Frases sobre llanto

Una colección de frases y citas sobre el tema del llanto, vida, vida, lágrima.

Frases sobre llanto

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“El llanto es el refugio de las mujeres feas y la ruina de algunas bonitas.”

Oscar Wilde (1854–1900) escritor irlandés

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“A veces el llanto hace más beneficio que la risa.”

Pedro Muñoz Seca (1879–1936) escritor español (1879-1936)

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“Existe entre muchos creyentes una ignorancia pasmosa de las Escrituras y, consecuentemente, existe también la necesidad de una fe bien fundamentada, bíblicamente y sólida. No tengo otra manera de explicar la facilidad con que la gente, como si fueran niños, “son llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Ef. 4:14). Existe un amor ateniense por las cosas novedosas y una aversión mórbida por cualquier cosa del pasado y regular, y por el sendero transitado por nuestros mayores. Miles de personas se congregan para escuchar una voz nueva y una doctrina nueva, sin considerar ni por un momento, si lo que están oyendo es cierto. Hay ansias incesantes de escuchar cualquier enseñanza sensacional y emocionante que apele a los sentimientos. Hay un apetito enfermizo por un cristianismo espasmódico e histérico. La vida religiosa de muchos es como beber una pequeña copita espiritual y “el espíritu afable y apacible” que recomienda San Pedro es totalmente olvidado (1 Pe. 3:4). Las multitudes, los llantos, los sitios calurosos, los cantos rimbombantes y una incesante apelación a las emociones, es lo único que a muchos les interesa. La incapacidad para distinguir las diferencias doctrinales cunde por doquier y, mientras el predicador sea “hábil” y “fervoroso”, cientos de oyentes parecen creer que tiene que estar predicando la verdad ¡y lo llaman a uno terriblemente “intolerante y duro”, si sugiere que no predica la verdad! Moody y Hawis, Dean Stanley y Canon Liddon, Mackonochie y Persall Smith les dan lo mismo a tales personas. Todo esto es triste, muy triste. Pero si, además de esto, los que sinceramente abogan por más santidad, caen por el camino o tienen diferencias entre sí, será más triste todavía. Entonces sí que estaremos peor. La”

J.C. Ryle (1816–1900) obispo de Liverpool

Santidad

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“Una mano pequeña y fría me acarició la mejilla.
—No pasa nada —dijo Auri en voz baja—. Ven aquí.
Empecé a llorar en silencio, y ella deshizo con cuidado el apretado nudo de mi cuerpo hasta que mi cabeza reposó en su regazo. Empezó a murmurar, apartándome el cabello de la frente; yo notaba el frío de sus manos contra la ardiente piel de mi cara.
—Ya lo sé —dijo con tristeza—. A veces es muy duro, ¿verdad?
Me acarició el cabello con ternura, y mi llanto se intensificó. No recordaba la última vez que alguien me había tocado con cariño.
—Ya lo sé —repitió—. Tienes una piedra en el corazón, y hay días en que pesa tanto que no se puede hacer nada. Pero no deberías pasarlo solo. Deberías haberme avisado. Yo lo entiendo.
Contraje todo el cuerpo y de pronto volví a notar aquel sabor a ciruela.
—La echo de menos —dije sin darme cuenta. Antes de que pudiera agregar algo más, apreté los dientes y sacudí la cabeza con furia, como un caballo que intenta liberarse de las riendas.
—Puedes decirlo —dijo Auri con ternura.
Volví a sacudir la cabeza, noté sabor a ciruela, y de pronto las palabras empezaron a brotar de mis labios.
—Decía que aprendí a cantar antes que a hablar. Decía que cuando yo era un crío ella tarareaba mientras me tenía en brazos. No me cantaba una canción; solo era una tercera descendente. Un sonido tranquilizador. Y un día me estaba paseando alrededor del campamento y oyó que yo le devolvía el eco. Dos octavas más arriba. Una tercera aguda y diminuta. Decía que aquella fue mi primera canción.
—Nos la cantábamos el uno al otro. Durante años. —Se me hizo un nudo en la garganta y apreté los dientes.
—Puedes decirlo —dijo Auri en voz baja—. No pasa nada si lo dices.
—Nunca volveré a verla —conseguí decir. Y me puse a llorar a lágrima viva.
—No pasa nada —dijo Auri—. Estoy aquí. Estás a salvo.”

