Frases sobre animales
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“Verdaderamente, el hombre es el rey de los animales, pues su brutalidad supera a la de éstos.”

Leonardo Da Vinci (1452–1519) pintor y polímata del Renacimiento

Fuente: [Palomo Triguero] (2013), p. 153.

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“El hombre es ese animal loco cuya locura ha inventado la razón.”

Edgar Morin (1921) filósofo, sociólogo y político francés

Fuente: Torres Martínez, Raúl. Los nuevos paradigmas en la actual revolución científica y tecnológica. Editor EUNED, 2003. ISBN 9789968312806. p. 67.
Fuente: Pensamiento en forja: escritos periodísticos, Volumen 2. Sagot, Jacques. Editorial Tecnociencia, 2004. ISBN 9789968940375. p. 74.

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“El concierto de la tarde se refleja en edificios mudos contra el cielo que se esconde en el ocaso, como un animal.”

Luis Alberto Spinetta (1950–2012) Músico argentino

Citas de canciones por banda, Spinetta y Los Socios del Desierto
Fuente: Spinetta y Los Socios del Desierto, Spinetta y Los Socios del Desierto, "Se convirtió en la noche", 1997.

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“«Entrevistador: ¿Es posible la abolición de la humanidad del hombre?
Levi: Por desgracia, sí. Por desgracia, sí, y esa es realmente la característica de los lager nazis [campos de concentración]. Acerca de los demás, no sé, porque yo no los conozco, tal vez en Rusia suceda lo mismo. Es la abolición de la personalidad del hombre, dentro y fuera: no sólo de los presos, sino también del carcelero. Él también perdió su personalidad en el lager
Se trata de dos itinerarios diferentes, pero con el mismo resultado, y yo diría que sólo unos pocos tuvieron la suerte de permanecer conscientes durante su detención; algunos recuperaron su conciencia de la experiencia más tarde, pero durante la misma, la perdieron, y muchos lo olvidaron todo. No registraron sus experiencias en su mente. No lo dejaron impreso en su pista de la memoria. Así sucedió con todo, una profunda modificación de su personalidad. Por encima de todo, nuestra sensibilidad perdió nitidez, de modo que los recuerdos de nuestra casa cayeron a un segundo lugar, el recuerdo de la familia pasó a un segundo lugar frente a las necesidades urgentes, el hambre, la necesidad de protegerse contra el frío, las palizas, la fatiga … Todo esto provocó algunas reacciones que podríamos denominar como de animales; éramos como animales de trabajo
Es curioso cómo esta condición animal, se repetiría en el lenguaje: en alemán hay dos palabras para comer.. Una de ellas es essen, y se refiere a las personas, y la otra es fressen, referida a los animales. Decimos que un caballo frisst, por ejemplo, o un gato. En el lager, sin que nadie hubiera decidido que así fuera, el verbo para comer era fressen.”

Primo Levi (1918–1987) escritor italiano de origen judío sefardí

Como si la percepción de la regresión animal estuviera clara para todos».
Fuente: ~ Entrevista http://www.inch.com/~ari/levi1.html con Daniel Toaff, Sorgenti di Vita (fuentes de la vida), un programa de Unione Comunità Israelitiche Italiane, Radiotelevisione Italiana [RAI] (25 de marzo de 1983).

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“Me gustan los glaciares porque son como los animales: se mueven, cambian, rugen y siempre están enfadados.”

Bear Grylls (1974) Aventurero, Presentador y Ex-Militar Británico

Man vs Wild, capítulo 5 de la primera temporada.

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“Sus ojos, muy abiertos, temblaban, pero sin miedo, sin vacilación. Aquellos ojos: lo dejaban entrar y salir todo. Ella era animal, y humana.”

Charles Bukowski (1920–1994) escritor y poeta estadounidense

La máquina de follar y otros cuentos

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“«Venían del muelle Morland, sin corbatas, sin sombreros, sofocados, mojados por la lluvia, con los ojos brillantes. Gavroche les abordó con calma.
- ¿Adónde vamos? - preguntó.
- Ven - contestó Courfeyrac.
Detrás de Feuilly marchaba, o más bien saltada Bahorel, como un pez en el agua del motín. Llevaba un chaleco carmesí y profería palabras de esas que lo rompen todo. Su chaleco impresionó a un transeúnte, que gritó asustado:
- ¡Aquí están los rojos!
- ¡El rojo, los rojos! - replicó Bahorel -. ¡Vaya un temor gracioso, burgués! Por lo que a mí respecta, no tiemblo ante una amapola, la caperucita roja no me inspira pavor alguno. Créame, burgués, dejemos el miedo al rojo para los animales con cuernos.»”

