Frases sobre radio

Una colección de frases y citas sobre el tema del radio, ser, puede, vida.

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“Cree en Dios pero también cree que la radio funciona porque tiene personitas dentro.”

Woody Allen (1935) director de cine estadounidense

Refiriéndose a Diane Keaton.

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“No es cierto que no tuviese nada puesto. Tenía puesta la radio.”

Marilyn Monroe (1926–1962) actriz, cantante y modelo de los Estados Unidos

Respuesta sobre su desnudo en la revista Playboy.

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“Me dijeron por radio que necesitaba estar delante de él (Vettel). No podía creerlo. Pero en la última curva pude pasar a Glock. Sólo puedo dar gracias a Dios.”

Lewis Hamilton (1985) piloto de automovilismo británico

Después del Gran Premio de Brasil de 2008, cuando Hamilton ganó el campeonato.
Verificadas
Fuente: El Mundo - Palabra de Lewis http://www.elmundo.es/elmundodeporte/especiales/2008/03/formula1/lewis_hamilton/palabra/.

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“De máxima importancia para mí ha sido la idea que obtuve en la comprensión fundamental de todos mis experimentos con LSD: lo que comúnmente se toma como "la realidad", incluyendo la realidad de la persona individual, no significa algo fijo, sino más bien algo ambiguo -que no hay una sola, sino que hay muchas realidades, cada una comprende también una conciencia diferente del propio ego.
También se puede llegar a este conocimiento a través de reflexiones científicas. El problema de la realidad es y ha sido desde tiempo inmemorial una preocupación central de la filosofía. Es, sin embargo, una distinción fundamental, si uno se acerca al problema de la realidad de manera racional, con los métodos lógicos de la filosofía, o si uno asalta este problema emocionalmente, a través de una experiencia existencial. El primer experimento planificado con LSD fue por lo tanto tan profundamente conmovedor y alarmante, porque la realidad cotidiana y el yo que la experimenta, que hasta entonces había sido considerado como la única realidad, se había disuelto, y un ego desconocido experimentaba otra realidad, desconocida. El problema relacionado con el yo más profundo también aparecía, el cual, inamovible en sí, era capaz de registrar estas transformaciones internas y externas.
La realidad es inconcebible sin un sujeto que la experimente, sin un ego. Es el producto del mundo exterior, del emisor y de un receptor, un ego en cuyo ser más profundo, las emanaciones del mundo exterior, registradas por las antenas de los órganos de los sentidos, se hacen conscientes. Si uno de los dos falta, la realidad no sucede, no se reproduce la música de radio, la pantalla de imagen permanece en blanco.”

Albert Hofmann (1906–2008) químico suizo
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“Con todas las reservas, introducimos la idea de que una supernova representa la transición de una estrella normal en una estrella de neutrones, compuesta principalmente de neutrones. Una estrella puede poseer un radio muy pequeño y una densidad extremadamente alta. Como los neutrones se pueden empaquetar más cerca que los núcleos y los electrones normales, la energía gravitatoria de empaquetamiento en una estrella de neutrones fríos puede llegar a ser muy grande, y bajo ciertas condiciones puede exceder las fracciones ordinarias de empaquetamiento nuclear…”

Fritz Zwicky (1898–1974) astrónomo y físico suizo de origen búlgaro

Fuente: Documento presentado en la reunión de la American Physical Society en Stanford (15 a 16 de diciembre de 1933). Publicado en la revista Physical Review (15 de enero de 1934). Citado en: P. Haensel, Paweł Haensel y A. Y. Potekhin, D. G. Yakovlev, Neutron Stars: Equation of State and Structure (2007), 2-3.

“Cada noche, vuelvo a casa cansado y tengo la energía suficiente para rellenar formularios de impuestos sin fin, para pagar las cuentas, no dejar que mi casa descuidada y escuchar un concierto de radio durante una hora.”

