Frases sobre querer
página 3

Gabino Barreda Foto
Chenoa Foto
Julio Cortázar Foto
Ray Loriga Foto
Denise Levertov Foto
Ignacio Ramonet Foto
Vasili Grossman Foto
Vasili Grossman Foto
Heath Ledger Foto
Ignacio Manuel Altamirano Foto

“Creer uno que sabe Historia porque la conoce en los compendios, es querer formarse idea de la grandeza del mar, al comer una ostra.”

Ignacio Manuel Altamirano (1834–1893) escritor, periodista, abogado, maestro y político

Fuente: Altamirano, Ignacio Manuel; Sierra Casasús, Catalina. Obras completas, Volumen 23. Editor Secretaría de Educación Pública, 1986. ISBN 978-97-0186-861-4. p. 35.

Ignacio Manuel Altamirano Foto
Doctor Tangalanga Foto
Celeste Carballo Foto
Atahualpa Yupanqui Foto
Dave Eggers Foto
Javier Marías Foto
Juan Gabriel Vásquez Foto
Mario Vargas Llosa Foto

“Hay muchas cosas de la Era que has llegado a entender; algunas, al principio, te parecían inextricables, pero, a fuerza de leer, escuchar, cotejar y pensar, has llegado a comprender que tantos millones de personas, machacadas por la propaganda, por la falta de información, embrutecidas por el adoctrinamiento, el aislamiento, despojadas de libre albedrío, de voluntad y hasta de curiosidad por el miedo y la práctica del servilismo y la obsecuencia, llegaran a divinizar a Trujillo. No sólo a temerlo, sino a quererlo, como llegan a querer los hijos a los padres autoritarios, a convencerse de que azotes y castigos son por su bien. Lo”

Mario Vargas Llosa (1936) escritor peruano

La fiesta del chivo
Variante: No lo entiendes, Urania. Hay muchas cosas de la Era que has llegado a entender; algunas, al principio, te parecían inextricables, pero, a fuerza de leer, escuchar, cotejar y pensar, has llegado a comprender que tantos millones de personas, machacadas por la propaganda, por la falta de información, embrutecidas por el adoctrinamiento, el aislamiento, despojadas de libre albedrío, de voluntad y hasta de curiosidad por el miedo y la práctica del servilismo y la obsecuencia, llegaran a divinizar a Trujillo. No solo a temerlo, sino a quererlo, como llegan a querer los hijos a los padres autoritarios, a convencerse de que azotes y castigos son por su bien.

Matilde Asensi Foto
Jean Jacques Rousseau Foto
Orson Scott Card Foto
Rosa Montero Foto
Cassandra Clare Foto
Patrick Rothfuss Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto
Alejandro Palomas Foto
Martín Caparrós Foto
Cassandra Clare Foto
Jean Jacques Rousseau Foto
Thomas Mann Foto
Stefan Zweig Foto
Javier Marías Foto
Gabriel García Márquez Foto
Cassandra Clare Foto
Tirso De Molina Foto
Alejo Carpentier Foto
Victor Hugo Foto

“Querer prohibir a la imaginación que vuelva a una idea es lo mismo que prohibir al mar que vuelva a la playa. Al”

Victor Hugo (1802–1885) poeta, novelista y dramaturgo francés

Los Miserables
Variante: Querer prohibir a la imaginación que vuelva a una idea es lo mismo que prohibir al mar que vuelva a la playa.

Ken Follett Foto

“Quería al animal tanto como un hombre puede querer a un camello, lo que equivale a decir que solo lo odiaba un poco.”

Der Schlüssel zu Rebecca: Ein Hund für einen Sommer: Der Geheimpatient: Spiel im Morgengrauen (The Key to Rebecca, A Dog For a Summer, Night Games)

Paulo Coelho Foto

“La montaña rusa es mi vida, la vida es un juego fuerte y alucinante, la vida es lanzarse en paracaídas, caer y volver a levantarse, es alpinismo, es querer subir a lo alto de uno mismo, y sentirse insatisfecho y angustiado cuando no se consigue”

Eleven Minutes
Variante: La vida es un juego fuerte y alucinante, la vida es lanzarse en paracaídas, es arriesgarse, caer y volver a levantarse, es alpinismo, es querer subir a lo alto de uno mismo, y sentirse insatisfecho y angustiado cuando no se consigue.

Ayn Rand Foto

“No existen los pensamientos malvados excepto uno solo: el de no querer pensar.”

Ayn Rand (1905–1982) filósofa y escritora estadounidense

La Rebelión de Atlas

Javier Marías Foto

“Querer es una costumbre.”

