Frases sobre vencido

Una colección de frases y citas sobre el tema del vencido, ser, veces, guerra.

Frases sobre vencido

Prótagorás Foto

“Si llego a vencer, es preciso que me pagues por haber vencido; si vences tú, por haber vencido tú.”

Prótagorás (-486–-411 a.C.)

Argumento empleado en un juicio contra un alumno llamado Evatlo que se negó a pagarle sus honorarios profesionales.
Evatlo: "Pero todavía no he ganado ningún pleito".
Fuente: Diógenes Laercio.

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“Quien no espera vencer, ya está vencido.”

Fuente: Poesía, La victoria de Junín.

Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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“Cuando el mundo dice que te des por vencido, la esperanza dice que lo intentes de nuevo”

Demi Lovato (1992) actriz estadounidense, cantante, compositora, filántropa, modelo y empresaria
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“Oh, tú, el más sabio y bello de los ángeles,
Dios traicionado por el destino y de alabanzas privado,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Oh, Príncipe del exilio, a quien se ha agraviado,
y que, vencido, siempre más poderoso vuelves a levantarte,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú que todo lo sabes, gran Rey de las cosas subterráneas,
tú, familiar sanador de las angustias humanas,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú que, hasta a los leprosos y los parias malditos,
enseñas mediante el amor el sabor del Paraíso,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Oh tú que de la Muerte, esa amante vieja y poderosa,
engendras la Esperanza, esa adorable loca,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú que das al condenado esa mirada en torno al cadalso
que, arrogante y serena, a todo un pueblo condena,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú que sabes en qué rincón de las tierras ansiosas
el celosos Dios ocultó sus piedras preciosas,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú cuya clara mirada conoce los profundos arsenales
en donde duerme amortajado el pueblo de los metales,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú cuya extendida mano oculta los precipicios
al sonámbulo que vaga al borde de los edificios,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú que, mágicamente, haces flexibles los viejos huesos
del borracho rezagado al que los caballos atropellaron,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú que, para consolar al frágil que sufre,
nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú que pones tu marca, oh cómplice sutil,
en la frente del Creso despiadado y vil,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Tú que pones en el corazón de las muchachas
el culto a las heridas y el amor a los harapos,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Báculo del desterrado, lámpara del inventor,
confesor del ahorcado y del conspirador,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!

Padre adoptivo de aquellos a quienes, en su negra cólera,
Dios padre del Paraíso terrenal expulsó,

¡oh, Satán, apiádate de mi enorme miseria!¡Gloria y alabanza a ti, Satán, en las alturas
del Cielo, donde reinas, y en las profundidades
del Infierno, donde, vencido, en silencio sueñas!
¡Haz que mi alma un día, bajo el árbol de la Ciencia,
cerca de ti descanse, en la hora en que sobre tu frente
como un Templo nuevo sus ramas se extiendan!”

Les Fleurs du Mal

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“Los pecados contra la sangre y la raza constituyen el pecado original de este mundo y el ocaso de una humanidad vencida.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Fuente Mein Kampf, Parte primera, Capítulo 10.
Citas de Mein Kampf

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“Traducción: «La única salvación para los vencidos es no esperar salvación alguna.»”
Una salus victis nullam sperare salutem.

«Una salus victis nullam sperare salutem».
Fuente: Eneida, II, 354.

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“¡Oh gente humana, para volar nacida!
¿porqué al menor soplo caes vencida?”

La Divina Comedia
Fuente: Purgatorio, Canto XII, sentencia 95-96.

Lucio Anneo Seneca Foto

“La paz es conveniente al vencedor y necesaria al vencido.”

Lucio Anneo Seneca (-4–65 a.C.) filósofo, político, orador y escritor romano

Fuente: [Palomo Triguero] (2013), p. 233.

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“Es ley de guerra que los vencedores traten a los vencidos a su antojo.”

Julio César (-100–-44 a.C.) líder militar y político de la República romana tardía

Atribuidas

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“Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla sin Robinson,
oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso…,
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Perdido como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Vencido como un viejo que pierde al tute,
lascivo como el beso del coronel,
furtivo como el Lute cuando era el Lute,
inquieto como un párroco en un burdel,
errante como un taxi por el desierto,
quemado como el cielo de Chernovil,
solo como un poeta en el aeropuerto…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Inútil como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como el libro del porvenir,
violento como un niño sin cumpleaños,
como el perfume del desengaño…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Amargo como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.”

Joaquín Sabina (1949) cantautor español
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“El que está resuelto a vencer o morir, rara vez es vencido; una desesperación tan noble difícilmente parece.”

Pierre Corneille (1606–1684) dramaturgo francés

Fuente: [Ortega Blake] (2013), p. 1166.

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“El amor es lo más parecido a la guerra; una guerra en la que es indiferente vencer o ser vencido, porque siempre se gana.”

Jacinto Benavente (1866–1954) literato español

El
Fuente: Pensamientos.
Fuente: Ed. Hernando, 1931. Página 38.

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“Somos inquebrantables, dejarles bombardear, la OTAN será forzosamente vencida, estamos decididos a no cambiar nada en nuestro país a no ser por nuestra propia voluntad y no por la de sus aviones.”

Muamar el Gadafi (1942–2011) dictador libio

Fuente: Lavanguardia.com http://www.lavanguardia.com/internacional/20110617/54173444225/gadafi-afirma-que-la-otan-sera-derrotada-y-que-no-podra-cambiar-nada-en-libia.html

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“Los colonizadores serán vencidos, Francia será vencida, Estados Unidos será vencido, Gran Bretaña será vencida.”

