Frases sobre ley
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“En su lucha contra el individuo, la sociedad tiene tres armas : ley, opinión publica y conciencia.”

William Somerset Maugham (1874–1965) escritor británico (siglos XIX-XX)

Fuente: Ortega] (2013), p. 3840.

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“La ley es la razón suma enclavada en la naturaleza, y que ordena lo que debe hacerse y prohíbe lo contrario.”

Originalmente en latín: «Lex ratio summa insita in natura, quae jubet ea, quae facienda sunt, prohibetque contraria».
De legibus, I, 6 .
Fuente: Citado en Friedrich, Carl Joachim (1982). La filosofía del derecho, p. 50. ISBN 84-375-0224-1.

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“La ley suprema es el bien del pueblo.”

Cicerón (-106–-43 a.C.) jurista, político, filósofo, escritor y orador romano
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“Una condición previa para la paz es el desmantelamiento de la dictadura del relativismo moral y del presupuesto de una moral totalmente autónoma, que cierra las puertas al reconocimiento de la imprescindible ley moral natural inscrita por Dios en la conciencia de cada hombre.”

Benedicto XVI (1927) papa Nº 265 de la Iglesia católica

Filosofía y otros
Fuente: XLVI jornada mundial por la paz. Discurso Bienaventurados los que trabajan por la paz. 1 de enero de 2013. http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/peace/documents/hf_ben-xvi_mes_20121208_xlvi-world-day-peace_sp.html

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“Si todos los elementos químicos se disponen en el orden de sus pesos atómicos, se obtiene la repetición periódica de las propiedades. Esto se expresa en la ley de periodicidad.”

Dmitri Mendeléyev (1834–1907) químico ruso, creador de la Tabla periódica de los elementos

Fuente: Mendeléyev, Dmitri (1905). Principles of Chemistry, vol. 2, 17.

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“Ningún incidente en mi carrera científica es más ampliamente conocido que la participación que tomé hace muchos años en ciertas investigaciones psíquicas. Treinta años han pasado desde que publiqué un informe de los experimentos que demostraron que fuera de nuestro conocimiento científico existe una fuerza ejercida por la inteligencia que difiere de la inteligencia común de los mortales comunes. Este hecho en mi vida es, por supuesto, bien entendido por aquellos que me han honrado con la invitación para convertirme en su presidente. Tal vez entre mi audiencia haya algunos que puedan sentir curiosidad por saber si he de hablar o callar. Yo elijo hablar, aunque brevemente… Pasar por alto el tema sería un acto de cobardía - un acto de cobardía que no siento la tentación de cometer.
Detenerse poco en cualquier investigación que asuste por ensanchar las puertas del conocimiento, recular ante el temor a la dificultad o la crítica adversa, es traer el reproche a la ciencia. No hay nada que el investigador deba hacer sino ir de frente, "explorar de arriba a abajo, centímetro a centímetro, con el filo de la razón, seguir la luz dondequiera que pueda conducir, incluso en caso de que a veces se asemeje a una quimera. No tengo nada de que retractarme. Me adhiero a mis declaraciones ya publicadas. De hecho, podría añadir mucho a esto. Lamento sólo una cierta crudeza en los planteamientos iniciales que, sin duda con justicia, militaban contra de su aceptación por el mundo científico. Mi propio conocimiento en ese momento apenas se extendía más allá del hecho de que ciertos fenómenos nuevos para la ciencia se habían producido con certeza, y fueron atestiguados por mis propios sentidos sobrios y, mejor aún, registrados de modo automático. Yo era como un ser de dos dimensiones, que podría estar situado en un punto singular de una superficie de Riemann, y por lo tanto encontrarse a sí mismo en contacto infinitesimal e inexplicable con un plano de existencia que no es el suyo propio.
Me parece ver un poco más lejos ahora. Tengo atisbos de algo así como la coherencia entre los fenómenos esquivos extraños; de algo así como la continuidad entre esas fuerzas inexplicables y las leyes ya conocidas. Este avance se debe principalmente a los trabajos de otra asociación, de la cual tengo también este año el honor de ser presidente - la Sociedad para la Investigación Psíquica. Y se me presentan ahora por primera vez estas preguntas al mundo de la ciencia que debe elegir un punto de partida diferente al de antaño. Sería bueno comenzar con la telepatía, con la ley fundamental, ya que creo que lo sea, que los pensamientos y las imágenes pueden ser transferidos de una mente a otra sin la intervención de los órganos reconocidos de los sentidos - que el conocimiento puede entrar en la mente humana sin ser comunicado en cualquier forma hasta ahora conocida o reconocida.”

