Frases sobre doctrina

Una colección de frases y citas sobre el tema del doctrina, fe, mismo, ser.

Frases sobre doctrina

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“Nuestra doctrina se presta adecuadamente para la formación de hombres del Pueblo que piensan que su misión en la vida es luchar para el Pueblo, por el Pueblo… y en el Pueblo.”

Juan Domingo Perón (1895–1974) vigésimo séptimo presidente de la Nación Argentina, entre 1946-1952, 1952-1958 y 1973-1977

25 de octubre de 1973

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“La ciencia genuina, hasta donde alcanza su verdadera doctrina, carece de profundidad. La profundidad es cosa de la sabiduría.”

Edmund Husserl (1859–1938) filósofo alemán, fundador de la fenomenología trascendental

Fuente: Citado en La Nueva democracia, Volumen 37. Editor Juan Orts González. Contribuidores Samuel Guy Inman, Committee on Cooperation in Latin America. Editorial Committee on Cooperation in Latin America., 1957. p. 9.

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“En aquel tiempo, en mi ingenuidad de joven, creí poder evidenciar los errores de su doctrina. En el pequeño círculo en el que me desenvolvía, me esforzaba, por todos los medios a mi alcance, de convencerlos de lo pernicioso de los errores del marxismo y pensaba lograr ese objetivo; pero lo contrario es lo que siempre acontecía. Parecía que el examen cada vez más profundo de la actuación desmoralizadora de las teorías marxistas en sus aplicaciones prácticas, servía sólo para volver cada vez más firmes las decisiones de los judíos. Cuanto más discutía con ellos, mejor aprendía su dialéctica. Partían éstos de la creencia en la estupidez de sus adversarios, y cuando eso no daba resultados, se hacían pasar ellos mismos por estúpidos. Si fallaban ambos recursos, rehusaban entender lo que se les decía y, de repente, cambiaban de tema, saliendo con argumentos que, una vez aceptados, trataban de aplicar a casos completamente diferentes. Entonces, cuando de nuevo eran alcanzados en el propio terreno, que les era familiar, fingían debilidad y alegaban no tener suficientes conocimientos sobre el particular. Por donde quiera que se golpease a estos apóstoles, ellos se escabullían como anguilas en manos de los adversarios; cuando alguna vez se lograba reducir a uno de ellos, porque, observado por los presentes, no le había ya quedado otro recurso que asentir, grande debía ser la sorpresa que al día siguiente se experimentaba al constatar que ese mismo judío no recordaba ni lo más mínimo de lo acontecido la víspera y seguía repitiendo los dislates de siempre, como si nada, absolutamente nada, hubiera acontecido. Se fingía encolerizado, sorprendido y, sobre todo, desmemoriado por completo, excepto que el debate había terminado por evidenciar la verdad de sus afirmaciones. Muchas veces quedé atónito.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

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“La doctrina es la finalidad encarnada en el alma colectiva de la comunidad. La teoría, sus formas de ejecución.”

Juan Domingo Perón (1895–1974) vigésimo séptimo presidente de la Nación Argentina, entre 1946-1952, 1952-1958 y 1973-1977

Incluida en "Los Vendepatrias"(1957)"

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“El Justicialismo no es un hombre, es una doctrina.”

