Frases sobre lado
página 5

“A la puta calle, ¡venga! Siempre me toca al más tonto al lado.”

Jesús Gil y Gil (1933–2004) Empresario y político español; presidente del club Atlético de Madrid.

Refiriéndose a un periodista

Ray Loriga Foto
Ray Loriga Foto
Enrique Bunbury Foto

“Tuve que perderme pa' llegar hasta tu lado.”

Enrique Bunbury (1967) músico español

Pa' llegar a tu lado
En solitario, Licenciado Cantinas

Catón el Joven Foto

“Anda y manifiesta a Pompeyo que a Catón no se le gana por ese lado; mas que con todo, aprecia su afecto, y en las cosas justas le dará pruebas de una amistad más leal que todos los parentescos, pero no dará prendas a la gloria de Pompeyo en daño de la patria.”

Catón el Joven (-95–-46 a.C.) político de la Antigua Roma

Fuente: Plutarchus. Las vidas paralelas de Plutarco: Trad. de su original griego por Antonio Ranz Romanillos, Volumen 3. Editorial Mézin, 1847. p. 366.
Fuente: Vidas paralelas.

Dilma Rousseff Foto

“El Brasil superó una dictadura militar y está consolidando su democracia. La realidad cambió, y nosotros con ella. Con todo, nunca cambié de lado. Siempre estuve al lado de la justicia, de la democracia y de la igualdad social”

Dilma Rousseff (1947) Presidenta de Brasil

Sobre su visión de la realidad y la historia brasileña relativamente reciente.
Fuente: En una entrevista realizada por la Veja, cuando aún era candidata presidencial. http://veja.abril.com.br/240210/candidata-conquista-ninho-p-050.shtml

Dilma Rousseff Foto

“[José Serra] está más para manga (de viento) de aeropuerto. Está cada día de un humor [diferente]. Cambia de posición dependiendo de la platea. Típico de una manga de aeropuerto. Ella actúa con el viento, cambia de lado […]”

Dilma Rousseff (1947) Presidenta de Brasil

Sobre su contendiente socialdemócrata José Serra (PSDB) a la presidencia del Brasil.
Fuente: Estadão http://www.estadao.com.br/noticias/nacional,eu-nao-sou-o-pitta-e-lula-nao-e-o-maluf-diz-dilma,540777,0.htm, Portal de noticias Terra. http://noticias.terra.com.br/brasil/noticias/0,,OI4393768-EI7896,00-Chamado+de+biruta+Serra+diz+que+nao+vai+pegar+no+pe+de+Dilma.html

Ramón María del Valle-Inclán Foto

“No quiero a mi lado ni cura discreto, ni fraile humilde, ni jesuita sabiondo.”

Ramón María del Valle-Inclán (1866–1936) escritor español

Sin fuentes

Pilar Manjón Foto
Galeazzo Ciano Foto
Galeazzo Ciano Foto
Galeazzo Ciano Foto
Josep Antoni Duran i Lleida Foto

“No es lo mismo una persona que tenga un inmigrante en su casa de servicio y viva en Sarrià o Pedralbes, que quien vive en un bloque y no puede vender su piso a precio de mercado porque cada día van más inmigrantes a comprar en la tienda de al lado.”

Josep Antoni Duran i Lleida (1952) político español

Declaraciones contra inmigrantes y andaluces
Fuente: Público http://www.publico.es/399728/duran-i-lleida-hay-mas-inmigracion-de-la-que-deberia-haber, 4 de octubre de 2011.

Gisela Valcárcel Foto
Néstor Majnó Foto
Lourdes Flores Foto
Neymar Foto
Barack Obama Foto

“Aquellos que defienden la justicia siempre ocupan el lado correcto de la historia.”

Barack Obama (1961) 44.º presidente de los Estados Unidos

Rueda de prensa sobre los disturbios en Irán. 23 de junio del 2009.
2009, 2009

Heath Ledger Foto

“Si algún día llegará a ocurrir un terremoto, o algo así, y yo estoy en otro lado tendría mucha suerte, ¿ves? Lo soy.”