A Heart So White
Variante: Querer es una costumbre

Julio Cortázar Foto

“Y así, de feuille en aiguille, pienso en esos estados excepcionales en que por un instante se adivinan las hojas y las lámparas invisibles, se las siente en un aire que está fuera del espacio. Es muy simple, toda exaltación o depresión me empuja a un estado propicio a
lo llamaré paravisiones
es decir (lo malo es eso, decirlo)
una aptitud instantánea para salirme, para de pronto desde fuera aprehenderme, o de dentro pero en otro plano,
como si fuera alguien que me está mirando
(mejor todavía —porque en realidad, no me veo— : como alguien que me está viviendo).
No dura nada, dos pasos a la calle, el tiempo de respirar profundamente (a veces al despertarse dura un poco más, pero entonces es fabuloso)
y en ese instante sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy (eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar ese defectividad que aprehendí en el instante y que era clara ausencia o claro error o clara insuficencia pero
sin saber de qué, qué.
Otra manera de tratar de decirlo: Cuando es eso, ya no estoy mirando hacia el mundo, de mí a lo otro, sino que por un segundo soy el mundo, el plano de fuera, lo demás mirándome. Me veo como pueden verme los otros. Es inapreciable: por eso dura apenas. Mido mi defectividad, advierto todo lo que por ausencia o defecto no nos vemos nunca. Veo lo que no soy. Por ejemplo (esto lo armo de vuelta, pero sale de ahí): hay enormes zonas a las que no he llegado nunca, y lo que no se ha conocido es lo que se es. Ansiedad por echar a correr, entrar en una casa, en esa tienda, saltar a un tren, devorar todo Jouhandeau, saber alemán, conocer Aurangabad… Ejemplos localizados y lamentables pero que pueden dar una idea. (¿una idea?)
Otra manera de querer decirlo: Lo defectivo se siente más como una pobreza intuitiva que como una mera falta de experiencia.”

Hopscotch

Javier Marías Foto
T. Harv Eker Foto
Marc Levy Foto
Gillian Flynn Foto

“«Hay una diferencia entre querer de verdad a una persona y querer la idea que te has hecho de ella».”

Perdida
Variante: Hay una diferencia entre querer de verdad a una persona y querer la idea que te has hecho de ella.

Francis Scott Fitzgerald Foto
Félix Lope de Vega y Carpio Foto
David Foster Wallace Foto
Mario Benedetti Foto
Karen Marie Moning Foto
Teresa de Jesús Foto
Sei Shonagon Foto

“Cosas detestables

Cuando uno tiene prisa por salir, llega alguien de visita y se queda hablando un largo tiempo. Si es una persona de poca importancia, uno puede deshacerse de ella diciendo que podrán hablar en otra ocasión; pero si se trata de alguien a quien se le debe respeto, la situación se vuelve realmente detestable.

Uno encuentra un pelo sobre el suzuri, o el mismo sumi contiene un grano de piedra que, al frotar, produce un chirrito destemplado.

Un hombre que no se destaca en nada, discute toda clase de temas, riéndose, como si supiera algo de ello.

Envidiar la suerte de los demas y quejarse de la propia, hablar mal de la gente, interesarse por lo superficial, querer saberlo todo y estar resentido y vilipediar a los que no nos han informado de los hechos, o bien, cuando sólo se ha tenido una noticia parcial, hablar de ella con lujo de detalles como si se tratase de algo que conoce desde el principio: todo esto es odioso.

Se está por escuchar alguna noticia interesante cuando un niño empieza a llorar.

Un hombre nos viene a ver en secreto; un perro lo ve y se pone a ladrar: dan ganas de matarlo.

Ya es bastante tontería el invitar a un hombre a pasar la noche, ocultándolo donde no debería estar, y he aquí que ronca.

Uno va a la cama y está a punto de quedar dormido cuando un mosquito anuncia su presencia con voz aguda cerca de nuestra cara; hasta se siente el aire que mueve con sus alas a pesar de su pequeñez, y esto es en extremo odioso.

Estamos en medio de un relato cuando otra persona se inmiscuye, nos interrumpe, y trata de demostrar que es el único ser inteligente de la reunión. Tales personas son odiosas, se trate de niños o mayores.

Un hombre con el que tenemos relaciones amorosas, se pone a alabar a una mujer que conoció en el pasado, y aunque sea una cosa lejana no puede resultar menos horrible. ¡Cuánto más si se trata de alguien a quien él sigue visitando!

No soporto a las personas que salen sin cerrar la puerta tras de sí.”

The Pillow Book

Gloria Fuertes Foto

“Empecé a escribir poemas cuando descubrí que se podía querer a una persona que no fuera de tu familia, menuda sorpresa me llevé.”