Juan Domingo Perón (1895–1974) vigésimo séptimo presidente de la Nación Argentina, entre 1946-1952, 1952-1958 y 1973-1977
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“También el hombre que haya llegado a los 30 años tendrá aún mucho que aprender en el curso de su vida, pero esto únicamente a manera de una complementación dentro del marco determinado por la concepción ideológica adoptada en principio. Los nuevos conocimientos que adquiera no significarán una innovación de lo ya aprendido, sino más bien un proceso de acrecentamiento de su saber, de tal modo que sus adeptos jamás tendrán la decepcionante impresión de haber sido mal orientados; por el contrario, el visible desarrollo de la personalidad del Jefe provocará complacencia en la convicción de que el perfeccionamiento de éste refluye en favor de la propia doctrina. Ante sus ojos, esto constituye una prueba de la certeza del criterio hasta aquel momento sostenido. Un Jefe que se vea obligado a abandonar la plataforma de su ideología general por haberse dado cuenta que ésta era falsa, obrará honradamente sólo cuando, reconociendo lo erróneo de su criterio, se halle dispuesto a asumir todas las consecuencias. En tal caso deberá por lo menos renunciar a toda actuación política ulterior, pues, habiendo errado ya una vez en puntos de vista fundamentales, está expuesto por una segunda vez al mismo peligro. De todos modos ha perdido ya el derecho de recurrir, y menos aun de exigir la confianza de sus conciudadanos. El grado de corrupción de la plebe, que por ahora se siente habilitada para "hacer" política, evidencia cuán rara vez se sabe responder en los tiempos actuales a una prueba tal de decoro personal.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“El APRA más que una doctrina, es una religión.”

Alan García (1949–2019) presidente del Perú

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“Existe entre muchos creyentes una ignorancia pasmosa de las Escrituras y, consecuentemente, existe también la necesidad de una fe bien fundamentada, bíblicamente y sólida. No tengo otra manera de explicar la facilidad con que la gente, como si fueran niños, “son llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Ef. 4:14). Existe un amor ateniense por las cosas novedosas y una aversión mórbida por cualquier cosa del pasado y regular, y por el sendero transitado por nuestros mayores. Miles de personas se congregan para escuchar una voz nueva y una doctrina nueva, sin considerar ni por un momento, si lo que están oyendo es cierto. Hay ansias incesantes de escuchar cualquier enseñanza sensacional y emocionante que apele a los sentimientos. Hay un apetito enfermizo por un cristianismo espasmódico e histérico. La vida religiosa de muchos es como beber una pequeña copita espiritual y “el espíritu afable y apacible” que recomienda San Pedro es totalmente olvidado (1 Pe. 3:4). Las multitudes, los llantos, los sitios calurosos, los cantos rimbombantes y una incesante apelación a las emociones, es lo único que a muchos les interesa. La incapacidad para distinguir las diferencias doctrinales cunde por doquier y, mientras el predicador sea “hábil” y “fervoroso”, cientos de oyentes parecen creer que tiene que estar predicando la verdad ¡y lo llaman a uno terriblemente “intolerante y duro”, si sugiere que no predica la verdad! Moody y Hawis, Dean Stanley y Canon Liddon, Mackonochie y Persall Smith les dan lo mismo a tales personas. Todo esto es triste, muy triste. Pero si, además de esto, los que sinceramente abogan por más santidad, caen por el camino o tienen diferencias entre sí, será más triste todavía. Entonces sí que estaremos peor. La”

J.C. Ryle (1816–1900) obispo de Liverpool

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“Según la doctrina idealista, los verbos vivir y soñar son rigurosamente sinónimos.”

Jorge Luis Borges (1899–1986) escritor argentino

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“Podemos encontrar ejemplos de las más elevadas doctrinas de la ciencia en los juegos y la gimnasia, en los viajes por tierra y por agua, en las tormentas del cielo y del mar, y dondequiera que haya materia en movimiento.”

James Clerk Maxwell (1831–1879) físico escocés

Fuente: Introductory Lecture on Experimental Physics. Cambridge, octubre de 1871, re-editadas por W. D. Niven (2003). Volumen 2 de The Scientific Papers of James Clerk Maxwell, Courier Dover Publications, p. 243.

