Frases de celos
Una colección de frases y citas sobre el tema del celos.
Temas relacionadosUn total de 109 citas de celos, filtro:
„Y es que cuando se quiere a alguien los celos vienen incluidos. Quién no cela no ama y el que diga lo contrario miente. Miente y no ama.“
Ahora o nunca: La historia continua en La Gran Manzana

„Resulta asombrosa la poca imaginación de los celos, que pasan el tiempo haciendo suposiciones falsas, cuando de lo que se trata es de descubrir la verdad.“
— Marcel Proust escritor francés 1871 - 1922
Albertine desaparecida (1925).

„Parece que va siendo evidente que la distopía que nos corresponde no es 1984, de Orwell, sino Un mundo feliz, de Aldous Huxley, en el que hay consenso para que desaparezca por nocivo y peligroso el “amor romántico”, ese pleonasmo (como el agua húmeda). Sin amor sólo quedará el sexo como placer y fiesta, una especie de amor sin espinas, como los filetes de pescado congelado. Punto final a esa manía alucinatoria de buscar nuestra otra mitad, el cariño absoluto que da sentido a la vida o compensa de no encontrarlo, los celos y recelos, las cóleras y reconciliaciones, la pérdida, la fatiga asombrosa de querer. “Si duele no es amor”, han decretado los coachs(esos psicólogos para quienes no tienen ya psique). Así podemos despachar el estorbo de casi toda la literatura occidental, basada en que solo es amor si duele. Y sus contradicciones: el poeta que se queja de la espina en el corazón clavada y cuando se la quitan protesta porque ya no siente el corazón… ¡Bah, no tienen pensamiento positivo, no saben pasarlo bien! Así les va a las pobres chicas, Emma, Ana, Desdémona… el último beso de Otelo. ¡Otelo! ¡Cómo no le da vergüenza a Shakespeare ser tan romántico al hablar de la violencia de género! Necesitamos menos poetas y más pilates: hay que decírselo a los adolescentes enseguida, para que no se amarguen la vida.
Olvidemos el bárbaro pasado y sus neuróticos arrebatos. Adiós a morbosas torturas como las que describe T. S. Eliot (trad. Andreu Jaume): “¿Quién concibió pues el tormento? El Amor. / El Amor es el nombre más siniestro / escondido en las manos que bordaron / la insoportable camisa de fuego / que las fuerzas humanas no quitaron. / Tan solo suspiramos, tan solo vivimos / por fuego y por el fuego consumidos”.“
— Fernando Savater filósofo español 1947

„Esta noche las estrellas tendrán celos de ti, eres una aparición.“
— Joaquim de Almeida actor de cine de Portugal 1957
Sin fuentes