Heath Ledger (1979–2008) actor estadounidense

Hablando sobre su comicidad.

El Gran Wyoming Foto

“Usun Yoon. A su lado, todo el mundo parece normal.”

El Gran Wyoming (1955) cómico y presentador de televisión español

El Intermedio

Fito Cabrales Foto
Fito Cabrales Foto
Fito Cabrales Foto
Julio Garavito Armero Foto
Bjarne Stroustrup Foto
Shaquille O'Neal Foto
Doctor Tangalanga Foto
Doctor Tangalanga Foto
Ismael Serrano Foto

“Duermes, imsonme cruzo la casa y te busco intranquilo, porque sueño a tu lado aunque no duermas conmigo.”

Ismael Serrano (1974) cantautor español

Duermes (Ismael Serrano)
Canciones, Naves Ardiendo Más Allá de Orión (2005)

Edsger Dijkstra Foto
ZPU Foto

“Porque no lo has visto antes y menos desde este lado, dime, quien se come a quien man de un solo bocado”

ZPU (1981) MC español

Deslizamiento, Contradicziones, 2008

Björk Foto
Paulo Coelho Foto
Patrick Rothfuss Foto
Joel Osteen Foto

“Es hora de dejar de lado esa mentalidad negativa e ir más arriba.”

Joel Osteen (1963) Predicador y autor estadounidense

Lo mejor de ti: 7 pasos para mejorar tu vida diaria

Ana María Matute Foto
Bobby Fischer Foto
Camilla Läckberg Foto
David Foster Wallace Foto
Idries Shah Foto

“Puedo llevarte a cualquier lado que quieras ir.
Galen”

Angels' Dance

Julio Cortázar Foto
Jorge Luis Borges Foto
Sun Tzu Foto
Sherrilyn Kenyon Foto
David Foster Wallace Foto
Fernando Vallejo Foto
Cheryl Strayed Foto
Alessandro Baricco Foto
Milan Kundera Foto
Meg Rosoff Foto
Paulo Coelho Foto
Yukio Mishima Foto
Gabriel García Márquez Foto
Robert McKee Foto
Markus Zusak Foto
Patrick Rothfuss Foto
Charles Baudelaire Foto
Herta Müller Foto
Allan Kardec Foto
Amélie Nothomb Foto
Platón Foto

“Antes andaba vacilante por uno y otro lado, y creyendo llevar una vida racional, era el más desgraciado de los hombres.”

Platón (-427–-347 a.C.) filósofo griego clásico que creo la teoría de las ideas

Obras de Platón

Isabel Allende Foto
Patrick Modiano Foto
Michel Houellebecq Foto
Jorge Luis Borges Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Mario Vargas Llosa Foto
Thomas Merton Foto

