Frases sobre pequeño
página 3

Ruth Baza Foto

“Su madre le advirtió desde pequeño
“nunca se te ocurra ponerle alas a los lobos”.”

Fuente: Libro: Bailar junto a las ruinas (2017)

Michel De Montaigne Foto

“La confianza en la bondad ajena es testimonio no pequeño de la propia bondad.”

Michel De Montaigne (1533–1592) biografía, filósofo y político francés del Renacimiento

Sin fuentes

Baruch Spinoza Foto
Oscar Wilde Foto

“No olvidemos que las pequeñas acciones de cada día hacen o deshacen el carácter.”

Oscar Wilde (1854–1900) escritor irlandés

Sin fuentes
Variante: No olvidemos que las pequeñas acciones de cada día hacen o deshacen el carácter.

Honoré De Balzac Foto

“Las leyes son como las telas de araña, a través de las cuales pasan libremente las moscas grandes y quedan enredadas las pequeñas.”

Honoré De Balzac (1799–1850) novelista francés

Fuente: Brachfeld Montaña, Pedro Joaquín. La nueva legislación contra la morosidad descodificada: Reclamación de deudas y gestión de impagados. Profit Editorial, 2010. ISBN 9788496998346, p. 25.

Pedro Calderón De La Barca Foto

“¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción;
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”

Pedro Calderón De La Barca (1600–1681) escritor español (1600-1681)

Variante: ¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Benjamin Franklin Foto
Friedrich August von Hayek Foto
William James Foto
Samuel Johnson Foto
John Maynard Keynes Foto
Georges Bernanos Foto

“Pequeñas cosas parecen nada, pero dan la paz, como las praderas de flores que parecen poco, pero todas juntas llenan el aire de perfume.”

Georges Bernanos (1888–1948) escritor francés

Fuente: https://books.google.es/books?id=MMuZCwAAQBAJ&pg=PT103&dq=false Abriendo nuevas sendas en la práctica de la intervención neuropsicopedagógica. Autores Carme Timoneda Gallart, et al. Documenta Universitaria, 2015. ISBN 9788499843117

Friedrich Nietzsche Foto

“El abismo más difícil de salvar es el más pequeño.”

Friedrich Nietzsche (1844–1900) filósofo alemán

sin fuentes

Colette Foto
Michail Bakunin Foto
Mohandas Gandhi Foto
Anacarsis Foto
George Carlin Foto
Jean Monnet Foto
Antonin Artaud Foto

“El más pequeño acto de creación espontánea constituye un mundo más complejo y mucho más revelador que cualquier sistema metafísico.”

Antonin Artaud (1896–1948) poeta, dramaturgo y actor franco-occitano

Fuente: Carta a los rectores de las universidades europeas. [ref. insuficiente]

