Frases sobre calor
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“Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solo, necesitamos, como en le experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo do alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía al alma. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.”

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Variante: Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía al alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo. Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo. ¡

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“Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.
¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.
Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.
En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.
En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.
En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.
Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.”

Paris Spleen

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“El bien no está en la naturaleza, tampoco en los sermones de los maestros religiosos ni de los profetas, no está en las doctrinas de los grandes sociólogos y líderes populares, no está en la ética de los filósofos. Son las personas corrientes las que llevan en sus corazones el amor por todo cuanto vive; aman y cuidan de la vida de modo natural y espontáneo. Al final del día prefieren el calor del hogar a encender hogueras en las plazas.
Así, además de ese bien grande y amenazador, existe también la bondad cotidiana de los hombres. Es la bondad de una viejecita que lleva un mendrugo de pan a un prisionero, la bondad del soldado que da de beber de su cantimplora al enemigo herido, la bondad de los jóvenes que se apiadan de los ancianos, la bondad del campesino que oculta en el pajar a un viejo judío. Es la bondad del guardia de una prisión que, poniendo en peligro su propia libertad, entrega las cartas de prisioneros y reclusos, con cuyas ideas no congenia, a sus madres y mujeres.
Es la bondad particular de un individuo hacia, otro, es una bondad sin testigos, pequeña, sin ideología. Podríamos denominarla bondad sin sentido. La bondad de los nombres al margen del bien religioso y social.
Pero si nos detenemos a pensarlo, nos damos cuenta de que esa bondad sin sentido, particular, casual, es eterna. Se extiende a todo lo vivo, incluso a un ratón O a una rama quebrada que el transeúnte, parándose un instante, endereza para que cicatrice y se cure rápido.
En estos tiempos terribles en que la locura reina en nombre de la gloria de los Estados, las naciones y el bien universa I, en esta época en que los hombres ya no parecen hombres y sólo se agitan como las ramas en los árboles, como piedras que arrastran a otras piedras en una avalancha que llena los barrancos y las fosas, en esta época de horror y demencia, la bondad sin sentido, compasiva, esparcida en la vida como una partícula de radio, no ha desaparecido.

Vida y Destino (Galaxia Gutenberg)”

Vasili Grossman (1905–1964) escritor ruso
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“La única revolución posible: meter luz en las cabezas y calor en los corazones.”

Jacinto Benavente (1866–1954) literato español

La
Fuente: [Ortega Blake] (2013), p. 3632.

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“Cual yo no quiero pensar… ¿el qué, el qué? en el amor… sí, yo te quiero, y yo te deseo, pa qué me dés calor…”

Paco Collado (1960) actor y humorista español

La noche de José Mota, Ricardo Boquerone

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“La mayor parte de los primeros filósofos consideraban como principios de todas las cosas que constituyen la naturaleza de la materia. Aquello de que están formados todos los seres, el punto de partida de su generación y el término de su decadencia, en tanto que la sustancia persiste bajo la diversidad de sus determinaciones, tal es para ellos el elemento, el principio de los seres, y en consecuencia, creen que nada es ni generado ni destruido puesto que este tipo de entidad se mantiene siempre, así como decimos que Sócrates no llega a ser en sentido absoluto cuando deviene hermoso o músico ni tampoco perece si pierde esos modos de ser porque el sustrato, Sócrates mismo, permanece. Por eso dicen esos filósofos que nada nace ni se corrompe, pues debe haber alguna realidad, una o múltiple, de donde todas las restantes cosas se engendran, más conservándose siempre ella misma. En cuanto al número y naturaleza de esos elementos no están todos los pensadores de acuerdo. Tales, fundador de este tipo de filosofía, expresa que el principio es el agua (razón por la cual declaraba que la tierra reposaba sobre el agua; dedujo este principio tal vez al comprobar que la nutrición de todas las cosas provine de lo húmedo y que el calor mismo de ello procede y por ello es mantenido (y aquello de donde surgen es el principio para todas las cosas). Obtuvo esta noción de tal hecho y también de aquel otro según el cual las simientes de todas las cosas tienen una naturaleza de las cosas húmedas.”