Fritz Zwicky (1898–1974) astrónomo y físico suizo de origen búlgaro

Fuente: Citado en: Scrappy Business Contingency Planning: How to Bullet-Proof Your Business and Laugh at Volcanoes, Tornadoes, Locust Plagues, and Hard Drive Crashes http://books.google.es/books?id=CdrIcMOBGbAC&pg=PA119. Michael Seese. Happy About, 2010. ISBN 1-60005-150-2, pág.119

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“Los amigos del barrio pueden desaparecer, los cantores de radio pueden desaparecer, los que están en los diarios pueden desaperecer, la persona que amas puede desaparecer(…)Pero los dinosaurios van a desaparecer.”

Charly García (1951) músico, compositor, multiinstrumentista, arreglista autor, cantautor y productor argentino

Los Dinosaurios.
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“Quería probar si existen ciertas ventanas temporales de maduración netamente definidas durante las cuales formamos nuestros gustos culturales (…) en concreto, si existe una edad determinada a la que las ventanas de apertura se cierran por completo.

Mientras un CD con éxitos de Wagner tocados con ukelele atronaba junto a mi oficina, me preguntaba: ¿cuándo se forman nuestros gustos musicales y cuándo dejamos de estar abiertos a escuchar nuevas músicas? Empezamos a llamar a emisoras de radio especializadas en períodos musicales concretos: rock contemporáneo, música de los setenta tipo ""Starway to Heaven"", las emisoras de doo-wop de los cincuenta, etc. ""¿Cuándo fue introducida por primera vez la música que ponéis en vuestro dial? ¿Cuál es la edad media de vuestros oyentes?""

Surgió un patrón claro: no hay muchas personas de 17 años que sintonicen a las Andrew Sisters, en las comunidades de jubilados no se escucha mucho a Rage Against The Machine y los mayores fans de sesenta minutos ininterrumpidos de James Taylor están empezando a llevar vaqueros holgados.
Descubrimos que la mayoría de la gente tenía 20 años o menos cuando decidió qué tipo de música escuchar el resto de su vida. (…) Si tienes más de 35 años cuando se introduce un nuevo tipo de música popular, existe más de un 95% de posibilidades de que nunca elijas escuchar esa música. La ventana se ha cerrado.”

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“¿a quién debe ser dirigida la propaganda, a los intelectuales o a la masa menos culta? ¡La propaganda siempre deberá dirigirse a la masa! Para los intelectuales, o para aquellos que hoy, lamentablemente, así se consideran, no se debe hablar de propaganda y sí de instrucción científica. Semejantes son las condiciones con las que hoy designamos la palabra propaganda. El fin de la propaganda no es la educación científica de cada cual, y sí llamar la atención de la masa sobre determinados hechos, necesidades, etcétera, cuya importancia sólo de esta forma entra en el círculo visual de la masa. El arte está exclusivamente en hacer esto de una manera tan perfecta que provoque la convicción de la realidad de un hecho, de la necesidad de un procedimiento, y de la justicia de algo necesario. La propaganda no es y no puede ser una necesidad en sí misma, ni una finalidad. De la misma manera como en el supuesto del cartel, su misión es la de llamar la atención de la masa y no enseñar a los cultos o a aquellos que procuran cultivar su espíritu; su acción debe estar cada vez más dirigida al sentimiento y sólo muy condicionalmente a la llamada razón. Toda acción de propaganda tiene que ser necesariamente popular y adaptar su nivel intelectual a la capacidad receptiva del más limitado de aquellos a los cuales está destinada. De ahí que su grado netamente intelectual deberá regularse tanto más hacia abajo, y cuanto más grande sea el conjunto de la masa humana que ha de abarcarse. Mas, cuando se trata de atraer hacia el radio de influencia de la propaganda a toda una Nación, como exigen las circunstancias en el caso del sostenimiento de una guerra, nunca se podrá ser lo suficientemente prudente en lo que concierne a cuidar que las formas intelectuales de la propaganda sean simples en lo posible. Cuanto más modesta sea su carga científica y cuanto más tenga en consideración el sentimiento de la masa, tanto mayor será su éxito. Esto, sin embargo, es la mejor prueba de lo acertado o erróneo de una propaganda, y no la satisfacción de las exigencias de algunos sabios o jóvenes estetas. El arte de la propaganda reside justamente en la comprensión de la mentalidad y de los sentimientos de la gran masa. Ella encuentra, por la forma psicológicamente adecuada, el camino para la atención y para el corazón del pueblo. Que nuestros sabios no comprendan esto, la causa reside en su pereza mental o en su orgullo. Comprendiéndose la necesidad de la conquista de la gran masa, por medio de la propaganda, se saca la siguiente conclusión: es errado querer dar a la propaganda la variedad, por ejemplo, de la enseñanza científica. La capacidad receptiva de la gran masa es sumamente limitada y no menos pequeña su facultad de comprensión; en cambio, es enorme su falta de memoria. Teniendo en cuenta estos antecedentes, toda propaganda eficaz debe concretarse sólo a muy pocos puntos y saberlos explotar como apotegmas hasta que el último hijo del pueblo pueda formarse una idea de aquello que se persigue. En el momento en que la propaganda sacrifique ese principio o quiera hacerse múltiple, quedará debilitada su eficacia por la sencilla razón de que la masa no es capaz de retener ni asimilar todo lo que se le ofrece. Y con esto sufre detrimento el resultado, para acabar a la larga por ser completamente nulo. Cuanto más importante sea el objetivo a alcanzar, tanto más cierta, psicológicamente, debe ser la táctica a emplear.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