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“Las doctrinas que no hacen predicciones son menos convincentes que aquellas que hacen predicciones correctas; y son, a su vez, más exitosas que las doctrinas que hacen predicciones falsas. Pero no siempre es así; por ejemplo, una conspicua religión americana (los Testigos de Jehová) predijo que el mundo acabaría en 1914 con toda seguridad. Pues bien, 1914 vino y se fue, y- mientras los acontecimientos de ese año fueron de alguna importancia- el mundo, hasta donde puedo ver, no parece haber terminado. Hay al menos tres respuestas que una religión puede hacer haciendo frente a una profecía fallida. Ellos pudieron haber dicho, "oh, ¿dijimos 1914? Lo sentimos, quisimos decir 2014. Un leve error en el cálculo. Esperamos de que ustedes no hayan tenido ningún inconveniente de cualquier forma". Pero no lo hicieron. Pudieron haber dicho, "Pues bien, el mundo hubiera muerto, pero oramos muy duro e intercedimos con Dios de modo que Él conservó a la Tierra." Pero no lo hicieron. En lugar de eso, hicieron algo bastante más ingenioso: anunciaron que el mundo había, de hecho, acabado en 1914, y que si el resto de nosotros no nos habíamos dado cuenta de ello, ese era nuestro problema. Es asombroso, frente a tan claras evasivas, que esta religión no se haya quedado sin ningún adherente. Pero las religiones son fuertes. O no hacen argumentaciones que están sujetas a refutación o rápidamente rediseñan la doctrina después de la refutación. El hecho de que las religiones pueden ser tan desvergonzadamente deshonestas, tan despectivas de la inteligencia de sus adherentes, y aún así florecer, no habla muy bien de ellas por la torpeza de los creyentes. Pero sí indica, si una comprobación fuera necesaria, que cerca del corazón de la experiencia religiosa hay algo notablemente resistente para la investigación racional.”

Carl Sagan (1934–1996) astrofísico, cosmólogo y divulgador científico estadounidense

-Carl Sagan refiriéndose a la profecía fallida de los Testigos de Jehová que anunciaba el fin del mundo para el año de 1914 y que ilustra perfectamente la irracionalidad de algunas creencias aún cuando estas ya han sido probada falsas.
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“Si algún lector piensa que soy innecesariamente escrupuloso en este punto, le recomiendo que tome nota de un libro singular por Samuel Rutherford (autor de las bien conocidas cartas), llamado “The Spiritual Antichrist” (El anticristo espiritual). Verán allí que, dos siglos atrás, aparecieron las herejías alocadas de una enseñanza extravagante, precisamente acerca de esta doctrina de que “Cristo mora” en los creyentes. Encontrarán que Saltmarsh, Dell, Towne y otros maestros falsos contra quienes contendió el acertado Samuel Rutherford. Aquellos tenían extrañas nociones acerca de “Cristo en nosotros” y luego procedieron a edificar sobre la doctrina antinomiana, sobre un fanatismo de la peor clase y con tendencias de las más viles. Así, ellos mantenían que la vida separada y personal del creyente había desaparecido completamente, ¡que Cristo viviendo en él era quien se arrepentía, creía y actuaba! La raíz de este tremendo error era una interpretación forzada y nada bíblica de textos como “ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gá. 2:20) y el resultado natural de esto fue que muchos infelices seguidores de este pensamiento llegaron a la cómoda conclusión de que los creyentes no eran responsables de sus acciones, ¡hicieran lo que hicieran! Según esta interpretación, ¡los creyentes estaban muertos y sepultados y sólo Cristo vivía en ellos y se hacía cargo de todo! ¡La consecuencia definitiva fue que algunos creían que podían quedarse tranquilos con una seguridad carnal, que ya no tenían ninguna responsabilidad personal y podían cometer cualquier clase de pecado sin ningún temor! No olvidemos nunca que la verdad distorsionada y exagerada, puede convertirse en el origen de las herejías más peligrosas. Cuando hablamos de que “Cristo está en nosotros”, tengamos el cuidado de explicar lo que queremos decir. Me temo que hay quienes descuidan esto en la actualidad. 6.”