Les Misérables
Variante: Venían del muelle Morland, sin corbatas, sin sombreros, sofocados, mojados por la lluvia, con los ojos brillantes. Gavroche les abordó con calma.
- ¿Adónde vamos? - preguntó.
- Ven - contestó Courfeyrac.
Detrás de Feuilly marchaba, o más bien saltada Bahorel, como un pez en el agua del motín. Llevaba un chaleco carmesí y profería palabras de esas que lo rompen todo. Su chaleco impresionó a un transeúnte, que gritó asustado:
- ¡Aquí están los rojos!
- ¡El rojo, los rojos! - replicó Bahorel -. ¡Vaya un temor gracioso, burgués! Por lo que a mí respecta, no tiemblo ante una amapola, la caperucita roja no me inspira pavor alguno. Créame, burgués, dejemos el miedo al rojo para los animales con cuernos.

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“Blanca, en cambio, se había acostumbrado a vivir sola. Terminó por encontrar paz
en sus quehaceres de la gran casa, en su taller de cerámica y en sus Nacimientos de
animales inventados, donde lo único que correspondía a las leyes de la biología era la
Sagrada Familia perdida en una multitud de monstruos. El único hombre de su vida era
Pedro Tercero, pues tenía vocación para un solo amor. La fuerza de ese
inconmovible sentimiento la salvó de la mediocridad y de la tristeza de su destino.
Permanecía fiel aun en los momentos en que él se perdía detrás de algunas ninfas de
pelo lacio y huesos largos, sin amarlo menos por ello. Al principio creía morir cada vez
que se alejaba, pero pronto se dio cuenta de que sus ausencias duraban lo que un
suspiro y que invariablemente regresaba más enamorado y más dulce. Blanca prefería
esos encuentros furtivos con su amante en hoteles de cita, a la rutina de una vida en
común, al cansancio de un matrimonio y a la pesadumbre de envejecer juntos
compartiendo las penurias de fin de mes, el mal olor en la boca al despertar, el tedio
de los domingos y los achaques de la edad. Era una romántica incurable. Alguna vez
tuvo la tentación de tomar su maleta de payaso y lo que quedaba de las joyas del
calcetín, e irse con su hija a vivir con él, pero siempre se acobardaba. Tal vez temía
que ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a la
más terrible de todas: la convivencia. Alba estaba creciendo muy rápido y comprendía
que no le iba a durar mucho el buen pretexto de velar por su hija para postergar las
exigencias de su amante, pero prefería siempre dejar la decisión para más adelante.
En realidad, tanto como temía la rutina, la horrorizaba el estilo de vida de Pedro
Tercero, su modesta casita de tablas y calaminas en una población obrera, entre
cientos de otras tan pobres como la suya, con piso de tierra apisonada, sin agua y con
un solo bombillo colgando del techo. Por ella, él salió de la población y se mudó a un
departamento en el centro, ascendiendo así, sin proponérselo, a una clase media a la
cual nunca tuvo aspiración de pertenecer. Pero tampoco eso fue suficiente para Blanca.
El departamento le pareció sórdido, oscuro, estrecho y el edificio promiscuo. Decía que
no podía permitir que Alba creciera allí, jugando con otros niños en la calle y en las
escaleras, educándose en una escuela pública. Así se le pasó la juventud y entró en la
madurez, resignada a que los únicos momentos de placer eran cuando salía
disimuladamente con su mejor ropa, su perfume y las enaguas de mujerzuela que a
Pedro Tercero cautivaban y que ella escondía, arrebolada de vergüenza, en lo más
secreto de su ropero, pensando en las explicaciones que tendría que dar si alguien las
descubría. Esa mujer práctica y terrenal para todos los aspectos de la existencia,
sublimó su pasión de infancia, viviéndola trágicamente. La alimentó de fantasías, la idealizó, la defendió con fiereza, la depuró de las verdades prosaicas y pudo convertirla
en un amor de novela.”

The House of the Spirits

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“Más vale ser un animal de un compañia que un animal para carne.”

