Frases sobre océano

Una colección de frases y citas sobre el tema del océano, mundo, mundo, ser.

Frases sobre océano

Isabel Allende Foto
Osamu Dazai Foto
Rabindranath Tagore Foto
Marco Aurelio Foto

“¡Asia, Europa: rincones del mundo; todo el océano: una gota del universo! El Athos: un minúsculo terrón en todo el universo; todo el presente, un instante en la eternidad.”

Fuente: Meditaciones
Fuente: Una meditación de Marco Aurelio: El antídoto para cualquier nacionalismo https://culturainquieta.com/es/inspiring/item/13499-una-meditacion-de-marco-aurelio-el-antidoto-para-cualquier-nacionalismo.html. Publicado en Cultura inquieta el 7 de marzo de 2018.

Jorge Valdano Foto

“Nadé a través del océano y me ahogué en la orilla.”

Jorge Valdano (1955) futbolista y entrenador de fútbol argentino
Ludwig von Mises Foto
Bill Bryson Foto
Louis de Broglie Foto
George G. Byron Foto
Juan Antonio Villacañas Foto

“Tengo una inmensidad que tiembla en los océanos”

Juan Antonio Villacañas (1922–2001) poeta, ensayista y crítico español (1922-2001)
Gabriel García Márquez Foto
André Gide Foto
Roberto Bolaño Foto
El Vasco de la Carretilla Foto
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
Kabir Foto
Mohandas Gandhi Foto

“No debemos perder la fe en la humanidad que es como el océano: no se ensucia porque algunas de sus gotas estén sucias.”

Mohandas Gandhi (1869–1948) abogado, pensador y político indio

Fuente: Herrera Carles, Humberto. 1500 Frases, pensamientos para la vida. Editor Lulu.com. ISBN 9781105216565. p. 70.

Sócrates Foto

“Para desembarcar en la isla de la sabiduría hay que navegar en un océano de aflicciones.”

Sócrates (-470–-399 a.C.) filósofo griego clásico ateniense

Sin fuentes

Lana del Rey Foto

“Estaba atravesando el invierno de mi vida, y los hombres que conocí durante el trayecto fueron mi único verano. A veces tenía visiones: yo bailando, riendo y llorando con ellos. Tres años en una interminable gira mundial y mis recuerdos sobre ellos eran lo único que me motivaba, mis únicos momentos felices. Era una cantante no muy popular. Una vez soñé con convertirme en una hermosa poeta, pero gracias a una serie de desafortunados eventos, vi esos sueños frustrarse y dividirse como miles de estrellas en el firmamento, las cuales seguía deseando una y otra vez brillando en fragmentos, pero en el fondo no me importó, por que sabía que toma conseguir todo lo que siempre has deseado, y luego perderlo, para saber lo que es la verdadera libertad. Y la gente que solía conocer, descubrieron lo que hacía, como vivía, y preguntaban ¿porqué?, pero no hay razón para explicarle a aquellos que tienen un hogar, no tienen idea de lo que es resguardarse en los demás, que tu hogar sea dondequiera que tiendas tu cabeza. Siempre fui una chica inusual, mi madre decía que tenía una alma de camaleón, sin ninguna brújula de moral apuntando hacia el norte, o una personalidad organizada… solamente un espíritu indeciso, tan grande e indómito, como el océano, y… si digo que no planeé que todo resultará de ésto modo, miento, porque nací para ser "la otra mujer"; pertenezco al nadie, que pertenece a todos; quién nunca tuvo nada… que lo quería todo; hay un anhelo por cada experiencia, y una obsesión por la libertad, que me aterrorizaba, hasta el punto en el que no podía ni siquiera hablar… y el cual me empujo a un punto de demencia nómada, que me cautivaba y me incomodaba. Cada noche solía orar para encontrar a mi gente, y finalmente, lo hice… en el camino libre, no teníamos nada que perder, nada que ganar, nada más que desear… excepto volver nuestras vidas una obra de arte; vive rápido, muere joven, sé aventurero… y diviértete. Creo en el país que Estados Unidos fué, creo en la persona que quiero ser, creo en la libertad del camino libre y mi moto sigue siendo la misma, creo en la bondad de los desconocidos; y cuando estoy en guerra conmigo misma… me voy lejos, sólo me voy… ¿quién eres? ¿estás unido a tus fantasías más profundas? ¿alguna vez haz creado una vida, sólo para ti, donde puedes experimentarlas?… yo lo hice, tuve que hacerlo… estoy totalmente loca… pero soy libre.”