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“El bien no está en la naturaleza, tampoco en los sermones de los maestros religiosos ni de los profetas, no está en las doctrinas de los grandes sociólogos y líderes populares, no está en la ética de los filósofos. Son las personas corrientes las que llevan en sus corazones el amor por todo cuanto vive; aman y cuidan de la vida de modo natural y espontáneo. Al final del día prefieren el calor del hogar a encender hogueras en las plazas.
Así, además de ese bien grande y amenazador, existe también la bondad cotidiana de los hombres. Es la bondad de una viejecita que lleva un mendrugo de pan a un prisionero, la bondad del soldado que da de beber de su cantimplora al enemigo herido, la bondad de los jóvenes que se apiadan de los ancianos, la bondad del campesino que oculta en el pajar a un viejo judío. Es la bondad del guardia de una prisión que, poniendo en peligro su propia libertad, entrega las cartas de prisioneros y reclusos, con cuyas ideas no congenia, a sus madres y mujeres.
Es la bondad particular de un individuo hacia, otro, es una bondad sin testigos, pequeña, sin ideología. Podríamos denominarla bondad sin sentido. La bondad de los nombres al margen del bien religioso y social.
Pero si nos detenemos a pensarlo, nos damos cuenta de que esa bondad sin sentido, particular, casual, es eterna. Se extiende a todo lo vivo, incluso a un ratón O a una rama quebrada que el transeúnte, parándose un instante, endereza para que cicatrice y se cure rápido.
En estos tiempos terribles en que la locura reina en nombre de la gloria de los Estados, las naciones y el bien universa I, en esta época en que los hombres ya no parecen hombres y sólo se agitan como las ramas en los árboles, como piedras que arrastran a otras piedras en una avalancha que llena los barrancos y las fosas, en esta época de horror y demencia, la bondad sin sentido, compasiva, esparcida en la vida como una partícula de radio, no ha desaparecido.

