Frases sobre sencillo

Una colección de frases y citas sobre el tema del sencillo, ser, tan, vida.

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“Porque posee usted la más maravillosa juventud, y la juventud es lo más precioso que se puede poseer.

–No lo siento yo así, lord Henry.

–No; no lo siente ahora. Pero algún día, cuando sea viejo y feo y esté lleno de arrugas, cuando los pensamientos le hayan marcado la frente con sus pliegues y la pasión le haya quemado los labios con sus odiosas brasas, lo sentirá, y lo sentirá terriblemente. Ahora, dondequiera que vaya, seduce a todo el mundo. ¿Será siempre así?… Posee usted un rostro extraordinariamente agraciado, señor Gray. No frunza el ceño. Es cierto. Y la belleza es una manifestación de genio; está incluso por encima del genio, puesto que no necesita explicación. Es uno de los grandes dones de la naturaleza, como la luz del sol, o la primavera, o el reflejo en aguas oscuras de esa concha de plata a la que llamamos luna. No admite discusión. Tiene un derecho divino de soberanía. Convierte en príncipes a quienes la poseen. ¿Se sonríe? ¡Ah! Cuando la haya perdido no sonreirá… La gente dice a veces que la belleza es sólo superficial. Tal vez. Pero, al menos, no es tan superficial como el pensamiento. Para mí la belleza es la maravilla de las maravillas. Tan sólo las personas superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo que no se ve… Sí, señor Gray, los dioses han sido buenos con usted. Pero lo que los dioses dan, también lo quitan, y muy pronto. Sólo dispone de unos pocos años en los que vivir de verdad, perfectamente y con plenitud. Cuando se le acabe la juventud desaparecerá la belleza, y entonces descubrirá de repente que ya no le quedan más triunfos, o habrá de contentarse con unos triunfos insignificantes que el recuerdo de su pasado esplendor hará más amargos que las derrotas. Cada mes que expira lo acerca un poco más a algo terrible. El tiempo tiene celos de usted, y lucha contra sus lirios y sus rosas. Se volverá cetrino, se le hundirán las mejillas y sus ojos perderán el brillo. Sufrirá horriblemente… ¡Ah! Disfrute plenamente de la juventud mientras la posee. No despilfarre el oro de sus días escuchando a gente aburrida, tratando de redimir a los fracasados sin esperanza, ni entregando su vida a los ignorantes, los anodinos y los vulgares. Ésos son los objetivos enfermizos, las falsas ideas de nuestra época. ¡Viva! ¡Viva la vida maravillosa que le pertenece! No deje que nada se pierda. Esté siempre a la busca de nuevas sensaciones. No tenga miedo de nada… Un nuevo hedonismo: eso es lo que nuestro siglo necesita. Usted puede ser su símbolo visible. Dada su personalidad, no hay nada que no pueda hacer. El mundo le pertenece durante una temporada… En el momento en que lo he visto he comprendido que no se daba usted cuenta en absoluto de lo que realmente es, de lo que realmente puede ser. Había en usted tantas cosas que me encantaban que he sentido la necesidad de hablarle un poco de usted. He pensado en la tragedia que sería malgastar lo que posee. Porque su juventud no durará mucho, demasiado poco, a decir verdad. Las flores sencillas del campo se marchitan, pero florecen de nuevo. Las flores del codeso serán tan amarillas el próximo junio como ahora. Dentro de un mes habrá estrellas moradas en las clemátides y, año tras año, la verde noche de sus hojas sostendrá sus flores moradas. Pero nosotros nunca recuperamos nuestra juventud. El pulso alegre que late en nosotros cuando tenemos veinte años se vuelve perezoso con el paso del tiempo. Nos fallan las extremidades, nuestros sentidos se deterioran. Nos convertimos en espantosas marionetas, obsesionados por el recuerdo de las pasiones que nos asustaron en demasía, y el de las exquisitas tentaciones a las que no tuvimos el valor de sucumbir. ¡Juventud! ¡Juventud! ¡No hay absolutamente nada en el mundo excepto la juventud!”

The Picture of Dorian Gray

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“La felicidad es minimalista. Es sencilla y desnuda. Es una casi nada que lo es todo.”

La ridícula idea de no volver a verte
Variante: Además, la #Felicidad es minimalista. Es sencilla y desnuda.

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“No asistí al evento por una sencilla razón: Me parecía deshonesto visitar un país que actualmente está bombardeando Irak.”

Hayao Miyazaki (1941) director de cine de animación, ilustrador, dibujante de cómics y productor de dibujos animados japonés

Hayao Miyazaki acerca de su ausencia en la ceremonia de los Óscar en EEUU tras ganar la estatuilla al mejor largometraje de animación por El viaje de Chihiro.