The Wise Man's Fear

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“El alma descansa cuando echa sus lágrimas; y el dolor se satisface con su llanto.”

Ovidio (-43–17 a.C.) poeta en lengua latina

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“Recuerdo el rostro de mi padre como un hueco en la muralla, sábanas manchadas de barro, piso de tierra. Mi madre día y noche trabajando, llantos y gritos.”

Víctor Jara (1932–1973) artista y activista político chileno

La luna siempre es muy Linda (1962)
Textos de canciones, Víctor Jara [Canto a lo humano] (1966)

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“No vez el río de llanto porque la falta una lágrima tuya.”

Antonio Porchia (1885–1968)

Voces (1943)

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“Un día… Sobre el llanto acumulado de los seres y la eterna conmoción de los mares, se alzará la savia límpida y clara de la vida y volverá a gemir alegremente la armonía y la esperanza. Del Universo se levantará el himno más intenso y alto para cantar la grandeza del hombre”

Luis Alberto Costales (1926–2006) Político ecuatoriano y poeta

Fuente: Rutas de Sombra y de Sol - pag 328, 22 de marzo de 2019, 2006, culturaenecuador.org, es http://www.culturaenecuador.org/images/stories/documentos/libros/rutasdesombraydesol.pdf,

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“Junta experiencia en la vida, hasta pa' dar y prestar, quien la tiene que pasar entre sufrimiento y llanto, porque nada enseña tanto, como el sufrir y el llorar.”

José Hernández (1834–1886) militar, periodista, poeta ,político y futbolista argentino

El gaucho Martín Fierro (Edición de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes)
Variante: Junta esperencia en la vida hasta pa dar y prestar, quien la tiene que pasar entre sufrimiento y llanto; porque nada enseña tanto como el sufrir y el llorar.

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“Mejor aplicar el llanto siempre que sea posible, como la medicina antigua aplicaba la sangría.”

Prohibido suicidarse en primavera
Variante: El llanto es tan saludable como el sudor, y más poético. Hay que aplicarlo siempre que sea posible como la medicina antigua aplicaba la sangría.

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“Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón,
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿por qué callé aquél día?
Y ella dirá: ¿por qué no lloré yo?”

Citas por obras, Rimas
Fuente: Rimas: Rima XXX. Volumen 3 de Akal Literaturas. Gustavo Adolfo Bécquer. Editor Paco Torrecilla del Olmo. Edición ilustrada. Ediciones AKAL, 2002. ISBN 9788446015239. Página 86. https://books.google.es/books?id=_xjj1_7kNIYC&printsec=frontcover&dq=Rimas&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiU6PS2s5DgAhUn1eAKHTcHBtAQ6AEIMDAB#v=onepage&q=Asomaba%20a%20sus%20ojos%20una%20l%C3%A1grima%20&f=false

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“Me quedé como Monalisa, sin llanto y sin sonrisa”

Shakira (1977) cantante, compositora, bailarina, actriz de Colombia, autora

- Te aviso, te anuncio - Disco: Laundry the Service
Letras de canciones

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“La superficie no resiste. Huyo hacia delante llevando el dolor cosido a los talones. Ninguna acequia en la que ahogarlo, ninguna huella en la que perderlo. Decido enfrentarlo como se enfrenta al cielo la llanuera: a descubierto.

Habré de perderme a mí ya que en el mí se aloja todo dolor. Digo dolor para nombrarlo, exorcizar al mí. Escribo el mí para que ruede hacia la página, pero se me pega a los dedos y no acierto, no acierto a diluir en la tinta el llanto. A sacudidas me digo, a sacudidas la letra y luego

contra lo irremediable me alzo.
Alzo el grito.
Contra lo irremediable.

Vago por el mundo dejando un rastro de gritos. Cada saludo es un frito, cada sonrisa un grito. Mi sonrisa oculta el primer grito del mundo, el único, el mismo, aquel que brota en el final, cuando ya nada importa.

Intrusa de mi mundo y del ajeno, no hallo lugar para el descanso.

La fe de los comienzos, no
El perdón
no.