William Crookes (1832–1919)

Disertación ante la British Association for the Advancement of Science (1898)

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“La existencia de un universo ordenado y coherente, que contiene estructuras complejas, organizadas y estables, requiere leyes y condiciones muy especiales.”

Paul Davies (1946) físico británico

Tras comentar algunas «coincidencias» que han observado los astrofísicos y otros científicos, el profesor Davies añade:
«Consideradas en su conjunto, aportan pruebas concluyentes de que la vida, tal como la conocemos, depende de los innumerables detalles de las leyes físicas y de algunos valores concretos, aparentemente casuales, que la naturaleza ha escogido para las masas de diversas partículas, la intensidad de las fuerzas, etc. [...] Baste decir que si pudiéramos jugar a ser Dios y seleccionar valores de esas cantidades a capricho girando una serie de ruletas, veríamos que casi todas las posiciones de estas tendrían como resultado un universo inhabitable. En algunos casos, parece como si las diferentes ruletas hubieran de ser ajustadas con enorme precisión, para que la vida pudiera florecer en el universo. [...] El que incluso ligeras modificaciones de cómo son las cosas podrían haber hecho inviable el universo, es sin duda un hecho de profundo significado».
Fuente: The mind of God (La mente de Dios).
Fuente: The mind of God (La mente de Dios).

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“Las ideas, una vez inculcadas en el espíritu, son como las semillas, de las que el producto depende de las leyes de la naturaleza y no de la voluntad de aquellos que las han diseminado.”

Georges Cuvier (1769–1832)

Fuente : Recueil des éloges historiques, Vol. 1, Georges Cuvier, éd. Librairie de Firmin Didot Frères, Fils et Cie, 1861, Éloge historique de Priestley (1805), pág. 133.

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“Es un mal ejemplo no observar una ley, sobre todo por parte del que la ha hecho.”

Discursos sobre la primera década de Tito Livio, Libro I, capítulo XLV.

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“Dice La veu de Catalunya que los catalanes son hermanos nuestros de desgracia, y que también somos en el mismo concepto de los baleares, los valencianos y los gallegos. Fraternidad de desgracia; porque, en efecto, fraternidad de raza no la hay entre aquellos españoles y nosotros, como no seamos también hermanos de los coreanos. Pero tampoco somos hermanos de desgracia, porque la desgracia de los catalanes y la nuestra no se parecen en lo más mínimo. Los catalanes perdieron las leyes privativas de su región; nosotros hemos perdido nuestra nacionalidad e independencia absoluta. No es razonable la alianza de los catalanes y los vizcaínos; pues no son semejantes los sujetos Vizcaya (Bizkaia) y Cataluña, ni se parecen por su desgracia; ni tienen un enemigo común; ni son las mismas sus aspiraciones. Equiparar nuestro derecho a constituir nación aparte, con el derecho que le sirviera de base al nacionalismo catalán, sería rebajar el nuestro. Nunca discutiremos si las regiones españolas como Cataluña tienen o no derecho al regionalismo que defienden; porque nos preocupan muy poco, nada por mejor decir, los asuntos internos de España. No escribimos nuestro periódico para hablar de política extranjera, sino para instruir a los vizcaínos. Jamás confundiremos nuestros derechos con los derechos de región extranjera alguna, jamás haremos causa común con las regiones españolas.”

Sabino Arana (1865–1903) político español fundador del Partido Nacionalista Vasco

Sin fuentes
Citas de su etapa inicial

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“Si asumimos que el individuo tiene un indiscutible derecho a la vida, debemos reconocer que tiene un derecho similar al disfrute de los productos de su trabajo. A esto llamamos derecho de propiedad. El derecho absoluto a la propiedad se sigue del original derecho a la vida porque uno sin el otro no tienen sentido; los medios de vida deberán estar identificados con la vida misma. Si el Estado tiene un derecho anterior a los productos de tu trabajo, su derecho a existir está aprobado. Aparte del hecho de que ningún derecho anterior se pueda establecer, con la excepción de declarar el Estado autor de todos los derechos, nuestra inclinación (como se muestra en el esfuerzo por evitar el pago de impuestos) es rechazar este concepto de prioridad. Nuestro instinto está en contra de ella. Nos oponemos a la toma de nuestra propiedad por la sociedad organizada del mismo modo que lo hacemos cuando una sola unidad de la sociedad comete ese acto. En este último caso, sin vacilar se llama al acto robo, un malum in se. No es la ley la que en primera instancia define el robo, es un principio ético, y este lo puede violar la ley, pero no sustituir. Si por la necesidad de vivir se acepta la fuerza de la ley, si por una larga costumbre hemos perdido de vista la inmoralidad, ¿acaso el principio ha sido borrado? Robo es robo, y ninguna cantidad de palabras puede cambiarlo.”