Frederic Kenyon Foto
Robert Plant Foto
Robert Plant Foto
Carl Sagan Foto

“Buenas noches Chile. Muchas gracias Chile. Aunque ustedes no lo crean, estoy emocionado, soy muy sensible y tal vez por eso ustedes me interpretan y me quieren como yo los quiero a ustedes. Y me emociona profundamente cuando un país se une, y me entristece profundamente cuando un país se desune, aquí ha quedado demostrado lo que es ser chileno, y lo que es ser extranjero que ha hecho de Chile su segunda patria. Aquí ha quedado demostrado lo que es el poder de la televisión, y aquí trabajan muchos, claro, la cabeza es este gordo maravilloso que me presentó (refiriendose a Don Francisco)… y detrás de esto está Chile. Este Chile tan pequeño, tan aislado y tan en el fondo del mundo, pero que mientras más apretado se ve, mejor reacciona y con los puños un poco apretados dice: aquí estamos presente… Yo me siento tan chileno… y yo diría que en este momento nosotros, nueve o diez millones de chilenos estamos empeñados en un hospital. Soy un enamorado de la noche… y de noche Chile está diciendo presente, de noche cuando supuestamente Chile duerme, resulta que está diciendo presente, hay bancos abiertos, teléfonos que funcionan, niños que están de pie, hay matrimonios que dicen: "demos lo que no tenemos". Chile siempre confía en su destino. ¿Saben ustedes por qué? Porque el gran valor de este país, es su gente. El gran valor, la gran riqueza y el gran tesoro de este país, es su gente y su gente somos todos nosotros… Yo confío que mañana, antes del mediodía de mañana, yo creo que la Colonia Española tendrá que ponerse como tiene que ponerse… ellos me han pedido muchas veces favores a mí… y esta noche les pido que mañana antes de mediodía tienen que brindar el aporte que Chile espera de ellos… Les agradezco infinitamente la paciencia, la comprensión, la simpatía que me han dispensado a través de 33 años de carrera… no estoy cansado, parece que estuviera empezando, no me voy a apartar jamás de este amigo (micrófono) que es el mejor amigo que he tenido en mi vida, además no responde, es ideal: escucha en silencio. De manera que frente a este amigo que sabe cuando yo hablo con el corazón, es que les digo que pueden sentirse felices todos los que están colaborando de una manera u otra. Estamos contribuyendo a que los niños enfermos puedan sonreir. ¿Saben ustedes que es lo que hay en cada niño que sonríe? Un canto a la vida, un canto a la dicha, y un canto al amor. Muchas Gracias.”

Julio Martínez (1923–2008) periodista chileno
Peter Kürten Foto
Taylor Swift Foto
Ricardo Balbín Foto
Alberto Hurtado Foto
Sergio Ramos Foto

“Cuando éramos pequeños a algunos amigos les gustaba el baloncesto, a otros el basket…”

Sergio Ramos (1986) Futbolista español

Fuente: Vídeo en YouTube http://www.youtube.com/watch?v=bIu39Mly-WM

Michel Onfray Foto

“Pequeño es aquel que para mostrarse, esconde.”

Antonio Porchia (1885–1968)

Variante: Pequeño es aquel que para mostrarse esconde.

Rafael Barrett Foto
Ion Antonescu Foto
Li Bai Foto

“El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas.”

Li Bai (701–762) poeta chino de la dinastía Tang

Fuente: Palomo Triguero, Eduardo. Cita-logía. Editorial Punto Rojo Libros,S.L. ISBN 978-84-16068-10-4. p. 27.

Federico Jiménez Losantos Foto
Arnold Sommerfeld Foto
Agustín Agualongo Foto

“Dentro de este cuerpo tan pequeño se alberga el corazón de un gigante.”

Agustín Agualongo (1780–1824) caracteristicas de su personalidad

Luego de su captura, cuando alguien de la muchedumbre preguntó "¿Es aquel hombre tan bajito y tan feo el que nos ha mantenido en alarma durante tanto tiempo?"
Fuente: Agustín Agualongo y su tiempo. Volumen 61 de Biblioteca Banco Popular. 2ª edición. Editorial Banco Popular, 1974. p. 538.

Chris Cornell Foto
Maria Montessori Foto
Plutarco Foto
Paul McCartney Foto
Matt Groening Foto
Juan Antonio Villacañas Foto

“La verdad sonreía, haciéndome pensar que lo grande y lo pequeño son del mismo tamaño para la poesía.”

Juan Antonio Villacañas (1922–2001) poeta, ensayista y crítico español (1922-2001)

“La Poesía Salvaje”, La Pájara Pinta, Revista de la Asociación Prometeo de

Alcide De Gasperi Foto
Julio Cortázar Foto
Carlos Bernardo Gonzalez Pecotche Foto

“En pequeñas cosas, hechos, circunstancias, aparece con frecuencia la explicación de otras mucho más grandes, que, sin haberlas visto en pequeño, no podrían tener explicación.”

Carlos Bernardo Gonzalez Pecotche (1901–1963) biografía, educador y humanista argentino, fundador del método logosófico

Del libro Introducción al Conocimiento Logosófico.

