Frases sobre cansancio

Una colección de frases y citas sobre el tema del cansancio, hombres, hombre, hombro.

Frases sobre cansancio

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“Nunca siento que un texto esté completamente terminado. Una y otra vez releo, preferentemente en voz alta, hasta que cierto cansancio me lleva a enviarlo al editor, quien decidirá si se publica o no.”

José Baroja (1983) Escritor y editor chileno

Fuente: Fondo de Cultura Económica. Entrevista de Miguel Esteban Torreblanca. https://www.fondodeculturaeconomica.com/Noticia/706

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“Dar, siempre dar, hasta que se nos caigan los brazos de cansancio.”

Alberto Hurtado (1901–1952) santo jesuita chileno

Fuente: http://www.pensamientos.org/pensamientosdar.htm.

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“EL PRIVILEGIO DE PENSAR

¡Ah, reconcentrarse, y pensar!
Decirse, esto es, ahora pienso
sentado sobre el banco junto a la ventanilla amiga.
¡Puedo pensar! Quema los ojos, el rostro,
por la verriondez de Piazza Vittorio,
la mañana, y mísero, adhesivo,
mortifica el olor del carbón
la avidez de los sentidos: un dolor terrible
pesa en el corazón, así de nuevo vivo.

Bestia vestida de hombre
niño arrojado solo al mundo,
con su abrigo y sus cien liras,
heroico y ridículo me voy a trabajar,
yo también, para vivir… Poeta, es verdad,
pero mientras heme aquí en este tren,
cargado tristemente de empleados
como por broma, blanco de cansancio,
heme aquí sudando mi salario,
dignidad de mi falsa juventud,
miseria de quienes con humildad interna
y aspereza ostentada me defiendo…
¡Pero pienso! Pienso, en el rincón amigo,
en la íntegra mediahora del recorrido,
desde San Lorenzo a las Capannelle,
desde las Capannelle hasta el aeropuerto,
pensando, buscando infinitas lecciones
en un solo verso, en un trocito de verso.
¡Qué estupenda mañana! ¡A ninguna otra
igual! Ahora hijos de débil
neblina, ignorada detrás de los murallones
del acueducto, recubierto
de casitas pequeñas como perreras,
y calles arrojadas allá, abandonadas,
frecuentadas sólo por aquella pobre gente.
Ahora arrebatos de sol, sobre praderas de grutas
y cuevas, barroco natural, con verdes
extendidos por un Corot pordiosero: ahora soplos de oro
sobre las pistas donde con deliciosas grupas marrones
corren los caballos, montados por muchachos
que parecen aún más jóvenes, y no saben
cuánta luz en el mundo hay en torno a ellos.”

Pier Paolo Pasolini (1922–1975) escritor, poeta y director de cine italiano

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“Blanca, en cambio, se había acostumbrado a vivir sola. Terminó por encontrar paz
en sus quehaceres de la gran casa, en su taller de cerámica y en sus Nacimientos de
animales inventados, donde lo único que correspondía a las leyes de la biología era la
Sagrada Familia perdida en una multitud de monstruos. El único hombre de su vida era
Pedro Tercero, pues tenía vocación para un solo amor. La fuerza de ese
inconmovible sentimiento la salvó de la mediocridad y de la tristeza de su destino.
Permanecía fiel aun en los momentos en que él se perdía detrás de algunas ninfas de
pelo lacio y huesos largos, sin amarlo menos por ello. Al principio creía morir cada vez
que se alejaba, pero pronto se dio cuenta de que sus ausencias duraban lo que un
suspiro y que invariablemente regresaba más enamorado y más dulce. Blanca prefería
esos encuentros furtivos con su amante en hoteles de cita, a la rutina de una vida en
común, al cansancio de un matrimonio y a la pesadumbre de envejecer juntos
compartiendo las penurias de fin de mes, el mal olor en la boca al despertar, el tedio
de los domingos y los achaques de la edad. Era una romántica incurable. Alguna vez
tuvo la tentación de tomar su maleta de payaso y lo que quedaba de las joyas del
calcetín, e irse con su hija a vivir con él, pero siempre se acobardaba. Tal vez temía
que ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a la
más terrible de todas: la convivencia. Alba estaba creciendo muy rápido y comprendía
que no le iba a durar mucho el buen pretexto de velar por su hija para postergar las
exigencias de su amante, pero prefería siempre dejar la decisión para más adelante.
En realidad, tanto como temía la rutina, la horrorizaba el estilo de vida de Pedro
Tercero, su modesta casita de tablas y calaminas en una población obrera, entre
cientos de otras tan pobres como la suya, con piso de tierra apisonada, sin agua y con
un solo bombillo colgando del techo. Por ella, él salió de la población y se mudó a un
departamento en el centro, ascendiendo así, sin proponérselo, a una clase media a la
cual nunca tuvo aspiración de pertenecer. Pero tampoco eso fue suficiente para Blanca.
El departamento le pareció sórdido, oscuro, estrecho y el edificio promiscuo. Decía que
no podía permitir que Alba creciera allí, jugando con otros niños en la calle y en las
escaleras, educándose en una escuela pública. Así se le pasó la juventud y entró en la
madurez, resignada a que los únicos momentos de placer eran cuando salía
disimuladamente con su mejor ropa, su perfume y las enaguas de mujerzuela que a
Pedro Tercero cautivaban y que ella escondía, arrebolada de vergüenza, en lo más
secreto de su ropero, pensando en las explicaciones que tendría que dar si alguien las
descubría. Esa mujer práctica y terrenal para todos los aspectos de la existencia,
sublimó su pasión de infancia, viviéndola trágicamente. La alimentó de fantasías, la idealizó, la defendió con fiereza, la depuró de las verdades prosaicas y pudo convertirla
en un amor de novela.”

