Frases sobre tres

Una colección de frases y citas sobre el tema del tres, dos, veces, años.

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“Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.”

José Martí (1853–1895) escritor y político cubano, precursor de la independencia de su país

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Variante: Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.

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“Recorriendo la historia de los pueblos antiguos y volviendo la vista a los modernos, se observa que todos tienen uno de tres estados:el de la ignorancia, el del error y el de la ilustracion.”

José Cecilio del Valle (1777–1996) político hondureño

Obras
Fuente: Americanidad y otras Relaciones http://cuhwww.upr.clu.edu/exegesis/39-40/perezzumbado.pdfDanilo Perez Zumbado, Universidad Nacional Heredia Costa Rica, 20101. Retrieved March 20, 2010

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“El color que percibimos es una función de tres variables independientes, por lo menos son tres las que yo creo suficientes, pero el tiempo dirá si prosperan.”

James Clerk Maxwell (1831–1879) físico escocés

Fuente: Maxwell, en una carta a William Thomson, The Scientific Letters and Papers of James Clerk Maxwell: 1846-1862 (1990), p. 245.

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“Benjamin Franklin: «Hay tres cosas que son extremadamente duras: el acero, el diamante y conocerse a uno mismo».”

El manual de liderazgo: 26 lecciones fundamentales que todo líder necesita

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“Los poderes deben vigilarse y contenerse recíprocamente. Esta vigilancia no debe atribuirse a uno de ellos excluyendo a los otros dos, ya que todos ellos son nombrados por el soberano. La confianza que él ha puesto en todos por igual; ¿Por qué deberíamos suponer que uno de ellos es infalible e incorruptible, y los otros dos, sujetos a error y corrupción? Tal es, sin embargo, el absurdo sistema de aquellos que hacen que el Cuerpo Legislativo sea el supervisor del Ejecutivo y que no le otorguen a éste ningún derecho de inspección sobre el Legislativo. Por lo tanto, se olvida que los tres poderes son como centinelas avanzados para velar por la seguridad del Estado, y que si uno de ellos se aparta de sus funciones, el deber de los otros dos es dar el alarma, para que el pueblo así advertido provea a su salud y a su seguridad. No es probable que tres poderes independientes y celosos se unan para traicionar los intereses del soberano; y es sobre esta probabilidad moral que la seguridad del ciudadano se funda con respecto a la libertad civil y política.”

Francisco de Miranda (1750–1816) político, militar, diplomático, escritor, humanista e ideólogo venezolano

Fuente: Opinión del General Miranda sobre la situación actual de Francia y sobre los remedios adecuados a sus males. 1794.
Fuente: Opinion du général Miranda sur la situation actuelle de la France, et sur les remèdes convenables à ses maux, 2018-07-07, texte, Miranda, Francisco de (1750-1816). Auteur du, 1794, Gallica, FR https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k56808272/f6.image,
Fuente: [Miranda, Francisco de, South American Emancipation: Documents, Historical and Explanatory, Shewing the Designs which Have Been in Progress, and the Exertions Made by General Miranda, for the Attainment of that Object During the Last Twenty-five Years, https://books.google.com.pe/books?id=dEUTAAAAYAAJ&pg=PA175&dq=Deux+conditions+sont+essentielles+%C3%A0+l'ind%C3%A9pendance+absolue+des+pouvoirs.+Le+premier,+que+la+source+dont+ils+%C3%A9manent+est+un.&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwix0sO6w43cAhVMtlkKHSx2BgkQ6AEIKDAA#v=onepage&q=Deux%20conditions%20sont%20essentielles%20%C3%A0%20l'ind%C3%A9pendance%20absolue%20des%20pouvoirs.%20Le%20premier,%20que%20la%20source%20dont%20ils%20%C3%A9manent%20est%20un.&f=false, 2018-07-07, 1810, R. Juigné, fr]
Fuente: [Miranda, Francisco de, Documentos fundamentales, https://books.google.com.pe/books?id=wRYo2nhXM_gC&pg=PA57&lpg=PA57&dq=%22Dos+condiciones+son+esenciales+para+la+independencia+absoluta+de+los+poderes%22&source=bl&ots=ww7o-t3r-r&sig=rR1YtyttFG2Q08wzjvUAdq0yhAk&hl=en&sa=X&redir_esc=y#v=onepage&q=%22Dos%20condiciones%20son%20esenciales%20para%20la%20independencia%20absoluta%20de%20los%20poderes%22&f=false, 2018-08-11, 1992, Fundacion Biblioteca Ayacucho, 9789802761845, es]

