Frases sobre observación

Una colección de frases y citas sobre el tema del observación, ser, mismo, fe.

Frases sobre observación

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“Sin embargo, cada vez que debo hablar de mí mismo me siento, en cierto modo, confuso. Me veo atrapado por la clásica paradoja que conlleva la proposición: “¿Quién soy?”. Si se tratara de una simple cantidad de información, no habría nadie en este mundo que pudiera aportar más datos que yo. No obstante, al hablar sobre mí, ese yo de quien estoy hablando queda automáticamente limitado, condicionado y empobrecido en manos de otro que soy yo mismo en tanto que narrador -víctima de mi sistema de valores, de mi sensibilidad, de mi capacidad de observación y de otros muchos condicionamientos reales-. En consecuencia, ¿hasta qué punto se ajusta a la verdad el “yo” que retrato? Es algo que me inquieta terriblemente. Es más, me ha preocupado siempre.

Sin embargo, la mayoría de las personas de este mundo no parece sentir ese temor, esa incertidumbre. En cuanto tienen oportunidad hablan de sí mismos con una sinceridad pasmosa. Suelen decir frases del tipo: “Yo parezco tonto de tan franco y sincero que soy”, o “Soy muy sensible y me manejo muy mal en este mundo”, o “Yo le leo el pensamiento a la gente”. Pero he visto innumerables veces cómo personas “sensibles” herían sin mas los sentimientos ajenos. He visto a personas “francas y sinceras” esgrimir sin darse cuenta las excusas que más le convenían. He visto cómo personas que “le leían el pensamiento a la gente” eran engañadas por los halagos más burdos. Todo ello me lleva a pensar: “¿Qué sabemos, en realidad, de nosotros mismos?”.”

Haruki Murakami (1949) escritor y traductor japonés
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“El dinero lo ganan […] todos aquellos que con paciencia y fina observación van detrás de los que lo pierden…”

Citas por obras, El abuelo
Fuente: [Pérez Galdós], Benito. El abuelo. Editorial NoBooks Editorial, 2012. https://books.google.es/books?id=1sTGCwAAQBAJ&q=detr%C3%A1s+de+los+que+lo+pierden#v=snippet&q=detr%C3%A1s%20de%20los%20que%20lo%20pierden&f=false En Google Books. Consultado el 23 de junio de 2019.

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“Un sistema de adoctrinamiento que funcione como es debido debe cumplir diversas tareas, algunas bastante delicadas. Uno de sus objetivos son las masas estúpidas e ignorantes. Deberán ser mantenidas en ese estado, distraídas con simplificaciones groseras y de gran fuerza emocional, marginadas y aisladas. En una situación ideal, cada persona debería hallarse sola frente a la pantalla de su televisor, viendo deportes, telenovelas o comedias, privada de estructuras organizativas que permitan a los individuos carentes de recursos descubrir cuáles son sus pensamientos y creencias en interacción con otras personas, formular sus propias preocupaciones y planes y actuar para hacerlos realidad. Llegada esa situación, se les puede permitir ratificar las decisiones tomadas por quienes son mejores que ellos en elecciones celebradas periódicamente, y hasta animarles a hacerlo. La "multitud canallesca" es el blanco apropiado de los medios de comunicación y de un sistema de educación pública encaminado a generar obediencia y formación en las destrezas requeridas, incluida la de repetir lemas patrióticos en ocasiones oportunas.
El problema del adoctrinamiento es un tanto distinto para aquellos de quienes se espera que participen en la toma de decisiones serias y en el ejercicio del control: los gestores de las empresas, del Estado y de la cultura, y los sectores culturizados en general. Estas personas deben interiorizar los valores del sistema y compartir las ilusiones necesarias que permitan su funcionamiento en interés de quienes concentran en sus manos el poder y los privilegios. Pero también han de tener cierta comprensión de las realidades del mundo, pues de lo contrario no serán capaces de realizar sus tareas con eficacia. Los medios elitistas y los sitemas educativos deben encontrar la forma de resolver esos dilemas, lo cual constituye una labor nada fácil. Es interesante ver en detalle cómo se lleva a cabo dicha labor, pero se trata de algo que cae fuera de los límites de estas observaciones.”

Noam Chomsky (1928) lingüista, filósofo y activista estadounidense

On Anarchism

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“He realizado observaciones y experimentos en el espacioso laboratorio del mundo con una maravillosa máquina portátil perfectamente ajustada en mi cabeza.”

