Frases sobre decepción

Una colección de frases y citas sobre el tema del decepción, decepción, carrillo, vida.

Frases sobre decepción

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“Cuando aprendas a aceptar en lugar de esperar, tendrás menos decepciones”.”

Bobby Fischer (1943–2008) Ajedrecista

El caballero de la armadura oxidada

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“Oportunidad: una ocasión favorable para idear una decepción.”

Ambrose Bierce (1842–1914) escritor, periodista y editorialista estadounidense

Del Diccionario del Diablo (1881-1906)

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“La decepción es la ira de los débiles.”

Elizabeth Gilbert (1969) escritora estadounidense

Eat, Pray, Love

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“La razón por la cual las mujeres llevan a cabo tan poco y son tan superficiales es porque sus metas son bajas, el matrimonio es el premio por el cual se esfuerzan; si se frustran en que raramente se elevan por encima de la decepción.”

Sarah Moore Grimké (1792–1873) feminista estadounidense

Original: «The reason why women effect so little and are so shallow is because their aims are low, marriage is the prize for which they strive; if foiled in that they rarely rise above disappointment».
Fuente: Citado en Lerner, Gerda. The Female Experience: An American Documentary. Editor Gerda Lerner. Edición reimpresa. Editorial Oxford University Press, 1977. ISBN 9780195072587. p. 478.

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“Aunque en un principio me decepcionó ser calificado como un extremista, mientras seguía pensando sobre el asunto, gradualmente fui ganando una medida de satisfacción de la etiqueta. ¿No fue Jesús un extremista del amor?: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen". ¿No era Amós, un extremista de la justicia?: "Corra el juicio como las aguas y la justicia como arroyo impetuoso". ¿No era Pablo un extremista del Evangelio cristiano?: "Yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús". ¿No fue Martín Lutero, un extremista?: "Aquí estoy, no puedo hacer otra cosa, que Dios me ayude". ¿Y John Bunyan?: "Voy a permanecer en la cárcel hasta el fin de mis días antes de hacer una carnicería de mi conciencia". ¿Y Abraham Lincoln?: "Esta nación no puede sobrevivir como mitad esclava y mitad libre". ¿Y Thomas Jefferson?: "Sostenemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales…" Así que la pregunta no es si vamos a ser extremistas o no, pero ¿qué clase de extremistas seremos. ¿Seremos extremistas por odio o por amor? ¿Seremos extremistas por la preservación de injusticia o por la extensión de la justicia?”

Martin Luther King (1929–1968) líder del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos de América

Fuente:Carta desde la cárcel de Birmingham (1963).
Fuente: bb) Piper, John.Hermanos, no somos profesionales: El mundo determina la agenda del profesional, Dios la del hombre espiritual. Editorial Clie. ISBN 978-84-82675-81-7.p.220

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“Las ideologías llevan inevitablemente a la decepción, porque tienden a lo perfecto, que luego el contacto con la vida real hace imposible.”

Enrique Tierno Galván (1918–1986) político, sociólogo, jurista y ensayista español

Fuente: Albaigès Olivart, José María. Un siglo de citas. Planeta, 1997. ISBN 8423992543, p. 156.

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“Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus… Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad. La observación de este caso, y sus consecuencias psicológicas, concuerda con un hecho que el médico del campo me hizo notar: la tasa de mortandad semanal durante las Navidades de 1944 y el Año Nuevo de 1945 superó en mucho las estadísticas habituales del campo. En su opinión, la explicación de este aumento de mortalidad no había que buscarla en el empeoramiento de las condiciones de trabajo, ni en una disminución de la ración alimenticia, ni en un cambio climatológico, ni en el brote de nuevas epidemias. A su entender, se trataba sencillamente de la ingenua esperanza que abrigaron la mayoría de los presos de ser liberados por las fiestas navideñas. Según se acercaba esa fecha, y al no recibir ninguna noticia alentadora, los prisioneros perdieron su valor y les venció el desaliento. Muchos de ellos murieron al debilitarse su capacidad de resistencia. Ya advertimos”

El hombre en busca de sentido

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“Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus… Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad.”

El hombre en busca de sentido

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“«La imagen de un hombre haciéndose pajas había sido una de sus principales maneras de excitarse. ¿Por qué? Si sus propias sensaciones podían servirle de guía, follar con otra persona nunca salía del todo bien, nunca exactamente como debía. Le había encantado la idea de que fuera así, un hombre ciego con su propio placer.

»Y el autoerotismo era el sanctasanctórum, la auténtica definición de lo privado. Un número indeterminado de amantes de tiempos pasados se habían mostrado muy dispuestos a probar todas las variantes típicas y unas cuantas más, pero lo único que esos hombres nunca estaban dispuestos a hacer por voluntad propia —con una memorable excepción— era masturbarse delante de ella. Sin embargo, ése era el descubrimiento inicial del que manaba todo el sexo; era la fuente.

»La mayoría de los chicos se habrían masturbado cientos de veces antes de conocer carnalmente a una chica, y es famoso el poder alucinógeno de las pajas de la adolescencia. La torpeza y los titubeos característicos de tantos episodios en que las mujeres pierden la flor deben de ser, en comparación, una decepción a escala mundial.

»Incluso en la vida adulta, es casi seguro que muchos hombres siguen experimentando un éxtasis muy superior meneándosela encima del inodoro mientras piensan en una pareja imaginaria, que llevándose a la cama a mujeres de carne y hueso con celulitis y una irritante compulsión a decir “en realidad…” al comienzo de cada frase. Curioso, ¿no? Puesto que lo mismo podía decirse de las mujeres, lo verdaderamente curioso era por qué alguien se tomaba la molestia de follar».”

The Post-Birthday World

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“La decepción no puede existir sin la expectativa. ‘El damasco esperado nunca es tan dulce cuando llega a la boca.”

The Magic Monastery: Analogical and Action Philosophy of the Middle East and Central Asia

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“El envejecimiento trae consigo la duda, el cinismo y la decepción.”

Enric González (1958) periodista español

Historias de Nueva York

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“A los sesenta veo una vida de profundas decepciones, de esperanzas marchitas, de sufrimiento inesperado, de severa disciplina. Sin embargo, a veces he saboreado una exquisita alegría y he encontrado consuelo para muchas de las aflicciones en la inocencia y el amor sincero de los hijos de Teodoro. Sin embargo para esto mi vida tendría que registrar un poco de placeres mundanos.”

Sarah Moore Grimké (1792–1873) feminista estadounidense

Carta a Harriot Hunt, 1853.
Original: «At sixty I look back on a life of deep disappointments, of withered hopes, of unlooked for suffering, of severe discipline. Yet I have sometimes tasted exquisite joy and have found solace for many a woe in the innocence and earnest love of Theodore's children. But for this my life would have little to record of mundane pleasures».
Fuente: Citado en Lerner, Gerda. The Grimké Sisters from South Carolina: Pioneers for Woman's [sic] Rights and Abolition. Edición reimpresa. Editorial Oxford University Press, 1998. ISBN 9780195106039. p. 241.

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“En la educación, en el matrimonio, en la religión, en todo, la decepción está reservada a las mujeres. Tarea de mi vida será ahondar en esta decepción dentro del corazón de cada mujer hasta que ya no se postre.”

Lucy Stone (1818–1893) sufragista y abolicionista estadounidense

Fuente: “Las mejores citas sobre la mujer”. Exley, helen. Editorial EDAF. Madrid. Pág. 43
Fuente: Las mejores citas sobre la mujer.

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