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“Querido hermano: Recibo atónito tu carta y me asombro de los sanos consejos que en ella me das.
Tienes formado muy mal concepto de las fuerzas republicanas y excesivamente bueno de las monárquicas y de lo que representa el trono.
Siguiendo la monarquía en España, ya conoces el rumbo de la nación. La nobleza, que se considera casta superior, en su mayoría descendientes bastardos de otros nobles, viviendo a costa del país al amparo de la monarquía, con delegaciones regias, negocios dudosos, puestos políticos influyentes, y escarneciendo a las clases inferiores -más morales cuanto más inferiores- con sus desenfrenos de todos conocidos.
El alto clero y las congregaciones, que tienen su principal apoyo en la dinastía reinante, asfixiando las libertades públicas con sus demandas y desafueros, llevándose en forma directa o indirecta un buen trozo del presupuesto, mientras el país languidece y la incultura perdura por falta de escuelas y elementos de enseñanza, pues en los presupuestos no queda dinero para tan perentorias atenciones.
Los príncipes, infantes y demás parientes más o menos cercanos al trono, hacen truculentos negocios con el amparo que les presta el poder.
El ejército, que debiera ser servidor de la nación, hoy sólo sirve al trono y, para proteger a éste, se atreve a ametrallar al pueblo ansioso de recuperar su soberanía, atropellada y escarnecida por la dictadura borbónica.
Mientras, el ejército se apropia el oficio de verdugo de la nación, descuida su eficiencia guerrera y es tan sólo una caricatura de lo que debiera ser.
En cambio, se lleva la tercera parte de los presupuestos nacionales.
La vieja política, desacreditada, dando origen al golpe de Estado del año 23, llegó a aquel punto de descrédito, gobernando, o mejor dicho, desgobernando las clases monárquicas en cooperación con el poder moderador - por no llamarle absoluto - de ese trono que tanto defiendes.
En la monarquía no aparecen valores nuevos. Las mismas causas de antaño producirán los mismos efectos.
Tras una nueva etapa de desgobierno, funesta, desde luego, vendrá otra etapa de dictadura, que completará la labor de la dictadura anterior, terminando de ahogar todo espíritu liberal y ciudadano y convirtiéndonos en lo que son hoy algunas repúblicas americanas.
Los pocos ciudadanos que pueden, para no morir a manos reaccionarias tendrán que emigrar, perdiéndose para España los valores que ellos representan.
Los generales -incapaces- que hoy se agrupan en torno del trono para defenderlo, no llevan otras miras que evitar la llegada de un orden nuevo, en el que por su incapacidad no tendrían puesto decoroso; y para salvar su actual posición privilegiada, defienden a su señor con instinto y dote de esclavos, tratando de poner una vez más el ejército enfrente del pueblo.
Esto, que sucedió otras veces, ya no lo conseguirán, y el soldado y el oficial se pondrán al lado de aquél para ayudarle a sacudir sus yugos legendarios y hacer justicia, su justicia, la verdadera justicia, la justicia popular.
El pueblo paga al ejército y al trono para que le sirvan y no para que lo tiranicen, y cuando se cansa de pagar servidores desleales, está en su legítimo derecho a prescindir de ellos.
El trono rompió la constitución, que es el pacto que tenía con el pueblo; roto el pacto, al pueblo, sólo al pueblo, corresponde rehacerlo o elegir el régimen de gobierno que le ofrezca más sólida garantía de progreso y bienestar.
Un régimen que por evoluciones parlamentarias y no por revoluciones sangrientas consiga que no sea un mito el significado de las tres palabras "Libertad, Igualdad, Fraternidad".
Ese régimen no puede ser ya la monarquía, puesto que ha demostrado cumplidamente que sólo satisface sus egoísmos, sin importarle un ardite las necesidades del país.
El mundo en pocos años ha evolucionado rápidamente. Casi todas las naciones de Europa están hoy constituidas en repúblicas, lo están todas las de América. Los que sentimos el culto de la patria, debemos quererla republicana, única forma de que progrese y se coloque al nivel del resto de Europa, respecto al cual vamos atrasados muchos años.
Una república moderada sería la solución al actual estado de cosas.
Ella atraería a la gobernación del país a las clases privilegiadas sin espantarlas ni ponerles enfrente, como sucedería con el establecimiento de una república radical.
Los elementos más radicales la respetarían, porque verían siempre en ella la posibilidad de evolucionar hacia sus ideales, tratando de ganar puestos en los comicios con su conducta, sus programas y una adecuada propaganda.
El país se gobernaría en definitiva como quisiera y evitaríamos la llegada de una revolución que camina con pasos de gigante y que cuanto más tarde más violenta ha de ser.
Dices en tu carta con un profundo desconocimiento que las izquierdas son averiada mercancía. ¡Mercancía y bien averiada son las derechas! ¡Ya hemos visto cómo se vendían o alquilaban! Lo poco bueno que en ellas quedaban, se ha marchado a la república, por no convivir con tanto profesional de la indignidad y de la falta de decoro. Los partidos monárquicos ¡¡ésos sí que son averiada mercancía!!”

