Frases sobre grandeza
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“Él, que, siendo el esplendor de su grandeza, es tanto mayor que los ángeles cuanto ha heredado nombre más excelente.”

Clemente de Roma papa de la Iglesia católica

Fuente: Historia de la espiritualidad: Espiritualidad católica. Volumen 1 de Historia de la espiritualidad. Perfección cristiana : vida y doctrina. Editorial J. Flors, 1969. p. 294.
Fuente: Padres Apostólicos, página 211.

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“La verdadera grandeza de la ciencia acaba valorándose por su utilidad.”

Gregorio Marañón (1887–1960) científico e historiador español

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“El amor es un caos de luz y de tinieblas; la mujer, una amalgama de perjurios y ternura; el hombre, un abismo de grandeza y pequeñez; la vida, en fin, puede compararse a una larga cadena con eslabones de hierro y de oro.”

Citas por obras, La creación (poema indio)
Fuente: La creación (poema indio).
Fuente: Bécquer La creación https://books.google.es/books?id=qdVTXgO08RwC&printsec=frontcover&dq=Rimas+y+leyendas&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjPieL3tZDgAhXl6eAKHXD5AfoQ6AEIKDAA#v=onepage&q=El%20amor%20es%20un%20caos%20de%20luz%20y%20de%20tinieblas%3B%20la%20mujer%2C%20una%20amalgama%20de%20perjurios%20y%20ternura%3B%20el%20hombre%2C%20un%20abismo%20de%20grandeza%20y%20peque%C3%B1ez%3B%20la%20vida%2C%20en%20fin%2C%20puede%20compararse%20a%20una%20larga%20cadena%20con%20eslabones%20de%20hierro%20y%20de%20oro&f=false. Editorial EDAF, 1979. ISBN 9788471663436. Página 91.

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“Creer uno que sabe Historia porque la conoce en los compendios, es querer formarse idea de la grandeza del mar, al comer una ostra.”

Ignacio Manuel Altamirano (1834–1893) escritor, periodista, abogado, maestro y político

Fuente: Altamirano, Ignacio Manuel; Sierra Casasús, Catalina. Obras completas, Volumen 23. Editor Secretaría de Educación Pública, 1986. ISBN 978-97-0186-861-4. p. 35.

“A temprana edad conocimos el gusto de la grandeza y de la fama, y sin pedirle permiso a los oráculos nos erigimos en los profetas del mal y de la destrucción.”

Gonzalo Arango (1931–1976) poeta, periodista y filósofo colombiano

Fuente: Lozada Flórez, Félix Ramiro. Literatura colombiana. 2ª Edición. Editorial F.R. Lozada Flores, 2002. ISBN 9789583331459.
Fuente: Terrible 13 manifiesto nadaísta.

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“Winston Churchill dijo que «el precio de la grandeza es la responsabilidad sobre cada uno de tus pensamientos». A”

El monje que vendió su Ferarri: Una fábula espiritual

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“La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Y estar satisfecho de todo no posee el hechizo de una buena lucha contra la desventura, ni el pintoresquismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza.”

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Variante: La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y, naturalmente, la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintorequismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza

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“No es tarea del teorizante establecer el grado posible de realización de una idea, sino el saber exponerla; es decir, que el teorizante tiene que preocuparse menos del camino a seguir que de la finalidad perseguida. Lo decisivo es, pues, la exactitud de una idea en principio y no la dificultad que ofrezca su realización. Así, cuando el teorizante busca, en lugar de la verdad absoluta, tomar en consideración las llamadas "oportunidad" y "realidad", dejará éste de ser una estrella polar para transformarse en un recetador cotidiano. El teorizante de un Movimiento ideológico puntualiza la finalidad de éste; el político aspira a realizarla. El primero se subordina en su modo de pensar a la verdad eterna, en tanto que el segundo somete su manera de obrar a la realidad práctica. La grandeza de uno reside en la verdad absoluta y abstracta de su idea, la del otro en el punto de vista cierto en que se coloca con relación a los hechos y al aprovechamiento útil de los mismos, debiendo servir de guía a éste el objetivo del teorizante. En cuanto al éxito de los planes, esto es, la realización de esas acciones, pueden ser consideradas como piedra de toque en la importancia de un político, ya que nunca se podrá realizar la última intención del teorizante sin éste, pues al pensamiento humano le es dado comprender las verdades, adornar ideales claros como el cristal, sin embargo la realización de los mismos es demolida por la imperfección e insuficiencia humanas. Cuanto más abstractamente cierta, y, por tanto, más formidable fuera una idea, tanto más imposible se vuelve su realización, una vez que ésta depende de criaturas humanas. Es por eso que no se debe medir la importancia de los teorizantes por la realización de sus fines, y sí por la verdad de los mismos y por la influencia que ellos tuvieron en el desarrollo de la Humanidad. Si así no fuese, los fundadores de religiones no podrían ser considerados entre los mayores hombres de este mundo, por cuanto la realización de sus intenciones éticas nunca será, ni aproximadamente, íntegra. Incluso la religión del amor, en su acción, no es más que un reflejo débil de la voluntad de su sublime fundador; su importancia por consiguiente reside en las directrices que ella procuró imprimir en el desarrollo general de la cultura y de la moralidad entre los hombres.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

