Frases sobre cierto
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“Existen empresas en las cuales el verdadero método lo constituyen un cierto y cuidadoso desorden.”

Fuente: Moby-Dick. Cap. «La gloria y el honor de las pesquerías de ballenas», 1851.

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“Prácticamente todo puede moverse a mayor velocidad que la luz del Disco, que es lenta y mansa, a diferencia de la luz corriente. Según el filósofo Ly Tin Wheedle, lo único conocido que se mueve más deprisa que la luz corriente es la monarquía. Llegó a esta conclusión siguiendo este razonamiento: no se puede tener más de un rey, y la tradición exige que no existan intervalos entre un rey y otro, de manera que cuando un rey muere, la sucesión ha de pasar al heredero instantáneamente. Según Wheedle, es probable que existan ciertas particulas elementales, los reiones o tal vez las reionas, que se encargan de cumplir esta función, pero hay que tener en cuenta que a veces la sucesión falla si, en mitad del vuelo chocan contra una antipartícula, o republicón. Su ambicioso plan de utilizar este descubrimiento para enviar mensajes, para lo cual hubo de torturar cuidadosamente a un rey menor para poder así modular la señal, jamás llegó a desarrollarse con todo detalle porque, alcanzado este punto, le cerraron el bar.”

Mort
Variante: En algunos de los profundos valles, la luz diurna atrapada del Disco, que es lenta y ligeramente pesada,* se evaporaba como vapor plateado.

(...)

—-
* Prácticamente todo puede moverse a mayor velocidad que la luz del Disco, que es lenta y mansa, a diferencia de la luz corriente. Según el filósofo Ly Tin Wheedle, lo único conocido que se mueve más deprisa que la luz corriente es la monarquía. Llegó a esta conclusión siguiendo este razonamiento: no se puede tener más de un rey, y la tradición exige que no existan intervalos entre un rey y otro, de manera que cuando un rey muere, la sucesión ha de pasar al heredero instantáneamente. Según Wheedle, es probable que existan ciertas partículas elementales, los reiones o tal vez las reionas, que se encargan de cumplir esta función, pero hay que tener en cuenta que a veces la sucesión falla si, en mitad del vuelo chocan con una antipartícula, o republicón. Su ambicioso plan de utilizar este descubrimiento para enviar mensajes, para lo cual hubo que torturar cuidadosamente a un rey menor para poder así modular la señal, jamás llegó a desarrollarse con todo detalle porque, alcanzado este punto, le cerraron el bar.

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“El mundo nunca está contento, si lo estará alguna vez, tan cierta tiene la muerte.”

José Saramago (1922–2010) escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués

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“Que amistades que son ciertas nadie las puede turbar.”

Miguel de Cervantes (1547–1616) escritor español

Variante: Que amistades que son ciertas nadie las puede turbar.
Fuente: La casa de los celos
Fuente: [Cervantes Saavedra], Miguel de. La casa de los celos. Linkgua teatro. Editorial Linkgua digital, 2012. ISBN 9788499531892. Página 32. https://books.google.es/books?id=LmhoyRuczr0C&pg=PA32&dq=Que+amistades+que+son+ciertas+nadie+las+puede+turbar&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjwzOLmiozfAhVNhxoKHWtbA-gQ6AEIMzAC#v=onepage&q=Que%20amistades%20que%20son%20ciertas%20nadie%20las%20puede%20turbar&f=false