Muamar el Gadafi (1942–2011) dictador libio

Fuente: Maspormas.com.mx http://www.maspormas.com.mx/2011/03/gadafi-dice-que-aplastara-a-sus-enemigos/.html

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“Sufrimiento para el vencido.”
Vae victis.

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“Hay que saber perder pero no darse por vencido.”

Héctor del Mar (1942–2019) locutor de radio y televisión español de origen argentino
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“Los carlistas quedaron como vencidos en el campo del vencedor de la guerra civil, que es la peor de las situaciones; los vencedores, como siempre ha ocurrido, escribieron la historia a su manera.”

Carlos Hugo de Borbón Parma (1930–2010) político español

27 de enero de 1978.
Fuente: El País "Los carlistasquedaron como vencidos en el campo del vencedor" http://www.elpais.com/articulo/espana/BORBoN-PARMA/_CARLOS_HUGO_DE/ESPAnA/PARTIDO_CARLISTA/carlistas/quedaron/vencidos/campo/vencedor/elpepiesp/19780128elpepinac_6/Tes/

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“La victoria engendra enemistad. Los vencidos viven en la infelicidad.”

Buda Gautama (-563–-483 a.C.) religioso namekusei

Capítulo 15, 201.
DHAMMAPADA

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“Mientras existan ríos y montañas, mientras queden hombres, vencido el agresor yanqui construiremos un Vietnam diez veces más hermoso.”

Ho Chi Minh (1890–1969) poeta, político comunista vietnamita, y presidente (1954 - 1969) de la República Democrática de Vietnam
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“Otra victoria como ésta y estaré vencido.”

Pirro de Epiro (-318–-272 a.C.)

Sin fuentes
Frase pronunciada tras ganar sendas batallas a Roma, con grandes pérdidas humanas. A partir de entonces, la expresión «victoria pírrica» ha quedado como símbolo de victoria conseguida con excesivos costes.

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“La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas.”

Nicanor Parra (1914–2018) poeta, matemático y físico chileno
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“No te des por vencido, ni aún vencido; No te sientas esclavo, ni aún esclavo. Trémulo de pavor siéntete bravo. Y arremete feroz, ya malherido.”

Fuente: Citado en Botello Mier, Óscar. El don de la palabra en sus labios. Panorama Editorial, 2007 ISBN 978-96-8381-589-7. p. 124.

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“Una vez fui testigo del estrecho nexo entre la pérdida de la fe en el futuro y este peligroso darse por vencido. F., el jefe de mi barracón, compositor y libretista famoso, me confió un día: «Me gustaría contarle algo, doctor. He tenido un extraño sueño. Una voz me invitaba a desear cualquier cosa, bastaba con preguntar lo que quería conocer y mis preguntas serían satisfechas de inmediato. ¿Sabe qué pregunté? Cuándo terminaría la guerra para mí. Ya sabe lo que quiero decir, doctor, ¡para mí! Conocer cuándo seríamos liberados los de este campo y cuándo terminarían nuestros sufrimientos». «¿Y cuándo tuvo usted ese sueño?», le pregunté. «En febrero de 1945», contestó. Por entonces estábamos a principios de marzo. «¿Qué respondió la voz en su sueño?» En voz baja, casi furtivamente, me susurró: «El treinta de marzo.» Cuando F. me contó aquel sueño todavía se encontraba rebosante de esperanza y convencido de la certeza y veracidad del oráculo de la voz. Sin embargo, a medida que se acercaba el día prometido, las noticias que recibíamos sobre la guerra menguaban las esperanzas de ser liberados en la fecha indicada. El veintinueve de marzo, de repente, F. cayó enfermo con una fiebre muy alta. El treinta de marzo, el día en que según su profecía terminaría la guerra y el sufrimiento para él, empezó a delirar y perdió la conciencia. El treinta y uno de marzo falleció. Según todas las apariencias murió de tifus… Los que conocen la estrecha relación entre el estado de ánimo de una persona su valor y su esperanza, o su falta de ambos y el estado de su sistema inmunológico comprenderán cómo la pérdida repentina de la esperanza y el valor pueden desencadenar un desenlace mortal. La causa última de la muerte de mi amigo fue la honda decepción que le produjo no ser liberado en el día señalado. De pronto se debilitó la resistencia de su organismo y sus defensas disminuyeron, dejándole a merced de la infección tifoidea latente. Su esperanza en el futuro y su voluntad de vivir se paralizaron, y su cuerpo sucumbió víctima de la enfermedad. Después de todo, la voz de sus sueños se hizo realidad. La observación de este caso, y sus consecuencias psicológicas, concuerda con un hecho que el médico del campo me hizo notar: la tasa de mortandad semanal durante las Navidades de 1944 y el Año Nuevo de 1945 superó en mucho las estadísticas habituales del campo. En su opinión, la explicación de este aumento de mortalidad no había que buscarla en el empeoramiento de las condiciones de trabajo, ni en una disminución de la ración alimenticia, ni en un cambio climatológico, ni en el brote de nuevas epidemias. A su entender, se trataba sencillamente de la ingenua esperanza que abrigaron la mayoría de los presos de ser liberados por las fiestas navideñas. Según se acercaba esa fecha, y al no recibir ninguna noticia alentadora, los prisioneros perdieron su valor y les venció el desaliento. Muchos de ellos murieron al debilitarse su capacidad de resistencia. Ya advertimos”

El hombre en busca de sentido

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