Francisco Franco (1892–1975) general y dictador español

Carta de Ramón Franco a su hermano
Fuente: "Autobiografía del general Franco" de Manuel Vázquez Montalbán.

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“No le dijo a nadie que se iba, no se despidió de nadie, con el hermetismo férreo con que sólo le reveló a la madre el secreto de su pasión reprimida, pero a la víspera del viaje cometió a conciencia una locura última del corazón que bien pudo costarle la vida. Se puso a la medianoche su traje de domingo, y tocó a solas bajo el balcón de Fermina Daza el valse de amor que había compuesto para ella, que sólo ellos dos conocían y que fue durante tres años el emblema de su complicidad contrariada. Lo tocó murmurando la letra, con el violín bañado en lágrimas, y con una inspiración tan intensa que a los primeros compases empezaron a ladrar los perros de la calle, y luego los de la ciudad, pero después se fueron callando poco a poco por el hechizo de la música, y el valse terminó con un silencio sobrenatural. El balcón no se abrió, ni nadie se asomó a la calle, ni siquiera el sereno que casi siempre acudía con su candil tratando de medrar con las migajas de las serenatas. El acto fue un conjuro de alivio para Florentino Ariza, pues cuando guardó el violín en el estuche y se alejó por las calles muertas sin mirar hacia atrás, no sentía ya que se iba la mañana siguiente, sino que se había ido desde hacía muchos años con la disposición irrevocable de no volver jamás..”

El amor en los tiempos del cólera (1985)

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“Creo que la vida del hombre está marcada por tres edades: la primera es la edad del impulso, en la que todo lo que nos mueve y nos importa no necesita justificación, antes bien nos sentimos atraídos hacia todo aquello -una mujer, una profesión, un lugar donde vivir- gracias a una intuición impulsiva que nunca compara; todo es tan obvio que vale por sí mismo y lo único que cuenta es la capacidad para alcanzarlo. En la segunda edad aquello que elegimos en la primera, normalmente se ha gastado, ya no vale por sí mismo y necesita una justificación que el hombre razonable concede gustoso, con ayuda de su razón, claro está; es la madurez, es el momento en que, para salir airoso de las comparaciones y de las contradictorias posibilidades que le ofrece todo lo que contempla, el hombre lleva a cabo ese esfuerzo intelectual gracias al cual una trayectoria elegida por el instinto es justificada a posteriori por la reflexión. En la tercera edad no sólo se han gastado e invalidado los móviles que eligió en la primera sino también las razones con que se apuntaló su conducta en la segunda. Es la enajenación, el repudio de todo lo que ha sido su vida para la cual ya no encuentra motivación ni disculpa. Para poder vivir tranquilo hay que negarse a entrar en esa tercera etapa; por muy forzado que parezca, debe hacer un esfuerzo con su voluntad para permanecer en la segunda; porque otra cosa es la deriva.”