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“Ningún incidente en mi carrera científica es más ampliamente conocido que la participación que tomé hace muchos años en ciertas investigaciones psíquicas. Treinta años han pasado desde que publiqué un informe de los experimentos que demostraron que fuera de nuestro conocimiento científico existe una fuerza ejercida por la inteligencia que difiere de la inteligencia común de los mortales comunes. Este hecho en mi vida es, por supuesto, bien entendido por aquellos que me han honrado con la invitación para convertirme en su presidente. Tal vez entre mi audiencia haya algunos que puedan sentir curiosidad por saber si he de hablar o callar. Yo elijo hablar, aunque brevemente… Pasar por alto el tema sería un acto de cobardía - un acto de cobardía que no siento la tentación de cometer.
Detenerse poco en cualquier investigación que asuste por ensanchar las puertas del conocimiento, recular ante el temor a la dificultad o la crítica adversa, es traer el reproche a la ciencia. No hay nada que el investigador deba hacer sino ir de frente, "explorar de arriba a abajo, centímetro a centímetro, con el filo de la razón, seguir la luz dondequiera que pueda conducir, incluso en caso de que a veces se asemeje a una quimera. No tengo nada de que retractarme. Me adhiero a mis declaraciones ya publicadas. De hecho, podría añadir mucho a esto. Lamento sólo una cierta crudeza en los planteamientos iniciales que, sin duda con justicia, militaban contra de su aceptación por el mundo científico. Mi propio conocimiento en ese momento apenas se extendía más allá del hecho de que ciertos fenómenos nuevos para la ciencia se habían producido con certeza, y fueron atestiguados por mis propios sentidos sobrios y, mejor aún, registrados de modo automático. Yo era como un ser de dos dimensiones, que podría estar situado en un punto singular de una superficie de Riemann, y por lo tanto encontrarse a sí mismo en contacto infinitesimal e inexplicable con un plano de existencia que no es el suyo propio.
Me parece ver un poco más lejos ahora. Tengo atisbos de algo así como la coherencia entre los fenómenos esquivos extraños; de algo así como la continuidad entre esas fuerzas inexplicables y las leyes ya conocidas. Este avance se debe principalmente a los trabajos de otra asociación, de la cual tengo también este año el honor de ser presidente - la Sociedad para la Investigación Psíquica. Y se me presentan ahora por primera vez estas preguntas al mundo de la ciencia que debe elegir un punto de partida diferente al de antaño. Sería bueno comenzar con la telepatía, con la ley fundamental, ya que creo que lo sea, que los pensamientos y las imágenes pueden ser transferidos de una mente a otra sin la intervención de los órganos reconocidos de los sentidos - que el conocimiento puede entrar en la mente humana sin ser comunicado en cualquier forma hasta ahora conocida o reconocida.”

William Crookes (1832–1919)

Disertación ante la British Association for the Advancement of Science (1898)

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“Un aspecto del proceso de reorganización social mundial ha sido, sin dudas, la destrucción de las viejas identidades, las viejas certezas, las viejas formas de lucha. Esta destrucción tomó muchas formas. Es el petrolero que de repente ya no es petrolero. Es el profesor universitario que de repente descubre que su trabajo es juntar papelitos. Es el niño o la niña que descubren que la niñez ya no es la misma, que ahora es más trabajo y miseria que juguetes y helados. Es el hombre desempleado que piensa que es menos 'hombre'. Es el adolescente que se encuentra en un nuevo mundo de inseguridad total. Es el comunista que ya no tiene la certeza del triunfo final. Es el trabajador que antes tenía una imagen clara del proletariado y que ya no sabe qué quiere decir. Es el argentino, el mexicano o el francés, que descubre que el concepto 'Argentina', 'México' o 'Francia' ya no tiene el mismo significado que antes. Globalización, flexibilización del trabajo, desempleo: todas las características del neoliberalismo son aspectos de la destrucción de un mundo que tenía o parecía tener ciertas reglas del juego, ciertos parámetros seguros, ciertas identidades. Por cierto, estas reglas del juego no eran el paraíso: eran aspectos de un modo de dominación, eran los parámetros de la opresión capitalista de la posguerra, los parámetros y luego los límites de la acumulación del capital. Eran expresiones de cierto equilibrio social, un equilibrio entre la subordinación y la insubordinación, un equilibrio que definía a ambas”