Lana del Rey (1985) cantante compositora estadounidense y modelo
Jacques-Yves Cousteau Foto
James Lovelock Foto
Silverchair Foto
Harbhajan Singh Khalsa Yogiji Foto
Björk Foto

“Esa es mi madre: el océano.”

Original: «Dibben, Nicola. That's my mother: the ocean».
Fuente: Björk. Icons of pop music. Edición ilustrada, revisada. Editorial Equinox, 2009. ISBN 9781845531843. p. 63.

Pablo Neruda Foto

“Nosotros, los perecederos, tocamos los metales, el viento, las orillas del oceano, las piedras, sabiendo que seguiran, inmoviles o ardientes, y yo fui descubriendo, nombrando todas las cosas: fue mi destino amar y despedirme.”

Pablo Neruda (1904–1973) poeta

Maremoto, Aun, La Espada Encendida, Las Piedras del Cielo / Seaquake, Still, The Flaming Sword, The Stones of the Sky

Carlos Ruiz Zafón Foto
Arthur Rimbaud Foto
Howard Phillips Lovecraft Foto

“Tampoco hay que creer que el hombre es el más antiguo o el último de los amos de la tierra, o que esa combinación de vida y sustancia discurre sola por el universo. Los Grandes Antiguos eran, los Grandes Antiguos son, y los Grandes Antiguos serán. No conocemos nada del espacio sino por intermedio de ellos. Caminan serenos y primordiales, sin dimensiones e invisibles para nosotros. Yog-Sothoth es la puerta. Yog-Sothoth es la llave y el guardián de la puerta. Pasado, presente y futuro, todo es uno en Yog-Sothoth. Él sabe por dónde entraron los Grandes Antiguos en el pasado, y por dónde volverán a irrumpir otra vez. Sabe dónde Ellos han hollado los campos de la Tierra, dónde los siguen hollando, y por qué nadie puede contemplarlos mientras lo hacen. A veces el hombre puede saber que están cerca por Su olor, pero ningún hombre puede conocer Su semblante, salvo en los rasgos de los hombres engendrados por Ellos, y los hay de muchos tipos, distinguiéndose en apariencia de la auténtica forma humana hasta la forma sin imagen ni sustancia que es la de Ellos. Caminan invisibles y hediondos en lugares solitarios donde las Palabras han sido pronunciadas y los Ritos han sido aullados en las Estaciones apropiadas. El viento gime con Sus voces, y la tierra murmura con Su voluntad. Abaten los bosques y destruyen ciudades, aunque ningún bosque o ciudad advierte la mano que los aniquila. Kadath, en el páramo helado los ha conocido; pero, ¿qué hombre conoce a Kadath? El desierto helado del Sur y las islas sumergidas del océano conservan piedras donde puede verse Su sello, pero ¿quién ha visto la helada ciudad hundida o la torre sellada engalanada con algas y percebes? El Gran Cthulhu es Su primo, aunque apenas puede entreverlos débilmente.¡Iä! ¡Shub-Niggurath! Por su olor inmundo Los conoceréis. Su mano está en vuestras gargantas, aunque no Los veáis, y Su morada se encuentra en el umbral que custodiáis. Yog-Sothoth es la llave que abre la puerta, el lugar donde se reúnen las esferas. ahora el hombre reina donde Ellos reinaron antes; pronto Ellos reinarán donde el hombre reina ahora. Después del verano viene el invierno; después del invierno, el verano. Ellos esperan pacientes y poderosos, porque volverán a reinar aquí.”

Howard Phillips Lovecraft (1890–1937) escritor estadounidense
Alan Moore Foto
Herman Melville Foto
Isaac Newton Foto

“He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. El océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mi.”

Isaac Newton (1643–1727) físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático de Inglaterra

Fuente: Amate Pou, Jordi. Paseando por una parte de la Historia: Antología de citas. Editorial Penguin Random House Grupo Editorial España, 2017. ISBN 9788417321871. p. 117.

Isaac Newton Foto

“Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.”

Isaac Newton (1643–1727) físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático de Inglaterra

Variante: Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es un océano.

Alexander Pope Foto

“En el vasto océano de la vida de diversas formas navegamos, la razón es la carta, pero la pasión son los vientos.”