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“En cuanto al fin que nos proponen Plinio y Cicerón, la gloria, estoy muy lejos de tenerla en cuenta. La inclinación más contraria al retiro es la ambición. La gloria y el reposo no pueden alojarse en el mismo albergue. Por lo que veo, estos sólo tienen los brazos y las piernas fuera de la multitud; su alma y su intención continúan, más que nunca, atadas a ella: b | Tun’ uetule auriculis alienis colligis escas? [Entonces, viejo, ¿trabajas sólo para alimentar los oídos ajenos? ] a | Se han echado atrás solo para saltar mejor, y para, con un movimiento más fuerte, penetrar más vivamente en la muchedumbre. ¿Queréis ver cómo se quedan cortos por un pelo?
Comparemos las opiniones de dos filósofos [Epicuro y Séneca], y de dos escuelas muy diferentes, uno escribiendo a Idomeneo, otro a Lucillo, amigos suyos, para apartarlos de la administración de los negocios y de las grandezas, y dirigirlos hacia la soledad. Hasta ahora has vivido —dicen— nadando y flotando; ven a morir al puerto. Has entregado el resto de tu vida a la luz, entrega esta parte a la sombra. Es imposible abandonar las tareas si no renuncias a su fruto; así pues, deshazte de toda preocupación por el nombre y por la gloria. Existe el peligro de que el brillo de tus acciones pasadas te ilumine en exceso, y te siga hasta el interior de tu guarida. Abandona, junto a los demás placeres, el que brinda la aprobación ajena; y, en cuanto a tu ciencia y capacidad, no te importe: no perderán su eficacia porque tú valgas más que ellas. Acuérdate de aquel que, cuando le preguntaron para qué se esforzaba tanto en un arte que no podía ser conocido por mucha gente, respondió: «Me basta con pocos, me basta con uno, me basta con ninguno». Tenía razón. Tú y un compañero sois teatro de sobra suficiente el uno para el otro, o tú para ti mismo. Que el pueblo sea para ti uno solo, y que uno solo sea para ti todo el pueblo. Es una ambición cobarde pretender obtener gloria de la ociosidad y del ocultamiento. Tenemos que hacer como los animales, que borran su rastro a la entrada de su guarida. No has de buscar más que el mundo hable de ti, sino cómo has de hablarte a ti mismo. Retírate en tu interior, pero primero prepárate para acogerte; sería una locura confiarte a ti mismo si no te sabes gobernar. Uno puede equivocarse tanto en la soledad como en la compañía. Hasta que no te hayas vuelto tal que no oses tropezar ante ti, y hasta que no sientas vergüenza y respeto por ti mismo, c | obuersentur species honestae animo [que se ofrezcan imágenes honestas al espíritu], a | represéntate siempre en la imaginación a Catón, Foción y Aristides, ante los cuales aun los locos ocultarían sus faltas, y establécelos como censores de todas tus intenciones. Si estas se desvían, la reverencia por ellos te devolverá al camino. Te retendrán en la vía de contentarte contigo mismo, de no tomar nada en préstamo sino de ti, de detener y fijar el alma en unos pensamientos definidos y limitados donde pueda complacerse; y, tras haber entendido los verdaderos bienes, que se gozan a medida que se entienden, de contentarse con ellos, sin ansias de prolongar la vida ni el nombre. Este es el consejo de la verdadera y genuina filosofía, no de una filosofía ostentosa y verbal, como es la de los dos primeros.”

Michel De Montaigne (1533–1592) biografía, filósofo y político francés del Renacimiento

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“Le había llegado la hora de preguntarse con dignidad, con grandeza, con unos deseos incontenibles de vivir, qué hacer con el amor que se le habîa quedado sin dueño.”

Love in the Time of Cholera
Variante: Florentino Ariza supo en ese momento que también a ella le había llegado la hora de preguntarse con dignidad, con grandeza, con unos deseos incontenibles de vivir, qué hacer con el amor que se le había quedado sin dueño

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“La Grandeza existe; como mucho, coexiste. Su subtexto es que se joda el contexto.”

Rem Koolhaas (1944) arquitecto holandés

Acerca de la ciudad

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“La vida empezó a hacerse dura para Marius. Comerse la ropa y el reloj no significaba nada. Se vio reducido a esa situación inexplicable que se llama comerse los codos, algo terrible que se traduce en días sin pan, noches sin sueños y sin luz, hogar sin fuego, semanas sin trabajo, porvenir sin esperanza; la levita rota en los codos, el sombrero viejo y raído, que hace reír a las jóvenes; la puerta cerrada de noche, porque no se paga a la patrona; la insolencia del portero y del bodegonero, la burla de los vecinos, las humillaciones, la dignidad ultrajada; el trabajo de cualquier clase, aceptado; los disgustos, la amargura, el abatimiento. Marius aprendió a devorarlo todo, y a no tener para devorar más que estas cosas. En ese momento de la existencia en que el hombre tiene necesidad de orgullo, porque tiene necesidad de amor, se vio despreciado, porque iba mal vestido, y se sintió ridículo, porque era pobre. A la edad en que la juventud hincha el corazón con imperial altivez, posó más de una vez los ojos en las botas agujereadas y conoció las injustas afrentas, el punzante bochorno de la miseria. Admirable y terrible prueba, de la cual los débiles salen infames y los fuertes, sublimes. Crisol donde el destino arroja a un hombre muchas veces, cuando quiere hacer de él un ser despreciable o un semidiós.