“El núcleo del problema racial, tal como yo lo veo, es este: el negro (y también otros grupos raciales, pero el negro sobre
todo) resulta víctima de los conflictos psicológicos y sociales que ahora forman parte de una civilización blanca que teme una disgregación inminente y no tiene una comprensión madura de la realidad de la crisis. La sociedad blanca es pura y simplemente incapaz de aceptar realmente al negro y asimilarle, porque los blancos no pueden hacer frente a sus propios impulsos, no pueden defenderse contra sus propias emociones, que son extremadamente inestables en una sociedad sobreestimulada y rápidamente cambiante.
Para minimizar la sensación de riesgo y desastre siempre latente en sí mismos, los blancos tienen que proyectar sus miedos en algún objeto exterior a ellos mismos. Claro que la Guerra Fría ofrece amplias oportunidades, y cuanto más inseguros están los hombres, en un bando o en otro, más recurren a paranoicas acusaciones de «comunismo» o «imperialismo», según sea el caso. Las acusaciones no carecen de base, pero siguen siendo patológicas.
Aprisionado en este ineludible síndrome queda el negro, que tiene la desgracia de hacerse visible, con su presencia, su desgracia, sus propios conflictos y su propia división, precisamente en el momento en que la sociedad blanca está menos preparada para arreglárselas con un peso extra de riesgo.
¿Cuál es el resultado? Por un lado, la ternura de los «liberales» se precipita, de modo patético pero comprensible, a dar la bienvenida y a conciliar esa pena trágica. Por otro lado, los inseguros se endurecen de modo enconadamente patológico, se tensan las resistencias, y se confirman en el temor y el odio aquellos que (conservadores o no) están decididos a echar la culpa a otro de sus propias deformidades interiores.
La increíble inhumanidad de esta negativa a escuchar por un momento al negro, de algún modo, y de esta decisión de mantenerle oprimido a toda costa, me parece que proporcionará casi con seguridad una situación revolucionaria desesperanzadamente caótica y violenta. Cada vez más, la animosidad,
la suspicacia y el miedo que sienten esos blancos (y que en su raíz sigue siendo un miedo a su propia miseria interior, que probablemente no pueden sentir tal como es) llegan a hacerse una profecía que se cumple a sí misma. El odio del racista blanco al negro (lo repito, odio, porque aún es una palabra muy suave para indicar lo que hay en los corazones de esa agitada gente) se le hace aceptable cuando lo presenta como un odio del negro a los blancos, fomentado y estimulado por el comunismo. ¡La Guerra Fría y los miedos racistas se ensamblan en una sola unidad! ¡Qué sencillo es todo!
Al negro, claramente, se le invita a una sola reacción. Ha tenido innumerables razones para odiar al hombre blanco. Ahora se reúnen y se confirman sólidamente. Aunque no tenga nada que ganar por la violencia, tampoco tiene nada que perder. ¡Y por lo menos la violencia será un modo decisivo de decir lo que piensa de la sociedad blanca!
El resultado, sin duda, será muy desagradable, y la culpa caerá de lleno en las espaldas de la América blanca, con su inmadurez emocional, cultural y política, y su lamentable negativa a comprender.”

Thomas Merton (1915–1968)

Conjeturas de un espectador culpable

Aldous Huxley Foto
Franz Kafka Foto

“Ante la Ley hay un guardián. Hasta ese guardián llega un campesino y le ruega que le permita entrar a la Ley. Pero el guardián responde que en ese momento no le puede franquear el acceso. El hombre reflexiona y luego pregunta si es que podrá entrar más tarde. —Es posible —dice el guardián—, pero ahora, no. Las puertas de la Ley están abiertas, como siempre, y el guardián se ha hecho a un lado, de modo que el hombre se inclina para atisbar el interior. Cuando el guardián lo advierte, ríe y dice: —Si tanto te atrae, intenta entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda esto: yo soy poderoso. Y yo soy sólo el último de los guardianes. De sala en sala irás encontrando guardianes cada vez más poderosos. Ni siquiera yo puedo soportar la sola vista del tercero. El campesino no había previsto semejantes dificultades. Después de todo, la Ley debería ser accesible a todos y en todo momento, piensa. Pero cuando mira con más detenimiento al guardián, con su largo abrigo de pieles, su gran nariz puntiaguda, la larga y negra barba de tártaro, se decide a esperar hasta que él le conceda el permiso para entrar. El guardián le da un banquillo y le permite sentarse al lado de la puerta. Allí permanece el hombre días y años. Muchas veces intenta entrar e importuna al guardián con sus ruegos. El guardián le formula, con frecuencia, pequeños interrogatorios. Le pregunta acerca de su terruño y de muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y al final le repite siempre que aún no lo puede dejar entrar. El hombre, que estaba bien provisto para el viaje, invierte todo —hasta lo más valioso— en sobornar al guardián. Este acepta todo, pero siempre repite lo mismo: —Lo acepto para que no creas que has omitido algún esfuerzo. Durante todos esos años, el hombre observa ininterrumpidamente al guardián. Olvida a todos los demás guardianes y aquél le parece ser el único obstáculo que se opone a su acceso a la Ley. Durante los primeros años maldice su suerte en voz alta, sin reparar en nada; cuando envejece, ya sólo murmura como para sí. Se vuelve pueril, y como en esos años que ha consagrado al estudio del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de pieles, también suplica a las pulgas que lo ayuden a persuadir al guardián. Finalmente su vista se debilita y ya no sabe si en la realidad está oscureciendo a su alrededor o si lo engañan los ojos. Pero en aquellas penumbras descubre un resplandor inextinguible que emerge de las puertas de la Ley. Ya no le resta mucha vida. Antes de morir resume todas las experiencias de aquellos años en una pregunta, que nunca había formulado al guardián. Le hace una seña para que se aproxime, pues su cuerpo rígido ya no le permite incorporarse. El guardián se ve obligado a inclinarse mucho, porque las diferencias de estatura se han acentuado señaladamente con el tiempo, en desmedro del campesino. —¿Qué quieres saber ahora? –pregunta el guardián—. Eres insaciable. —Todos buscan la Ley –dice el hombre—. ¿Y cómo es que en todos los años que llevo aquí, nadie más que yo ha solicitado permiso para llegar a ella? El guardián comprende que el hombre está a punto de expirar y le grita, para que sus oídos debilitados perciban las palabras. —Nadie más podía entrar por aquí, porque esta entrada estaba destinada a ti solamente. Ahora cerraré.”