John Holloway (1947) sociólogo mexicano
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“«Sus progresistas llaman dictadura al régimen vigente en España. Hace diez días que yo viajo por España y he quedado asombrado. ¿Saben ustedes lo que es una dictadura? He aquí algunos ejemplos de lo que he visto. Los españoles son absolutamente libres para residir en cualquier parte y de trasladarse a cualquier parte de España. Nosotros, los soviéticos, no podemos hacerlo. Estamos amarrados a nuestro lugar de residencia por la propiska (registro policial). Las autoridades deciden si tengo derecho a marcharme de tal o cual población. También he podido comprobar que los españoles pueden salir libremente al extranjero. Sin duda saben ustedes que, debido a fuertes presiones ejercidas por la opinión mundial y por los Estados Unidos, se ha dejado salir de la Unión Soviética, con no pocas dificultades, a cierto número de judíos. Pero los judíos restantes y las personas de otras nacionalidades no pueden marchar al extranjero. En nuestro país estamos como encarcelados.
Paseando por Madrid y otras ciudades, he podido ver que se venden en los kioscos los principales periódicos extranjeros. ¡Me pareció increíble! Si en la Unión Soviética se vendiesen libremente periódicos extranjeros, se verían inmediatamente decenas y decenas de manos tendidas, luchando por procurárselos.
También he observado que en España uno puede utilizar libremente máquinas fotocopiadoras. Cualquier individuo puede fotocopiar cualquier documento depositando cinco pesetas en el aparato. Ningún ciudadano de la Unión Soviética podría hacer una cosa así. Cualquiera que emplee máquinas fotocopiadoras, salvo por necesidades de servicio y por orden superior, es acusado de actividades contrarrevolucionarias.
En su país —dentro de algunos límites, es cierto— se toleran las huelgas. En el nuestro, y en los sesenta años de existencia del socialismo, jamás se autorizó una sola huelga. Los que participaron en los movimientos huelguísticos de los primeros años de poder soviético fueron acribillados por ráfagas de ametralladoras, pese a que sólo reclamaban mejores condiciones de trabajo. Si nosotros gozásemos de la libertad que ustedes disfrutan aquí, nos quedaríamos boquiabiertos.
Hace poco han tenido ustedes una amnistía. La califican de “limitada.””

Aleksandr Solzhenitsyn (1918–2008) escritor e historiador ruso

Se ha rebajado la mitad de la pena a los combatientes políticos que habían luchado con las armas en la mano (se refiere a los terroristas). ¡Ojalá a nosotros nos hubiesen concedido, una sola vez en veinte años, una amnistía limitada como la suya! Entramos en la cárcel para morir en ella. Muy pocos hemos salido de ella para contarlo».
Declaraciones en Televisión Española durante su visita a España en 1976.
Fuente: http://hispanidad.info/solyenitsin1976.htm http://www.piomoa.es/?p=594,

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“Lo cierto es que fueron muchos los que pronunciaron ese nombre [Jehová] en la antigüedad.”

Miguel Servet (1511–1553) teólogo y científico español

Restitución del cristianismo

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“Un día, cruzaré un negro con un chino, para sacar cría. El gobierno debería proteger ciertas especies.”

Roberto Fontanarrosa (1944–2007) Humorista gráfico y escritor argentino

Citas de personajes, Boogie el aceitoso

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“No hay mejor manera para hacer que algo sea cierto que creer que es cierto”

Valérie Tasso (1969) escritora y sexóloga francesa

Citas de Antimanual de sexo

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“Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído así mismo, y ni uno solo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se emite, o de una lección que retraiga de incidir en sus defectos.”

Manuel Belgrano (1770–1820) político y militar argentino

Fuente: Historia de Belgrano y de la independencia Argentina: Por Bartolomé Mitre, volumen 4. Editor J. Roldan y c, 1928. Procedencia del original: Universidad de Texas. Digitalizado: 19 septiembre 2009. p. 53.

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“Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos.”

