Frases sobre vuelta
página 3

“Una vez comenté con un joven punki, aprendiz de navajero, que las noches se habían vuelto muy peligrosas. Me contestó: "Es cierto, cada vez hay más policías".”

Manuel Vicent (1936) escritor español

Fuente: [Vicent], Manuel. «El jardín.» 28 de febrero de 1999. El País. Consultado el 13 de noviembre de 2019.

Eduardo Galeano Foto
Kase-O Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Arturo Pérez-Reverte Foto
Howard Phillips Lovecraft Foto
Amaia Montero Foto

“Te juro que a nadie le he vuelto a decir que tenemos el record del mundo en querernos”

Amaia Montero (1976) Cantautora española

"Xabi SanMartin, "Rosas"
Lo que te conté mientras te hacías la dormida

Amaia Montero Foto

“Sé que me he vuelto a perder, que he vuelto a desenterrar todo aquello que pasé”

Amaia Montero (1976) Cantautora española

Amaia Montero, Pablo Benegas y Xabi SanMartin, "La Paz De Tus Ojos"
Lo que te conté mientras te hacías la dormida

Jenson Button Foto

“Cada vuelta pensaba que iba a hacerlo a fondo, ¡Pero nunca lo hice!”

Jenson Button (1980) piloto de automovilismo británico

Sin fuentes
En referencia a la curva Eau Rouge, circuito de Spa-Francorchamps, Bélgica.

Jimmy Carter Foto
Ricardo Arjona Foto
Primo Levi Foto
Pete Doherty Foto
Mohombi Foto
Ángel Nieto Foto
Alfonsina Storni Foto
Santiago Carrillo Foto
Santiago Carrillo Foto
Julio Cortázar Foto
Liam Gallagher Foto
Ayrton Senna da Silva Foto

“Hay carreras que terminan faltando 6 vueltas y otras en la primera curva…”

Ayrton Senna da Silva (1960–1994) piloto de Fórmula Uno brasileño

sobre el accidente con Prost en el GP de Japón 1990.

Ayrton Senna da Silva Foto
Pappo Foto
Slash Foto
Elisa Carrió Foto
Vasili Grossman Foto
Iron Maiden Foto
Nigel Mansell Foto
Clarice Lispector Foto
Kimi Räikkönen Foto
Doctor Tangalanga Foto
Fito Páez Foto

“No cuento el vuelto, siempre es de más.”

Fito Páez (1963) Cantautor argentino

Dar es dar

Enrique Vila-Matas Foto
Rosa Luxemburgo Foto

“De motor del desarrollo capitalista, el militarismo se ha vuelto una enfermedad capitalista.”

Rosa Luxemburgo (1871–1919) teórica marxista

Fuente: Reforma o Revolución.

Gabriel García Márquez Foto
Virginia Woolf Foto
Haruki Murakami Foto
Patrick Rothfuss Foto
Milan Kundera Foto
Bret Easton Ellis Foto
Franz Kafka Foto
Gillian Flynn Foto

“Éramos la primera generación de seres humanos que jamás podría ver nada por primera vez. Contemplamos las maravillas del mundo con ojos mortecinos, de vuelta de todo. Mona Lisa, las pirámides, el Empire State Building. El ataque de un animal selvático, el colapso de antiquísimos glaciares, las erupciones volcánicas. No consigo recordar ni una sola cosa asombrosa que haya visto en persona que no me recordase de inmediato a una película o a un programa de televisión. A un puto anuncio. ¿Conocen el espantoso sonsonete del indiferente?: Ya lo he viiistooo. Bien, pues yo lo he visto literalmente todo. Y lo peor, lo que de verdad provoca que me entren ganas de saltarme la tapa de los sesos, es que la experiencia de segunda mano siempre es mejor. La imagen es más nítida, la visión más intensa, el ángulo de la cámara y la banda sonora manipulan mis emociones de un modo que ha dejado de estar al alcance de la realidad. No estoy seguro de que, llegados a este punto, sigamos siendo realmente humanos, al menos aquellos de nosotros que somos como la mayoría de nosotros: los que crecimos con la televisión y el cine y ahora internet. Si alguien nos traiciona, sabemos qué palabras decir; cuando muere un ser amado, sabemos qué palabras decir; si queremos hacernos el machote o el listillo o el loco, sabemos qué palabras decir. Todos seguimos el mismo guión manoseado.
Es una era muy difícil en la que ser persona. Simplemente una persona real, auténtica, en vez de una colección de rasgos seleccionados a partir de una interminable galería de personajes.
Y si todos interpretamos un papel, es imposible que exista nada semejante a un compañero del alma, porque lo que tenemos no son almas de verdad.
Había llegado hasta tal extremo que ya nada parecía tener importancia, porque yo no era una persona real y tampoco nadie más lo era.
Habría hecho cualquier cosa por volver a sentirme real.”

Gone Girl

Julio Cortázar Foto
Isabel Allende Foto
Cecelia Ahern Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto

“El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un chorizo, una furcia o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él.
-Fermín Romero de Torres.”