Frank Chodorov (1887–1966)

Fuente: En el capítulo Taxation is Robbery, de su libro Out of Step: The Autobiography of an Individualist.

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“Ha de luchar el pueblo por su ley, igual que por su muralla.”

Heráclito (-535) filósofo presocrático

Fuente: Citado en Goñi, Carlos. Las narices de los filósofos: Una historia de la filosofía a través de 50 pensadores esenciales. Editorial Grupo Planeta Spain, 2010. ISBN 9788434468375.
Fuente: Fragmento 44.

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“Ningún gobierno de facto es más fuerte que uno que surge de la ley. ¡La ley! Esa es su fuerza.”

Arturo Umberto Illia (1900–1983) presidente de la Nación Argentina entre 1963 y 1966

Fuente: Op. cit., pág. 78

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“Para mí la química representaba una nube indefinida de posibilidades futuras, que nimbaba mi porvenir de negras volutas heridas por resplandores de fuego, parecida a aquella nube que ocultaba el Monte Sinaí. Esperaba, como Moisés, que de aquella nube descendiera mi ley y el orden en torno mío, dentro de mí y para el mundo. Estaba empachado de libros que seguía devorando, sin embargo, con voracidad insensata, en busca de otra clave para las verdades fundamentales; una clave tenía que haberla, y estaba convencido de que, por culpa de alguna monstruosa conspiración contra mí y en perjuicio del mundo, no la iba a encontrar en las aulas. En clase me suministraban toneladas de nociones que digería con prontitud, pero que no me calentaban la sangre en las venas. Miraba hincharse los brotes de los árboles en primavera, miraba resplandecer la mica dentro del granito, miraba mis propias manos, y me decía para mis adentros: "Llegaré a entender también esto, lo entenderé todo, pero no como "ellos" quieren. Encontraré un atajo, me fabricaré una ganzúa, forzaré las puertas". Era enervante y nauseabundo escuchar discursos sobre el problema del ser y del conocer, cuando todo en torno era un puro misterio que pugnaba por desvelarse: la vetusta madera de los bancos, la esfera del Sol por encima de los ventanales y los tejados, el vuelo inútil de los vilanos en el aire de junio. Ahí estaba: ¿podrían ser capaces todos los filósofos y ejércitos del mundo juntos de construir ese mosquito? No, ni siquiera de entenderlo; y eso era una vergüenza, algo abominable, había que tirar por otro camino.”

Primo Levi (1918–1987) escritor italiano de origen judío sefardí

El Sistema Periódico (1975)

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“No tiene sentido decir que los hombres son iguales ante la ley, cuando es la ley mantenedora de su desigualdad.”

Ramiro de Maeztu (1874–1936) periodista, diplomático, crítico y escritor español

Fuente: Citado en Kozłowski, Tadeusz A. Imperativos del equilibrio en la política mundial. Editorial Pleamar, 1969. p. 91.
Fuente: La crisis del humanismo, página 119.
Fuente: Maeztu, Ramiro de. La crisis del humanismo. Ediciones Almar, Grupo editorial Ambos Mundos, 2001. ISBN 9788474550597. p. 119.

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“La ley es la conciencia de la humanidad.”

Concepción Arenal (1820–1893) escritora y abogada española

Fuente: Cartas a los delincuentes.
Fuente: Arenal Ponte, Concepción. Cartas a los delincuentes (Anotado). Volumen 3 de Obras completas. Editorial eBookClasic, 2016. https://books.google.es/books?id=wjk9DwAAQBAJ&pg=PT238&dq=La+ley+es+la+conciencia+de+la+humanidad.+Concepci%C3%B3n+Arenal&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjr_OK_1qnfAhWGz4UKHT1rCOwQ6AEIOTAD#v=onepage&q=La%20ley%20es%20la%20conciencia%20de%20la%20humanidad.%20Concepci%C3%B3n%20Arenal&f=false En Google Books.

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“Dulce paal, duerme tranquilo, que aquí a la selva no llegará el monstruo con dientes de acero, rencor y escamas y su ley marcial.”

