Frases sobre pico

Una colección de frases y citas sobre el tema del pico, veces, mundo, mundo.

Frases sobre pico

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“El amor es el único tesoro que no se saca con pico y pala. –Pedro Cruz López”

Amado Nervo (1870–1919) poeta y prosista mexicano

200 Poemas de Amor

Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“(…) Carecen de interés y de altura, porque aquí la tienen muy pocas cosas, las razones que me movieron a solicitar el ingreso en Izquierda Republicana, con preferencia de otro partido (…). Después de imponer infamantes acusaciones que sobre mi nefanda conducta personal y política se habían podido reunir en tres meses y pico de rebuscar (…) por 183 votos contra 68 se decidió rechazar mi admisión en Izquierda republicana.”

Clara Campoamor (1888–1972) política española, feminista

Sobre la denegación de ingreso en otro partido, tras abandonar en 1935 el Radical, por desacuerdos con su programa y la represión del levantamiento revolucionario de Asturias.
Fuente: El voto femenino y yo. Editorial Horas. Madrid, 2006, pp. 238-242.

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“Su antepasado Sebastián d’Anconia había salido de España varios siglos atrás, en una época en que aquél era el país más poderoso del mundo, y aquel hombre era uno de sus personajes más orgullosos. Había tenido que marcharse cuando un alto funcionario de la Inquisición le había sugerido ciertos cambios en su manera de actuar durante una cena en la corte, y Sebastián d’Anconia le había arrojado un vaso de vino a la cara. Había logrado escapar, dejando atrás su fortuna, sus fincas, su palacio de mármol y la mujer a la que amaba, y había partido hacia un nuevo mundo. Su primera propiedad en la Argentina fue una cabaña de madera a los pies de los Andes. El sol resplandecía como un faro sobre el escudo de plata de los d’Anconia, clavado sobre la puerta, mientras Sebastián d’Anconia excavaba la tierra en busca de cobre en su primera mina. Pasó varios años, pico en mano, rompiendo rocas desde el amanecer hasta la puesta del sol, con ayuda de unos cuantos aventureros, desertores del ejército español, convictos fugados e indígenas hambrientos. Quince años después de haber salido de España, Sebastián d’Anconia mandó buscar a la mujer que amaba y que lo estaba esperando. Al llegar, ella encontró el escudo de plata sobre la entrada de un palacio de mármol, en medio de un inmenso jardín, y, más lejos, las montañas estriadas por las rojas vetas del metal. La tomó en sus brazos para cruzar el umbral y a ella le pareció más joven que cuando lo había visto por última vez.”

Ayn Rand (1905–1982) filósofa y escritora estadounidense

La Rebelión de Atlas

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“El pájaro que no tiene conocimiento del agua pura tiene su pico dentro de agua salada todo el año.”

Idries Shah (1924–1996)

Sufi Thought and Action
Variante: Un pájaro que no ha oído hablar del agua fresca hunde su pico en agua salada año tras año.

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“Ahora es ella quien lo mira divertida, o tierna, o nerviosa, y finalmente le pregunta: —¿Vas a decirme qué te pasa, Benjamín? Chaparro se siente morir, porque acaba de advertir que esa mujer pregunta una cosa con los labios y otra con los ojos: con los labios le está preguntando por qué se ha puesto colorado, por qué se revuelve nervioso en el asiento o por qué mira cada doce segundos el alto reloj de péndulo que decora la pared próxima a la biblioteca; pero, además de todo eso, con los ojos le pregunta otra cosa: le está preguntando ni más ni menos qué le pasa, qué le pasa a él, a él con ella, a él con ellos dos; y la respuesta parece interesarle, parece ansiosa por saber, tal vez angustiada y probablemente indecisa sobre si lo que le pasa es lo que ella supone que le pasa. Ahora bien —barrunta Chaparro—, el asunto es si lo supone, lo teme o lo desea, porque esa es la cuestión, la gran cuestión de la pregunta que le formula con la mirada, y Chaparro de pronto entra en pánico, se pone de pie como un maníaco y le dice que tiene que irse, que se le hizo tardísimo; ella se levanta sorprendida —pero el asunto es si sorprendida y punto o sorprendida y aliviada, o sorprendida y desencantada—, y Chaparro poco menos que huye por el pasillo al que dan las altas puertas de madera de los despachos, huye sobre el damero de baldosas negras y blancas dispuestas como rombos, y recién retoma el aliento cuando se trepa a un 115 milagrosamente vacío a esa hora pico del atardecer; se vuelve a su casa de Castelar, donde esperan ser escritos los últimos capítulos de su historia, sí o sí, porque ya no tolera más esta situación, no la de Ricardo Morales e Isidoro Gómez, sino la propia, la que lo une hasta destrozarlo con esa mujer del cielo o del infierno, esa mujer enterrada hasta el fondo de su corazón y su cabeza, esa mujer que a la distancia le sigue preguntando qué le pasa, con los ojos más hermosos del mundo.”

Eduardo Sacheri (1967) escritor argentino

El secreto de sus ojos

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“El patrón de la apertura a la experiencia ya había sido estudiado. (…) Una característica era la juventud asociada al proceso creativo. Algunas profesiones se construyen exclusivamente sobre los avances creativos de niños prodigio (como por ejemplo, las matemáticas). Otras son menos extremas del mismo patrón: el número de melodías anuales de un compositor, los poemas de un poeta, los descubrimientos nuevos de un científico marcan un declive general pasado cierto pico de relativa juventud.

Las grandes mentes creativas no sólo suelen generar cada vez menos descubrimientos a medida que pasa el tiempo, sino que están menos abiertas a aceptar los inventos de otros. (…) Como señaló el físico Max Planck, generaciones enteras de científicos sólidamente establecidos nunca aceptan las teorías nuevas, se mueren antes. (…) La estrechez mental da como resultado a un revolucionario envejecido que rechaza precisamente lo que debería haber sido la extensión lógica de su propia revolución.

Tenemos el surgimiento de una pauta consistente: a medida que envejecemos, la mayoría de nosotros (los científicos de más edad fustigando a sus discípulos descarriados, la persona que pasa el día en el coche para ir a trabajar tratando de sintonizar en la radio una emisora que ponga una canción familiar) estamos menos abiertos a las novedades que otros.
(…)
Como la neurobiología no era gran de ayuda en el tema (no existe una región específica de apertura, y la neurogénesis se produce a lo largo de toda la vida, en mayor o menor cantidad), recurrí a la psicología. La producción creativa y la apertura a los nuevos inventos de otros está distorsionda por un factor: no se puede predecir el declive por la edad de la persona, sino por cuánto tiempo haya trabajado en una determinada disciplina. (…) No se trata de edad cronológica, sino de edad "disciplinaria": los eruditos que cambian de disciplina parecen rejuvenecer su apertura mental ante lo novedoso.”

Monkeyluv: And Other Essays on Our Lives as Animals

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“Ave de pico encorvado le tiene al robo afición.”

José Hernández (1834–1886) militar, periodista, poeta ,político y futbolista argentino

Citas de Martín Fierro

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