Kaarlo Pentti Linkola Foto

“¿Hay algo bueno aún en las especies que pueblan la biosfera? Aún quedan individuos que llevan a cabo actos de compasión con todo su corazón, en la iglesia, en los hospitales, en la atención social. Hay gente similar en la vida privada, buenos en el más profundo sentido de la palabra, que alegran y animan a toda la comunidad a su alrededor, que no se dejan influenciar por los "caprichos pasajeros del mundo". Todas estas personas buscan la cercanía, dar su amor fraternar. La verdadera grandeza se encuentra en todas estas escasas personas que luchan también por proteger y preservar toda la creación, la parte viva del planeta. Entre la muchedumbre rabiosa y vociferante, entre los frenéticos häkkinens y mäkkinens, aún queda un pequeño grupo de ecologistas que defienden la vida. Algunos tratan de influir en clubs o partidos, otros van por su cuenta. Es milagroso que este pequeño grupo de personas que pueden combinar conocimiento y emoción aún se las arregle para intentar preservar lo que es justo y bueno lo máximo posible, y además sean capaces de ser pacientes entre tantísimo alboroto. Pero estas personas no pueden arreglarlo todo; se agarran a los últimos pedazos de naturaleza aún no violada por el hombre, se aferran a los últimos restos del bosque, intentan retrasar el final, dar un poco de tiempo más a la biosfera, aunque sólo sea un segundo más. Estas personas aún piensan, discuten, escriben, negocian, intentan redactar programas de conservación de la naturaleza que después terminan hechos pedazos por los terratenientes y su ignorante hatajo de bestias. El mayor milagro de este comienzo de milenio es que aún queden protectores; que la fe, la esperanza y el amor aún ardan en su interior.”

“Cada quien es la pequeña porción de destino con que nace. Ese destino hay que llevarlo hasta la muerte como una gran cruz. Lo demás es soberbia.”

Gonzalo Arango (1931–1976) poeta, periodista y filósofo colombiano

Fuente: Arango, Gonzalo. Oleajes de la sangre: cartas íntimas del fundador del nadaísmo. Edición ilustrada. Editorial Edición de Librería "La Pisca"-Editores, 1997. ISBN 9789583305122. p. 11.
Fuente: Capítulo Mi destino estaba en ser hombre y me elegí escritor del libro Oleajes de la sangre, cartas íntimas del fundador del Nadaísmo.

Hassan Nasrallah Foto
Aaliyah Foto

“Empecé a actuar cuando era pequeña. Hice un montón de piezas, yo cantaba. Tuve clases de baile. Yo fui entrenado en todo.”

Aaliyah (1979–2001) cantante, bailarina, actriz y modelo estadounidense

Sin fuentes

Facundo Cabral Foto
Yukio Mishima Foto
Khaled Hosseini Foto
Zig Ziglar Foto
Rick Warren Foto
Philip K. Dick Foto
John C. Maxwell Foto
Michael Crichton Foto

“Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador "Ponte los zapatos y los calcetines", el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?”

The Terminal Man
Variante: Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador <>, el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?

Jenny Han Foto
Alejandro Jodorowsky Foto
Marco Aurelio Foto
Terry Pratchett Foto
David Levithan Foto
César Aira Foto
David Benioff Foto
John Berger Foto
Nick Hornby Foto
Ray Bradbury Foto
John Kennedy Toole Foto

