Frases sobre motivo
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“Afortunado el hombre que se ríe de sí mismo, ya que nunca le faltará motivo de diversión.”

Habib Burguiba (1903–2000) Presidente de la República de Tunecia

Fuente: Anasagasti, Iñaki. Extraños en Madrid: una república confederal para una España plural. Volumen 46 de Colección del viento terral. Editorial Flor del Viento, 2010. ISBN 9788496495401. p. 190.

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“Lo más importante intelectualmente hoy no es tanto comprender los motivos de los terroristas, sino los nuestros para resistirles sin emplear sus propias armas.”

Fernando Savater (1947) filósofo español

Fuente: Y ellos, no, artículo publicado en el diario El País (Madrid), 14 de julio de 2005. [ref. incompleta]

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“Dejó la banda por motivos médicos: Me ponía enfermo.”

Ozzy Osbourne (1948) cantante y compositor británico

Ozzy sobre la salida de Carminne Appice de la banda

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“Los cuerpos muertos han de desecharse con mayor motivo que el estiércol.”

Heráclito (-535) filósofo presocrático

Fuente: Fragmento 96.

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“¡No me importan los motivos económicos ni las finalidades utilitarias! Pero. ¡Oh…. SI…¡ La blanca altivez de las montañas, que invaden el horizonte bajo un azul absorto y sin arrugas.”

Luis Alberto Costales (1926–2006) Político ecuatoriano y poeta

Fuente: Rutas de Sombra y de Sol - pag 154, 22 de marzo de 2019, 2006, culturaenecuador.org, es http://www.culturaenecuador.org/images/stories/documentos/libros/rutasdesombraydesol.pdf,

“Quien desconoce el motivo de las normas está condenado a respetarlas”

Valérie Tasso (1969) escritora y sexóloga francesa

Citas de Antimanual de sexo

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“Tu sonrisa un buen motivo para ser alguien mejor”

Amaia Montero (1976) Cantautora española

Xabi SanMartin, "V.O.S."
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“Los triunfadores no lloran jamás. Es que no tienen motivos. Son triunfadores.”

Pedro Juan Gutiérrez (1950) escritor cubano

El insaciable hombre araña (2002)

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“No sin motivo los antiguos decían que en el fin se encuentra el inicio.”

De Vida y destino
Fuente: Vida y destino, parte segunda capítulo 57.

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“No destruyan el país sin ningún motivo, vivimos en paz, seguridad y estabilidad.”

Muamar el Gadafi (1942–2011) dictador libio

Fuente: ABC.es http://www.abc.es/20110222/internacional/rc-frases-gadafi-201102221728.html

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“Uno podría preguntarse qué interés puede tener estudiar "una tendencia clara en el desarrollo histórico de la humanidad" que no da lugar a una específica y pormenorizada teoría social. En efecto, muchos comentaristas desdeñan el anarquismo por utópico, informe, primitivo o, en todo caso, incompatible con las realidades de una sociedad compleja. Sin embargo, podría argumentarse de manera muy diferente: aduciendo que en cada estadio de la historia hemos de preocuparnos por erradicar aquellas formas de autoridad y opresión que han sobrevivido a su época y que, si bien entonces pudieron haber tenido una justificación por motivos de seguridad, supervivencia o desarrollo económico, ahora acrecientan más que alivian la penuria material y cultural.

De ser así, no existirá ninguna doctrina del cambio social fija, válida para el presente y el futuro; ni siquiera, como no podría ser de otro modo, una idea concreta e inalterable de las metas hacia las que los cambios sociales deberían tender. Sin duda, nuestra comprensión de la naturaleza del hombre o de la gama de formas viables de sociedad es tan rudimentaria que cualquier doctrina con pretensiones de dar razón de todo ha de observarse con gran escepticismo, el mismo que debemos aplicar cuando oímos que "la naturaleza humana" o "imperativos de eficacia" o "la complejidad de la vida moderna" exigen esta o aquella forma de opresión y un mando autocrático.”

Noam Chomsky (1928) lingüista, filósofo y activista estadounidense
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“Parte del motivo por el que el capitalismo parece tener éxito es que siempre ha contado con mucha mano de obra esclava, la mitad de la población. Lo que las mujeres hacen —fuera del mundo laboral— no cuenta para nada.”

Noam Chomsky (1928) lingüista, filósofo y activista estadounidense

Fuente: [Santiago Fernández de Obeso], José Francisco. New York send woman. Edición ilustrada. Editorial Lulu.com, 2016. ISBN 9781326561536, p. 2.
Fuente: Lucha de Clases. Conversaciones con David Barsamian, 1996.

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“Las mujeres se enamoran por motivos inútiles y los hombres también.”

