Frases sobre andar
página 2

Santiago Rusiñol Foto
Julio Cortázar Foto
Vicente Fox Foto
Ray Loriga Foto
Shakira Foto

“No puedo pedir al invierno que perdone a un rosal; no puedo pedir a los olmos que entreguen peras; no puedo pedirle lo eterno a un simple mortal, ni andar arrojando a los cerdos miles de perlas”

Shakira (1977) cantante, compositora, bailarina, actriz de Colombia, autora

- La Tortura - Disco: Fijación Oral
Letras de canciones

Leopoldo Calvo Sotelo Foto
Jesús de Nazaret Foto
Facundo Cabral Foto
ZPU Foto

“Vengo de un lugar en el que andar con pies de plomo esta de más”

ZPU (1981) MC español

Camino Solo, Hombre De Oro, 2006

Atahualpa Yupanqui Foto
Camilo José Cela Foto
Laura Esquivel Foto
Isabel Allende Foto
Pablo Neruda Foto
William Shakespeare Foto
Greg Bear Foto
Ana María Matute Foto
Mario Benedetti Foto
Julio Cortázar Foto
Julio Cortázar Foto
Fernando Pessoa Foto
Camilo José Cela Foto
Antonio Machado Foto

“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.”

Antonio Machado (1875–1939) poeta español

Poesía

Mario Benedetti Foto
Benito Pérez Galdós Foto
Isabel Allende Foto

“El orgullo de quien se cree hermosa daba a su andar un ritmo insolente.”

Isabel Allende (1942) escritora chilena

Of Love and Shadows

Julio Cortázar Foto
Javier Marías Foto
Robert Kiyosaki Foto
Alberto Vázquez-Figueroa Foto

“— ¡Capitán…! ¡Capitán…! ¿Qué broma es ésta? ¿Dónde se han metido?
Una sombra oscura nació de entre las sombras de la cocina. Era un targuí alto, muy delgado, con un oscuro "lithan" cubriéndole el rostro, un fusil en una mano y una larga espada en la otra.
Se detuvo bajo el porche.
— Están muertos -dijo.
Le observó incrédulo.
— ¿Muertos…? -repitió estúpidamente-. ¿Todos…?
— Todos.
— ¿Quién los mató?
— Yo.
Se aproximó sin dar crédito a lo que estaba oyendo.
— ¿Tú…? -inquirió agitando la cabeza como para desechar la idea-.
¿Pretendes decirme que tú, sin ayuda de nadie, has matado a doce soldados, un sargento y un oficial…?
Asintió con naturalidad:
— Dormían.
Abdul-el-Kebir, que había visto morir a miles de personas, que había ordenado ejecutar a muchas, y que aborrecía a todos y cada uno de sus carceleros, experimentó sin embargo una insoportable sensación de angustia y vacío en la boca del estómago, y se apoyó levemente en el poste de madera que soportaba el porche para no perder el equilibrio.
— ¿Los has asesinado mientras dormían? -inquirió-. ¿Por qué?
— Porque ellos asesinaron a mi 1huésped. -Hizo una pausa-. Y porque eran demasiados. Si uno daba la voz de alarma, hubieras muerto de viejo entre estas cuatro paredes…
Abdul-el-Kebir le observó en silencio y agitó la cabeza afirmativamente, como si comprendiese algo que se le antojó oscuro en un principio.
— Ahora te recuerdo… -admitió-.
Eres el targuí que nos dio hospitalidad… Te vi cuando me llevaban.
— Sí -asintió. Soy Gacel Sayah, eras mi huésped, y tengo la obligación de llevarte al otro lado de la frontera.
— ¿Por qué?
Le miró sin comprender. Por último, señaló:
— Es la costumbre… Pediste mi protección y debo protegerte.
— Matar a catorce hombres por protegerme resulta excesivo, ¿no crees…?
El targuí no se dignó responder y echó a andar en dirección a la abierta puerta.
— Traeré los camellos… -dijo-.
Prepárate para un largo viaje.
Le observó mientras se alejaba, perdiéndose de vista”

Tuareg

William Shakespeare Foto
Karen Marie Moning Foto
Ngũgĩ wa Thiong'o Foto
Arthur Conan Doyle Foto

“Brisa del mar, sol y paciencia, Watson; todo se andará.”

Arthur Conan Doyle (1859–1930) escritor escocés

His Last Bow: 8 Stories

Washington Irving Foto
Meg Rosoff Foto
Marco Aurelio Foto
Mario Benedetti Foto
Paulo Coelho Foto

“Citaría a Platón, ya que estaría ante un intelectual. Según él, al principio de la creación, los hombres y las mujeres no eran como son hoy; había sólo un ser, que era bajo, con un cuerpo, pero cuya cabeza tenía dos caras, cada una mirando en una dirección. Era como si dos criaturas estuviesen pegadas por la espalda, con dos sexos opuestos, cuatro piernas, cuatro brazos.