Sólo
el balbuce.

La salvación
no.

Sólo
el balbuceo.

Después del grito
el balbuceo.

Asolada el balbuceo.

Mis pasos doblándose hacia dentro.
La mente desposeída de estrategias.

Sólo
el balbuceo.

Dolor, ni tan siquiera -palabra sin sentido-. No abro las cortinas. Ninguna cortina. La habitación oscura. Málagra, Damasco, Delhi, en todas las ciudades la vida me es ajena, Todas las ventanas son la misma ventana. Todas las aceras reciben el mismo cuerpo. La misma soledad cayendo, excesiva. Morir es un exceso. Me ex-

cedo. Balbuceo.

Sigo alimentándome tan sólo para poder decir el exceso.
A contra-vida.
Abajo.

Y a nadie que esté vivo ha de importarle lo que digo.
No es más que un murmullo soterrado, apenas inquietante.”

Chantal Maillard (1951) escritora hispanobelga

La herida en la lengua

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“Madre de los juegos latinos y los deleites griegos,
Lesbos, donde los besos, lánguidos o gozosos,
cálidos como soles, frescos como las sandías,
son el adorno de noches y días gloriosos;
madre de los juegos latinos y los deleites griegos.

Lesbos, donde los besos son como cascadas
que se arrojan sin miedo en las simas sin fondo,
y fluyen, entrecortados de sollozos y risas,
tormentosos y secretos, hormigueantes y profundos;
¡Lesbos, donde los besos son como las cascadas!

Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,
donde nunca un suspiro dejó de hallar un eco,
las estrellas te admiran tanto como a Pafos,
¡y Venus con razón puede envidiar a Safo!
Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,

Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,
que hacen que en sus espejos, ¡infecundo deleite!
las niñas de ojos hundidos, enamoradas de sus cuerpos,
acaricien los frutos ya maduros de su nubilidad;
Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,

deja al viejo Platón fruncir su ceño austero;
obtienes tu perdón del exceso de besos,
reina del dulce imperio, tierra noble y amable,
y de refinamientos siempre sin agotar,
deja al viejo Platón fruncir su ceño austero.

Obtienes tu perdón del eterno martirio,
infligido sin tregua a los corazones ambiciosos,
que atrae lejos de nosotros la radiante sonrisa,
¡vagamente entrevista al borde de otros cielos!
¡Obtienes tu perdón del eterno martirio!

¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?,
y a condenar tu frente pálida por penosas labores,
si sus balanzas de oro no han pesado el diluvio,
de lágrimas que en el mar vertieron tus arroyos?
¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?

¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?
Vírgenes de corazón sublime, honra del Archipiélago,
vuestra religión es augusta como cualquiera,
¡y el amor se reirá del Infierno y del Cielo!
¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?

Pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todos,
para cantar el secreto de sus floridas vírgenes,
y desde la infancia que inicié en el negro misterio,
de las risas sin freno mezcladas con los llantos sombríos;
pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todos

y desde entonces velo en la cumbre del Léucato,
igual que un centinela de mirada segura y penetrante,
que vigila noche y día,, tartana o fragata,
cuyas formas a lo lejos se agitan en el azul;
y desde entonces velo en la cumbre del Léucato,

para saber si el mar es indulgente y bueno,
y si entre los sollozos que en la roca resuenan,
un día llevará a Lesbos, que perdona,
el cadáver adorado de Safo, que partió,
¡para saber si el mar es indulgente y bueno!

De Safo la viril, la amante y la poetisa,
¡por su palidez triste más hermosa que Venus!
—Al ojo azul venció el negro que mancilla
el tenebroso círculo trazado por las penas
¡de Safo la viril, la amante y la poetisa!

Presentándose al mundo más hermosa que Venus
y vertiendo el tesoro de su serenidad
y el brillo de su rubia juventud,
sobre el viejo Océano prendado de su hija;
¡presentándose al mundo más hermosa que Venus!

—De Safo, que murió el día de su blasfemia,
cuando, insultando el rito y el culto establecido,
convirtió su hermoso cuerpo en pasto supremo
de un bruto cuyo el orgullo castigó la impiedad
de aquella que murió el día de su blasfemia,

y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones,
y, pese a los honores que le tributa el mundo,
cada noche le embriaga la voz de la tormenta,
¡que elevan hacia el cielo sus orillas desiertas!
¡y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones!”