Juan Benet (1927–1993) escritor español
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“Todo hombre sabio teme tres cosas: una tormenta en el mar, las noches sin luna y la ira un hombre amable”

The Wise Man's Fear
Variante: Todos los hombres sabios temen tres cosas: la tormenta en el margo, la noche sin luna y la ira de un hombre apacible.

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“Siempre nos hallamos de acuerdo en dos o tres puntos que entendemos, y discutimos sobre dos o tres mil que no entendemos en manera alguna.”

Voltaire (1694–1778) escritor, historiador, filósofo y abogado francés

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“Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquéllo que desea.”

Paulo Coelho (1947) escritor brasileño

Variante: Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.
Fuente: La Quinta Montaña (p. 181)

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“El hombre rico tiene sus limitaciones. Quizás tenga dos o tres casas y cada una de ellas con una docena de cuartos, pero él sólo podrá ocupar uno de éstos por turno ya que solamente tiene un cuerpo.
No es mejor en este sentido que el más pobre de los pobres. Podrá ver y admirar una puesta de sol, gozar de un día claro, o de una vista hermosa, pero el hombre pobre puede gozar de todo esto tan ampliamente como él. Si el hombre pobre tiene la sensatez de hacer en la vida dos cosas, podrá gozar de ella tanto como el millonario, y probablemente mejor.
La primera es:
No tomar las cosas con demasiada seriedad, pero sacar el mejor partido de lo que se tiene, y ver la vida como un juego y el mundo como un patio de juego. Shackleton ha dicho.'La vida es el más grande de los juegos; pero se corre el peligro de tratarla como un juego trivial... La meta principal es ganar por medio de la honradez y espléndidamente'.
La segunda es:
'Dejad que vuestras hazañas y vuestros pensamientos los dirija el Amor. Por Amor, con "A" mayúscula, no quiero decir enamorarse y todo aquello que se ampara vulgarmente con esa palabra. Lo que quiero decir es ese espíritu bondadoso que se hace patente al rendir un servicio a un semejante, cuando se es bondadoso y compasivo, cuando se demuestra gratitud hacia los demás por las bondades recibidas. Eso es buena voluntad y la buena voluntad es la voluntad de Dios'.”

Robert Baden-Powell (1857–1941) militar británico, fundador del Movimiento Scout

De Roverismo hacia el éxito

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“Los tres grandes majaderos de la historia hemos sido Jesucristo, Don Quijote… y yo.”

Simón Bolívar (1783–1830) militar y político venezolano

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Últimas palabras (dichas a su médico).

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“Foucault —siempre hablando de aquellos tres «fundadores de discurso»— dice que Marx no se limita a interpretar a la sociedad burguesa, sino a la interpretación burguesa de la sociedad (por eso El capital no es una economía política, sino una crítica de la economía política); que Freud no interpreta el sueño del paciente, sino el relato que el paciente hace de su sueño (y que ya constituye, desde luego, una «interpretación», en el sentido vulgar o «silvestre»); que Nietzsche no interpreta a la moral de Occidente, sino al discurso que Occidente ha construido sobre la moral (por eso hace una genealogía de la moral). Se trata, siempre, de una interpretación que hace ver que esos discursos que examina son, justamente, interpretaciones —«producciones» de sentido— y no meros objetos complicados a descifrar, con un sentido dado desde siempre que sólo se trata de re-descubrir. Lo que hacen los tres, nuevamente es intervenir sobre una construcción simbólica no para mostrar su transparencia originaria, sino al revés, para producirla como opacidad; no para descifrarla, sino al revés, para otorgarle su carácter de cifra, su «artificialidad», es decir, para desnaturalizarla en su función de «sentido común», y para desnaturalizar, también, la relación de ese discurso con los sujetos que ha producido como soportes de su propia reproducción. Se trata, en fin, de quebrar esa armonía y ese bienestar, de transformar al sujeto, mediante la interpretación, en insoportable para su propio discurso y quizá dejarlo, momentáneamente, sin palabras.”

Michel Foucault (1926–1984) filósofo francés

نیچه , فروید , مارکس

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“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-lita: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.”

Lolita
Variante: Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.