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“Los placeres sencillos son el último refugio de los hombres complicados.”

Oscar Wilde (1854–1900) escritor irlandés

Sin fuentes
Variante: Yo adoro los placeres sencillos. Son el último refugio de los hombres complicados.

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“Se debe hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo.”

Albert Einstein (1879–1955) físico germano-estadounidense, creador de la teoría de la relatividad
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“Los motivos para no volver al congreso son muy sencillos: desencanto y aburrimiento. De muchacho diome la afición de ir a las barras y conocí bastante el senado donde asistí a don Miguel Antonio Caro y la cámara donde hablaban Guillermo Valencia y Oscar Teran. Mi actuación ha sido larga, y toda actuación larga aburre al actor y a los espectadores, esa aburricion no tiene cura, si coincide como es mi caso con una curva de decadencia de la institución, como digo conocí el senado admirable de 1903, después en las cámaras a las que he acudido vi trabajar a ciudadanos eminentes que llenaban su cometido de legisladores con un gran sentido del deber, una real capacidad y el autentico esfuerzo por producir el trabajo útil, conocí el esmero solicito con que antes se intervenía en la formación de las leyes y lo comparo con el desgaire con que se hace ahora, en el estado a que ha llegado el congreso, la preparación, el estudio, el conocimiento, la demostración, el raciocinio no tienen cabida, son inoperantes y baldíos, el congreso se mueve con un truco y yo conozco el truco, se en que consiste hasta en sus menores detalles, como se inicia en que manera se desarrolla y la manera como se le hace actuar para conseguir un éxito infalible, es un truco que yo no puedo emplear por un sentimiento de dignidad personal de modo que lo que he tratado de hacer y lo que tal vez pudiera hacer todavía no sirve de nada, y lo que sirve para el éxito parlamentario yo no lo puedo hacer, sobro, me ocurre además lo que algunos niños con los juguetes mecánicos, se encantan con ellos cuando ignoran el mecanismo que los hace andar, pero si llegan a descubrir el resorte y la ruedita se aburren y los tiran; dejo el congreso con la sensación de que queda atrás algo que no vale la pena porque esta dañado y corrompido hasta el tuétano.”

Laureano Gómez (1889–1965) Presidente de Colombia 1950-1951

Fuente: Diario El Pacifico de Cali (25 de diciembre de 1940).

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“¿Puede Fernando dar Constitución a sus pueblos desde el cautiverio en que gime? No. ¿Pretende acaso el rey, que continuemos en nuestra antigua Constitución? Le diríamos que no conocemos ninguna y que las Leyes arbitrarias, dictadas por la codicia para esclavos y colonos, no pueden reglar la suerte de unos hombres que desean ser libres. ¿Aspiraría el Rey a que viviésemos en la misma miseria que antes y continuásemos formando un grupo de hombres a quien un virrey puede decir impunemente que han sido destinados por la naturaleza para "vegetar en la oscuridad y el abatimiento"? El cuerpo de dos millones de hombres debería responderle: Hombre imprudente, qué descubres en tu persona que te haga superior a las nuestras? ¿Cuál sería tu imperio, si no te lo hubiésemos dado nosotros? ¿Acaso hemos depositado en ti nuestros poderes para que los emplees en nuestra desgracia? Tenías obligación de formar tú mismo nuestra felicidad, éste es el precio a que únicamente pusimos la corona en tu cabeza. Te la dejaste arrebatar por un acto de inexperiencia, capaz de hacer dudar, si estabas excluído del número de aquellos hombres a quienes parece haber criado la naturaleza para dirigir a los otros; reducido a prisiones e imposibilitado de desempeñar tus deberes, hemos tomado el ímprobo trabajo de ejecutar por nosotros mismos lo que debieran haber hecho los que se llaman nuestros reyes; si te opones a nuestro bien, no mereces reinar sobre nosotros, y si quieres manifestarte acreedor a la elevada dignidad que te hemos conferido, debes congratularte de verte colocado al frente de una nación libre. ¿Podría el Rey oponerse a las resoluciones del Congreso? Semejante duda sería un delito. El Rey, a su regreso, no podría resistir una Constitución a la que aún estando al frente de las Cortes, debió siempre conformarse… y si algún día logra la libertad porque suspiramos, una sencilla transmisión le restituiría al trono de sus mayores con las variaciones y reformas que los pueblos hubiesen establecido para precaver los funestos resultados de un poder arbitrario.”

Mariano Moreno (1778–1811) político de Argentina
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“… Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños…”

Hopscotch
Variante: Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero.

