, de sarampión, tosferina, dengue, cólera, tifoidea, mononucleosis, tétanos, pulmonía, paludismo y otras lindezas gastrointestinales y pulmonares? ¿Nuestros muertos, tan mayoritariamente muertos, tan democráticamente muertos de pena porque nadie hacía nada, porque todos los muertos, nuestros muertos, se iban así nomás, sin que nadie llevara la cuenta, sin que nadie dijera, por fin, el "¡YA BASTA!", que devolviera a esas muertes su sentido, sin que nadie pidiera a los muertos de siempre, nuestros muertos, que regresaran a morir otra vez pero ahora para vivir? ¿Los que nos negaron el derecho y don de nuestras gentes de gobernar y gobernarnos? ¿Los que negaron el respeto a nuestra costumbre, a nuestro color, a nuestra lengua? ¿Los que nos tratan como extranjeros en nuestra propia tierra y nos piden papeles y obediencia a una ley cuya existencia y justeza ignoramos? ¿Los que nos torturaron, apresaron, asesinaron y desaparecieron por el grave "delito" de querer un pedazo de tierra, no un pedazo grande, no un pedazo chico, sólo un pedazo al que se le pudiera sacar algo para completar el estómago?

¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?

¿El presidente de la república? ¿Los secretarios de estado? ¿Los senadores? ¿Los diputados? ¿Los gobernadores? ¿Los presidentes municipales? ¿Los policías? ¿El ejército federal? ¿Los grandes señores de la banca, la industria, el comercio y la tierra? ¿Los partidos políticos? ¿Los intelectuales? ¿Galio y Nexos? ¿Los medios de comunicación? ¿Los estudiantes? ¿Los maestros? ¿Los colonos? ¿Los obreros? ¿Los campesinos? ¿Los indígenas? ¿Los muertos de muerte inútil?

¿Quién tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo?”

Subcomandante Marcos (1957) ideólogo del EZLN
Winston Churchill Foto
Francisco Palau y Quer Foto
Victor Hugo Foto

“Pongámonos de acuerdo en qué es la igualdad, pues si la libertad es la cima, la igualdad es la base. La igualdad, ciudadanos, no es que toda la vegetación esté enrasada, una sociedad de hierbas largas y de robles bajos; un vecindario de envidias que se castren entre sí; es, en el ámbito civil, que todas las aptitudes tengan las mismas oportunidades; en el ámbito político, es que todos los votos valgan lo mismo; en el ámbito religioso, es que todas las conciencias tengan los mismos derechos. La Igualdad tiene un órgano: la instrucción gratuita y obligatoria. El derecho al alfabeto, por ahí es por donde hay que empezar. La escuela primaria obligatoria para todos; la escuela secundaria brindada a todos, ésa es la ley. De la escuela idéntica sale la sociedad igual. ¡La enseñanza, sí! ¡Luz! ¡Luz! Todo viene de la luz y todo va a la luz. Ciudadanos, el siglo XIX es grande, pero el siglo XX será feliz. Y ya no pasará nada que tenga que ver con la historia vieja; no tendremos ya que temer, como ahora, una conquista, una invasión, una usurpación, una rivalidad a mano armada de naciones, una interrupción de la civilización que dependa de un matrimonio de reyes, de un nacimiento en el seno de las tiranías hereditarias, de un reparto de pueblos obra de un congreso, de un desmembramiento porque se hunda una dinastía, de un combate entre dos religiones que choquen de frente como dos carneros del reino de la oscuridad, en el puente de lo infinito; no tendremos ya que temer la hambruna, ni la explotación, ni la prostitución fruto de la desesperación ni el desvalimiento, ni la miseria fruto del paro, ni el patíbulo, ni la espada, ni las batallas, ni todos los robos de salteador del azar en el bosque de los acontecimientos. Casi podríamos decir que ya no habrá acontecimientos. Los hombres serán felices. El género humano cumplirá su ley como cumple la suya el globo terrestre; se restablecerá la armonía entre el alma y el astro; el alma gravitará en torno a la verdad igual que el astro en torno a la luz.”

Les Misérables

Sylvia Plath Foto

“Lo hice nuevamente.
Uno de cada diez años
puedo soportarlo…

una especie de milagro ambulante, mi piel
brilla como una pantalla nazi,
mi pie derecho

un pisapapeles,
mi rostro sin forma, delgado
lienzo judío.

Retira la compresa,
¡ah, enemigo mío!
¿te doy miedo?…

¿La nariz, la fosa de los ojos, toda la dentadura?
El aliento agrio
un día se desvanecerá.

Pronto, pronto la carne
que alimentó la grave sepultura me será
familiar

y yo seré una mujer sonriente,
sólo tengo treinta.
Y como el gato tengo nueve vidas que morir.