Vida y Destino (Galaxia Gutenberg)”

Vasili Grossman (1905–1964) escritor ruso
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“habiendo algunos fanáticos en el valle de Shah-i-Kot, en la provincia de Paktia. Una vez más la información era inexacta: no eran un puñado, sino centenares. Al ser afganos los talibanes derrotados, tenían a donde ir: sus aldeas y pueblos natales. Allí podían escabullirse sin dejar rastro. Pero los miembros de Al Qaeda eran árabes, uzbekos y, los más feroces de todos, chechenos. No hablaban pastún y la gente del pueblo afgano los odiaba, de manera que solo podían rendirse o morir peleando. Casi todos eligieron esto último. El mando estadounidense reaccionó al chivatazo con un plan a pequeña escala, la operación Anaconda, que fue asignada a los SEAL de la Armada. Tres enormes Chinook repletos de efectivos despegaron rumbo al valle, que se suponía vacío de combatientes. El helicóptero que iba en cabeza se disponía a tomar tierra, con el morro levantado y la cola baja, la rampa abierta por detrás y a solo un par de metros del suelo, cuando los emboscados de Al Qaeda dieron el primer aviso. Un lanzagranadas hizo fuego. Estaba tan cerca que el proyectil atravesó el fuselaje del helicóptero sin explotar. No había tenido tiempo de cargarse, así que lo único que hizo fue entrar por un costado y salir por el otro sin tocar a nadie, dejando un par de boquetes simétricos. Pero lo que sí hizo daño fue el incesante fuego de ametralladora desde el nido situado entre las rocas salpicadas de nieve. Tampoco hirió a nadie de a bordo, pero destrozó los controles del aparato al horadar la cubierta de vuelo. Gracias a la habilidad y la genialidad del piloto, pocos minutos después el moribundo Chinook ganaba altura y recorría cuatro kilómetros hasta encontrar un sitio más seguro donde proceder a un aterrizaje forzoso. Los otros dos helicópteros se retiraron también. Pero un SEAL, el suboficial Neil Roberts, que se había desenganchado de su cable de amarre, resbaló en un charquito de fluido hidráulico y cayó a tierra. Resultó ileso, pero inmediatamente fue rodeado por miembros de Al Qaeda. Los SEAL jamás abandonan a uno de los suyos, esté vivo o muerto. Poco después de aterrizar regresaron en busca de Roberts, al tiempo que pedían refuerzos por radio. Había empezado la batalla de Shah-i-Kot. Duró cuatro días, y se saldó con la muerte del suboficial Neil Roberts y otros seis estadounidenses. Había tres unidades lo bastante cerca como para acudir a la llamada: un pelotón de SBS británicos por un lado y la unidad de la SAD por el otro; pero el grupo más numeroso era un batallón del 75 Regimiento de Rangers. Hacía un frío endemoniado, estaban a muchos grados bajo cero. La nieve, empujada por el viento incesante, se clavaba en los ojos. Nadie entendía cómo los árabes habían podido sobrevivir en aquellas montañas; pero el caso era que allí estaban, y dispuestos a morir hasta el último hombre. Ellos no hacían prisioneros ni esperaban serlo tampoco. Según testigos presenciales, salieron de hendiduras en las rocas, de grutas invisibles y nidos de ametralladoras ocultos. Cualquier veterano puede confirmar que toda batalla degenera rápidamente en un caos, y en Shah-i-Kot eso sucedió más rápido que nunca. Las unidades se separaron de su contingente, los soldados de sus unidades. Kit Carson se encontró de repente a solas en medio de la ventisca. Vio a otro estadounidense (pudo identificarlo por lo que llevaba en la cabeza: casco, no turbante) también solo, a unos cuarenta metros. Un hombre vestido con túnica surgió del suelo y disparó contra el soldado con su lanzagranadas. Esa vez la granada sí estalló; no dio en el blanco sino que explotó a los pies del soldado.”

Frederick Forsyth (1938) novelista británico

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“El patrón de la apertura a la experiencia ya había sido estudiado. (…) Una característica era la juventud asociada al proceso creativo. Algunas profesiones se construyen exclusivamente sobre los avances creativos de niños prodigio (como por ejemplo, las matemáticas). Otras son menos extremas del mismo patrón: el número de melodías anuales de un compositor, los poemas de un poeta, los descubrimientos nuevos de un científico marcan un declive general pasado cierto pico de relativa juventud.