George Bernard Shaw (1856–1950) escritor irlandés, ganador del Premio Nobel de literatura en 1925 y del Óscar en 1938

Atribuidas

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“La ayuda a los indigentes debe convertirse en una ciencia, basada en la observación y cuyo objetivo debe ser el mejoramiento social.”

Thomas Chalmers (1780–1847)

Fuente: Hacia un nuevo enfoque del Trabajo Social. Autores Jesús García Alba, Jesús R. Melián Melián. Edición ilustrada. Editorial Narcea Ediciones, 1993. ISBN 9788427710313. p. 18 http://books.google.es/books?id=5CnVSw2ajsUC&lpg=PA18&dq=thomas%20chalmers&hl=es&pg=PA18#v=onepage&q=thomas%20chalmers&f=false

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“La ciencia es simplemente sentido común en su máxima expresión, es decir, estricta precisión en la observación, y guerra sin cuartel contra las falacias lógicas.”

Thomas Henry Huxley (1825–1895)

Fuente: T.H. Huxley, The Crayfish: an introduction to the study of zoology. D. Appleton & Co. Nueva York, 1880.

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“Hace ya mucho que no le escribo, señora Milena, y también hoy le escribo por una casualidad. En realidad no tengo que disculparme de mi silencio, usted ya sabe cómo odio las cartas. Toda la desdicha de mi vida – no quiero con esto quejarme, sino hacer una observación de interés general- proviene por así decir de las cartas o de la posibilidad de escribirlas. Las personas casi nunca me han traicionado, pero las cartas siempre, y en verdad no las ajenas, sino justamente las mías. En mi caso es una desgracia muy especial, de la que no quiero seguir hablando, pero al mismo tiempo es una desgracia también general. La sencilla posibilidad de escribir cartas debe de haber provocado -desde un punto de vista meramente teórico- una terrible desintegración de almas en el mundo. Es en efecto una conversación con fantasmas ( y para peor no sólo con el fantasma del destinatario, sino también con el del remitente) que se desarrolla entre líneas en la carta que uno escribe, o aun en una serie de cartas, donde cada una corrobora la otra y puede referirse a ella como testigo. ¿De dónde habrá surgido la idea de que las personas podían comunicarse mediante cartas? Se puede pensar en una persona distante, se puede aferrar a una persona cercana, todo lo demás queda más allá de las fuerzas humanas. Escribir cartas, sin embargo, significa desnudarse ante los fantasmas, que lo esperan ávidamente. Los besos por escrito no llegan a su destino, se los beben por el camino los fantasmas. Con este abundante alimento se multiplican, en efecto, enormemente. La humanidad lo percibe y lucha por evitarlo; y para eliminar en lo posible lo fantasmal entre las personas y lograr una comunicación natural, que es la paz de las almas, ha inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano, pero ya no sirven, son evidentemente descubrimientos hechos en el momento del desastre, el bando opuesto es tanto más calmo y poderoso, después del correo inventó el telégrafo, el teléfono, la telegrafía sin hilos. Los fantasmas no se morirán de hambre, y nosotros en cambio pereceremos.”

Letters to Milena

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“Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus… Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad. La observación de este caso, y sus consecuencias psicológicas, concuerda con un hecho que el médico del campo me hizo notar: la tasa de mortandad semanal durante las Navidades de 1944 y el Año Nuevo de 1945 superó en mucho las estadísticas habituales del campo. En su opinión, la explicación de este aumento de mortalidad no había que buscarla en el empeoramiento de las condiciones de trabajo, ni en una disminución de la ración alimenticia, ni en un cambio climatológico, ni en el brote de nuevas epidemias. A su entender, se trataba sencillamente de la ingenua esperanza que abrigaron la mayoría de los presos de ser liberados por las fiestas navideñas. Según se acercaba esa fecha, y al no recibir ninguna noticia alentadora, los prisioneros perdieron su valor y les venció el desaliento. Muchos de ellos murieron al debilitarse su capacidad de resistencia. Ya advertimos”

El hombre en busca de sentido

“De las veinte decisiones que tomo cada día, dieciocho son intuitivas, a partir de la observación.”

Guillem Balague periodista español

Pep Guardiola: Otra Manera de Ganar

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“No niegas que hay una causalidad… —dijo Morgan que estaba decidida a no enfadarse con él. Pero deseaba de todo corazón que se marchara.