Manuel Belgrano (1770–1820) político y militar argentino

Fuente: Belgrano, Manuel. Epistolario Belgraniano. Editora y compiladora María Teresa Piragino. Colaborador y editor Academia Nacional de la Historia (Argentina), 1970. p. 197.

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“«En cierta manera, siento que (sabes) Dios no esta buscando almas, Dios esta buscando acción».”

Bono (1960) cantante irlandés, vocalista de U2

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“La vida es una partida de ajedrez y nunca sabe uno a ciencia cierta cuándo está ganando o perdiendo.”

Adolfo Bioy Casares (1914–1999) escritor argentino

Citas de sus libros, Una muñeca rusa (1991)
Variante: "La vida es una partida de ajedrez y nunca sabe uno a ciencia cierta cuándo está ganando o perdiendo."

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“Cuando se franquea cierto límite de respeto al varón, la mujer puede llegar a decir a su marido cosas increíbles. La”

Horacio Quiroga (1878–1937) cuentista, poeta y dramaturgo uruguayo

Cuentos de Amor de Locura y de Muerte
Variante: Cuando se franquea cierto límite de respeto al varón, la mujer puede llegar a decir a su marido cosas increíbles.

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“La Unión Soviética se anexionó por la fuerza Letonia, Lituania, Estonia y partes de Finlandia, Polonia y Rumania; ocupó y sometió a un régimen comunista a Polonia, Rumania, Hungría, Mongolia, Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania oriental y Afganistán, y sofocó el alzamiento de los obreros de Alemania oriental en 1953, la revolución húngara de 1956 y la tentativa checa de introducir en 1968 el glasnost y la perestroika. Dejando aparte las guerras mundiales y las expediciones para combatir la piratería o el tráfico de esclavos, Estados Unidos ha perpetrado invasiones e intervenciones armadas en otros países en más de 130 ocasiones*, incluyendo China (18 veces), México (13), Nicaragua y Panamá (9 cada uno), Honduras (7), Colombia y Turquía (6 en cada país), República Dominicana, Corea y Japón (5 cada uno), Argentina, Cuba, Haití, el reino de Hawai y Samoa (4 cada uno), Uruguay y Fiji (3 cada uno), Granada, Puerto Rico, Brasil, Chile, Marruecos, Egipto, Costa de Marfil, Siria, Irak, Perú, Formosa, Filipinas, Camboya, Laos y Vietnam. La mayoría de estas incursiones han sido escaramuzas para mantener gobiernos sumisos o proteger propiedades e intereses de empresas estadounidenses, pero algunas han sido mucho más importantes, prolongadas y cruentas.

* Esta lista, que suscitó una cierta sorpresa cuando fue publicada en Estados Unidos, se basa en recopilaciones de la Comisión de fuerzas armadas de la cámara de representantes.”

Carl Sagan (1934–1996) astrofísico, cosmólogo y divulgador científico estadounidense

Billions & Billions: Thoughts on Life and Death at the Brink of the Millennium

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“CELIA: Sentarnos y reírnos de doña Fortuna hasta echarla de su rueda, para que en adelante reparta sus dones con más equidad.
ROSALINA: Ojalá pudiéramos, pues nunca acierta al asignarlos, y con quien más se equivoca esta ciega dadivosa es con las mujeres.
CELIA: Cierto, pues cuando les da belleza apenas les da decencia, y a las que da decencia las hace muy poco atractivas.
ROSALINA: Tú mezclas el cometido de la Fortuna con el de la Naturaleza: la Fortuna decide los dones mundanos, no los rasgos naturales.”

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Variante: CELIA: Sentarnos y reírnos de doña Fortuna hasta echarla de su rueda, para que en adelante reparta sus dones con más equidad.�

ROSALINA: Ojalá pudiéramos, pues nunca acierta al asignarlos, y con quien más se equivoca esta ciega dadivosa es con las mujeres.