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“La vida era sencilla antes de la Segunda Guerra Mundial. Después de eso, teníamos sistemas.”

Grace Murray Hopper (1906–1992) informática y militar estadounidense

The Wit and Wisdom of Grace Hopper (1987)

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“Las cosas de este mundo son tanto más buenas cuanto más sencillas.”

Fuente: José María Albaigès Olivart. Un siglo de citas. Planeta, 1997. ISBN 8423992543; p. 450.
Fuente: "Blanco y Negro", 1995.

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“La calumnia siempre es sencilla y verosímil. Y en esto se diferencia muchas veces de la verdad.”

Francois Mauriac (1885–1970) periodista, crítico y escritor francés

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“Una fórmula para alcanzar la celebridad puede ser ésta: expresar ideas sencillas con claridad, ingenio y cortesía.”

André Maurois (1885–1967) escritor francés

Fuente: Arribas, Eusebio Sebastián. Enciclopedia básica de la vida. Número 146 de Colección Cultiva. Editorial Cultivalibros, 2010. ISBN 9788499233420. p. 53.

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“Caminatas, vida sencilla, aire libre y ejercicio continuo.”

El crepúsculo de los ídolos, o cómo se filosofa con el martillo (1889)

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“La primera regla resulta muy sencilla: No me creas.”

Miguel Ángel Ruiz Macías (1952) emexicanoy filósofo mexicano

La maestría del amor

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“Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador "Ponte los zapatos y los calcetines", el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?”

The Terminal Man
Variante: Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador <>, el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?

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“Mi diagnóstico es sencillo: sé que no tengo remedio”

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Variante: Mi diagnóstico es sencillo, sé que no tengo remedio.

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“ーEscribí algo para ti, ーla corrigió con una sonrisa y comenzó a tocar.

Ella escuchó emocionada; comenzó lento, sencillo, su control sobre el arco producía un sonido armónico. La melodía la lleno tan fresca y dulce como el agua, tan esperanzadora y adorable como un amanecer. Miró a sus dedos fascinada por el movimiento tan exquisito que hacia que las notas salieran del violín. El sonido se volvió mas profundo conforme el arco se movía mas rápido, el antebrazo de Jem se desplazaba hacia adelante y atrás, su delgado cuerpo parecía difuminarse con el movimiento de su hombro. Sus dedos se deslizaban cuidadosamente arriba y abajo, el tono de la música profundizó, como nubes de tormenta reuniéndose en un horizonte brillante, un río que se convertía en torrente. Las notas se estrellaban a sus pies aumentando el sonido, el cuerpo entero de Jem parecía moverse en sintonía con los sonidos que emanaban del instrumento, a pesar de que ella sabia que sus pies se encontraban firmes en el suelo. Su corazón encontró la paz con la música, los ojos de Jem estaban cerrados, las comisuras de sus labios mostraban un gesto de dolor. Una parte de ella quería correr a sus pies, rodearlo con sus brazos; la otra otra parte no quería que se detuviera la música, el hermoso sonido de él. Era como si él hubiera tomado su arco utilizándolo como un pincel para pintar, creando un lienzo en el cual su alma se muestra claramente. Cuando las ultimas notas se alzaron más y más alto, llegando a tocar el paraíso, Tessa estuvo consciente de que su rostro estaba húmedo, pero no fue hasta que la ultima nota dejo de sonar y él bajo el violín cuando se dio que estaba llorando.”

The Infernal Devices: Clockwork Princess

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“«Antes de la segunda guerra mundial la vida era sencilla. Después ya teníamos sistemas.» Grace Hopper”

Guy Kawasaki (1954) Empresario y escritor estadounidense

El arte de cautivar: Cómo se cambian los corazones, las mentes y las acciones

“Ofrecemos algo elemental simple y sencillo: que la vida no sea asesinada en primavera.”

Carlos Pizarro (1952–1990) Político colombiano

Fuente: Última alocución a los colombianos por los canales de televisión, como candidato a la presidencia, realizada el 20 de abril de 1990.

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“Hay que aceptar lo desconocido, perderle el miedo, y el resto es sencillo.”

John Lennon (1940–1980) músico multiinstrumentista y compositor (1940-1980)

Fuente: Entrevista Con John Lennon y Yoko Ono. Playboy, 1980.[referencia insuficiente]

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“Las razones de la felicidad son casi siempre muy sencillas.”

Jean Giono (1895–1970) escritor francés

Les raisons du bonheur sont la plupart du temps fort simples
Fuente: La Chasse au bonheur.
Fuente: Jean Giono, éd. Gallimard, 1988 (ISBN 2-07-071372-5), p. 133.

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