Julius se sentó en uno de los sillones, quitó un cojín y se puso cómodo.

—Causalidad, en efecto. Si es que te refieres a algo como la ley de Grimm o la de Verner. Pero estas son simples observaciones de las regularidades superficiales y son en definitiva extremadamente aburridas. El lenguaje es un lío bastante útil con capacidad para maniobrar. Y no niego que estas maniobras podamos observarlas. Pero no son más que lo que son. Nada hay tras ellas. Imaginar que las hay, es infantilismo corriente del metafísico aplicado a esos temas que los disfrazan sin ninguna gracia de ciencia.

—Parece que no te interesan los hechos —dijo Morgan—. La lingüística no es un sistema a priori, sino una extensión natural de la filología. Se deriva de los estudios empíricos de esas «maniobras» de las que hablaste tan a la ligera. ¿Por qué va a ser el lenguaje una montaña de accidentes? Nada más lo es en el mundo. Cualquier teoría trata de explicar, o por lo menos de desplegar, la multiplicidad basándose en la pauta profunda. Desde luego, las teorías lingüísticas son hipótesis, pero hipótesis en el sentido científico.

—Dudo de que tus compañeros en la teoría estén de acuerdo —dijo Julius—. Sospecho que se figuran ser filósofos o matemáticos o algo así y que por ser el pensamiento humano principalmente verbal, han sondeado sus misterios y han inventado lo que imaginan ser una lengua ur. Lo cierto es que si abre uno sus libros tan aburridos se encuentra con que ni siquiera saben escribir la lengua que ellos hablan corrientemente.

—Nadie niega que la filología comparada está en su infancia…

—¡La «glosemática»! Desde luego, tenía que haber un nombre pseudocientífico. Supongo que la fonética se refiere a algo. La semántica empieza a perder contacto con la realidad. ¡Pero hemos de partir de la glosemática! ¡Qué vanidad la de los seres humanos! En todas sus decenas de miles de años esforzándose miserablemente, el único auténtico descubrimiento que han hecho son las matemáticas, y ese descubrimiento, incidentalmente, acabará con todos ellos muy pronto. Y ahonden en lo que sea, pretenden encontrar las matemáticas en el fondo de un agujero. Los pobres griegos eran típicos. ¡Y tú, la verdad es que me haces reír, con la formación intelectual de una maestra de sexto curso o de un crítico literario, te das importancia porque crees que estás manipulando un álgebra del lenguaje!”