“Dicen que la vida se puede recorrer por dos caminos: el bueno y el malo. Yo no creo eso. Yo más bien creo que son tres: el bueno, el malo y el que te dejan recorrer. El bueno lo he intentado andar y no me ha ido bien. Juro que ha sido así. De pequeño hice todo lo que consideré correcto y lo que está bendita New Orleáns, con sus acordes de ébano y sus insoportables chaquetas a rayas me inducía a hacer. Estudié profundamente y traté de trasladar mis conocimientos con pasión. Los estudiantes saben eso. También escribí encerrado en un pequeño mundo cuarto juntando frases, frustrándome ante las huidizas buenas palabras y las no menos resbaladizas imágenes, comparaciones, situaciones, personajes, diálogos. Asumí estar en ese camino porque es ese el modo como se consiguen los sueños. Al menos eso creía hasta un día, cuando tenía todo acabado y faltaba la confirmación de que había decidido bien, no hubo recompensa. No hubo zanahoria, Ahí me di cuenta de que ya estaba caminando, lejos de mi voluntad, por la otra senda. Esa que no es la buena ni la mala. Porque está claro que la buena es buena porque es una opción propia. La mala es mala porque también es tu opción. Pero la otra no es algo que hayas escogido, por lo cual no pueden decir que es ciertamente buena o ciertamente mala. Es ciertamente ajena, impropia. Por ese camino involuntario caminé, llevado de las narices, arrastrado como un palo sin poder animarme. Tuve que resignarme a ser como ellos me ordenaban, a aceptar sus juicios y sus rechazos. A comprobar una vez más que no todos pueden ver más allá de su aliento. A ser víctima de un sistema que hace de gente como yo infelices zombies o incomprendidos. Y hay que tener el espíritu muy bien templado, tal vez como acero damasquino o más, para afrontar semejante fuerza.”

John Kennedy Toole (1937–1969) novelista estadounidense
George Steiner Foto
Oscar Wilde Foto

“Cuando yo asumo un trabajo, por pequeño que sea, lo acabo. De otro modo, ¿cómo podría confiar en mí mismo para realizar trabajos importantes?”

George S. Clason (1874–1957)

El Hombre Mas Rico de Babilonia: La Version Original Renovada y Revisada

Markus Zusak Foto
Mario Benedetti Foto
Paulo Coelho Foto
Patrick Rothfuss Foto

“Volvía a ser de noche. En la posada Roca de Guía reinaba el silencio, un silencio triple.
El primer silencio era una calma hueca y resonante, constituida por las cosas que faltaban. Si hubiera habido caballos en los establos, estos habrían piafado y mascado y lo habrían hecho pedazos. Si hubiera habido gente en la posada, aunque solo fuera un puñado de huéspedes que pasaran allí la noche, su agitada respiración y sus ronquidos habrían derretido el silencio como una cálida brisa primaveral. Si hubiera habido música… pero no, claro que no había música. De hecho, no había ninguna de esas cosas, y por eso persistía el silencio.
En la posada Roca de Guía, un hombre yacía acurrucado en su mullida y aromática cama. Esperaba el sueño con los ojos abiertos en la oscuridad, inmóvil. Eso añadía un pequeño y asustado silencio al otro silencio, hueco y mayor. Componían una especie de aleación, una segunda voz.
El tercer silencio no era fácil reconocerlo. Si pasabas una hora escuchando, quizá empezaras a notarlo en las gruesas paredes de piedra de la vacía taberna y en el metal, gris y mate, de la espada que colgaba detrás de la barra. Estaba en la débil luz de la vela que alumbraba una habitación del piso de arriba con sombras danzarinas. Estaba en el desorden de unas hojas arrugadas que se habían quedado encima de un escritorio. Y estaba en las manos del hombre allí sentado, ignorando deliberadamente las hojas que había escrito y que había tirado mucho tiempo atrás.
El hombre tenía el pelo rojo como el fuego. Sus ojos eran oscuros y distantes, y se movía con la sutil certeza de quienes saben muchas cosas.
La posada Roca de Guía era suya, y también era suyo el tercer silencio. Así debía ser, pues ese era el mayor de los tres silencios, y envolvía a los otros dos. Era profundo y ancho como el final del otoño. Era grande y pesado como una gran roca alisada por la erosión de las aguas de un río. Era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte.”

The Name of the Wind

Haruki Murakami Foto
Haruki Murakami Foto
Stefan Zweig Foto
Ryszard Kapuściński Foto