Ismael Serrano (1974) cantautor español

Nana para un niño indígena (Ismael Serrano)
Canciones, Sueños de un hombre despierto (2007)

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“(…) en Latinoamérica las constituciones se utilizan como instrumentos para subvertir el propio imperio de la ley”

Niall Ferguson (1964) historiador británico

Civilization: The West and the Rest

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“Blanca, en cambio, se había acostumbrado a vivir sola. Terminó por encontrar paz
en sus quehaceres de la gran casa, en su taller de cerámica y en sus Nacimientos de
animales inventados, donde lo único que correspondía a las leyes de la biología era la
Sagrada Familia perdida en una multitud de monstruos. El único hombre de su vida era
Pedro Tercero, pues tenía vocación para un solo amor. La fuerza de ese
inconmovible sentimiento la salvó de la mediocridad y de la tristeza de su destino.
Permanecía fiel aun en los momentos en que él se perdía detrás de algunas ninfas de
pelo lacio y huesos largos, sin amarlo menos por ello. Al principio creía morir cada vez
que se alejaba, pero pronto se dio cuenta de que sus ausencias duraban lo que un
suspiro y que invariablemente regresaba más enamorado y más dulce. Blanca prefería
esos encuentros furtivos con su amante en hoteles de cita, a la rutina de una vida en
común, al cansancio de un matrimonio y a la pesadumbre de envejecer juntos
compartiendo las penurias de fin de mes, el mal olor en la boca al despertar, el tedio
de los domingos y los achaques de la edad. Era una romántica incurable. Alguna vez
tuvo la tentación de tomar su maleta de payaso y lo que quedaba de las joyas del
calcetín, e irse con su hija a vivir con él, pero siempre se acobardaba. Tal vez temía
que ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a la
más terrible de todas: la convivencia. Alba estaba creciendo muy rápido y comprendía
que no le iba a durar mucho el buen pretexto de velar por su hija para postergar las
exigencias de su amante, pero prefería siempre dejar la decisión para más adelante.
En realidad, tanto como temía la rutina, la horrorizaba el estilo de vida de Pedro
Tercero, su modesta casita de tablas y calaminas en una población obrera, entre
cientos de otras tan pobres como la suya, con piso de tierra apisonada, sin agua y con
un solo bombillo colgando del techo. Por ella, él salió de la población y se mudó a un
departamento en el centro, ascendiendo así, sin proponérselo, a una clase media a la
cual nunca tuvo aspiración de pertenecer. Pero tampoco eso fue suficiente para Blanca.
El departamento le pareció sórdido, oscuro, estrecho y el edificio promiscuo. Decía que
no podía permitir que Alba creciera allí, jugando con otros niños en la calle y en las
escaleras, educándose en una escuela pública. Así se le pasó la juventud y entró en la
madurez, resignada a que los únicos momentos de placer eran cuando salía
disimuladamente con su mejor ropa, su perfume y las enaguas de mujerzuela que a
Pedro Tercero cautivaban y que ella escondía, arrebolada de vergüenza, en lo más
secreto de su ropero, pensando en las explicaciones que tendría que dar si alguien las
descubría. Esa mujer práctica y terrenal para todos los aspectos de la existencia,
sublimó su pasión de infancia, viviéndola trágicamente. La alimentó de fantasías, la idealizó, la defendió con fiereza, la depuró de las verdades prosaicas y pudo convertirla
en un amor de novela.”

The House of the Spirits

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“Pero ¿no te das cuenta de que la noción de la muerte entre nosotros es muy poca cosa, Claire? —susurró.

Mis manos se cerraron contra su pecho. No, no pensaba que fuera poca cosa.

—Todo el tiempo, cuando me dejaste después de Culloden, estuve muerto, ¿no es así?

—Creí que estabas muerto. Por eso…

—Dentro de doscientos años seguro que estaré muerto, Sassenach —dijo sonriendo—. A causa de los indios, los animales salvajes, una plaga, la cuerda de la horca o sólo por la bendición de una edad avanzada, pero estaré muerto.

—Sí.

—Y mientras tú estabas allí, en tu propio tiempo… yo estaba muerto, ¿no?

Asentí sin palabras. Incluso ahora puedo mirar hacia atrás y ver el abismo de desesperación en el que aquella partida me sumió y del que salí trepando penosamente centímetro a centímetro.

—«El hombre es como la hierba del campo —citó, frotando mis manos—. Hoy florece; mañana se seca y se tira al horno.»

Levantó el penacho verde y se lo llevó a los labios, para luego pasarlo por mi boca.

—Estaba muerto, Sassenach, y sin embargo todo ese tiempo te amé.

Cerré los ojos sintiendo la leve picazón de la hierba en mis labios.

—Yo también te amaba —susurré—. Siempre lo hice.

—Mientras mi cuerpo y el tuyo vivan, seremos una sola carne —susurró.

Sus dedos me tocaron el pelo, la barbilla, el cuello y los pechos; respiré su aliento y lo sentí en mis manos.

