Frases sobre renuncia

Una colección de frases y citas sobre el tema del renuncia, vida, vida, ser.

Frases sobre renuncia

Adolf Hitler Foto
Manuel Belgrano Foto
Paulo Coelho Foto
Wisława Szymborska Foto
George Carlin Foto

“Cuando renuncias al colegio, debes probarle al mundo y ti mismo que eres listo.”

George Carlin (1937–2008) Mónologista, cómico y escritor estadoudinense

Entrevistas, En la prensa

Eva Perón Foto

“Renuncio a los honores, pero no a la lucha.”

Eva Perón (1919–1952) política argentina

Citas de Evita

Alexander Pope Foto
Edmund Burke Foto
Leonardo Da Vinci Foto
Reinaldo Arenas Foto
Haruki Murakami Foto
Charles Baudelaire Foto
Mario Andretti Foto
Henry David Thoreau Foto
Johann Wolfgang von Goethe Foto
Julio Cortázar Foto
Alfonso XIII de España Foto
Cantinflas Foto

“Si se necesita un sacrificio… renuncio a mi parte y agarro la suya.”

Cantinflas (1911–1993) actor mexicano

Sin fuentes

Fernando Pessoa Foto
Gabriel García Márquez Foto

“[…] borra esas frases absurdas y presuntuosas y sustitúyelas con la única que realmente te es posible firmar: "No puedo dejar de escribir". Confiesa que tu necesidad de hacerlo es más fuerte que tú, olvida tu desorbitada ambición de escribir un libro que a todos interese, acepta tu verdadera medida y comprende que si no has escrito otra cosa es porque sólo puedes referirte a lo que es tuyo: los recuerdos que estremecen, contentan o lastiman tu corazón, los opacos sucesos de tu vida diaria y tu relación con unos cuantos seres humanos que coincidieron en tu pequeña órbita. Eso es lo único que te pertenece, lo único que conoces, lo único que comprendes, y, por tanto, lo único que puedes expresar. Tal vez logres algún día inventar un suceso. Lo que no lograrás inventar es la emoción que te habría producido ese acontecimiento si lo hubieras vivido. Es un dolor inventado, aunque lo derives del más patético y desgarrador de los sucesos que imagines, jamás podrás poner el calor, la verdad que tal vez logres imprimir en el relato que hagas de un triste acontecimiento que te pertenezca.

En rigor, es de tu realidad de lo único que puedes hablar. Y si de ella no te es posible extraer lo que requieres para un libro distinto y trascendente, renuncia a tu sueño. Y si no puedes dejar de escribir, continúa haciéndolo en este cuaderno y luego en otro, y en otro, siempre secretamente, hasta el día de tu muerte.”

El libro vacío

Julio Cortázar Foto
Haruki Murakami Foto
Thomas Moore Foto
Leonardo Torres Quevedo Foto

“…cuando se me presentó el momento de tomar puesto en el Escalafón estaba ya convencido de mi poco amor al trabajo metódico y disciplinado de las oficinas, y renuncié a él para dedicarme a pensar en mis cosas; ya estaba poseído por la fiebre del inventor que había de padecer toda mi vida.”

Leonardo Torres Quevedo (1852–1936) ingeniero e inventor español

(Su quehacer, a lo largo de toda la existencia, con expresión suya, consistió en “dedicarse a pensar en sus cosas”; es decir, a inventar.) http://www.vilga.org/LTQ10/images/GRSMETorresQuevedo1.pdf

Julio Cortázar Foto

“Mi querida: Tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo apunto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza -y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte.
Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria.
Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra. Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo.
Julio”

Julio Cortázar (1914–1984) escritor argentino
Malcolm Gladwell Foto
Fernando Pessoa Foto
Douglas Adams Foto
Richard Wagner Foto
Ludwig Erhard Foto
Muhammad Ali Foto
José Ortega Y Gasset Foto
Giovanni Papini Foto
Silvio Pellico Foto
Miguel de Unamuno Foto
Walter Benjamin Foto
Paulo Coelho Foto
Georg Wilhelm Friedrich Hegel Foto
Ayn Rand Foto
Wilhelm Reich Foto
Ignacio de Loyola Foto

“La renuncia de la voluntad propia vale más que resucitar a los muertos.”