Les Fleurs du Mal

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“Se dio cuenta de que el coronel Aureliano Buendía no le había perdido el cariño a la familia a causa del endurecimiento de la guerra, como ella creía antes, sino que nunca había querido a nadie, ni siquiera a su esposa Remedios o a las incontables mujeres de una noche que pasaron por su vida, y mucho menos a sus hijos. Vislumbró que no había hecho tantas guerras por idealismo, como todo el mundo creía, ni había renunciado por cansancio a la victoria inminente, como todo el mundo creta, sino que había ganado y perdido por el mismo motivo, por pura y pecaminosa soberbia. Llegó a la conclusión de que aquel hijo por quien ella habría dado la vida, era simplemente un hombre incapacitado para el amor. Una noche, cuando lo tenía en el vientre, lo oyó llorar. Fue un lamento tan definido, que José Arcadio Buendía despertó a su lado y se alegró con la idea de que el niño iba a ser ventrílocuo. Otras personas pronosticaron que sería adivino. Ella, en cambio, se estremeció con la certidumbre de que aquel bramido profundo era un primer indicio de la temible cola de cerdo, y rogó a Dios que le dejara morir la criatura en el vientre. Pero la lucidez de la decrepitud le permitió ver, y así lo repitió muchas veces, que el llanto de los niños en el vientre de la madre no es un anuncio de ventriloquia ni de facultad adivinatoria, sino una señal inequívoca de incapacidad para el amor.”

One Hundred Years of Solitude

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“Más llanto que llorar es ver llorar.”

Antonio Porchia (1885–1968)

Voces (1943)

“No llora quien no encuentra uns fuente donde verter su llanto.”

Antonio Porchia (1885–1968)

Voces (1943)

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“Con gestos vas gastando la noche de tu cuerpo, y ya te trasparentó; soy tú para la vida. No se acaban tus ojos; son los otros los ciegos. No te juntan a mí; nadie sabe que es tuya esta mortal ausencia que se duerme en mi boca cuando clama la voz en desiertos de llanto.”

Carmen Conde (1907–1996) maestra, poetisa y narradora española

Fuente: Jiménez Faro, Luz María. Panorama antológico de poetisas españolas: (siglos XV al XX). Editorial Torremozas, 1987, p. 111.

“Quiero a los seres humanos. No hay otra cosa que me provoque ternura, asco, llanto y miedo que los humanos. Toda la amargura de mi vida la estoy transformando en una sonrisa sincera y pulcra que voy obsequiando a la primera persona que se me cruce en el camino.”

Ilia Beshkov (1901–1958)

Fuente: [Tsankova], Diana. «Ilia Beshkov desnuda sin pudor pasiones y vicios en una exposición integrada por 150 de sus dibujos.» 14 de noviembre de 2017. http://bnr.bg/es/post/100896180 Radio Nacional de Bulgaria. Consultado el 1 de mayo de 2018.

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“La tela de su vestido se prendía en el terciopelo de la levita de Rodolfo; inclinó hacia atrás su blanco cuello que se dilataba con un suspiro y desfallecida, deshecha en llanto, con una largo estremecimiento y tapándose la cara, se entregó.”

Gustave Flaubert (1821–1880) escritor francés (1821-1900)

Página 146.
De Madame Bovary
Fuente: Citado en Botrel, Jean-François. Clarín y La regenta en su tiempo: actas del simposio internacional. Editorial Universidad de Oviedo, 1987. ISBN 9788474681239. p. 465.

“La ilusión es su esperanza con un arco iris como bandera, la marcha es más llevadera con la fe puesta en lontananza, que recobraremos la confianza por una democracia en pos, con el llanto como portavoz al cielo eleva una fiel oración, su éxodo es vil diseminación y pobre del que se va con un adiós.”

Contexto: “Pobre del que emigra, que denigra de allá y de aquí, y no es feliz ni allá ni aquí. Y pobre del que se va con un adiós, con un triste adiós y el corazón partido en dos” - . Disponible en: https://es.calameo.com/books/0059304088e9faee6030f

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