Tales de Mileto (-624–-547 a.C.) filósofo y científico

Fragmentos, ordenados según Diels-Kranz: Die Fragmente der Vorsokratiker
Original: «Τῶν δὴ πρώτων φιλοσοφησάντων οἱ πλεῖστοι τὰς ἐν ὕλης εἴδει μόνας ᾠήθησαν ἀρχὰς εἶναι πάντων ἐξ οὗ γὰρ ἔστιν ἅπαντα τὰ ὄντα καὶ ἐξ οὗ γίγνεται πρώτου καὶ εἰς ὃ φθείρεται τελευταῖον, τῆς μὲν οὐσίας ὑπομενούσης τοῖς δὲ πάθεσι μεταβαλλούσης, τοῦτο στοιχεῖον καὶ ταύτην ἀρχήν φασιν εἶναι τῶν ὄντων, καὶ διὰ τοῦτο οὔτε γίγνεσθαι οὐθὲν οἴονται οὔτε ἀπόλλυσθαι, ὡς τῆς τοιαύτης φύσεως ἀεὶ σωζομένης, ὥσπερ οὐδὲ τὸν Σωκράτην φαμὲν οὔτε γίγνεσθαι ἁπλῶς ὅταν γίγνηται καλὸς ἢ μουσικὸς οὔτε ἀπόλλυσθαι ὅταν ἀποβάλλῃ ταύτας τὰς ἕξεις, διὰ τὸ ὑπομένειν τὸ ὑποκείμενον τὸν Σωκράτην αὐτόν, οὕτως οὐδὲ τῶν ἄλλων οὐδέν ἀεὶ γὰρ εἶναί τινα φύσιν ἢ μίαν ἢ πλείους μιᾶς ἐξ ὧν γίγνεται τἆλλα σωζομένης ἐκείνης. Τὸ μέντοι πλῆθος καὶ τὸ εἶδος τῆς τοιαύτης ἀρχῆς οὐ τὸ αὐτὸ πάντες λέγουσιν, ἀλλὰ Θαλῆς μὲν ὁ τῆς τοιαύτης ἀρχηγὸς φιλοσοφίας ὕδωρ φησὶν εἶναι (διὸ καὶ τὴν γῆν ἐφ' ὕδατος ἀπεφήνατο εἶναἰ, λαβὼν ἴσως τὴν ὑπόληψιν ταύτην ἐκ τοῦ πάντων ὁρᾶν τὴν τροφὴν ὑγρὰν οὖσαν καὶ αὐτὸ τὸ θερμὸν ἐκ τούτου γιγνόμενον καὶ τούτῳ ζῶν (τὸ δ' ἐξ οὗ γίγνεται, τοῦτ' ἐστὶν ἀρχὴ πάντων) διά τε δὴ τοῦτο τὴν ὑπόληψιν λαβὼν ταύτην καὶ διὰ τὸ πάντων τὰ σπέρματα τὴν φύσιν ὑγρὰν ἔχειν, τὸ δ' ὕδωρ ἀρχὴν τῆς φύσεως εἶναι τοῖς ὑγροῖς».
Fuente: Aristóteles, Metafísica, 983b6. Trad. de Alfredo Llanos: Los presocráticos y sus fragmentos, Juárez Editor, 1969, pp. 75-6.

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“El resentimiento y la desconfianza, que resultan de las nalgadas, sabotean los sentimientos de apego del niño hacia los adultos más importantes en su juventud. El niño que es traicionado, como el niño al que se le niega la comida adecuada, el calor o el descanso, sufre y no logra madurar de la mejor manera posible.”

Jordan Riak (1935–2016)

Fuente: Plain Talk About Spanking https://www.amazon.com/Plain-Talk-About-Spanking-Jordan/dp/B0052Q08P4, Jordan Riak, Alamo, CA: Parents and Teachers Against Violence in Education, 2003, OCLC 953584329.

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“Pero yo sí sé que a mí me afectaría más la muerte mía… Si yo supiera que uno sirviera más muerto que vivo, yo me muriera hoy, pero no sé, Ernesto, no sé. Imagínate: enterrao uno debajo de la tierra y con esos calores que hacen ahora… Claro, sí pinto mi entierro: bonito, y el cajón allá en el medio, los gamines vendiendo chicle, la viuda con pastilla pa’ que no llore porque ya tiene plata.”

Diomedes Díaz (1957–2013) cantautor colombiano

Fuente: [“No sé, Ernesto; no sé”, respuesta de Diomedes a McCausland que se viralizó tras 22 años, http://www.pulzo.com/entretenimiento/no-se-ernesto-no-se-respuesta-de-diomedes-mccausland-que-se-viralizo-tras-22/379446, pulzo.com (RCN Televisión), 23 de julio de 2015, 14 de junio de 2016]

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“Si el calor no es una sustancia, entonces debe ser una cualidad; esta cualidad sólo puede ser el movimiento.”

Thomas Young Davis (1773–1829) científico inglés

Fuente: Citado en Richard J. Weiss, Breve storia della luce: arte e scienza dal Rinascimento a oggi, trad. de Elisabetta Maurutto, ed. Dedalo, Bari 2005.

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“Me pareció que no podía haber nada más hermoso que el sol, cuyo calor hace crecer todas las cosas.”

Helen Keller (1880–1968) escritora, oradora y activista política sordociega estadounidense y teosofia