J.C. Ryle (1816–1900) obispo de Liverpool

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“Vuestra doctrina es (…) una suerte de fatalismo, de predestinación si Vd. quiere; diferente no obstante de la de de San Agustín, jansenistas y calvinistas (estos últimos son los que se os parecen más por lo absoluto de la doctrina), respecto de que en la de Vd. hay un lazo muy estrecho entre el hecho de la predestinación y la materia. Así Vd. habla sin cesar de razas que se regeneran o se deterioran, que toman o pierden capacidades sociales que ellas no tenían por una transfusión de sangre diferente, creo que son sus propias expresiones. Esa predestinación me parece, os lo confesaré, cocina de puro materialismo. (…) ¿Qué interés puede haber en persuadir a pueblos viles que viven en la barbarie, en la molicie o en la servidumbre, que siendo tales por la naturaleza de su raza no hay nada que hacer para mejorar su condición, cambiar sus costumbres o modificar su gobierno? ¿No ve Vd. que de su doctrina nacen naturalmente todos los males que la inigualdad permanente alumbra, el orgullo, la violencia, el menosprecio del semejante, la tiranía y lo abyecto bajo todas sus formas? ¿Cómo me habla Vd., querido amigo, de distinciones a hacer entre las cualidades que hacen practicar las verdades morales y lo que Vd. llama la aptitud social? ¿Es que son cosas diferentes? Cuando se ha visto desde hace algún tiempo y desde algo cerca la forma en que se conducen las cosas públicas ¿cree Vd. que no se está perfectamente convencido de que ellas se consiguen precisamente por los mismos medios con que se consiguen en la vida privada? ¿que el valor, la energía, la honestidad, la previsión, el buen sentido son las verdaderas razones de la prosperidad de los imperios como la de las familias y que, en una palabra, el destino del hombre sea como individuo, sea como nación, es lo que él quiera? Me paro aquí; permita, os lo ruego, que dejemos ahí esta discusión. Estamos separados por un espacio demasiado grande para que la discusión pueda ser fructífera. Hay un mundo intelectual entre vuestra doctrina y la mía.”

Alexis De Tocqueville (1805–1859) pensador, jurista, político, e historiador francés

Citas de sus obras completas, Oposición al racismo de Gobineau
Fuente: [Tocqueville, Alexis de, Gallimard (1959), Correspondance avec Gobineau, p.p. 202-203, Œuvres complètes, Tomo IX]

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“En mi opinión, la cuestión de la abolición de la esclavitud no es solamente una cuestión de interés para Francia, sino además una cuestión de honor. Se ha dicho mucho que la abolición de la esclavitud se debía sólo al cristianismo. Dios me guarde de apartarme del respeto que debo a esta santa doctrina, pero por eso es muy necesario que yo lo diga, Señores, la emancipación tal como la vemos incluso en las islas inglesas, es producto de una idea francesa (…) Digo que somos nosotros quienes, destruyendo en todo el mundo el principio de las castas, de las clases, reencontrando, como se ha dicho, los títulos del género humano que estaban perdidos, somos nosotros quienes volcando en todo el mundo la noción de igualdad de todos los hombres ante la ley, igual que el cristianismo había creado la idea de todos los hombres ante Dios, digo que somos nosotros los verdaderos autores de la abolición de la esclavitud.
El cristianismo, hace doscientos años, eso es cierto, destruyó la servidumbre en el mundo, pero después la había dejado renacer. Todavía hace cincuenta años, el cristianismo dormía al lado de la esclavitud y dejaba, sin reclamar, que pesara sobre una parte de la especie humana. Somos nosotros, Señores, quienes lo hemos despertado; es del movimiento de nuestras ideas de lo que ha surgido ese movimiento admirable de celo religioso, en el que vemos los efectos en las colonias inglesas; somos nosotros quienes hemos hecho ver a los hombres religiosos lo que había de horrible y al mismo tiempo lo que se podría destruir en la esclavitud; somos nosotros quienes les hemos mostrado que la esclavitud no era solamente contraria a las leyes de Dios, sino que debía desaparecer de las leyes humanas. En una palabra, somos nosotros, quienes hemos creado la creencia que la filantropía religiosa de los Ingleses ha realizado tan noblemente, tan felizmente.
Y subrayad, Señores, no solamente la abolición de la esclavitud, sino la idea de la abolición de la esclavitud, esta gran y santa idea ha surgido del mismo fondo del espíritu moderno francés; mejor aún la ven sostenerse más o menos del espíritu de la nación, según que la propia nación sienta más o menos avivar o apagar en su corazón los grandes principios de la Revolución.”