„Porque posee usted la más maravillosa juventud, y la juventud es lo más precioso que se puede poseer.
–No lo siento yo así, lord Henry.
–No; no lo siente ahora. Pero algún día, cuando sea viejo y feo y esté lleno de arrugas, cuando los pensamientos le hayan marcado la frente con sus pliegues y la pasión le haya quemado los labios con sus odiosas brasas, lo sentirá, y lo sentirá terriblemente. Ahora, dondequiera que vaya, seduce a todo el mundo. ¿Será siempre así?… Posee usted un rostro extraordinariamente agraciado, señor Gray. No frunza el ceño. Es cierto. Y la belleza es una manifestación de genio; está incluso por encima del genio, puesto que no necesita explicación. Es uno de los grandes dones de la naturaleza, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en aguas oscuras de esa concha de plata a la que llamamos luna. No admite discusión. Tiene un derecho divino de soberanía. Convierte en príncipes a quienes la poseen. ¿Se sonríe? ¡Ah! Cuando la haya perdido no sonreirá… La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted. Pero lo que los dioses dan, también lo quitan, y muy pronto. Sólo dispone de unos pocos años en los que vivir de verdad, perfectamente y con plenitud. Cuando se le acabe la juventud desaparecerá la belleza, y entonces descubrirá de repente que ya no le quedan más triunfos, o habrá de contentarse con unos triunfos insignificantes que el recuerdo de su pasado esplendor hará más amargos que las derrotas. Cada mes que expira lo acerca un poco más a algo terrible. El tiempo tiene celos de usted, y lucha contra sus lirios y sus rosas. Se volverá cetrino, se le hundirán las mejillas y sus ojos perderán el brillo. Sufrirá horriblemente… ¡Ah! Disfrute plenamente de la juventud mientras la posee. No despilfarre el oro de sus días escuchando a gente aburrida, tratando de redimir a los fracasados sin esperanza, ni entregando su vida a los ignorantes, los anodinos y los vulgares. Ésos son los objetivos enfermizos, las falsas ideas de nuestra época. ¡Viva! ¡Viva la vida maravillosa que le pertenece! No deje que nada se pierda. Esté siempre a la busca de nuevas sensaciones. No tenga miedo de nada… Un nuevo hedonismo: eso es lo que nuestro siglo necesita. Usted puede ser su símbolo visible. Dada su personalidad, no hay nada que no pueda hacer. El mundo le pertenece durante una temporada… En el momento en que lo he visto he comprendido que no se daba usted cuenta en absoluto de lo que realmente es, de lo que realmente puede ser. Había en usted tantas cosas que me encantaban que he sentido la necesidad de hablarle un poco de usted. He pensado en la tragedia que sería malgastar lo que posee. Porque su juventud no durará mucho, demasiado poco, a decir verdad. Las flores sencillas del campo se marchitan, pero florecen de nuevo. Las flores del codeso serán tan amarillas el próximo junio como ahora. Dentro de un mes habrá estrellas moradas en las clemátides y, año tras año, la verde noche de sus hojas sostendrá sus flores moradas. Pero nosotros nunca recuperamos nuestra juventud. El pulso alegre que late en nosotros cuando tenemos veinte años se vuelve perezoso con el paso del tiempo. Nos fallan las extremidades, nuestros sentidos se deterioran. Nos convertimos en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de las pasiones que nos asustaron en demasía, y el de las exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el valor de sucumbir. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo excepto la juventud!“
— Oscar Wilde, libro El retrato de Dorian Gray
The Picture of Dorian Gray

„Mira a todos a tu alrededor y ve lo que hemos hecho de nosotros y de eso considerado como victoria nuestra de cada día. No hemos amado por encima de todas las cosas. No hemos aceptado lo que no se entiende porque no queremos pasar por tontos. Hemos amontonado cosas y seguridades por no tenernos el uno al otro. No tenemos ninguna alegría que no haya sido catalogada. Hemos construido catedrales y nos hemos quedado del lado de afuera, pues las catedrales que nosotros mismos construimos tememos que sean trampas. No nos hemos entregado a nosotros mismos, pues eso sería el comienzo de una vida larga y la tememos. Hemos evitado caer de rodillas delante del primero de nosotros que por amor diga: tienes miedo. Hemos organizado asociaciones y clubs sonrientes donde se sirve con o sin soda. Hemos tratado de salvarnos, pero sin usar la palabra salvación para no avergonzarnos de ser inocentes. No hemos usado la palabra amor para no tener que reconocer su contextura de odio, de amor, de celos y de tantos otros opuestos. Hemos mantenido en secreto nuestra muerte para hacer posible nuestra vida. Muchos de nosotros hacen arte por no saber cómo es la otra cosa. Hemos disfrazado con falso amor nuestra indiferencia, sabiendo que nuestra indiferencia es angustia disfrazada. Hemos disfrazado con el pequeño miedo el gran miedo mayor y por eso nunca hablamos de lo que realmente importa. Hablar de lo que realmente importa es considerado una indiscreción. No hemos adorado por tener la sensata mezquindad de acordarnos a tiempo de los falsos dioses. No hemos sido puros e ingenuos para no reírnos de nosotros mismos y para que al fin del día podamos decir «al menos no fui tonto» y así no quedarnos perplejos antes de apagar la luz. Hemos sonreído en público de lo que no sonreiríamos cuando nos quedásemos solos. Hemos llamado debilidad a nuestro candor. Nos hemos temido uno al otro, por encima de todo. Y todo eso lo consideramos victoria nuestra de cada día.“
— Clarice Lispector escritora ucraniana-brasileña 1920 - 1977
Aprendizaje o El libro de los placeres

„Ha llegado la época de la independencia americana, nadie puede evitarla. La España está perdida y si nos dejamos llevar por infundados recelos seremos presa del primer advenedizo que quiera subyugarnos.“
— José Miguel Carrera político y militar chileno 1785 - 1821
Sin fuentes
Carta a su padre.