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“Lo hice nuevamente.
Uno de cada diez años
puedo soportarlo…

una especie de milagro ambulante, mi piel
brilla como una pantalla nazi,
mi pie derecho

un pisapapeles,
mi rostro sin forma, delgado
lienzo judío.

Retira la compresa,
¡ah, enemigo mío!
¿te doy miedo?…

¿La nariz, la fosa de los ojos, toda la dentadura?
El aliento agrio
un día se desvanecerá.

Pronto, pronto la carne
que alimentó la grave sepultura me será
familiar

y yo seré una mujer sonriente,
sólo tengo treinta.
Y como el gato tengo nueve vidas que morir.

Ésta es la Número Tres.
Qué basura
para la aniquilación de cada década.

Qué millón de filamentos.
La multitud como maní prensado
se atropella para ver

desenvuelven mis manos y pies…
el gran strip tease
señoras y señores

éstas son mis manos
mis rodillas.
Puede que esté piel y huesos,

sin embargo, soy la misma e idéntica mujer.
La primera vez que ocurrió, tenía diez.
Fue un accidente.

La segunda vez quise
que fuera definitivo y no regresar jamás.
Me mecí doblada sobre mí misma

como una concha.
Tuvieron que llamar y llamar
y quitarme uno a uno los gusanos como perlas viscosas.

Morir
es un arte, como cualquier otro,
yo lo hago de maravillas.

Hago que se sienta como un infierno.
Hago que se sienta real.
Creo que podrían llamarlo un don.

Es tan fácil que puedes hacerlo en una celda.
Es tan fácil que puedes hacerlo y quedarte ahí, quietita.
Es el teatral

regreso a pleno día
al mismo lugar, a la misma cara, al mismo grito
brutal y divertido

“¡Milagro!”
que me deja fuera de combate.
Hay un precio a pagar

para mirar las escaras, hay un precio a pagar
para auscultar mi corazón…
late de veras.

Y hay un precio a pagar, un precio mayor
por una palabra o un contacto
o un poquito de sangre

o una muestra de mi cabello o de mi ropa.
Bueno, bueno, Herr Doctor.
Bueno, Herr Enemigo.

Soy vuestra opus,
soy vuestra valiosa
niña de oro puro

que se funde en un chillido.
Giro y ardo.
No crean que no estimo su enorme preocupación.

Cenizas, cenizas…
Ustedes atizan y remueven.
Carne, hueso, no hay nada allí…

Un pan de jabón,
un anillo de bodas,
un empaste de oro.

Herr dios, Herr Lucifer
tengan cuidado
tengan cuidado.

Sobre las cenizas
me elevo con mi cabello rojo
y devoro hombres como aire.”

Sylvia Plath (1932–1963) escritora Estadounidense

Ariel

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“Después de tres días, el pescado y los invitados apestan.”

Fuente: Israel, Ricardo. El libro de las verdades. Citas citables. Editorial RIL Editores, 2011, p. 93.
Fuente: Almanaque del pobre Richard.

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“Un amigo en la vida es mucho. Dos son demasiado. Tres son imposibles.”

Henry Adams (1838–1918)

Fuente: Moya Cabrera, Javier. La materia. Editorial Libros.com, 2016. ISBN 9788416616626.

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“A un hombre sólo le pido tres cosas: que sea guapo, implacable y estúpido.”

Dorothy Parker (1893–1967)

Fuente: [Red] (2008), p. 40.

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“Todavía faltan tres.”

Roberto Fontanarrosa (1944–2007) Humorista gráfico y escritor argentino

Sobre el asesinato de John Lennon.
Citas de personajes, Boogie el aceitoso

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“Una vez es coincidencia, dos es casualidad y tres es la acción del enemigo.”

Citas en libros, Goldfinger

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“Victoria, ya he dicho que a las tres y juntos. Dios sabe las veras con las que le he pedido por la salud de mi hermano y el ningún deseo que tenía de poseer sus inmensos bienes. Su Divina Majestad ha querido que vaya a España; Él cuidará de nosotros y se hará su santa voluntad.”

Carlos III de España (1716–1788) Su Católica Majestad Carlos III, Rey de España (1759 - 1788)

Al Marqués de la Victoria, cuando éste le propuso a Don Carlos partir de Nápoles en navíos pequeños cuando amainasen las tormentas.

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