Gloria Fuertes (1917–1998) poetisa española

Fuente: El libro de Gloria Fuertes. Antología de poemas y vida (selección y estudio de Jorge de Cascante). Barcelona, 2017. Blackie Book. pp. 17

Victor Hugo Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto

“El modo más eficaz de hacer inofensivos a los pobres es enseñarles a querer imitar a los ricos.”

Carlos Ruiz Zafón (1964) escritor español

La Sombra del Viento

Ildefonso Falcones Foto
Walter Isaacson Foto
Alejandro Casona Foto
Cassandra Clare Foto
Pablo Neruda Foto
Joyce Carol Oates Foto
Irène Némirovsky Foto
Haruki Murakami Foto
Mario Benedetti Foto
Fernando Pessoa Foto
Nicholas Sparks Foto
Cristina Peri Rossi Foto
Friedrich Nietzsche Foto

“El querer hace libres154: ésta es la verdadera doctrina acerca de la voluntad y la libertad - así os lo enseña Zaratustra.”

Friedrich Nietzsche (1844–1900) filósofo alemán

Obras - Colección de Friedrich Nietzsche: Biblioteca de Grandes Escritores

Fernando Pessoa Foto
Arthur Rimbaud Foto
Adolf Hitler Foto

“¿a quién debe ser dirigida la propaganda, a los intelectuales o a la masa menos culta? ¡La propaganda siempre deberá dirigirse a la masa! Para los intelectuales, o para aquellos que hoy, lamentablemente, así se consideran, no se debe hablar de propaganda y sí de instrucción científica. Semejantes son las condiciones con las que hoy designamos la palabra propaganda. El fin de la propaganda no es la educación científica de cada cual, y sí llamar la atención de la masa sobre determinados hechos, necesidades, etcétera, cuya importancia sólo de esta forma entra en el círculo visual de la masa. El arte está exclusivamente en hacer esto de una manera tan perfecta que provoque la convicción de la realidad de un hecho, de la necesidad de un procedimiento, y de la justicia de algo necesario. La propaganda no es y no puede ser una necesidad en sí misma, ni una finalidad. De la misma manera como en el supuesto del cartel, su misión es la de llamar la atención de la masa y no enseñar a los cultos o a aquellos que procuran cultivar su espíritu; su acción debe estar cada vez más dirigida al sentimiento y sólo muy condicionalmente a la llamada razón. Toda acción de propaganda tiene que ser necesariamente popular y adaptar su nivel intelectual a la capacidad receptiva del más limitado de aquellos a los cuales está destinada. De ahí que su grado netamente intelectual deberá regularse tanto más hacia abajo, y cuanto más grande sea el conjunto de la masa humana que ha de abarcarse. Mas, cuando se trata de atraer hacia el radio de influencia de la propaganda a toda una Nación, como exigen las circunstancias en el caso del sostenimiento de una guerra, nunca se podrá ser lo suficientemente prudente en lo que concierne a cuidar que las formas intelectuales de la propaganda sean simples en lo posible. Cuanto más modesta sea su carga científica y cuanto más tenga en consideración el sentimiento de la masa, tanto mayor será su éxito. Esto, sin embargo, es la mejor prueba de lo acertado o erróneo de una propaganda, y no la satisfacción de las exigencias de algunos sabios o jóvenes estetas. El arte de la propaganda reside justamente en la comprensión de la mentalidad y de los sentimientos de la gran masa. Ella encuentra, por la forma psicológicamente adecuada, el camino para la atención y para el corazón del pueblo. Que nuestros sabios no comprendan esto, la causa reside en su pereza mental o en su orgullo. Comprendiéndose la necesidad de la conquista de la gran masa, por medio de la propaganda, se saca la siguiente conclusión: es errado querer dar a la propaganda la variedad, por ejemplo, de la enseñanza científica. La capacidad receptiva de la gran masa es sumamente limitada y no menos pequeña su facultad de comprensión; en cambio, es enorme su falta de memoria. Teniendo en cuenta estos antecedentes, toda propaganda eficaz debe concretarse sólo a muy pocos puntos y saberlos explotar como apotegmas hasta que el último hijo del pueblo pueda formarse una idea de aquello que se persigue. En el momento en que la propaganda sacrifique ese principio o quiera hacerse múltiple, quedará debilitada su eficacia por la sencilla razón de que la masa no es capaz de retener ni asimilar todo lo que se le ofrece. Y con esto sufre detrimento el resultado, para acabar a la larga por ser completamente nulo. Cuanto más importante sea el objetivo a alcanzar, tanto más cierta, psicológicamente, debe ser la táctica a emplear.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

Victor Hugo Foto
José Ortega Y Gasset Foto
Fernando Pessoa Foto
Friedrich Nietzsche Foto
Benito Pérez Galdós Foto
Julio Cortázar Foto
Rosa Montero Foto
Haruki Murakami Foto