Ésta es la Número Tres.
Qué basura
para la aniquilación de cada década.

Qué millón de filamentos.
La multitud como maní prensado
se atropella para ver

desenvuelven mis manos y pies…
el gran strip tease
señoras y señores

éstas son mis manos
mis rodillas.
Puede que esté piel y huesos,

sin embargo, soy la misma e idéntica mujer.
La primera vez que ocurrió, tenía diez.
Fue un accidente.

La segunda vez quise
que fuera definitivo y no regresar jamás.
Me mecí doblada sobre mí misma

como una concha.
Tuvieron que llamar y llamar
y quitarme uno a uno los gusanos como perlas viscosas.

Morir
es un arte, como cualquier otro,
yo lo hago de maravillas.

Hago que se sienta como un infierno.
Hago que se sienta real.
Creo que podrían llamarlo un don.

Es tan fácil que puedes hacerlo en una celda.
Es tan fácil que puedes hacerlo y quedarte ahí, quietita.
Es el teatral

regreso a pleno día
al mismo lugar, a la misma cara, al mismo grito
brutal y divertido

“¡Milagro!”
que me deja fuera de combate.
Hay un precio a pagar

para mirar las escaras, hay un precio a pagar
para auscultar mi corazón…
late de veras.

Y hay un precio a pagar, un precio mayor
por una palabra o un contacto
o un poquito de sangre

o una muestra de mi cabello o de mi ropa.
Bueno, bueno, Herr Doctor.
Bueno, Herr Enemigo.

Soy vuestra opus,
soy vuestra valiosa
niña de oro puro

que se funde en un chillido.
Giro y ardo.
No crean que no estimo su enorme preocupación.

Cenizas, cenizas…
Ustedes atizan y remueven.
Carne, hueso, no hay nada allí…

Un pan de jabón,
un anillo de bodas,
un empaste de oro.

Herr dios, Herr Lucifer
tengan cuidado
tengan cuidado.

Sobre las cenizas
me elevo con mi cabello rojo
y devoro hombres como aire.”

Sylvia Plath (1932–1963) escritora Estadounidense

Ariel

José Saramago Foto
Carl von Clausewitz Foto
Carl von Clausewitz Foto

“Guevara, mito del combate creador del merchandising.”

Jaime Garzón (1960–1999) Humorista, presentador de televisión, y defensor de los Derechos Humanos Colombiano.
Alí Primera Foto

“Sí la lucha por la libertad se dispersa, no habrá victoria popular en el combate.”

Alí Primera (1942–1985) músico venezolano

Fragmentos de las letras de sus canciones

Subcomandante Marcos Foto
John Katzenbach Foto

“La gente se sacrifica sin cesar para que otros puedan vivir. Los soldados en combate. Los bomberos en un edificio en llamas. Los policías en las calles de una ciudad. ¿Es ti vida tan feliz, tan productiva y tan importante para que asumamos automáticamente que es más valiosa que lo que podría costar?”

John Katzenbach (1950) escritor estadounidense

The Analyst
Variante: La gente se sacrifica sin cesar para que otros puedan vivir. Los soldados en combate. Los bomberos en un edificio en llamas. Los policías en las calles de una ciudad. ¿Es tú vida tan feliz, tan productiva y tan importante para que asumamos automáticamente que es más valiosa que lo que podría costar?

Karl Marx Foto
Vincent Van Gogh Foto

“El arte es un combate. En el arte es necesario hasta jugarse la piel.”

Vincent Van Gogh (1853–1890) pintor neerlandés

Citas en sus Cartas a Theo, Citas de Van Gogh sobre el arte

Paulo Coelho Foto
Hildegarda de Bingen Foto

“Huye de la abyección, oh rey, sé un soldado, un caballero armado, aquel que combate valientemente al demonio, para no dispersarte y para que tu reino terrestre no sufra por ello.”

Hildegarda de Bingen (1098–1179) Santa medieval, profetisa, mística, escritora, compositora y doctora de la Iglesia

Al emperador Federico I Barbarroja.

Tomás Moro Foto
Luis Alberto Costales Foto
Erwin Rommel Foto

“En combate cercano, la victoria es del que tiene una bala más en el cargador.”

Erwin Rommel (1891–1944) militar y mariscal de campo alemán

Rommel escribe que aprendió esta lección por sí mismo en combate, tras darse de bruces contra una patrulla francesa de cinco hombres. Logró abatir a disparos a dos de ellos, y al agotar la munición del fusil no tuvo más remedio que cargar a la bayoneta contra los restantes, que conservaron la suficiente presencia de ánimo para dispararle (hiriéndole en el muslo izquierdo) y retirarse.
Verificadas
Fuente: Infanterie greift an (1937).