„Cuando estaba escribiéndola (I’m Not Okay) recordaba que era tener 16 años en la secundaria. Siempre deseé ser artista, así que era el chico solitario que siempre se emborrachaba. Solo tenía un buen amigo. Había una chica que me gustaba mucho y terminó sacándose fotos de muy mala calaña con su novio. Eso realmente me aplastó y terminé nadando en un pozo de desesperación, celos y alcohol“
— Gerard Way músico e historietista estadounidense 1977

„Un día, volvió, el celoso, de improviso. Se la encontró, a la guapiña, de palabrita arriba de dos caballeros; fue tan su conmoción, que sacó el revolver y disparó primero a ella y después a sí mismo, una bala en plena boca. Murieron abrazados.“
— Louis-ferdinand Céline, libro Muerte a crédito
Hacía un cuarto de hora apenas que había salido."
Fuente: Muerte a crédito, [1936]

„Lo que hace celoso al amante no es el afecto que siente por ella sino el miedo a la humillación pública si su querida cambiara de sentimientos hacia él.“
— Marqués de Sade novelista y filósofo francés 1740 - 1814
Sin fuentes

„Aquél que no es celoso no está enamorado.“
— Agustín de Hipona ideólogo cristiano de los siglos IV y V 354 - 430

„La verdadera confianza no deja lugar a los celos. Cuando uno sabe que es grande, no tiene necesidad de odiar.“
— Nicki Minaj rapera, cantante, compositora, actriz y modelo trinitense y estado unidense 1982

„Ninguna Nación que lo sea realmente, puede prescindir de su brazo armado, como celoso y aguerrido defensor de la soberanía territorial, en todas sus acepciones. Sin él, la República pierde una condición prioritaria para la vigencia del Estado Nacional: la de garantizar el monopolio del uso de la fuerza dentro de la sociedad.“
— Arturo Frondizi abogado y político argentino. Presidente de la Nación Argentina (1958-1962) 1908 - 1995
Presidente
Fuente: BICENTENARIO: TESTIGO DEL CASTRENSE APOCALIPSIS-K http://diariopregon.blogspot.com/2010/12/bicentenario-testigo-del-castrense.html

„La envidia es causada por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisiéramos poseer nosotros.“
— Diógenes Laercio historiador griego de filosofía clásica 180 - 240
Fuente: Jiménez, Chal. Marca la diferencia: Porque tú lo vales. Editorial ESIC Editorial, 2014. ISBN 9788473566520. p. 157.

„Los celos son resultado más del amor propio que del verdadero amor.“
— François de La Rochefoucauld memorialista francés 1613 - 1680
Variante: "En los celos hay más amor propio que verdadero amor."

„Conservando siempre celosos el sentimiento de esa libertad en todas sus manifestaciones, perfeccionándonos de día en día, constituyendo una moral propia en todas las esferas de la vida, que sirva de enseñanza y de fuente inspiradora para todos los pueblos.“
— Leandro Alem político argentino 1842 - 1896
Sin fuentes

„Mucho de nuestro estrés se debe al deseo de control total. ¡La vida es una lucha, pero lo que muchas personas ignoran es que la nuestra, como la de Jacob, es en realidad una lucha con Dios! Queremos ser Dios, y de ninguna manera podremos ganar esa lucha. A. W. Tozer dijo: «Muchos aún están confusos, buscando; apenas hacen pequeños progresos porque todavía no se han rendido del todo. Todavía pretendemos dar órdenes y entrometernos en la obra de Dios en nosotros». No somos Dios, y nunca lo seremos. Somos seres humanos. Cuando pretendemos ser Dios acabamos pareciéndonos a Satanás, que pretendía eso mismo. Aceptamos nuestra humanidad con el intelecto, pero no con las emociones. Cuando nos enfrentamos a nuestras propias limitaciones, reaccionamos con irritación, enojo y resentimiento. Queremos ser más altos (o más bajos), más inteligentes, más fuertes, más talentosos, más hermosos y más ricos. Queremos tener de todo y hacer cualquier cosa, y nos disgustamos cuando eso no ocurre. Al darnos cuenta de que Dios dota a otros con las características que no tenemos, respondemos con envidia, celos y autocompasión.“
— Rick Warren 1954
Una vida con proposito: Para que estoy aqui en la tierra?

„Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.“
— Michel De Montaigne biografía, filósofo y político francés del Renacimiento 1533 - 1592
Sin fuentes