Franz-Olivier Giesbert (1949) escritor francés

L'animal est une personne

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“Pero ¿no te das cuenta de que la noción de la muerte entre nosotros es muy poca cosa, Claire? —susurró.

Mis manos se cerraron contra su pecho. No, no pensaba que fuera poca cosa.

—Todo el tiempo, cuando me dejaste después de Culloden, estuve muerto, ¿no es así?

—Creí que estabas muerto. Por eso…

—Dentro de doscientos años seguro que estaré muerto, Sassenach —dijo sonriendo—. A causa de los indios, los animales salvajes, una plaga, la cuerda de la horca o sólo por la bendición de una edad avanzada, pero estaré muerto.

—Sí.

—Y mientras tú estabas allí, en tu propio tiempo… yo estaba muerto, ¿no?

Asentí sin palabras. Incluso ahora puedo mirar hacia atrás y ver el abismo de desesperación en el que aquella partida me sumió y del que salí trepando penosamente centímetro a centímetro.

—«El hombre es como la hierba del campo —citó, frotando mis manos—. Hoy florece; mañana se seca y se tira al horno.»

Levantó el penacho verde y se lo llevó a los labios, para luego pasarlo por mi boca.

—Estaba muerto, Sassenach, y sin embargo todo ese tiempo te amé.

Cerré los ojos sintiendo la leve picazón de la hierba en mis labios.

—Yo también te amaba —susurré—. Siempre lo hice.

—Mientras mi cuerpo y el tuyo vivan, seremos una sola carne —susurró.

Sus dedos me tocaron el pelo, la barbilla, el cuello y los pechos; respiré su aliento y lo sentí en mis manos.

—Y cuando mi cuerpo perezca, mi alma todavía será tuya, Claire. Juro por mi esperanza de ganarme el cielo que no seré separado de ti. Nada se pierde, Sassenach; sólo se transforma.

—Eso es la primera ley de la termodinámica —dije secándome la nariz.

—No —respondió—. Eso es fe.”

Drums of Autumn

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“Se le había ocurrido la pequeña historia de una ballena nacida en el desierto, y eso era todo lo que conocía. Tenía buenos amigos entre las plantas y los animales del desierto, sólo algo no estaba bien, y era la arena que tiraba por su agujero: le raspaba. Eso la confundía porque toda su vida la había pasado ahí. Poco a poco, sin saber cómo, creció la sensación de que tenía que partir a alguna otra parte. Sin imaginar una llegada, sólo irse. Un día se despidió de sus amigos y partió. La historia termina con un largo camino que hizo, sintiéndose peor porqiue ya no estaba allá y todavía no había llegado a ninguna parte. Hasta que un día llegó al mar y no sólo el agua que soplaba por su agujro no la raspaba, sino que además había encontrado otras ballenas. Obviamente quiero decir que yo también me siento como esa ballena y que sólo sé irme y ya perdí todos los caminos de regreso y que de esto se trata lo que escribo (soy el número un millón, de los que se identifican los la ballena de esa historia). Peor en verdad hay algo más que me gusta en esa historia y es que en la ballena había un conocimiento sobre cierto orden o sentido de las cosas, aun cuando no supiera de dónde venía, ni que su malestar era por eso. En ella misma había una proporción no correspondida que se expresaba como esa voz que oía: Aquí no es, así no es. Posdata número cuatro: me gusta la idea de que el propio ser está destinado a encajar bien y no a vivir patas arriba como el loco del tarot. Posdata número cinco: esta es la única historia que conozco en la que encajar bien es lo contrario de conformarse”

Luis Pescetti (1958) músico y escritor argentino

El Ciudadano de MIS Zapatos (Narrativas Argentinas)

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“Es un poco ansioso ", se dijo," ser un animal muy pequeño completamente rodeado de agua.”

A.A. Milne (1882–1956) escritor británico, conocido por ser el creador del personaje Winnie the Pooh
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“El hombre sería el más extraño animal del mundo si no existiera la mujer.”

Jacinto Benavente (1866–1954) literato español

El
Fuente: [Ortega Blake] (2013), p. 2776.