Los dioses griegos, sin embargo, eran celosos, y vieron que una criatura que tenía cuatro brazos trabajaba más, dos caras opuesta estaban siempre vigilantes y no podían ser atacadas a traición, cuatro piernas no exigiían tanto esfuerzo para permaneces de pie o andar durante largos períodos. Y lo que era más peligroso: la criatura tenía dos sexos diferentes, no necesitaba a nadie más para seguir reproduciéndose en la Tierra.

Entonces dijo Zeus, el supremo señor del Olimpo: Tengo un planpara hacer que esos mortales pierdan su fuerza.

Y con un rayo, partió a la criatura en dos, y así creo al hombre y a la mujer. Eso aumentó mucho la población del mundo, y al mismo tiempo desorientó y debilitó a los que en él habitaban, porque ahora tenían que buscar su parte perdida, abrazarla de nuevo, y en ese abrazo recuperar la antigua fuerza, la capacidad de evitar la traición, la resistencia para andar largos períodos y soportar el trabajo agotador. A ese abrazo donde los dos cuerpos se confunden de nuevo en uno lo llamamos sexo.”

Paulo Coelho (1947) escritor brasileño
Julio Cortázar Foto
Paco Ignacio Taibo II Foto
Antonio Machado Foto
Camilo José Cela Foto

“La idea de la muerte llega siempre con paso de lobo, con andares de
culebra, como todas las peores imaginaciones. Nunca de repente llegan
las ideas que nos trastornan; lo repentino ahoga unos momentos, pero
nos deja, al marchar, largos años de vida por delante. Los pensamientos
que nos enloquecen con la peor de las locuras, la de la tristeza, siempre
llegan poco a poco y como sin sentir, como sin sentir invade la niebla los
campos, o la tisis los pechos. Avanza, fatal, incansable, pero lenta,
despaciosa, regular como el pulso. Hoy no la notamos; a lo mejor
mañana tampoco, ni pasado mañana, ni en un mes entero. Pero pasa ese
mes y empezamos a sentir amarga la comida, como doloroso el
recordar, ya estamos picados. Al correr de los días y las noches nos
vamos volviendo huraños, solitarios; en nuestra cabeza se cuecen las
ideas, las ideas que han de ocasionar el que nos corten la cabeza donde
se cocieron, quién sabe si para que no siga trabajando tan atrozmente.
Pasamos a lo mejor hasta semanas enteras sin variar; los que nos
rodean se acostumbraron ya a nuestra adustez y ya ni extrañan siquiera
nuestro extraño ser. Pero un día el mal crece, como los árboles, y
engorda, y ya no saludamos a la gente; y vuelven a sentirnos como raros
y como enamorados. Vamos enflaqueciendo, enflaqueciendo, y nuestra
barba hirsuta es cada vez más lacia. Empezamos a sentir el odio que nos
mata; ya no aguantamos el mirar; nos duele la conciencia, pero ¡no
importa!, ¡más vale que duela! Nos escuecen los ojos, que se llenan de
agua venenosa cuando miramos fuerte. El enemigo nota nuestro anhelo,
pero está confiado; el instinto no miente. (…) Cuando huimos como las
corzas, cuando el oído sobresalta nuestros sueños, estamos ya minados
por el mal; ya no hay solución, ya no hay arreglo posible. Empezamos a
caer, vertiginosamente ya, para no volvernos a levantar de vida. Quizás
para levantarnos un poco a última hora, antes de caer de cabeza hasta
el infierno… Mala cosa.”

The Family of Pascual Duarte

Paulo Coelho Foto
Denise Dresser Foto
Lucy Maud Montgomery Foto
Carmen Martín Gaite Foto
Patrick Rothfuss Foto
Virginia Woolf Foto
Javier Marías Foto
Charles Baudelaire Foto
Cassandra Clare Foto
Lionel Shriver Foto

“La ocultación podía ser sinónimo de poder. Como andar por la casa con un revólver cargado.”

Lionel Shriver (1957) escritora estadounidense

So Much for That

Julio Cortázar Foto
Federico García Lorca Foto
Julio Cortázar Foto
William Shakespeare Foto
Paulo Coelho Foto
Edward Bellamy Foto
Manuel Quindimil Foto
Santiago Gamboa Foto
Vicente Escudero Foto

“Yo nací bailando. De niño no fui a la escuela. Aprendí a leer y a escribir solo, preguntando a la gente. Yo he sido siempre muy preguntón y observador. Mi escuela era andar arriba y abajo con los gitanos del barrio de San Juan, donde nací. Viéndoles a ellos empecé a bailar. Pero yo no soy gitano, como la gente cree. Pero sí he sido muy amigo de ellos, a quienes debo mucho.”

Vicente Escudero (1892–1980) bailarín y coreógrafo de flamenco español

Fuente: El legendario bailaor Vicente Escudero. http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/24410/3/THVI~N67~P82-97.pdf Antonina Rodrigo. Tiempo de Historia, año VI, nº 67, pág. 82-97, 1 de junio de 1980