Alexander Pope (1688–1744) poeta inglés

Fuente: [Amate Pou] (2017), p. 117. https://books.google.es/books?hl=es&id=MHJNDwAAQBAJ&q=carta#v=snippet&q=carta&f=false En Google Books. Consultado el 21 de noviembre de 2019.

Lucio Anneo Seneca Foto

“Vendrán en los tardos años del mundo ciertos tiempos en los cuales el mar océano aflorará los atamientos de las cosas y se abrirá una grande tierra y un nuevo marinero como aquel que fue guía de Jasón y que hubo de nombre Tiphys descubrirá nuevo mundo y ya no será la isla de Thule la postrera de las tierras.”

Lucio Anneo Seneca (-4–65 a.C.) filósofo, político, orador y escritor romano

Fuente: [Céspedes del Castillo], Guillermo; [Céspedes], Guillermo. América Hispánica, 1492-1898. Editorial Marcial Pons Historia, 2009. ISBN 9788492820054, p. 565.

Arthur C. Clarke Foto

“Qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano”

Arthur C. Clarke (1917–2008) escritor británico de divulgación científica y ciencia ficción, inventor, presentador de televisión

Fuente: Citada en: El satélite que observará la lluvia y las tormentas está listo para despegar http://ciencia.nasa.gov/ciencias-especiales/26feb_gpm/. Noticias Científicas de la NASA, 26 de febrero de 2014.

Josemaría Escrivá de Balaguer Foto
Martin Luther King Foto

“El negro vive en una isla solitaria de pobreza en medio de un inmenso océano de prosperidad material.”

Martin Luther King (1929–1968) líder del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos de América

Discurso en Washington, 28 de agosto de 1963.

Mohandas Gandhi Foto

“Imperfecto como soy, comencé con hombres y mujeres imperfectos, por un océano sin rutas.”

Mohandas Gandhi (1869–1948) abogado, pensador y político indio

Fuente: Bol Cecilio; OLLIRUM LEUGIM. Mis conversaciones con ellos. Editor Bubok 2010. ISBN 978-84-90096-34-5. p. 330.

Steven Wright Foto
Jacques-Yves Cousteau Foto
Jacques-Yves Cousteau Foto
Luis Alberto Spinetta Foto

“Hoy leí en un libro de sal la palabra "fin" y desperté en la orilla espectral. ¿Quien dirá que vi tus ojos como un océano brillante?”

Luis Alberto Spinetta (1950–2012) Músico argentino

Citas de canciones por banda, Spinetta y Los Socios del Desierto

Óscar Únzaga Foto
Javier Pérez de Cuéllar Foto
Amos Oz Foto
Gustavo Adolfo Bécquer Foto

“Mi existencia, reducida al momento presente, flota en el océano de las cosas creadas como uno de esos átomos luminosos que nadan en el rayo del sol.”

Fuente: Memorias de un pavo.
Fuente: Gustavo Adolfo Bécquer. Obras completas, II: Narraciones; Cartas literarias a una mujer; Desde mi celda; Libro de los gorriones; Artículos, crónicas y cuadros; Miscelánea. Volumen 2 de Biblioteca Castro. Ed. de Ricardo Navas Ruíz. Edición ilustrada. Editorial Turner, 1995. ISBN 9788475064406. Página 326.

Luis Racionero Foto
Basina de Turingia Foto
Heath Ledger Foto
ZPU Foto

“Payasos, nunca os hice caso y ahora menos son, océanos de rap en mi ciudad fluye el veneno”