Rubem Fonseca (1925) escritor brasileño

Pequeñas Criaturas

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“Resulta indispensable cierta cantidad de gasto público para cumplir las funciones esenciales del gobierno. Un buen número de obras públicas -calles, carreteras, puentes y túneles, arsenales y astilleros, edificios para los cuerpos legislativos, la policía y los bomberos- son necesarias para atender los servicios públicos indispensables. La realización de estas obras públicas, útiles por sí mismas y por tanto necesarias, no conciernen a nuestro estudio. Me voy a referir aquí a las obras públicas consideradas como medio de «combatir el paro», o de proporcionar a la comunidad una riqueza que de otro modo no podríamos disfrutar.
Se ha construido un puente. Si se ha hecho así para atender una insistente demanda pública; si con tal construcción se resuelve un problema de tráfico o de transporte que de otro modo hubiera sido insoluble; si, en una palabra, incluso es más necesario que las cosas en las que los contribuyentes hubiesen gastado su dinero, de no haber sido gravados con dichos impuestos, nada cabe objetar. Pero un puente que se construye básicamente «para proporcionar trabajo» es de una clase muy distinta. Cuando el
proporcionar empleo se convierte en finalidad, la necesidad pasa a ser una cuestión secundaria. En semejante situación se inventan los «proyectos». En lugar de pensar sólo dónde deben construirse los puentes, los burócratas empiezan por preguntarse dónde pueden ser construidos. Se buscan unas razones que resulten aceptables para que un nuevo puente una la zona este con la zona oeste. Y de este modo, el puente se convierte inmediatamente en una necesidad absoluta; y aquellos que expongan alguna duda sobre la necesidad de semejante construcción son destituidos por obstruccionistas y reaccionarios.
Dos son los argumentos que se formulan a favor de la construcción del puente: el primero se argumenta principalmente antes de su construcción; el segundo, cuando ya está terminado. En el primero se afirma que tal obra proporcionará trabajo. Facilitará, digámoslo así, quinientos empleos durante un año. Unos empleos que, de otro modo, jamás hubiesen existido.
Esto es lo que se puede ver a primera vista. Pero si disponemos de cierta práctica en considerar las consecuencias remotas sobre las inmediatas y tenemos en cuenta a quienes se ven indirectamente afectados por el proyecto gubernamental, en lugar de concentrarnos simplemente en quienes se benefician de él de una manera directa, el cuadro ofrece perspectivas bien distintas. Es cierto que un grupo determinado de obreros encontrará una colocación de la que, de otro modo, hubieran carecido. Pero la obra ha sido realizada con el dinero conseguido mediante los impuestos. Cada dólar gastado en el puente tendrá que ser pagado por los contribuyentes. Si el puente cuesta diez millones de dólares, los contribuyentes tendrán que pagar esos diez millones. Por tal motivo se encontrarán con que no pueden emplear ese dinero en las cosas que más necesitaban.”

Henry Hazlitt (1894–1993) periodista estadounidense

Economía en una lección

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“No hay medio al que no recurra un tal delincuente moral para alcanzar sus objetivos. Meterá el hocico en las más secretas cuestiones de familia y no descansará hasta que su olfato no haya descubierto un miserable incidente que pueda determinar la derrota de la infeliz víctima. En el caso de no encontrarlo ni en la vida pública ni en la privada, el bellaco lanzará un puñado de calumnias, firmemente convencido no sólo de que, incluso después de las réplicas, alguna cosa siempre quedará, así como también de que debido a centenas de repeticiones tal demolición de la honra encontrará cómplices y será imposible a la víctima sostener la lucha en la mayoría de los casos. Esa chusma ni siquiera actúa por motivos que puedan ser comprensibles para el resto de la Humanidad. ¡Dios nos libre! Cuando un bandido de éstos ataca al resto de la Humanidad, esa gente se esconde detrás de una verdadera nube de probidad y frases untuosas, parlotea sobre el "deber periodístico" y patrañas de la misma naturaleza y se atreve a hablar de "ética" de prensa, en asambleas y congresos, ocasiones en las que la plaga se encuentra en mayor número y en las que la chusma mutuamente se aplaude. Ésta es la chusma que en más de dos terceras partes fabrica la llamada "opinión pública", de donde surge el parlamentarismo cual una Afrodita de la espuma.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

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“Verá, doctor Stadler; a la gente no le gusta pensar, y cuanto mayores son sus conflictos, menos piensa. Pero gracias a cierto instinto, sabe que ha de hacerlo y ello produce una sensación de culpabilidad. Por tal motivo, bendecirá y seguirá a quienquiera que le ofrezca una justificación para no pensar. Alguien que convierta en virtud de gran altura intelectual lo que saben que es su pecado, su debilidad y su miseria.”