Las grandes mentes creativas no sólo suelen generar cada vez menos descubrimientos a medida que pasa el tiempo, sino que están menos abiertas a aceptar los inventos de otros. (…) Como señaló el físico Max Planck, generaciones enteras de científicos sólidamente establecidos nunca aceptan las teorías nuevas, se mueren antes. (…) La estrechez mental da como resultado a un revolucionario envejecido que rechaza precisamente lo que debería haber sido la extensión lógica de su propia revolución.

Tenemos el surgimiento de una pauta consistente: a medida que envejecemos, la mayoría de nosotros (los científicos de más edad fustigando a sus discípulos descarriados, la persona que pasa el día en el coche para ir a trabajar tratando de sintonizar en la radio una emisora que ponga una canción familiar) estamos menos abiertos a las novedades que otros.
(…)
Como la neurobiología no era gran de ayuda en el tema (no existe una región específica de apertura, y la neurogénesis se produce a lo largo de toda la vida, en mayor o menor cantidad), recurrí a la psicología. La producción creativa y la apertura a los nuevos inventos de otros está distorsionda por un factor: no se puede predecir el declive por la edad de la persona, sino por cuánto tiempo haya trabajado en una determinada disciplina. (…) No se trata de edad cronológica, sino de edad "disciplinaria": los eruditos que cambian de disciplina parecen rejuvenecer su apertura mental ante lo novedoso.”

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“Esta mañana, cuando escuchaba la radio, he aplaudido internamente por los que han saltado la valla de Melilla porque son los mejores, los más valientes.”

Manuela Carmena (1944) jueza, abogada laboralista y política española

Contexto: En 2016, durante la presentación del Festival Internacional de cine 16 kilómetros, en relación a la noticia del salto por parte de más de 100 inmigrantes de la valla de Melilla.
Fuente: El Mundo.
Fuente: Santiago, Rosa. «Carmena, sobre los inmigrantes que han saltado la valla de Melilla: ”Son los más valientes”.» 5 de septiembre de 2016. https://www.elmundo.es/madrid/2016/09/05/57cd5408268e3e235e8b464c.html El Mundo. Consultado el 22 de mayo de 2019.

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“Oiga usted, yo canté ópera desde luego, pero me formé principalmente en el teatro de revista musical porque Agustín Lara hizo siempre revista musical, entonces, antes de que existiera la radio, yo hice mucho teatro; actué y canté; considero que el teatro es importantísimo y además me gusta.”

Pedro Vargas (1906–1989) cantante y actor mexicano

Cuando Elena Poniatowska le preguntó si cantar en un cabaret es lo mismo que cantar en un teatro.
Fuente: Poniatowska, Elena. " Habla Pedro Vargas, III https://www.jornada.com.mx/2007/04/07/index.php?section=cultura&article=a05a1cul". La Jornada.

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“Pero Hitler no se esforzó por la aniquilación de los judíos, hizo hincapié en ese hecho en la vida pública y en los periódicos. Hitler simplemente dijo al principio que la influencia judía era demasiado grande, que de todos los abogados en Berlín, el ochenta por ciento eran judíos. Hitler pensaba que un pequeño porcentaje de la gente, los judíos, no debería tener permiso para controlar el teatro, el cine, la radio, etcétera.”

Franz von Papen (1879–1969) político alemán

A Leon Goldensohn, el 30 de marzo de 1946.
Original: «But Hitler didn't strive for the annihilation of the Jews - he stressed that fact in public life and in the newspapers. Hitler merely said at the beginning that Jewish influence was too great, that of all the lawyers in Berlin, eighty percent were Jewish. Hitler thought that a small percentage of the people, the Jews, should not be allowed to control the theater, cinema, radio, et cetera.»
Fuente: Goldensohn, Leon. The Nuremberg Interviews: Conversations with the Defendants and Witnesses. Edición anotada. Editorial Random House, 2010 ISBN 9781409078449. p. 180.

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“Que le jodan a Radio Ethiopia, ¡yo soy Radio Brooklyn!”

Lou Reed (1942–2013) músico estadounidense

En su álbum Live Take No Prisioners, haciendo referencia a un disco de Patti Smith.

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