ZPU (1981) MC español

De 4 En 4, Contradicziones, 2008

Björk Foto
John Perkins Foto

“Hoy esos hombres y mujeres van a Tailandia, a Filipinas, a Botswana, a Bolivia y a cualquier parte donde esperan encontrar gentes que necesitan con desesperación un trabajo. Van a esos países con la intención deliberada de explotar a los desdichados, a seres que tienen hijos desnutridos o famélicos, que viven en barrios de chabolas y que han perdido toda esperanza de una vida mejor; que incluso han dejado de soñar en un futuro. Esos hombres y mujeres salen de sus fastuosos despachos de Manhattan, de San Francisco o de Chicago, se desplazan entre los continentes y los océanos en lujosos jets, se alojan en hoteles de primera categoría y se agasajan en los mejores restaurantes que esos países puedan ofrecer. Luego salen a buscar gente desesperada.
Son los negreros de nuestra época. Pero ya no tienen necesidad de aventurarse en las selvas de África en busca de ejemplares robustos para venderlos al mejor postor en las subastas de Charleston, Cartagena o La Habana. Simplemente reclutan a esos desesperados y construyen una fábrica que confeccione las cazadoras, los pantalones vaqueros, las zapatillas deportivas, las piezas de automoción, los componentes para ordenadores y los demás miles de artículos que aquéllos saben colocar en los mercados de su elección. O tal vez prefieren no ser los dueños de esas fábricas, sino que se limitan a contratar con los negociantes locales, que harán el trabajo sucio por ellos.
Esos hombres y mujeres se consideran gente honrada. Regresan a sus países con fotografías de lugares pintorescos y de antiguas ruinas, para enseñárselas a sus hijos. Asisten a seminarios en donde se dan mutuas palmadas en las espaldas e intercambian consejos sobre cómo burlar las arbitrariedades aduaneras de aquellos exóticos países. Sus jefes contratan abogados que les aseguran la perfecta legalidad de lo que ellos y ellas están haciendo. Y tienen a su disposición un cuadro de psicoterapeutas y otros expertos en recursos humanos, para que les ayuden a persuadirse de que, en realidad, están ayudando a esas gentes desesperadas.
El esclavista a la antigua usanza se decía a sí mismo que su comercio trataba con una especie no del todo humana, a cuyos individuos ofrecía la oportunidad de convertirse al cristianismo. Al mismo tiempo, entendía que los esclavos eran indispensables para la supervivencia de su propia sociedad, de cuya economía constituían el fundamento. El esclavista moderno se convence a sí mismo (o a sí misma) de que es mejor para los desesperados ganar un dólar al día que no ganar absolutamente nada. Y además se les ofrece la oportunidad de integrarse en la más amplia comunidad global. Él o ella también comprenden que esos desesperados son esenciales para la supervivencia de sus compañías, y que son los fundamentos del nivel de vida que sus explotadores disfrutan. Nunca se detienen a reflexionar sobre las consecuencias más amplias de lo que ellos y ellas, su nivel de vida y el sistema económico en que todo eso se asienta están haciéndole al planeta, ni sobre cómo, finalmente, todo eso repercutirá en el porvenir de sus propios hijos.”

Confesiones de un gángster económico

Bill Bryson Foto

“Considera el hecho de que durante 3,8 millones de años, un período de tiempo mayor que las montañas, los ríos y los océanos de la Tierra, cada uno de tus antepasados ​​por ambas líneas ha sido lo suficientemente atractivo como para encontrar un compañero, lo suficientemente sano para reproducirse, y lo suficientemente bendecido por el destino y las circunstancias para vivir el tiempo suficiente para hacerlo. Ni uno solo de tus antepasados pertinentes fue aplastado, devorado, ahogado, muerto de hambre, hundido, clavado, prematuramente herido, o desviado de cualquier otra manera de su búsqueda vital de entregar una pequeña carga de material genético a la pareja adecuada en el momento oportuno a fin de perpetuar la única secuencia posible de combinaciones hereditarias que podrían resultar — con el tiempo, sorprendentemente, y muy brevemente — en ti.”

Bill Bryson (1951)

Variante: onsidera el hecho de que durante 3,8 millones de años, un período de tiempo mayor que las montañas, los ríos y los océanos de la Tierra, cada uno de tus antepasados ​​por ambas líneas ha sido lo suficientemente atractivo como para encontrar un compañero, lo suficientemente sano para reproducirse, y lo suficientemente bendecido por el destino y las circunstancias para vivir el tiempo suficiente para hacerlo. Ni uno solo de tus antepasados pertinentes fue aplastado, devorado, ahogado, muerto de hambre, hundido, clavado, prematuramente herido, o desviado de cualquier otra manera de su búsqueda vital de entregar una pequeña carga de material genético a la pareja adecuada en el momento oportuno a fin de perpetuar la única secuencia posible de combinaciones hereditarias que podrían resultar — con el tiempo, sorprendentemente, y muy brevemente — en ti.