Ignacio de Loyola (1491–1556) militar y religioso español, fundador de la orden Jesuita (1491-1556)
Alfredo de Angeli Foto
Leonard Peikoff Foto
Fernando de la Rúa Foto
Julián Marías Foto
Charles Taze Russell Foto

“Nuestro hermano era un hombre muy capaz, y renunció a excelentes oportunidades de recibir honra mundana y política para poder predicar a Cristo.”

Charles Taze Russell (1852–1916) Fundador de la Sociedad Watch Tower

En referencia a George W. Stetson
Fuente: Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios. Cap. 5.

Carmen Calvo Poyato Foto

“Yo transmito que soy muy yo, y que voy de yo por la vida. Soy una tía a la que no doblan. Yo no renuncio a mis vaqueros ni a nada. Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo.”

Carmen Calvo Poyato (1957) escritora y política española

Ministra de Cultura
Fuente: enlace https://elpais.com/diario/2005/09/18/ultima/1126994401_850215.html El País.

Luis Juez Foto
Federico Jiménez Losantos Foto
María Zambrano Foto

“La razón como esperanza. Pero a costa de cuánta renuncia. Y quién le consolará al poeta del minuto que pasa, quién le persuadirá para que acepte la muerte de la rosa, de la frágil belleza de la tarde, del olor de los cabellos amados…”

María Zambrano (1905–1991) Filósofa y ensayista española

Reflexiones, recuerdos y pensamientos
Fuente: [Prieto Pérez], Sonia. «El llanto de Jantipap» https://books.google.es/books?hl=es&id=88WAQRZvducC&q=consolar%C3%A1#v=snippet&q=consolar%C3%A1&f=false EN: [Alfaro Giner], Carmen; Manel [García Sánchez], Mónica [Alamar LaParra]. Actas del III y IV Seminarios de Estudios sobre la Mujer en la Antigüedad: (Valencia, 1999-2000), p. 136. Universitat de València, 2002. ISBN 8437052416, 9788437052410.] En Google Books. Consultado el 20 de noviembre de 2019.
Fuente: Entrevista en Cuadernos del Norte. Vid. «María Zambrano. Pensador de la Aurora». Anthropos, p. 37.

Simón Bolívar Foto
León Trotski Foto

“¿Pero acaso —podríase objetar desde luego— renuncia un partido revolucionario a ejercer presión sobre la burguesía y su gobierno? Evidentemente, no.”

León Trotski (1879–1940) político y revolucionario marxista de Rusia

De sus obras, Lecciones de octubre
Fuente: Lecciones de octubre (1975), p. 120.

Eddie Guerrero Foto
Agustín de Hipona Foto

“La renuncia a todo deleite, duele.”

Agustín de Hipona (354–430) ideólogo cristiano de los siglos IV y V
Juan Manuel Sánchez Gordillo Foto
Julio Cortázar Foto
Julio Cortázar Foto

“… a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas.”

Rayuela
Variante: Nunca te llevé a que madame Leonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro.

Noemí Sanín Foto

“Si Santos renuncia a la vida pública, se salvará Colombia”

Noemí Sanín (1969) diplomática colombiana

En medio de un debate presidencial, 18 de abril de 2010.

Enrique Vila-Matas Foto
Rosa Luxemburgo Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Héctor Aguilar Camín Foto
Marco Aurelio Foto
Hans-Georg Gadamer Foto

“Hay en griego una palabra que ahora podrá parecer chocante, y que se lo parecía sin duda a los griegos, aunque no formulasen mayores interrogantes al respecto: la “philautía”, el “amor a sí mismo”. Pues bien, de eso se trata, de hallar en el amor a sí mismo el verdadero fundamento y condición de cualquier tipo de vinculación con otros y de vinculatividad para uno mismo (Gadamer, 2002, p. 82)

» […] ¿Es, pues, eso la verdadera amistad? No, tampoco es eso aún. La tesis más audaz es la que reza: la primera amistad que se necesita es la uno consigo mismo. Si no la hay, ni se está para el otro ni se llega a estar realmente vinculado con él. ¡Pero que lejos queda eso de lo que llamamos “vinculante”! (Gadamer, 2002, p. 83).

»[…] Evidentemente es amistad lo que añade Aristóteles: reconocerse en el otro y que el otro se reconozca en uno. Pero no sólo en el sentido de “así es ese”, sino también en el de concedernos recíprocamente el ser diferentes, más aún, por decirlo en palabras de Droysen: “Así tienes que ser, pues es así como te quiero” (Gadamer, 2002, p. 84).