Atlas Shrugged
Variante: Verá, doctor Stadler; a la gente no le gusta pensar, y cuanto mayores son sus conflictos, menos piensa. Pero gracias a cierto instinto, sabe que ha de hacerlo y ello le produce una sensación de culpabilidad. Por tal motivo, bendecirá y seguirá a quienquiera que le ofrezca una justificación para no pensar. Alguien que convierta en virtud de gran altura intelectual lo que saben que es su pecado, su debilidad y su miseria.

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“Ni los animales se matan entre sí sin motivo. —Pues”

Anne Perry (1938)

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“Es una tontería afligirse sin motivos.”

Eragon

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“La gran divergencia entre los problemas del teorizante y los del político es uno de los motivos por los que casi nunca se encuentra una unión entre los dos, en una misma persona. Esto se aplica sobre todo al llamado político de "éxito", de pequeño porte, cuya actividad de facto no es nada más que el "arte de lo posible", como modestamente Bismarck denominaba a la política. Cuanto más libre se mantiene el político de grandes ideas, tanto más fáciles, comunes, rápidos y también visibles serán sus éxitos. Aunque es verdad también que éstos están destinados al olvido de los hombres y, a veces, no llegan ni a sobrevivir a la muerte de sus creadores. La obra de tales políticos es, de modo general, sin valor alguno para la posteridad, pues su éxito eventual reposa en el alejamiento de todos los problemas e ideas grandiosas que como tales hubieran sido de gran importancia para las generaciones venideras. La realización de ideas destinadas a tener influencia sobre el futuro es poco lucrativa y sí muy raramente comprendida por la gran masa, a la que interesan más las reducciones de precio en la cerveza y en la leche que los grandes planes de futuro, de realización tardía y cuyo beneficio, al final, sólo será usufructuado por la posteridad. Es así como, por una cierta vanidad, la que está siempre asociada a la política, la mayoría de los políticos se apartan de los proyectos realmente difíciles, para no perder la simpatía de la gran masa. El éxito y la importancia de ese político residen exclusivamente en el presente, y son inexistentes para la posteridad. Esos microcéfalos poco se enfadan por eso; ellos se contentan con poco. Diferentes son las condiciones del teorizante. Su importancia casi siempre está en el futuro, por eso no es raro que se le considere lunático. Si el arte del político era considerado el arte de lo posible, se puede decir del idealista que él pertenece a aquellos que sólo agradan a los dioses cuando exigen o quieren lo imposible. Él tendrá casi siempre que renunciar al reconocimiento del presente; adquiere, por ello, en el caso de que sus ideas sean inmortales, la gloria de la posteridad. En períodos raros de la historia de la Humanidad puede acontecer que el político y el idealista se reúnan en la misma persona. Cuanto más íntima fuese esa unión, tanto mayores serán las resistencias opuestas a la acción del político. Él no trabaja ya más para las necesidades al alcance del primer burgués, y sí por los ideales que sólo pocos comprenden. Es por eso que su vida es blanco del amor y del odio. La protesta del presente, que no comprende al hombre, lucha con el reconocimiento de la posteridad por la cual él trabaja. Cuanto mayores fueran las obras de un hombre para el futuro, tanto menos serán éstas comprendidas por el presente; cuanto más dura sea la lucha, tanto más raro el éxito. Si en años nada le sonríe, es posible que en sus últimos días le circunde un tenue halo de gloria venidera. Es cierto que esos grandes hombres son los corredores del maratón de la Historia. La corona de laurel del presente se pone más comúnmente en las sienes del héroe moribundo. Entre éstos se encuentran los grandes luchadores que, incomprendidos por el presente, están decididos a luchar por sus ideas y sus ideales. Son éstos los que, tarde o temprano, tocarán el corazón del pueblo. Hasta parece que cada uno siente el deber de, en el presente, redimir el pecado cometido en el pasado. Su vida y acción están acompañadas de cerca por la admiración conmovedoramente grata, lo que consigue, sobre todo en los días de tristeza, levantar corazones destrozados y almas desesperadas. Pertenecen a esta clase no sólo los grandes estadistas, sino también los grandes reformadores.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

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“Nadie viaja sin motivo. Quien se pierde es porque desea perderse.”

Gabrielle Zevin (1977) escritora estadounidense

The Storied Life of A.J. Fikry

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“Ningún hombre carga su mente con asuntos pequeños, salvo que tenga algún buen motivo para hacerlo.”

Arthur Conan Doyle (1859–1930) escritor escocés

Estudio En Escarlata Y Cinco Pepitas De Naranja

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“Sé que hay un motivo para todo. Tal vez en el momento en que se produce un hecho no contamos con la penetración psicológica ni la previsión necesarias para comprender las razones, pero con tiempo y paciencia saldrán a la luz.”

Muchas vidas, muchos maestros
Variante: Se q hay un motivo para todo. Tal vez en el momento en q se produce un hecho no contamos con la penetración psicológica ni la previsión necesarias para comprender las razones, pero con el tiempo y paciencia saldrán a la luz