Frases sobre deseo
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“Siempre deseé que mi computadora fuera tan fácil de usar como mi teléfono. Mi deseo se ha hecho realidad: ya no sé usar mi teléfono.”

Bjarne Stroustrup (1950) científico de la computación y catedrático de Ciencias de la Computación en la Universidad A&M de Texas
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“En griego, «regreso» se dice nostos. Algos significa “sufrimiento”. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayoría de los europeos puede emplear para esta noción fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, además, otras palabras con raíces en la lengua nacional: en español decimos “añoranza”; en portugués, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan sólo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morriña del hogar. En inglés sería homesickness, o en alemán Heimweh, o en holandés heimwee. Pero es una reducción espacial de esa gran noción. El islandés, una de las lenguas europeas más antiguas, distingue claramente dos términos: söknudur: nostalgia en su sentido general; y heimfra: morriña del terruño. Los checos, al lado de la palabra “nostalgia” tomada del griego, tienen para la misma noción su propio sustantivo: stesk, y su propio verbo; una de las frases de amor checas más conmovedoras es styska se mi po tobe: “te añoro; ya no puedo soportar el dolor de tu ausencia”. En español, “añoranza” proviene del verbo “añorar”, que proviene a su vez del catalán enyorar, derivado del verbo latino ignorare (ignorar, no saber de algo). A la luz de esta etimología, la nostalgia se nos revela como el dolor de la ignorancia. Estás lejos, y no sé qué es de ti. Mi país queda lejos, y no sé qué ocurre en él. Algunas lenguas tienen alguna dificultad con la añoranza: los franceses sólo pueden expresarla mediante la palabra de origen griego (nostalgie) y no tienen verbo; pueden decir: je m? ennuie de toi (equivalente a «te echo de menos» o “en falta”), pero esta expresión es endeble, fría, en todo caso demasiado leve para un sentimiento tan grave. Los alemanes emplean pocas veces la palabra “nostalgia” en su forma griega y prefieren decir Sehnsucht: deseo de lo que está ausente; pero Sehnsucht puede aludir tanto a lo que fue como a lo que nunca ha sido (una nueva aventura), por lo que no implica necesariamente la idea de un nostos; para incluir en la Sehnsucht la obsesión del regreso, habría que añadir un complemento: Senhsucht nach der Vergangenheit, nach der verlorenen Kindheit, o nach der ersten Liebe (deseo del pasado, de la infancia perdida o del primer amor).”

Ignorance

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“que no conmovieran, especialmente entre las enviadas a casa de los padres. En esta carta se decía poco de las molestias sufridas, de los peligros afrontados o de la nostalgia a la cual había que sobreponerse; era una carta alegre, llena de descripciones de la vida del soldado, de las marchas y de noticias militares; y sólo hacia el final el autor de la carta dejó brotar el amor paternal de su corazón y su deseo de ver a las niñas que había dejado en casa. "Mi cariño y un beso a cada una. Diles que pienso en ellas durante el día, y por la noche oro por ellas, y siempre encuentro en su cariño el mejor consuelo. Un año de espera para verlas parece interminable, pero recuérdales que, mientras esperamos, podemos todos trabajar, de manera que estos días tan duros no se desperdicien. Sé que ellas recordarán todo lo que les dije, que serán niñas cariñosas para ti, que cuando vuelva podré enorgullecerme de mis mujercitas más que nunca.” Todas se conmovían algo al llegar a esta parte, Jo no se avergonzó de la gruesa lágrima que caía sobre el papel blanco, y Amy no se preocupó de que iba a desarreglar sus bucles al esconder la cara en el seno de su madre y dijo sollozando: -¡Soy egoísta! Pero trataré de ser mejor para que no se lleve un chasco conmigo. - ¡Trataremos todas! -exclamó Meg -. Pienso demasiado en mi apariencia y detesto trabajar, pero no lo haré más si puedo remediarlo. -Trataré de ser lo que le gusta a él llamarme "una mujercita", y no ser brusca y atolondrada; cumpliré aquí con mi deber en vez de desear estar en otra parte -dijo Jo, pensando que dominarse a sí misma era obra más difícil que hacer frente a unos rebeldes. Beth no dijo nada, pero secó sus lágrimas con el calcetín del ejército y se puso a trabajar con todas sus fuerzas, no perdiendo tiempo en hacer lo que tenía más cerca de ella, mientras decidía en su corazón ser como su padre lo deseaba cuando al cabo de un”

Little Women

“Quien ama con honestidad y entrega, no permite espacio alguno al odio en su corazón, ni golpea, ni maltrata, ni desea el mal al prójimo, tampoco es depredador de la madre naturaleza.”

De acuerdo a la hermosa panacea “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”, para vencer todas nuestras debilidades incluyendo vicios y pecados.
Sostengo la tesis que puede ser una ley universal, el yin yang, o ley de los opuestos, o como quieran llamarle, pero el efecto del mandato NSJ no admite la maldad, ni nada que le haga balance a la luz y la verdad. Y Cristo no estaba planteando algo imposible, ni estaba delirando.