The House of the Spirits

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“La cama blanquecina nadando en la oscuridad. El cansancio arrastrándose por su cuerpo”

Clarice Lispector (1920–1977) escritora ucraniana-brasileña

Cerca del Corazón Salvaje

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“¡Dejadme escapar de la mentirosa y criminal ilusión de la felicidad! Dadme trabajo, cansancio, dolor y entusiasmo.”

George Sand (1804–1876) escritora francesa

Variante: ¡Dejadme escapar de la mentirosa y criminal ilusión de la felicidad!
Dadme trabajo, cansancio, dolor y entusiasmo.
Fuente: Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros,S.L. ISBN 978-84-16068-10-4. p. 131.

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“Había hecho varias notas sobre el tema para la sección salud del noticiero y nunca me di cuenta que yo presentaba todos los síntomas, hasta que la enfermedad se hizo evidente. Este cansancio físico se manifiesta dañando muchas funciones, y esto me hizo entender que tenemos límites y que no podemos pretender hacerlo todo.”

Silvia Corzo (1973) abogada, periodista y presentadora colombiana

Fuente: Mas Mujer TV, "Ana María Hoyos entrevista a Silvia Corzo" http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:MWX3PQqrKiEJ:http://clubmasmujer.com/mm/index.php?option=com_content&task=view&id=180&Itemid=107 27 de febrero de 2008

“Vivir plenamente produce un cansancio infinito, pero muy gratificante.”

Ramón Buenaventura (1940) poeta y escritor español

Fuente: Baute, Milco. Frases, expresiones y proverbios para la Vida. Edición ilustrada. Editorial Lulu.com, 2017. ISBN 9781365790744. p. 83.

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“Se dio cuenta de que el coronel Aureliano Buendía no le había perdido el cariño a la familia a causa del endurecimiento de la guerra, como ella creía antes, sino que nunca había querido a nadie, ni siquiera a su esposa Remedios o a las incontables mujeres de una noche que pasaron por su vida, y mucho menos a sus hijos. Vislumbró que no había hecho tantas guerras por idealismo, como todo el mundo creía, ni había renunciado por cansancio a la victoria inminente, como todo el mundo creta, sino que había ganado y perdido por el mismo motivo, por pura y pecaminosa soberbia. Llegó a la conclusión de que aquel hijo por quien ella habría dado la vida, era simplemente un hombre incapacitado para el amor. Una noche, cuando lo tenía en el vientre, lo oyó llorar. Fue un lamento tan definido, que José Arcadio Buendía despertó a su lado y se alegró con la idea de que el niño iba a ser ventrílocuo. Otras personas pronosticaron que sería adivino. Ella, en cambio, se estremeció con la certidumbre de que aquel bramido profundo era un primer indicio de la temible cola de cerdo, y rogó a Dios que le dejara morir la criatura en el vientre. Pero la lucidez de la decrepitud le permitió ver, y así lo repitió muchas veces, que el llanto de los niños en el vientre de la madre no es un anuncio de ventriloquia ni de facultad adivinatoria, sino una señal inequívoca de incapacidad para el amor.”

One Hundred Years of Solitude

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“También yo concibo la vida con esa aparente resignación de quien sabe que el lugar en el que se encuentre en cada instante es exactamente el sitio al que tendría que haber ido. Se trata de establecer la meta justo donde te pueda el cansancio, ni un poco antes, ni un metro más allá…”

José Luis Alvite (1949–2015) periodista español

Pan con lápiz (2013)
Fuente: Pan con lápiz. Jose Luis Alvite. La Razón. 24 de mayo de 2013 https://www.larazon.es/opinion/columnistas/pan-con-lapiz-BD2410113Consultado el 1 de agosto de 2019

“En la madrugada, cuando el cansancio y el remordimiento, aparece la ternura.”

José Luis Alvite (1949–2015) periodista español

Para la cobardía soy muy valiente (2011)
Fuente: Para la cobardía soy muy valiente. Jose Luis Alvite. La Razón. 25 de julio de 2011. https://www.larazon.es/historico/1709-jose-luis-alvite-para-la-cobardia-soy-muy-valiente-MLLA_RAZON_388913Consultado el 2 de agosto de 2019

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“Demos gracias a Dios por habernos hecho este regalo de la muerte, para que la vida tenga sentido; de la noche, para que este día tenga sentido; del silencio, que habla para tener sentido; de la enfermedad, que es para que la salud tenga sentido; por la guerra, que hace que la paz tenga sentido. Demos gracias a Él por habernos dado cansancio y dolor, para que el descanso y la alegría tengan significado. Demos gracias a él, cuya sabiduría es infinita.”

Amin Maalouf (1949) escritor libanes francófono

Original: «let us thank God for having made us this gift of death, so that life is to have meaning; of night, that day is to have meaning; silence, that speech is to have meaning; illness, that health is to have meaning; war, that peace is to have meaning. Let us give thanks to Him for having given us weariness and pain, so that rest and joy are to have meaning. Let us give thanks to him, whose wisdom is infinite».
Fuente: Leo The African. Amin Maalouf. Editorial Hachette UK, 2012. ISBN 9780748131235. https://books.google.es/books?id=am0CSVuIvCoC&printsec=frontcover&dq=074813123X,+9780748131235&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjCy9-p0evgAhUQkxQKHYXYBvUQ6AEIKDAA#v=onepage&q=let%20us%20thank%20God%20for%20having%20made%20us%20this%20gift%20of%20death%2C%20so%20that%20life%20is%20to%20have%20meaning%3B&f=false

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