�CELIA: Cierto, pues cuando les da belleza apenas les da decencia, y a las que da decencia las hace muy poco atractivas.�

ROSALINA: Tú mezclas el cometido de la Fortuna con el de la Naturaleza: la Fortuna decide los dones mundanos, no los rasgos naturales.

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“Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador "Ponte los zapatos y los calcetines", el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?”

The Terminal Man
Variante: Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador <>, el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?

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“Ciertos días yo amanecía llena de palabras”

Marcela Serrano (1951) escritora chilena

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“me habia quedado tambien casi por completo sin contactos con quienes anteriormente mehabia permitido confrontaciones, es decir, confrontaciones intelectuales en diálogos y discusiones, de todas esas personas, con mi inmersión cada vez más rigurosa en mi trabajo científico, em había apartado y mantenido alejado cada vez más y, como tuve que comprender de pronto, de la forma más peligrosa y, a partir de un momento determinado, no había tenido ya fuerzas para reanudar todos esos lazos intelectuales necesarios, ciertamente había comprendido de pronto que, sin esos contactos, difícilmente podría avanzar, que sin esos contactosm probablemente, en un plazo previsible, no podría ya pensar, que pronto tampoco podría ya existir, pero me faltaban fuerzas para detener, mediante mi propia inicativa, lo que veía ya que se me acercaba, la atrofia de mi pensamiento producida por el apartamiento voluntariamente provocado, de todas las personas suceptibles de un contacto que excediera del más imprescindible, del llamado vernáculo, simplemente del derivado de las necesidades más apremiantes de la existencia en mi casa y su entorno inmediato, y habían pasado años ya desde que había dejado de mantener correpondencia, totalmente absorbido en mis ciencias, había dejado pasar el momento en que todavía hubiera sido posible reanudar esos contactos y correspondencia abandonados, todos mis esfuerzos en ese sentido habían fracasado siempre, porque en el fondo me habían faltado ya por completo, si no las fuerzas para ello, sí, probablemente, la voluntad de hacerlo, y aunque en realidad había comprendido claramente que el camino que había tomado y había seguido ya durante años no era el verdadero camino, que sólo podía ser un camino hacia el aislamiento total, aislamiento no sólo de mi mente y de mi pensamiento, sino en realidad aislamiento de todo mi ser, de toda mi existencia, siempre espantada ya, de todos modos, por ese aislamiento, no había hecho ya nada para remediarlo, había seguido avanzando siempre por ese camino, aunque siempre horrorizado por su lógica, temiendo continuamente ese camino en el que, sin embargo, no hubiera podido ya dar la vuelta; había previsto ya muy pronto la catástrofe, pero no había podido evitarla y, en realidad, se había producido ya mucho antes de que yo la reconociera como tal. Por un lado, la necesidad de aislarse por amor al trabajo científico es la primera de las necesidades deun intelectual, por otro, sin embargo, el peligro de que ese aislamiento se produzca de una forma demasiado radical que, en fin de cuentas, no tenga ya consecuencias estimulantes como se pretendía, sino inhibidoras e incluso aniquiladoras, en el trabajo intelectual es el mayor de los peligros y, a partir de cierto momento, mi aislamiento del entorno por amor a mi trabajo científico (sobre los anticuerpos) había tenido precisamente esas consecuencias aniquiladoras en mi trabajo científico. La comprensión llega siempre, como había tenido que reconocer en mi mente de la forma más dolorosa, demasiado tarde y sólo queda, si es que queda algo, la desesperación, o sea, la comprensión directa del hecho de que ese estado devastador y, por tanto, intelectual, sentimental y, en fin de cuentas corporalmente devastador, surgido de pronto, no puede cambiarse ya, ni por ningún medio.”

Yes

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“pensaba que tal vez era cierto que estaba loco y creía que no lo estaba porque los que están locos creen que no están locos”

Ernesto Cardenal (1925) político y sacerdote nicaragüense

Vida perdida. Memorias, I: 1