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“Hay quien tiene el deseo de amar, pero no la capacidad de amar.”

Giovanni Papini (1881–1956) escritor italiano

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“Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.”

Paulo Coelho (1947) escritor brasileño

Variante: Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.
Fuente: La Quinta Montaña (p. 181)

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“El hombre sabio busca lo que desea en su interior; el no sabio, lo busca en los demás.”

Confucio (-551–-479 a.C.) filósofo chino

Citas sin referencias

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“A los que me desean la muerte, yo les deseo mucha vida, para que vean cómo la Revolución Bolivariana va a seguir avanzando de batalla en batalla y de victoria en victoria.”

Hugo Chávez (1954–2013) político venezolano y expresidente de Venezuela

02 de agosto de 2012, hablando sobre su estado de salud.
Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=HAMkCYJUNLo.

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“Pues deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás.”

Manuel Belgrano (1770–1820) político y militar argentino

Fuente: Belgrano, Manuel. Epistolario Belgraniano. Editora y compiladora María Teresa Piragino. Colaborador y editor Academia Nacional de la Historia (Argentina), 1970. p. 222.

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“Cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea, ¿Sabes que pasa? Que acaba por no saber incluso lo que quiere.”

The Wind-Up Bird Chronicle
"Crónica del pájaro que da cuerda al mundo"
Variante: Cuando uno se acostumbra a no conseguir lo que desea, ¿sabes qué pasa? Que acaba por no saber incluso lo que quiere

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“Yo, si algo deseo, no sueño, sino que actúo. Y siempre consigo aquello que deseo”

Andrzej Sapkowski (1948) escritor de fantasía polaco

The Last Wish

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“La Historia inmortal hace cosas raras cuando se cruza con el amor de los cuerpos mortales. O quizás no, y es sólo que el amor de la carne no aflora a esa versión oficial de la historia que termina siendo la propia Historia, con una mayúscula severa, rigurosa, perfectamente equilibrada entre los ángulos rectos de todas sus esquinas, que apenas condesciende a contemplar los amores del espíritu, más elevados, sí, pero también mucho más pálidos, y por eso menos decisivos. Las barras de carmín no afloran a las páginas de los libros. Los profesores no las tienen en cuenta mientras combinan factores económicos, ideológicos, sociales, para delimitar marcos interdisciplinares y exactos, que carecen de casillas en las que clasificar un estremecimiento, una premonición, el grito silencioso de dos miradas que se cruzan, la piel erizada y la casualidad inconcebible de un encuentro que parece casual, a pesar de haber sido milimétricamente planeado en una o muchas noches en blanco. En los libros de Historia no caben unos ojos abiertos en la oscuridad, un cielo delimitado por las cuatro esquinas del techo de un dormitorio, ni el deseo cocinándose poco a poco, desbordando los márgenes de una fantasía agradable, una travesura intrascendente, una divertida inconveniencia, hasta llegar a hervir en la espesura metálica del plomo derretido, un líquido pesado que seca la boca, y arrasa la garganta, y comprime el estómago, y expande por fin las llamas de su imperio para encender una hoguera hasta en la última célula de un pobre cuerpo humano, mortal, desprevenido. Los amores del espíritu son más elevados, pero no aguantan ese tirón. Nada, nadie lo aguanta.”

Inés y la alegría

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“Son muy pocos aquellos de entre nosotros que no se han despertado a veces antes del alba, o después de una de esas noches sin sueños que casi nos hacen amar la muerte, o de una de esas noches de horror y de alegría monstruosa, cuando se agitan en las cámaras del cerebro fantasmas más terribles que la misma realidad, rebosantes de esa vida intensa, inseparable de todo lo grotesco, que da al arte gótico su imperecedera vitalidad, puesto que ese arte bien parece pertenecer sobre todo a los espíritus atormentados por la enfermedad del ensueño. Poco a poco, dedos exangües surgen de detrás de las cortinas y parecen temblar. Adoptando fantásticas formas oscuras, sombras silenciosas se apoderan, reptando, de los rincones de la habitación para agazaparse allí. Fuera, se oye el agitarse de pájaros entre las hojas, o los ruidos que hacen los hombres al dirigirse al trabajo, o los suspiros y sollozos del viento que desciende de las montañas y vaga alrededor de la casa silenciosa, como si temiera despertar a los que duermen, aunque está obligado a sacar a toda costa al sueño de su cueva de color morado. Uno tras otro se alzan los velos de delicada gasa negra, las cosas recuperan poco a poco forma y color y vemos cómo la aurora vuelve a dar al mundo su prístino aspecto. Los lívidos espejos recuperan su imitación de la vida. Las velas apagadas siguen estando donde las dejamos, y a su lado descansa el libro a medio abrir que nos proponíamos estudiar, o la flor preparada que hemos lucido en el baile, o la carta que no nos hemos atrevido a leer o que hemos leído demasiadas veces. Nada nos parece que haya cambiado. De las sombras irreales de la noche renace la vida real que conocíamos. Hemos de continuar allí donde nos habíamos visto interrumpidos, y en ese momento nos domina una terrible sensación, la de la necesidad de continuar, enérgicamente, el mismo ciclo agotador de costumbres estereotipadas, o quizá, a veces, el loco deseo de que nuestras pupilas se abran una mañana a un mundo remodelado durante la noche para agradarnos, un mundo en el que las cosas poseerían formas y colores recién inventados, y serían distintas, o esconderían otros secretos, un mundo en el que el pasado tendría muy poco o ningún valor, o sobreviviría, en cualquier caso, sin forma consciente de obligación o de remordimiento, dado que incluso el recuerdo de una alegría tiene su amargura, y la memoria de un placer, su dolor.”