A Fairly Honourable Defeat

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“He aquí algo sobre el honor de los poetas. Yo tenía diecisiete años y unos deseos irrefrenables de ser escritor. Me preparé. Pero no me quedé quieto mientras me preparaba, pues comprendí que si así lo hacía no triunfaría jamás. Disciplina y un cierto encanto dúctil, ésas son las claves para llegar a donde uno se proponga. Disciplina: escribir cada mañana no menos de seis horas. Escribir cada mañana y corregir por las tardes y leer como un poseso por las noches. Encanto, o encanto dúctil: visitar a los escritores en sus residencias o abordarlos en las presentaciones de libros y decirles a cada uno justo aquello que quiere oír. Aquello que quiere oír desesperadamente. Y tener paciencia, pues no siempre funciona. Hay cabrones que te dan una palmadita en la espalda y luego si te he visto no me acuerdo. Hay cabrones duros y crueles y mezquinos. Pero no todos son así. Es necesario tener paciencia y buscar. Los mejores son los homosexuales, pero, ojo, es necesario saber en qué momento detenerse, es necesario saber con precisión qué es lo que no uno quiere, de lo contrario puedes acabar enculado de balde por cualquier viejo maricón de izquierda. Con las mujeres ocurre tres cuartas partes de lo mismo: las escritoras españolas que pueden echarte un cable suelen ser mayores y feas y el sacrificio a veces no vale la pena. Los mejores son los heterosexuales ya entrados en la cincuentena o en el umbral de la ancianidad. En cualquier caso: es ineludible acercarse a ellos. Es ineludible cultivar un huerto a la sombra de sus rencores y resentimientos. Por supuesto, hay que empollar sus obras completas. Hay que citarlos dos o tres veces en cada conversación. ¡Hay que citarlos sin descanso! Un consejo: no criticar nunca a los amigos del maestro. Los amigos del maestro son sagrados y una observación a destiempo puede torcer el rumbo del destino. Un consejo: es preceptivo abominar y despacharse a gusto contra los novelistas extranjeros, sobre todo si son norteamericanos, franceses o ingleses. Los escritores españoles odian a sus contemporáneos de otras lenguas y publicar una reseña negativa de uno de ellos será siempre bien recibida. Y callar y estar al acecho. Y delimitar las áreas de trabajo. Por la mañana escribir, por la tarde corregir, por las noches leer y en las horas muertas ejercer la diplomacia, el disimulo, el encanto dúctil. A los diecisiete años quería ser escritor. A los veinte publiqué mi primer libro. Ahora tengo veinticuatro y en ocasiones, cuando miro hacia atrás, algo semejante al vértigo se instala en mi cerebro. He recorrido un largo camino, he publicado cuatro libros y vivo holgadamente de la literatura (aunque si he de ser sincero, nunca necesité mucho para vivir, sólo una mesa, un ordenador y libros). Tengo una colaboración semanal con un periódico de derechas de Madrid. Ahora pontifico y suelto tacos y le enmiendo la plana (pero sin pasarme) a algunos políticos. Los jóvenes que quieren hacer una carrera como escritor ven en mí un ejemplo a seguir. Algunos dicen que soy la versión mejorada de Aurelio Baca. No lo sé. (A los dos nos duele España, aunque creo que por el momento a él le duele más que a mí). Puede que lo digan sinceramente, pero puede que lo digan para que me confíe y afloje. Si es por esto último no les voy a dar el gusto: sigo trabajando con el mismo tesón que antes, sigo produciendo, sigo cuidando con mimo mis amistades. Aún no he cumplido los treinta y el futuro se abre como una rosa, una rosa perfecta, perfumada, única. Lo que empieza como comedia acaba como marcha triunfal, ¿no?”

The Savage Detectives

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“Razón, observación y experiencia, la santísima trinidad de la ciencia, nos ha enseñado que la felicidad es el único bien; que el tiempo de ser feliz es ahora, y la forma de ser feliz es hacer felices a otros. Eso es suficiente para nosotros. En esta creencia nos contentamos con vivir y morir. Si por cualquier posibilidad la existencia de un poder superior, e independiente, de la naturaleza debe ser demostrada, entonces habrá suficiente tiempo para arrodillarse. Hasta entonces, permanezcamos de pie.”

Robert Green Ingersoll (1833–1899) político, activista, orador y abogado estadounidense

"Los Dioses" (1876) tal como se publicó en Los Dioses y Otras Charlas (1879); esta fue una de sus primeras versiones de lo que llego a ser conocido como su "Credo".
Algunas variantes:
La justicia es el único culto. El amor es el único sacerdote.La ignorancia es la única esclavitud. La felicidad es el único bien. El tiempo para ser feliz es ahora, El lugar para ser feliz es aquí, La forma de ser feliz es hacer felices a otros La sabiduría es la ciencia de la felicidad.
Como es citado en Familiar Quotations (1937) editado por Christopher Morley, pág. 603
La felicidad es el único bien. El lugar para ser feliz es aquí. El tiempo para ser feliz es ahora. La forma de ser feliz es hacer felices a otros.
Variante, tal como aparece en una copia manuscrita que escribió para un admirador (26 de marzo de 1897).

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“Un cohete es un experimento; una estrella es una observación.”

José Bergamín (1895–1983) escritor español

Fuente: El cohete y la estrella.
Fuente: [Bergamín] (1981), p. 55.

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“La principal cualidad del naturalista es la curiosidad por todo cuanto le rodea y cómo esto se interrelaciona, de ahí que la observación de los seres vivos y su ambiente, incluyéndonos a nosotros mismos, sea también punto de partida del pensamiento crítico.”

Víctor J. Hernández naturalista español

Fuente: http://lecturaobligada.wordpress.com/2013/04/15/el-naturalista-y-escritor-castellonense-victor-j-hernandez-se-reafirma-como-un-gran-referente-en-naturaleza/

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“En última instancia, en la observación comparada de la conducta y la ecología de otras especies, busca uno tratar de comprendernos mejor a nosotros mismos.”

Víctor J. Hernández naturalista español

Fuente: http://www.naturahoy.com/naturaleza/no-estoy-favor-de-la-belenestebanizaci-n-de-la-naturaleza

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