The Shadow of the Wind
Variante: El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un chorizo, una furcia o un vendedor de lotería: sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por é

Haruki Murakami Foto
Cormac McCarthy Foto
Paco Ignacio Taibo II Foto
Michael Chabon Foto
Charles Baudelaire Foto
Eduardo Mendoza Foto
Stephen King Foto
Meg Rosoff Foto
Oscar Wilde Foto
Isabel Allende Foto
Matilde Asensi Foto
Chuck Palahniuk Foto
Noam Chomsky Foto
Frederik Pohl Foto
Elvira Lindo Foto
Julianna Baggott Foto
Alice Munro Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto
Jordi Sierra i Fabra Foto
Marco Aurelio Foto
Patrick Rothfuss Foto
Almudena Grandes Foto
Jean Jacques Rousseau Foto
Patrick Rothfuss Foto
Mariano José de Larra Foto

“Tú buscas la felicidad en el corazón humano, y para eso le destrozas, hozando en él, como quien remueve la tierra en busca de un tesoro. Yo nada busco, y el desengaño no me espera a la vuelta de la esperanza. Tú eres literato y escritor, y ¡qué tormentos no te hace pasar tu amor propio, ajado diariamente por la indiferencia de unos, por la envidia de otros, por el rencor de muchos! Preciado de gracioso, harías reír a costa de un amigo, si amigos hubiera, y no quieres tener remordimiento. Hombre de partido, haces la guerra a otro partido; a cada vencimiento es una humillación, o compras la victoria demasiado cara para gozar de ella. Ofendes y no quieres tener enemigos. ¿A mí quién me calumnia? ¿Quién me conoce? Tú me pagas un salario bastante a cubrir mis necesidades; a ti te paga el mundo como paga a los demás que le sirven. Te llamas liberal y despreocupado, y el día que te apoderes del látigo azotarás como te han azotado. Los hombres de mundo os llamáis hombres de honor y de carácter, y a cada suceso nuevo cambiáis de opinión, apostatáis de vuestros principios. Despedazado siempre por la sed de gloria, inconsecuencia rara, despreciarás acaso a aquellos para quienes escribes y reclamas con el incensario en la mano su adulación; adulas a tus lectores para ser de ellos adulado; y eres también despedazado por el temor, y no sabes si mañana irás a coger tus laureles a las Baleares o a un calabozo.”

Mariano José de Larra (1809–1837) escritor, periodista y político español (1809-1837)

Artículos

Rosa Montero Foto
Alejo Carpentier Foto
David Nicholls Foto

“Furia la sorprendió tomándola entre sus brazos y pegándola a su cuerpo. Le suplicó al oído:
—Rafaela, no quiero que mañana se arripienta de ser mi mujer. Deténgame aura si mañana sentirá asco de mí.
La sonrisa suave de Rafaela lo desarmó. No recordaba haberla visto tan tranquila ni dueña de sí. Lo que ella expresó a continuación, le arrancó lágrimas, a él, que desde la muerte de sus padres no había vuelto a derramarlas.
—Lo amo, señor Furia, así como es usted, mal hablado, pendenciero, con argollas en la oreja, con un genio que hace honor a su apellido y hasta con olor a caballo. Lo amo como nunca amé a nadie porque nunca conocí a nadie con su nobleza, su pasión por el trabajo y su respeto por el prójimo. Lo admiro por su coraje, señor Furia, y por su orgullo sin vanidad. Lo amo porque usted es de las pocas personas que le mostró
cariño a Mimita. Pero sobre todo lo amo porque a su lado no tengo miedo.
—¡Rafaela! —exclamó, enloquecido, y la abrazó con fiereza, sacudiéndola como si se tratase de una muñeca rellena de estopa en su codicia por conquistar con la boca y las manos cada centímetro de su cuerpo.
Ella siguió hablándole, con el aliento entrecortado, con la cabeza echada hacia atrás y el cuello expuesto a los besos, los mordiscos y a la intemperancia del gaucho.
—No lo conozco. Poco sé de su vida y de su índole. Sin embargo, confío, confío ciegamente en usted, señor Furia.”

Florencia Bonelli (1971) escritora argentina

Me llaman Artemio Furia

Rafael Alberti Foto
Patrick Rothfuss Foto
Deanna Raybourn Foto
Mario Benedetti Foto
Mario Benedetti Foto
Christopher Moore Foto
Sylvia Day Foto
Julio Cortázar Foto

“Y así, de feuille en aiguille, pienso en esos estados excepcionales en que por un instante se adivinan las hojas y las lámparas invisibles, se las siente en un aire que está fuera del espacio. Es muy simple, toda exaltación o depresión me empuja a un estado propicio a
lo llamaré paravisiones
es decir (lo malo es eso, decirlo)
una aptitud instantánea para salirme, para de pronto desde fuera aprehenderme, o de dentro pero en otro plano,
como si fuera alguien que me está mirando
(mejor todavía —porque en realidad, no me veo— : como alguien que me está viviendo).
No dura nada, dos pasos a la calle, el tiempo de respirar profundamente (a veces al despertarse dura un poco más, pero entonces es fabuloso)
y en ese instante sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy (eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar ese defectividad que aprehendí en el instante y que era clara ausencia o claro error o clara insuficencia pero
sin saber de qué, qué.
Otra manera de tratar de decirlo: Cuando es eso, ya no estoy mirando hacia el mundo, de mí a lo otro, sino que por un segundo soy el mundo, el plano de fuera, lo demás mirándome. Me veo como pueden verme los otros. Es inapreciable: por eso dura apenas. Mido mi defectividad, advierto todo lo que por ausencia o defecto no nos vemos nunca. Veo lo que no soy. Por ejemplo (esto lo armo de vuelta, pero sale de ahí): hay enormes zonas a las que no he llegado nunca, y lo que no se ha conocido es lo que se es. Ansiedad por echar a correr, entrar en una casa, en esa tienda, saltar a un tren, devorar todo Jouhandeau, saber alemán, conocer Aurangabad… Ejemplos localizados y lamentables pero que pueden dar una idea. (¿una idea?)
Otra manera de querer decirlo: Lo defectivo se siente más como una pobreza intuitiva que como una mera falta de experiencia.”

Hopscotch

Paco Ignacio Taibo II Foto