The Picture of Dorian Gray

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“Es inútil. El vacío auténtico, como un blindaje, acoraza su vida. Se detiene junto a una silla, la toma por el respaldar, hace ruido con ella golpeando las patas contra el piso; pero este ruido es insuficiente para desteñir el vacío teñido de gris. Deliberadamente hace pasar ante sus ojos paisajes anteriores, recuerdos, sucesos; pero su deseo no puede engarfiar en ellos, resbalan como los dedos de un hombre extenuado por los golpes de agua, en la superficie de una bola de piedra. Los brazos se le caen a lo largo del cuerpo, la mandíbula se le afloja. Es inútil cuanto haga para sentir remordimiento o para encontrar paz. Igual que las fieras enjauladas, va y viene por su cubil frente a la indestructible reja de su incoherencia. Necesita obrar, mas no sabe en qué dirección. Piensa que si tuviera la suerte de encontrarse en el centro de una rueda formada por hombres desdichados, en el pastizal de una llanura o en el sombrío declive de una montaña, él les contaría su tragedia. Soplaría el vien­to doblando los espinos, pero él hablaría sin reparar en las estrellas que empezaban a ser visibles en lo negro. Está seguro que aquel círculo de vagabundos comprendería su desgracia; pero allí, en el corazón de una ciudad, en una pieza perfectamente cúbica y sometida a disposiciones del digesto municipal, es ab­surdo pensar en una confesión. ¿Y si lo viera a un sacerdote y se confiara a él? Mas, ¿qué puede decirle un señor afeitado, con sotana y un inmenso aburri­miento empotrado en el caletre? Está perdido, ésa es la verdad; perdido para sí mismo.”

Los lanzallamas

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“El deseo hace de los reyes esclavos, y la paciencia hace de los esclavos reyes.”

Abu Hamid al-Ghazali (1058–1111) teólogo, jurista, filósofo, psicólogo y místico de origen persa
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“Nadie puede medir sus propios días, hay que resignarse. Sucederá como desee la providencia.”

Wolfgang Amadeus Mozart (1756–1791) compositor y pianista austriaco

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“Los hombres se creen libres porque ellos son conscientes de sus voluntades y deseos, pero son ignorantes de las causas por las cuales ellos son llevados al deseo y a la esperanza.”

Baruch Spinoza (1632–1677) filósofo neerlandés

Fuente: [Marastoni], Marcelo. Asmodeus, Diario Del Caído. Editor Lulu.com, 2008. ISBN 9781435719347, p. 34.

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“Y así va el mundo. Hay veces en que deseo sinceramente que Noé y su comitiva hubiesen perdido el barco.”

Mark Twain (1835–1910) escritor estadounidense

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Citas atribuidas

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“Si usted desea hacer enemigos, intente cambiar algo”

Woodrow Wilson (1856–1924) vigésimo octavo Presidente de los Estados Unidos
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“Haz lo necesario para lograr tu más ardiente deseo, y acabarás lográndolo.”

Ludwig Van Beethoven (1770–1827) compositor, director de orquesta y pianista germanoaustríaco
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“No se ganan batallas con buenos deseos.”

Napoleon Bonaparte (1769–1821) político y militar francés

Citas de Napoleón, Otras (por colocar)

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“El deseo de venganza no es más que el ansia de justicia insatisfecha.”

Milan Kundera (1929–2023) Novelista y poeta checo

Novelas, La despedida (1973)

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“Los deseos se tienen, no se piden. Lo que se pide es el objeto del deseo.”

Francisco Umbral (1932–2007) Escritor español (1932-2007)

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“Victoria, ya he dicho que a las tres y juntos. Dios sabe las veras con las que le he pedido por la salud de mi hermano y el ningún deseo que tenía de poseer sus inmensos bienes. Su Divina Majestad ha querido que vaya a España; Él cuidará de nosotros y se hará su santa voluntad.”

Carlos III de España (1716–1788) Su Católica Majestad Carlos III, Rey de España (1759 - 1788)

Al Marqués de la Victoria, cuando éste le propuso a Don Carlos partir de Nápoles en navíos pequeños cuando amainasen las tormentas.

“En el deseo sexual, la mujer es un animal que bebe té y el hombre uno que bebe agua”

Valérie Tasso (1969) escritora y sexóloga francesa

Citas de Antimanual de sexo

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