Piedad Córdoba Foto
Gari Kaspárov Foto
Néstor Majnó Foto

“Nunca he rehusado un combate, si continúo viviendo cuando comience el vuestro, yo seré un combatiente más.”

Néstor Majnó (1888–1934)

Entrevista con Durruti y Ascaso en París, 1927

Octavio Paz Foto
Andrzej Sapkowski Foto
Julia Navarro Foto

“Ya lo dijo Gandhi: para que algo funcione se requiere llevar el combate a un terreno en el que poseemos armas.”

Sara Sefchovich (1949) historiadora mexicana

¡Atrévete! Propuesta hereje contra la violencia en México

Paco Ignacio Taibo II Foto
Ernst Jünger Foto
André Malraux Foto
Osho Foto
William Shakespeare Foto
William Shakespeare Foto

“Que después de un combate demasiado ligero, no parezca ligero el galardón.”

William Shakespeare (1564–1616) escritor inglés

Sin fuentes

Honoré De Balzac Foto

“El matrimonio es un combate a ultranza, antes del cual los esposos piden la bendición de dios, porque amarse para siempre es la más temeraria de las empresas.”

Honoré De Balzac (1799–1850) novelista francés

Fuente: Caballero Méndez, Rubén. POET@NET, POETAS EN LA RED. Edición ilustrada. Editorial Lulu.com, 2017. ISBN 9780244052164, p. 109.

Thomas Carlyle Foto

“Puede ser un héroe tanto el que triunfa como el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate.”

Thomas Carlyle (1795–1881)

Fuente: [Amate Pou], Jordi. Paseando por una parte de la Historia: Antología de citas. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial España, 2017. ISBN 9788417321871, p. 74.

Paulo Coelho Foto
Paulo Coelho Foto
Bob Dylan Foto
Michel Foucault Foto
Friedrich Nietzsche Foto
Mohandas Gandhi Foto

“La no violencia ha de ser la única bandera de combate entre los ejércitos humanos. Ella prevalecerá.”

Mohandas Gandhi (1869–1948) abogado, pensador y político indio

1939.
Citas sin fuentes

Iósif Stalin Foto
Carl von Clausewitz Foto
Marguerite Duras Foto
Neal Stephenson Foto
George G. Byron Foto

“Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz.”

George G. Byron (1788–1824) escritor británico

Fuente: [Palomo Triguero] (2013), p. 94.

Óscar Únzaga Foto

“Tengo porte y tengo estampa, y una rara habilidad para los combates con trampa.”

Héctor del Mar (1942–2019) locutor de radio y televisión español de origen argentino
Oscar Bonavena Foto
Leandro Alem Foto
Mao Zedong Foto
Mao Zedong Foto
Eduardo Galeano Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Pedro José Ramirez Foto
Mario Vargas Llosa Foto
Benito Mussolini Foto
Ann Coulter Foto
Héctor Germán Oesterheld Foto
Muamar el Gadafi Foto
Teresa de Calcuta Foto

“La vida es un combate, acéptalo.”

Teresa de Calcuta (1910–1997) monja católica de origen albanés
Ignacio Manuel Altamirano Foto
Octavio Paz Foto
Zhou Enlai Foto

“Todo hombre tiene derecho a que se lo combata lealmente.”

Zhou Enlai (1898–1976) Primer ministro de la República Popular China
Indalecio Prieto Foto
Isabel Allende Foto
Friedrich Nietzsche Foto
Julio Cortázar Foto
Steven D. Levitt Foto

“Pero por supuesto, eso depende de quién lo haga. Si lo hiciera Al Gore, podría conseguir un segundo premio Nobel de la Paz; si fuera Hugo Chávez, probablemente recibiría pronto una visita de los aviones de combate estadounidenses.”

SuperFreakonomics: Enfriamiento global, prostitutas patrioticas y por que los terroristas suicidas deberian contratar un seguro de vida (Vintage Espanol)

Carl Sagan Foto
Marco Aurelio Foto
Mark Danner Foto
Umberto Eco Foto
Aldous Huxley Foto

“La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Y estar satisfecho de todo no posee el hechizo de una buena lucha contra la desventura, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza.”