»[…] De modo que, tal vez, el sentido más genuino y profundo de ese conocerse a sí mismo no sea otro que la certidumbre de que uno nunca percibe del todo hasta que qué punto está involucrado en su amor a sí mismo, incluso allí donde se piensa que es auténticamente amigo de otro. Pero si un auténtico acuerdo consigo mismo es condición previa para la amistad con otro, ¿qué es realmente esa amistad? (Gadamer, 2002, p. 84).

»[…] En la solidaridad que uno declara, ya sea libremente o a la fuerza, hay siempre, en cualquier caso, una renuncia a los intereses y preferencias más propios. La solidaridad nos hace renunciar a ciertas cosas en una cierta dirección, en un cierto momento, al servició de algún objetivo. (Gadamer, 2002, p. 86).

»[…] Desde luego la convivencia entre las personas sería imposible si no hubiese entre ellas algo así como una camaradería. (Gadamer, 2002, 87). Esto nos sitúa ante la tarea tanto de estar de acuerdo con nosotros mismos como de mantenernos de acuerdo con otros. No existe ninguna fuerza de la naturaleza que pueda lograr eso en nuestro lugar» (Gadamer, 2002, p. 88).”

Hans-Georg Gadamer (1900–2002) filósofo alemán

Philosophical Hermeneutics

William Shakespeare Foto
Idries Shah Foto
Fernando Pessoa Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Alejandro Dolina Foto
Oscar Wilde Foto
Fernando Pessoa Foto
Ayn Rand Foto
Stanisław Lem Foto
Michel De Montaigne Foto

“En cuanto al fin que nos proponen Plinio y Cicerón, la gloria, estoy muy lejos de tenerla en cuenta. La inclinación más contraria al retiro es la ambición. La gloria y el reposo no pueden alojarse en el mismo albergue. Por lo que veo, estos sólo tienen los brazos y las piernas fuera de la multitud; su alma y su intención continúan, más que nunca, atadas a ella: b | Tun’ uetule auriculis alienis colligis escas? [Entonces, viejo, ¿trabajas sólo para alimentar los oídos ajenos? ] a | Se han echado atrás solo para saltar mejor, y para, con un movimiento más fuerte, penetrar más vivamente en la muchedumbre. ¿Queréis ver cómo se quedan cortos por un pelo?
Comparemos las opiniones de dos filósofos [Epicuro y Séneca], y de dos escuelas muy diferentes, uno escribiendo a Idomeneo, otro a Lucillo, amigos suyos, para apartarlos de la administración de los negocios y de las grandezas, y dirigirlos hacia la soledad. Hasta ahora has vivido —dicen— nadando y flotando; ven a morir al puerto. Has entregado el resto de tu vida a la luz, entrega esta parte a la sombra. Es imposible abandonar las tareas si no renuncias a su fruto; así pues, deshazte de toda preocupación por el nombre y por la gloria. Existe el peligro de que el brillo de tus acciones pasadas te ilumine en exceso, y te siga hasta el interior de tu guarida. Abandona, junto a los demás placeres, el que brinda la aprobación ajena; y, en cuanto a tu ciencia y capacidad, no te importe: no perderán su eficacia porque tú valgas más que ellas. Acuérdate de aquel que, cuando le preguntaron para qué se esforzaba tanto en un arte que no podía ser conocido por mucha gente, respondió: «Me basta con pocos, me basta con uno, me basta con ninguno». Tenía razón. Tú y un compañero sois teatro de sobra suficiente el uno para el otro, o tú para ti mismo. Que el pueblo sea para ti uno solo, y que uno solo sea para ti todo el pueblo. Es una ambición cobarde pretender obtener gloria de la ociosidad y del ocultamiento. Tenemos que hacer como los animales, que borran su rastro a la entrada de su guarida. No has de buscar más que el mundo hable de ti, sino cómo has de hablarte a ti mismo. Retírate en tu interior, pero primero prepárate para acogerte; sería una locura confiarte a ti mismo si no te sabes gobernar. Uno puede equivocarse tanto en la soledad como en la compañía. Hasta que no te hayas vuelto tal que no oses tropezar ante ti, y hasta que no sientas vergüenza y respeto por ti mismo, c | obuersentur species honestae animo [que se ofrezcan imágenes honestas al espíritu], a | represéntate siempre en la imaginación a Catón, Foción y Aristides, ante los cuales aun los locos ocultarían sus faltas, y establécelos como censores de todas tus intenciones. Si estas se desvían, la reverencia por ellos te devolverá al camino. Te retendrán en la vía de contentarte contigo mismo, de no tomar nada en préstamo sino de ti, de detener y fijar el alma en unos pensamientos definidos y limitados donde pueda complacerse; y, tras haber entendido los verdaderos bienes, que se gozan a medida que se entienden, de contentarse con ellos, sin ansias de prolongar la vida ni el nombre. Este es el consejo de la verdadera y genuina filosofía, no de una filosofía ostentosa y verbal, como es la de los dos primeros.”