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“Sería imprudente condenar por irracional la práctica de esos salvajes que arrancan el corazón y el hígado de un adversario y los devoran mientras aún están calientes. En cualquier caso, era la teoría de los antiguos magos, que cualquier ser vivo es un depósito de energía, que varía en cantidad según el tamaño y la salud del animal, y en calidad según su carácter mental y moral. A la muerte del animal, esta energía se libera de repente. Por lo tanto, el animal debe ser matado dentro del Círculo, o el Triángulo, según sea el caso, para que su energía no pueda escapar. Debe seleccionarse un animal cuya naturaleza concuerde con la de la ceremonia, al sacrificar una hembra de cordero no se obtendría una cantidad apreciable de la energía feroz útil para un mago que invocara a Marte. En tal caso, un carnero sería más adecuado. Y este carnero debería ser virgen, todo el potencial de su energía total original no debería haber disminuido de ninguna manera. Para el trabajo espiritual más elevado, uno debe elegir a esa víctima que contiene la mayor y más pura fuerza. Un hijo varón de perfecta inocencia y alta inteligencia es el sacrificio más adecuado.”

Aleister Crowley (1875–1947) Ocultista británico

MAGICK IN THEORY AND PRACTICE, Aleister Crowley, éd. Celephais Press, 2004, chap. CHAPTER XII Of the Bloody Sacrifice: and Matters Cognate, p. 86-87.
Magick in theory and practice
Original: «It would be unwise to condemn as irrational the practice of those savages who tear the heart and liver from an adversary, and devour them while still yet warm. In any case it was the theory of the ancient Magicians, that any living being is a storehouse of energy, varying in quantity according to the size and health of the animal, and in quality according to its mental and moral character. At the death of the animal this energy is liberated suddenly. The animal should therefore be killed within the Circle, or the Triangle, as the case may be, so that its energy cannot escape. An animal should be selected whose nature accords with that of the ceremonythus, by sacrificing a female lamb one would not obtain any appreciable quantity of the fierce energy useful to a Magician who was invoking Mars. In such a case a ram would be more suitable. And this ram should be Virgin the whole potential of its original total energy should not have been diminished in any way. For the highest spiritual working one must accordingly choose that victim which contains the greatest and purest force. A male child of perfect innocence and high intelligence is the most suitable sacrifice.».

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“Los animales se alimentan. El hombre come. Solo el hombre inteligente sabe comer.”

Carlos Linneo (1707–1778) científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco

Fuente: [Amate Pou] (2017), p. 133. https://books.google.es/books?hl=es&id=MHJNDwAAQBAJ&q=inteligente#v=snippet&q=inteligente&f=false En Google Books. Consultado el 27 de noviembre de 2019.

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“No hace falta que celebréis un irónico día de los animales, con que dejéis de extinguirlos, seréis sensatos, no criminales.”

Fuente: https://www.autoreseditores.com/libro/12513/hermes-varillas-labrador/glosas-ii-entrega.html

“El afecto y fidelidad de muchos de los animales domesticados o no, es de una gran reflexión y aprendizaje para muchos humanos que no entienden que un mundo mejor depende de la fidelidad y el amor.”

Fuente: https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-638231
4 de octubre - Día Mundial de los Animales

“Lecciones y moralejas por escrito en gotas de cariño”

“Infeliz del ser humano que llama de forma eufemística "deporte" al criminal acto de cegarle la vida a los animales en la fauna.”

Fuente: “Lecciones y moralejas por escrito en gotas de cariño”. - Hermes Varillas Labrador
#FormandoCiudadanía & #ElArcoIrisDeLosNiños

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“El burgués representa el perfecto animal humano domesticado.”

Aldous Huxley (1894–1963) escritor británico

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“Durante mis años formativos en el colchón, me entregué a profundas cavilaciones sobre el problema del insomnio. Al comprender que pronto no quedarían ovejas que contar para todos, intento el experimento de contar porciones de oveja en lugar del animal entero.”

Groucho Marx (1890–1977) humorista estadounidense

Fuente: Citado en González Pinto, Ana María. Programa SOMNE. Terapia psicológica integral para el insomnio: guía para el terapeuta y el paciente. Editorial Desclée De Brouwer, 2015. ISBN 9788433037732.

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“El hombre es el animal que observa sus propios excrementos.”

Platón (-427–-347 a.C.) filósofo griego clásico que creo la teoría de las ideas
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“El éxito a toda costa nos hace peor que animales.”

José Saramago (1922–2010) escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués

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“Lo que realmente nos separa de los animales es nuestra capacidad de esperanza.”

José Saramago (1922–2010) escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués

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