Brave New World
Variante: La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintorequismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza

Pablo Neruda Foto
Isabel Allende Foto
Javier Negrete Foto

“Cuando regresó, el hijo del posadero le entregó las ropas del guerrero, limpias y dobladas. Mikhon Tiq las subió al sobrado y las colocó en orden junto a sus armas. Eran ropas de estilo Ainari, aunque mezclado con algunos detalles bárbaros del Norte. Las botas, que el propio rapaz había encerado, estaban arrugadas en los tobillos, casi cuarteadas; botas de espadachín acostumbrado a doblar las piernas y girar los pies en la danza del combate. Las mangas de la casaca eran amplias. Sin duda su dueño las utilizaba para guardar en ellas las manos y ocultar así las emociones, según la costumbre de Áinar. Pero tenían corchetes de latón para que, llegado el momento de la pelea, pudieran ceñirse a las muñecas y no estorbar los movimientos. El talabarte, ya descolorido, tenía una pequeña vaina a la derecha para el colmillo de diente de sable que sólo los Tahedoranes podían llevar. A la izquierda había dos trabillas de piel con sendas hebillas para colgar la funda de la espada. Éste era otro detalle que lo delataba. Los guerreros normales llevan una sola hebilla, de forma que la espada cuelgue junto al muslo. Los maestros de la espada, sean Ibtahanes o Tahedoranes, necesitan dos para que la espada se mantenga horizontal; de esta manera pueden sujetar la vaina con la mano izquierda y extraer el arma a una velocidad fulgurante, en el movimiento letal conocido como Yagartéi que es en sí mismo un arte marcial. Pero lo que más llamaba la atención de Mikhon Tiq era la propia espada. Hacía años que no veía una auténtica arma de Tahedorán. La funda era de cuero repujado, reforzada con guarnición y punta de metal, y con dos pequeños bolsillos a ambos lados. Uno de ellos contenía una navaja con un pequeño gavilán en forma de gancho; de este modo servía de arma y a la vez de herramienta para desmontar la empuñadura de su hermana mayor. En la otra abertura había papel de esmeril para sacar filo a la hoja; aunque un Tahedorán sólo haría esto en una emergencia, pues los aceros dignos de tal nombre deben ser bruñidos y afilados por maestros pulidores. En torno a la empuñadura de la espada corría una fina tira de piel, enrollada y apretada con fuerza para evitar que la mano resbalara al aferrarla. Mikhon Tiq miró de reojo a Linar. Tenía el ojo cerrado; o dormía o estaba encerrado en su mundo interior. En cuanto al guerrero, su respiración bajo la manta era profunda y pausada. Mikhon Tiq sintió la tentación de desenvainar la espada para examinar la hoja. Pero aquello habría sido una afrenta, como desnudar a una doncella dormida, así que apartó las manos del arma y procuró pensar en otras cosas.”

Javier Negrete (1964) escritor español

La Espada de Fuego

John Piper Foto

“Una bala soberana Por ejemplo, el 20 de abril de 2001, la Fuerza Aérea del Perú derribó un avión misionero al confundirlo con un transporte de drogas. En el aeroplano estaban el piloto Kevin Donaldson y una familia misionera: Jim y Verónica Bowers y sus dos hijos, Charity de siete meses y Cory de seis años de edad. Verónica tenía sentada a Charity en su regazo en la parte trasera del Cessna 185. Cuando las balas rociaron la avioneta, una de ellas entró por la espalda de Verónica, atravesándola a ella y a su bebita. Ambas murieron. El piloto, con las rodillas destrozadas, logró estrellar el aeroplano contra un río, y los otros tres ocupantes sobrevivieron. Siete días después en el funeral en Fruitport, Michigan, Jim Bowers ofreció este testimonio y explicó por qué la soberanía de Dios en las muertes de su esposa y su hija era la roca debajo de sus pies. Por encima de todo, quiero dar gracias a Dios. Él es un Dios soberano. Ahora me doy más cuenta de eso… Algunos de ustedes se podrían preguntar: «¿Por qué agradecer a Dios?»… ¿Podría esto ser realmente el plan de Dios para Roni y Charity; ¿el plan divino para Cory, nuestra familia y yo? Me gustaría decirles por qué lo creo. [4] Jim siguió dando quince razones. En ese contexto, afirmó: «Roni y Charity murieron al instante a causa de la misma bala. (¿Diría usted que esa es una bala perdida?). No alcanzó a Kevin, quien estaba enfrente de Charity; se alojó en Charity. Esa fue una bala soberana». Sin embargo, ¿qué pasó con los pilotos peruanos de combate? ¿No tenían ellos voluntad? ¿No cometieron equivocaciones o, quizás, hasta pecaron contra una inocente familia misionera? Jim Bowers afirmó: «Aquellas personas que hicieron eso simplemente fueron usadas por Dios. Créanlo o no, yo lo creo. Ellos fueron usados por Él, por el Señor, para lograr el propósito divino en esto, quizás”

John Piper (1946) escritor estadounidense

Bajo las alas de Dios

Julio Cortázar Foto
Pablo Neruda Foto
Julio Cortázar Foto
Paco Ignacio Taibo II Foto
Jean Jacques Rousseau Foto
William Shakespeare Foto
Paulo Coelho Foto
Sun Tzu Foto