—Y cuando mi cuerpo perezca, mi alma todavía será tuya, Claire. Juro por mi esperanza de ganarme el cielo que no seré separado de ti. Nada se pierde, Sassenach; sólo se transforma.

—Eso es la primera ley de la termodinámica —dije secándome la nariz.

—No —respondió—. Eso es fe.”

Drums of Autumn

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“Conclusión A lo largo de estas páginas, hemos visto cómo se desarrollan los procesos perversos en algunos contextos, pero es evidente que nuestra lista no es exhaustiva y que estos fenómenos van más allá del mundo de la pareja, de la familia o de la empresa. Los volvemos a encontrar en todos los grupos en donde los individuos pueden establecer rivalidades, especialmente en las escuelas y en las universidades. La imaginación humana no tiene límites cuando pretende aniquilar la buena imagen que el otro tiene de sí mismo; sirve para enmascarar las propias debilidades y para colocarse en una posición de superioridad. La cuestión del poder atañe a toda la sociedad. En todas las épocas ha habido seres carentes de escrúpulos, calculadores y manipuladores, y para los que el fin justifica los medios. Sin embargo, la multiplicación actual de los actos de perversidad en las familias y en las empresas es un indicador del individualismo que domina en nuestra sociedad. En un sistema que funciona según la ley del más fuerte, o del más malicioso, los perversos son los amos. Cuando el éxito es el valor principal, la honradez parece una debilidad y la perversidad adopta un aire de picardía. Con el pretexto de la tolerancia, las sociedades occidentales renuncian poco a poco a sus propias prohibiciones. Pero, al aceptar demasiado, como lo hacen las víctimas de los perversos narcisistas, permiten que se desarrollen en su seno los funcionamientos perversos. Numerosos dirigentes o políticos, que ocupan no obstante una posición de modelo para la juventud, no muestran ninguna preocupación moral a la hora de liquidar a un rival o de mantenerse en el poder. Algunos de ellos abusan de sus prerrogativas y utilizan presiones psicológicas, y razones y secretos de Estado, para proteger su vida privada. Otros se enriquecen gracias a una delincuencia astuta hecha de abusos de bienes sociales, de estafas o de fraudes fiscales. La corrupción se ha convertido en una moneda corriente. Ahora bien, basta con que un grupo, una empresa o un gobierno cuenten con uno o con varios individuos perversos para que todo el sistema se vuelva perverso. Si esta perversión no se denuncia, se extiende subterráneamente mediante la intimidación, el miedo y la manipulación. Efectivamente, para atar psicológicamente a un individuo, basta con inducirlo a la mentira o a ciertos compromisos para convertirlo en cómplice del proceso perverso. Sin ir más lejos, ésta es la base del funcionamiento de la mafia o de los regímenes totalitarios. Tanto en las familias como en las empresas y los Estados, los perversos narcisistas se las arreglan para atribuir a los demás los desastres que provocan, se presentan luego como salvadores y se hacen así con el poder. En lo sucesivo, para mantenerse en él, les basta con no tener escrúpulos. La historia nos ha mostrado hombres que se niegan a reconocer sus propios errores, que no asumen sus responsabilidades, y que falsean las cosas y manipulan la realidad a fin de borrar las huellas de sus fechorías. Más allá del aspecto individual del acoso moral, se nos plantean dilemas más generales. ¿Cómo restablecer el respeto entre los individuos? ¿Qué límites debemos poner a nuestra tolerancia? Si los individuos no pueden detener por sí mismos estos procesos destructivos, la sociedad deberá intervenir y establecer una legislación. Recientemente, se ha presentado un proyecto de ley que proponía instituir un delito de novatada para reprimir cualquier acto degradante y humillante en el ámbito escolar y socioeducativo. Si no queremos que nuestras relaciones humanas acaben completamente reglamentadas por leyes, es esencial prevenir a los niños.”

El acoso moral: El maltrato psicológico en la vida cotidiana

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“Hay más europeos en América Latina que latinoamericanos en Europa, y jamás hemos tenido leyes para expulsarlos.”

Evo Morales (1959) Presidente de Bolivia

En entrevista a RT Noticias, acerca de las relaciones birregionales existentes entre el continente latinoamericano y la Unión Europea en el marco de la celebración de la cumbre UE-Celac.
Fuente: (Rusia) del 10 de junio de 2015) http://www.http://actualidad.rt.com/programas/entrevista/177203-morales-rt-eeuu-dominar-dividir-latina.

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“Los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley.”

Byung-Chul Han (1959) filósofo surcoreano

Fuente: La sociedad del cansancio.
Fuente: Han, Byung-Chul. La sociedad del cansancio: Segunda edición ampliada. Herder Editorial, 2017.