Alexis De Tocqueville (1805–1859) pensador, jurista, político, e historiador francés

Tocqueville, Conclusion de son discours à la Chambre pour défendre l’abolition le 30 mai 1845.
Citas de sus obras completas, Condena del genocidio de los indios de América del Norte y de la esclavitud
Fuente: [Tocqueville, Alexis de, Gallimard (1962), Écrits et discours politiques: écrits sur l'Algérie, les colonies, l'abolition de l'esclavage, l'Inde, p.p. 124-125, Œuvres complètes, Tomo III]

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“El concepto de culpa y de castigo, incluida la doctrina de la "gracia", de la "redención", del "perdón”

Friedrich Nietzsche (1844–1900) filósofo alemán

mentiras completas, carentes de toda realidad psicológica— todo eso ha sido inventado para destruir el sentido de las causas en el hombre: ¡son el atentado contra el concepto causa y efecto.!

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“En muchos aspectos el socialismo democrático resultaba y resulta cercano a la doctrina social católica. En todo caso, ha contribuido notablemente a la formación de una conciencia social.”

Benedicto XVI (1927) papa Nº 265 de la Iglesia católica

Política
Fuente: El socialismo democrático resulta cercano a la doctrina social católica. Diario ABC http://www.abc.es/hemeroteca/historico-21-04-2005/abc/Sociedad/el-socialismo-democratico-resulta-cercano-a-la-doctrina-social-catolica_201979459358.html.

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“Las doctrinas falsas suelen buscar la imposición, las verdaderas prefieren justificarse.”

Julián Marías (1914–2005) filósofo español

Fuente: El problema de la libertad intelectual.

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“Su principal logro [el del senador Joseph McCarthy] ha sido el de confundir a la opinión pública (public mind), entre las amenazas internas y externas del comunismo. No debemos confundir disenso con deslealtad. Debemos recordar siempre que una acusación no es una prueba y que una condena depende de la evidencia y del debido proceso de la ley. No caminaremos con miedo, el uno del otro. No seremos conducidos por el miedo hacia una era de sinrazón, si cavamos profundo en nuestra historia y nuestra doctrina y recordamos que no descendemos de hombres temerosos - no de hombres que temían escribir, hablar, asociarse y defender causas que eran, por el momento, impopulares. Este no es el tiempo para que los hombres que se oponen a los métodos del senador McCarthy se mantengan en silencio, o para aquellos que los aprueban. Podemos negar nuestra herencia y nuestra historia, pero no podemos evadir la responsabilidad por el resultado. No hay forma para un ciudadano de una república de abdicar de sus responsabilidades. Como nación hemos recibido nuestra plena herencia a una edad tierna. Nosotros proclamamos ser, y de verdad lo somos, los defensores de la libertad, dondequiera que ésta continúe existiendo en el mundo, pero no podemos defender la libertad en el exterior mediante su abandono en casa. Las acciones del joven senador de Wisconsin han causado alarma y consternación entre nuestros aliados en el extranjero, y dado un considerable confort a nuestros enemigos. ¿Y de quién es la falla? En realidad no es suya. Él no creó esta situación de miedo; él meramente la explotó - y más bien exitosamente. Casio estaba en lo cierto: 'La falla, querido Bruto, no está en nuestras estrellas, sino en nosotros mismos'.”

Edward R. Murrow (1908–1965) periodista estadounidense

En el ciclo televisivo See it now (“Véalo ahora”) del 9 de marzo de 1954, en el programa titulado justamente A Report on Senator Joseph R. McCarthy (“Un informe sobre el senador Joseph R. McCarthy”).

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