Steve Allen Foto

“En una gota de agua se encuentran todos los secretos de todos los océanos. KAHLIL GIBRAN, POETA”

Steve Allen (1921–2000)

Inspiración diaria - Un año de sabiduría diaria de grandes pensadores, empresarios, escritores, humoristas y más: 365 citas de inspiración, motivación y felicidad

Carlos Ruiz Zafón Foto
Rubén Darío Foto
Arthur Koestler Foto

“¿Qué tenían en común todos esos individuos? «No se distinguían por ningún rango u oficio.» Desempeñaban las más variadas ocupaciones. No eran partidarios fanáticos del régimen. Era la gente que, cuando me sentía perdido y desesperado, hacía que volviera a recuperar la fe en la Unión Soviética. Creaban a su alrededor pequeñas islas de orden y dignidad en medio de un océano de caos y absurdidad. Fuera cual fuese el ámbito en el que trabajaban, su influencia se transmitía a su entorno. Y es el conjunto de esas islas humanas, diseminadas por todo el Imperio soviético, lo que mantiene la coherencia de su estructura e impide que se desintegre.    Esos hombres, sean o no comunistas, son «patriotas soviéticos» en el sentido con que esa palabra se usó al principio en la Revolución francesa. No son ni héroes ni santos, y todas sus virtudes cívicas van siempre en contra del régimen al que sirven. Están motivados por un grave sentido de responsabilidad en un país donde todo el mundo teme y elude la responsabilidad; tienen iniciativa y criterio independiente donde la obediencia ciega es la norma; son leales y entregados a sus semejantes en un mundo donde se espera lealtad solo hacia los superiores y entrega solo al Estado. Tienen honor personal y una dignidad de comportamiento inconsciente donde estas palabras son objeto de escarnio.    Aunque hay miles de ellos, constituyen una pequeña minoría, y son siempre las primeras víctimas de cada nueva purga. Aun así, no desaparecen. Los que conocí en Rusia tenían en su mayoría treinta y poco años, y pertenecían a la generación posrevolucionaria. Actualmente vuelvo a encontrar el mismo tipo de personas entre los emigrados rusos de la posguerra, que pertenecen a una generación posterior. Esos hombres rectos, entregados, enérgicos y audaces fueron y son la columna vertebral de un régimen que niega todos los valores que representan. Como comunista, daba su existencia por sentado, ya que creía que eran el producto de la educación revolucionaria, ese «nuevo tipo de hombre» cuyo advenimiento había predicho Marx. Hoy día me doy cuenta de que su existencia es prácticamente un milagro, de que han llegado a ser lo que son no a causa de, sino a pesar de su educación: un triunfo de la indestructible sustancia humana sobre el entorno deshumanizador.”

Arthur Koestler (1905–1983) novelista, ensayista, historiador, periodista, activista político y filósofo social húngaro
Jonathan Franzen Foto
Pablo Neruda Foto
Mathias Malzieu Foto
Milan Kundera Foto
Henry Miller Foto
Rubén Darío Foto
Ken Follett Foto
Charles Baudelaire Foto

“Madre de los juegos latinos y los deleites griegos,
Lesbos, donde los besos, lánguidos o gozosos,
cálidos como soles, frescos como las sandías,
son el adorno de noches y días gloriosos;
madre de los juegos latinos y los deleites griegos.

Lesbos, donde los besos son como cascadas
que se arrojan sin miedo en las simas sin fondo,
y fluyen, entrecortados de sollozos y risas,
tormentosos y secretos, hormigueantes y profundos;
¡Lesbos, donde los besos son como las cascadas!

Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,
donde nunca un suspiro dejó de hallar un eco,
las estrellas te admiran tanto como a Pafos,
¡y Venus con razón puede envidiar a Safo!
Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,

Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,
que hacen que en sus espejos, ¡infecundo deleite!
las niñas de ojos hundidos, enamoradas de sus cuerpos,
acaricien los frutos ya maduros de su nubilidad;
Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,

deja al viejo Platón fruncir su ceño austero;
obtienes tu perdón del exceso de besos,
reina del dulce imperio, tierra noble y amable,
y de refinamientos siempre sin agotar,
deja al viejo Platón fruncir su ceño austero.

Obtienes tu perdón del eterno martirio,
infligido sin tregua a los corazones ambiciosos,
que atrae lejos de nosotros la radiante sonrisa,
¡vagamente entrevista al borde de otros cielos!
¡Obtienes tu perdón del eterno martirio!

¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?,
y a condenar tu frente pálida por penosas labores,
si sus balanzas de oro no han pesado el diluvio,
de lágrimas que en el mar vertieron tus arroyos?
¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?

¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?
Vírgenes de corazón sublime, honra del Archipiélago,
vuestra religión es augusta como cualquiera,
¡y el amor se reirá del Infierno y del Cielo!
¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?

Pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todos,
para cantar el secreto de sus floridas vírgenes,
y desde la infancia que inicié en el negro misterio,
de las risas sin freno mezcladas con los llantos sombríos;
pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todos

y desde entonces velo en la cumbre del Léucato,
igual que un centinela de mirada segura y penetrante,
que vigila noche y día,, tartana o fragata,
cuyas formas a lo lejos se agitan en el azul;
y desde entonces velo en la cumbre del Léucato,

para saber si el mar es indulgente y bueno,
y si entre los sollozos que en la roca resuenan,
un día llevará a Lesbos, que perdona,
el cadáver adorado de Safo, que partió,
¡para saber si el mar es indulgente y bueno!

De Safo la viril, la amante y la poetisa,
¡por su palidez triste más hermosa que Venus!
—Al ojo azul venció el negro que mancilla
el tenebroso círculo trazado por las penas
¡de Safo la viril, la amante y la poetisa!

Presentándose al mundo más hermosa que Venus
y vertiendo el tesoro de su serenidad
y el brillo de su rubia juventud,
sobre el viejo Océano prendado de su hija;
¡presentándose al mundo más hermosa que Venus!

—De Safo, que murió el día de su blasfemia,
cuando, insultando el rito y el culto establecido,
convirtió su hermoso cuerpo en pasto supremo
de un bruto cuyo el orgullo castigó la impiedad
de aquella que murió el día de su blasfemia,

y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones,
y, pese a los honores que le tributa el mundo,
cada noche le embriaga la voz de la tormenta,
¡que elevan hacia el cielo sus orillas desiertas!
¡y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones!”

Les Fleurs du Mal

Vladimir Sorokin Foto
Jack Canfield Foto

“No se puede cruzar el océano limitándose a mirar el agua. RABINDRANATH TAGORE”

Jack Canfield (1944) Spanish writer

Los Principios del Exito: Como Llegar de Donde Esta a Donde Quiere Ir

Stephen King Foto
Henry Miller Foto
Henry Miller Foto
Cassandra Clare Foto
Nancy Morejón Foto

“Mujer negra

Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar.
La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Pero no olvido el primer alcatraz que divisé.
Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.
Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestral
Me dejaron aquí y aquí he vivido.
Y porque trabajé como una bestia,
aquí volví a nacer.
A cuanta epopeya mandinga intenté recurrir.

Me rebelé.
Su Merced me compró en una plaza.
Bordé la casaca de su Merced y un hijo macho le parí.
Mi hijo no tuvo nombre.
Y su Merced murió a manos de un impecable lord inglés.

Anduve.
Esta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes.
Bogué a lo largo de todos sus ríos.
Bajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no comí.
Por casa tuve un barracón.
Yo misma traje piedras para edificarlo,
pero canté al natural compás de los pájaros nacionales.

Me sublevé.
En esta tierra toqué la sangre húmeda
y los huesos podridos de muchos otros,
traídos a ella, o no, igual que yo.
Ya nunca más imaginé el camin a Guinea.
¿Era a Guinea? ¿A Benín? ¿Era a
Madagascar? ¿O a Cabo Verde?
Trabajé mucho más.
Fundé mejor mi canto milenario y mi esperanza.
Aquí construí mi mundo.

Me fui al monte.
Mi real independencia fue el palenque
y cabalgué entre las tropas de Maceo.
Sólo un siglo más tarde,
junto a mis descendientes,
desde una azul montaña.

Bajé de la Sierra
Para acabar con capitales y usureros,
con generales y burgueses.
Ahora soy: sólo hoy tenemos y creamos.
Nada nos es ajeno.
Nuestra la tierra.
Nuestros el mar y el cielo.
Nuestras la magia y la quimera.
Iguales míos, aquí los veo bailar
alrededor del árbol que plantamos para el comunismo.
Su pródiga madera ya resuena.”

Nancy Morejón (1944) escritora cubana
Kim Harrison Foto
Steven D. Levitt Foto
Isaac Asimov Foto
Isabel Allende Foto
Gabriel García Márquez Foto
Isabel Allende Foto
Gabriel García Márquez Foto
Gabriel García Márquez Foto
Charles Baudelaire Foto

“Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.
¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.
Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.
En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.
En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.
En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.
Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.”

Paris Spleen

Henry Miller Foto
Isabel Allende Foto
Arthur Rimbaud Foto
Jamaica Kincaid Foto
Patrick Rothfuss Foto
León Tolstói Foto
Cassandra Clare Foto
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
Swami Vivekananda Foto
George Perkins Marsh Foto