Porque hay muchas acciones grandes en estas pequeñas luchas. El valor tenaz e ignorado, que se defiende palmo a palmo en la sombra, contra la fatal invasión de las necesidades y de la ignominia. Nobles y misteriosos triunfos que ninguna mirada ve, que ninguna fama recompensa, que ningún aplauso saluda. La vida, la desgracia, el aislamiento, el abandono, y la pobreza son campos de batalla que tienen sus héroes, héroes oscuros, es verdad, pero a veces más grandes que los héroes ilustres.

Hay naturalezas firmes y raras, que han sido creadas así; la miseria, casi siempre madrastra, es algunas veces madre, la desnudez engendra en ocasiones el vigor del alma y del corazón; la miseria suele ser nodriza de la grandeza; la desgracia es una buena leche para los magnánimos.”

Les Misérables

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Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“La vanidad nos persigue hasta en el lecho de la muerte. La soportamos con entereza porque deseamos superar su terrible grandeza y cautivar la admiración de los espectadores.”

Comportamiento
Fuente: Charlas de café.
Fuente: [Ramón y Cajal] (2017), p. https://books.google.es/books?id=Z41HDwAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=9786071651174&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjQg_-djZ7hAhUK1-AKHSHTBDkQ6AEIKDAA#v=onepage&q=La%20vanidad%20nos%20persigue%20hasta%20en%20el%20lecho%20de%20la%20muerte.&f=false

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“El general Milán Astray es un inválido. Me duele pensar que el general Milán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes... suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. El general Millán-Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada como inconscientemente dio a entender.”

Miguel de Unamuno (1864–1936) escritor y filósofo español

12 de octubre de 1936, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, contestando al general Millán-Astray.
Fuente: [Blanco Aguinaga], Carlos; [Rodríguez Puértolas], Julio; [Zavala], Iris M. Historia social de la literatura española. Ediciones AKAL, 2000. ISBN 978-84-4601-577-2, p. 410.

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“El general Milán Astray es un inválido. Me duele pensar que el general Milán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes… suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. El general Millán-Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada como inconscientemente dio a entender.”

Miguel de Unamuno (1864–1936) escritor y filósofo español

12 de octubre de 1936, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, contestando al general Millán-Astray.
Fuente: [Blanco Aguinaga], Carlos; Julio [Rodríguez Puértolas], Iris M. [Zavala]. Historia social de la literatura española. Editorial Ediciones AKAL, 2000. ISBN 978-84-4601-577-2, p. 410.

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“No hay grandeza para quien quiere engrandecerse. No hay modelo para quien busca lo que nunca ha visto.”

Paul Éluard (1895–1952) poeta francés dadaísta y surrealista

Fuente: [Señor] (1997), p. 269.
Fuente: [Albaigès Olivart] (1997), p. 210.

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“Más que nada, tengo miedo de creer en mi propia grandeza.”

Marina Abramović (1946) artista serbia

Original: «Больше всего на свете я боюсь поверить в собственное величие».

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“Un hombre de treinta años sospecha que él es tonto, está seguro a los cuarenta y modifica sus planes, a los cincuenta se reprocha su infamante demora y se apremia para resolverse en su prudente propósito, con toda su grandeza de ánimo se resuelve y lo resuelve, después muere de todos modos.”

Edward Young (1683–1765)

Fuente, Eric Marcus, Manual de pesimista, Editorial Norma, 1994, ISBN 958-04-2639-2, página 84.
Fuente: Manual del pesimista https://lamenteesmaravillosa.com/cincuenta-grandes-verdades-del-manual-del-pesimista/

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“La vanagloria del indio moderno, que es de la misma raza que su gobernante inglés, carece por completo de fundamento y el pequeñ oscuro nativo vive en medio de los monumentos de una grandeza desaparecida, profesando la religión y hablando la lengua de sus largamente olvidados conquistadores nórdicos, sin la menor pretensión de parentesco de sangre.”

Madison Grant (1865–1937)

Original: «The boast of the modern Indian that he is of the same race as his English ruler, is entirely without basis in fact, and the little dark native lives amid the monuments of a departed grandeur, professing the religion and speaking the tongue of his long forgotten Nordic conquerors, without the slightest claim to blood kinship.»
Fuente: Grant, Madison. The passing of teh great race or teh racial basis of european history. Publicado en 1916. p. 64.

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