Michel De Montaigne (1533–1592) biografía, filósofo y político francés del Renacimiento

The Complete Essays

Martin Heidegger Foto
Paulo Coelho Foto
Clarice Lispector Foto
Javier Tomeo Foto
Fernando Pessoa Foto
Albert Einstein Foto
Julio Cortázar Foto

“Se puede partir de cualquier cosa, una caja de fósforos,
un golpe de viento en el tejado, el estudio número 3 de
Scriabin, un grito allá abajo en la calle, esa foto del
Newsweek, el cuento del gato con botas,

el riesgo está en eso, en que se puede partir de cualquier
cosa pero después hay que llegar, no se sabe bien a qué
pero llegar,

llegar no se sabe bien a qué, y el riesgo está en que en
una hora final descubras que caminaste volaste corriste
reptaste quisiste esperaste luchaste y entonces, entre
tus manos tendidas en el esfuerzo último, un premio literario
o una mujer biliosa o un hombre lleno de departamentos y
de caspa

en vez del pez, en vez del pájaro, en vez de una respuesta
con fragancia de helechos mojados, pelo crespo de un
niño, hocico de cachorro o simplemente un sentimiento
de reunión, de amigos en torno al fuego, de un tango que
sin énfasis resume la suma de los actos, la pobre hermosa
saga de ser hombre.

No hay discurso del método, hermano, todos los mapas
mienten salvo el del corazón, pero dónde está el norte en
este corazón vuelto a los rumbos de la vida, dónde el oeste,
dónde el sur. Dónde está el sur en este corazón golpeado por
la muerte, debatiéndose entre perros de uniforme y
horarios de oficina, entre amores de interregno y duelos
despedidos por tarjeta,
dónde está la autopista que lleve a un Katmandú sin
cáñamo, a un Shangri-La sin pactos de renuncia, dónde
está el sur libre de hienas, el viento de la costa sin
cenizas de uranio,

de nada te valdrá mirar en torno, no hay dónde ahí
afuera, apenas esos dóndes que te inventan con plexiglás
y Guía Azul. El dónde es un pez secreto, el dónde es eso
que en plena noche te sume en la maraña turbia de las
pesadillas donde (donde del dónde) acaso un amigo muerto
o una mujer perdida al otro lado de canales y de nieblas
te inducen lentamente a la peor de las abominaciones, a la
traición o a la renuncia, y cuando brotas de ese pantano
viscoso con un grito que te tira de este lado, el dónde
estaba ahí, había estado ahí en su contrapartida absoluta
para mostrarte el camino, para orientar esa mano que
ahora solamente buscará un vaso de agua y un calmante,

porque el dónde está aquí y el sur es esto, el mapa con
las rutas en ese temblor de náusea que te sube hasta la
garganta, mapa del corazón tan pocas veces escuchado,
punto de partida que es llegada.

Y en la vigilia está también el sur del corazón, agobiado
de teléfonos y primeras planas, encharcado en lo cotidiano.
Quisieras irte, quisieras correr, sabes que se puede
partir de cualquier cosa, de una caja de fósforos, de un
golpe de viento en el tejado, del estudio número 3 de
Scriabin, para llegar no sabes bien a qué pero llegar.”

Julio Cortázar (1914–1984) escritor argentino
Ayn Rand Foto
Paulo Coelho Foto
Elena Poniatowska Foto
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
Jim Morrison Foto
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
Napoleon Hill Foto
Arturo Frondizi Foto

“Nota: Una vez detenido en la isla Martín Garcia, los militares le exigieron a Frondizi que renuncie, este se negó y dijo esa frase.”

Arturo Frondizi (1908–1995) abogado y político argentino. Presidente de la Nación Argentina (1958-1962)

Presidente