Ante la ley

Paulo Coelho Foto
Susanna Tamaro Foto
Lionel Shriver Foto

“A decir verdad, Jackson nunca había compartido totalmente el culto fálico de sus pares. Cuando tenía más o menos ocho años, una niña lo sorprendió mientras él meaba entre los arbustos, y chilló casi con el mismo espíritu de horror reflexivo con que lo acababa de hacer Carol. Es de suponer que aquella niña nunca había visto un pene, y que no le causó buena impresión. «Puaj, qué basto eres. ¿Qué es esa cosa? ¡Es repugnante!», gritó al salir corriendo. Y después aquella otra vez, en el gimnasio del colegio donde cursó los primeros años de secundaria. Jackson apenas había entrado en la pubertad; todavía mojado tras pasar por la ducha, sintió frío. No obstante, un chico mucho más corpulento que él se burló: Parece que estés envolviendo una zanahoria baby y un par de habichuelas. A partir de ese día los chicos lo apodaron «el Vegetariano», mote tan inocente a oídos de los profesores que protegía a sus compañeros de un posible castigo por acoso escolar. En realidad, la palabra «pene» siempre había sonado algo tonta y banal, y a poca cosa. Desde que tenía memoria, su quinto apéndice le había parecido algo sutilmente ajeno a él, algo aparte y capaz de traicionarlo. Y fue la sensación de que eso que le sobresalía no era del todo parte de su cuerpo lo que pudo permitirle experimentar con ella.

El experimento había fallado. Es posible que Jackson nunca hubiera comprendido muy bien por qué a las mujeres un pene podía resultarles atractivo, con su piel como apergaminada y demasiado fina, los testículos colgantes y esas matas de vello, el sombrerete en la punta, como si fuese un hongo… Podía decirse que, en cierto modo, no era una forma que la carne humana debiera asumir. Cuando estaba en posición de descanso parecía asustado y deprimido; en estado de alerta, impertinente, aunque inseguro, moviéndose de un lado para el otro e intentando llamar la atención como un fanfarrón que quisiera hacer una demostración de sus habilidades.”

Lionel Shriver (1957) escritora estadounidense

So Much for That

Haruki Murakami Foto
Nicholas Sparks Foto
Milan Kundera Foto
Sherrilyn Kenyon Foto
Antonio Skármeta Foto
Emil Cioran Foto