Frases sobre ansiedad

Una colección de frases y citas sobre el tema del ansiedad, vida, vejez, vida.

Frases sobre ansiedad

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“Amar es sufrir amablemente; es gozar de una ansiedad perenne, de un sobresalto siempre renovado.”

José Ingenieros (1877–1925) filósofo argentino

Fuente: Ingenieros, José: Crónicas de viaje

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“Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador "Ponte los zapatos y los calcetines", el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?”

The Terminal Man
Variante: Control de la mente. Vaya estupidez.

Lo cierto era que todo el mundo tenía la mente controlada, y todo el mundo se congratulaba por ello. Los controladores de mente más poderosos del mundo eran los padres, y eran ellos los que causaban más daños. Los teóricos solían olvidar que nadie nacía convencional, neurótico o con prejuicios; estas cualidades requerían ayuda ajena. Naturalmente, los padres no tenían intención de causar daño a sus hijos; se limitaban a inculcarles actitudes que consideraban importantes y útiles para ellos.

Los niños recién nacidos eran pequeños computadores en espera de ser programados. Podían aprender todo cuanto les fuera enseñado, desde mala ortografía a actitudes equivocadas. Como los computadores, no sabían discriminar; carecían de elementos para diferenciar las ideas buenas de las malas. La analogía era absolutamente exacta: mucha gente había comentado el infantilismo y la fidelidad literal de los computadores. Por ejemplo, si se ordenaba a un computador <>, el computadores respondería inmediatamente que no podía ponerse los calcetines por encima de los zapatos.

Toda la programación importante había terminado a la edad de siete años. Las actitudes raciales, sexuales, éticas, religiosas, nacionales. El giróscopo estaba en marcha, y los niños ya podían empezar su progreso por los cauces señalados de antemano.

Control de la mente.

¿Cómo llamar a algo tan sencillo como los convencionalismos sociales? ¿Estrecharse mutuamente las manos al saludarse? ¿No dar nunca la espalda en un ascensor? ¿Servir la comida por la izquierda? ¿Colocar la copa de vino a la derecha? Cientos de pequeños convencionalismos que la gente necesitaba para estereotipar las relaciones sociales; la supresión de una sola de ellas acarrearía una ansiedad insoportable.

Las personas necesitaban el control de la mente. Les gustaba sujetarse a él. Sin él se sentían irremediablemente perdidas.

Pero si un pequeño grupo de gente intentaba resolver el mayor problema del mundo en la actualidad –la violencia incontrolada-, de todas partes llegaban las exclamaciones: control de la mente, ¡control de la mente!

¿Qué era mejor, control o caos?

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“Jamás hubo una guerra justa, jamás hubo una guerra honrosa, por la parte de su instigador. Yo miro en lontananza un millón de años más allá, y esta norma no se alterará ni siquiera en media docena de casos. El puñadito de vociferadores (como siempre) pedirá a gritos la guerra. Al principio (con cautela y precaución) el púlpito pondrá dificultades; la gran masa, enorme y torpona, de la nación se restregará los ojos adormilados y se esforzará por descubrir el por qué tiene que haber guerra y dirá con ansiedad e indignación: -Es una cosa injusta y deshonrosa, y no hay necesidad de que la haya-. Pero el puñado vociferará con mayor fuerza todavía. En el bando contrario, unos pocos hombres bienintencionados argüirán y razonarán contra la guerra valiéndose del discurso y de la pluma, y al principio habrá quien les escuche y les aplauda; pero eso no durará mucho; los otros ahogarán su voz con sus vociferaciones y el auditorio enemigo de la guerra se irá raleando y perdiendo popularidad. Antes que pase mucho tiempo verás este hecho curioso: los oradores serán echados de las tribunas a pedradas, y la libertad de palabra se verá ahogada por unas hordas de hombres furiosos que allá en sus corazones seguirán siendo de la misma opinión que los oradores apedreados (igual que al principio), pero que no se atreven a decirlo. Y, de pronto, la nación entera (los púlpitos y todo) recoge el grito de guerra y vocifera hasta enronquecer, y lanza a las turbas contra cualquier hombre honrado que se atreva a abrir su boca; y finalmente, esa clase de bocas acaba por cerrarse. Acto continuo, los estadistas inventarán mentiras de baja estofa, arrojando la culpa sobre la nación que es agredida, y todo el mundo acogerá con alegría esas falsedades para tranquilizar la conciencia, las estudiará con mucho empeño y se negará a examinar cualquier refutación que se haga de las mismas; de esa manera se irán convenciendo poco a poco de que la guerra es justa y darán gracias a Dios por poder dormir más descansados después de este proceso de grotesco engaño de sí mismos.”

Mark Twain (1835–1910) escritor estadounidense

Fuente: El forastero misterioso (1916), Cap. IX.

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“El mayor destructor de la ecología, la fuente más grande de desperdicio, agotamiento y contaminación, el mayor proveedor de violencia, guerra, crimen, pobreza, maltrato animal e inhumanidad; el generador más grande de neurosis social y personal, desórdenes mentales, depresión, ansiedad. Sin mencionar la fuente más grande de parálisis social que nos detiene de movernos hacia nuevas metodologías de salud personal, sostenibilidad global y progreso en este planeta, no es algún gobierno o legislación corrupta ni ninguna corporación deshonesta o cártel bancario, ni un defecto en la naturaleza humana y ni tampoco una conspiración secreta oculta que controla el mundo. Es, de hecho:
El sistema socio-económico en sí en su propia fundación”

Peter Joseph (1978)

documental Zeitgeist: Moving Forward 88:56-89:46 http://www.youtube.com/watch?v=4Z9WVZddH9w&t=88:56m49s, conferencia "Patología social" 13:26-14:12 http://www.youtube.com/watch?v=D0zy_FuJqNA&t=13m26s
The greatest destroyer of ecology; the greatest source of waste and pollution; the greatest purveyor of violence, war, crime inhumanity, poverty, and social distortion; the greatest generator of social and personal neurosis mental disorders, depression, anxiety; and the greatest source of social paralysis stopping us from moving into new methodologies for global sustainability and hence progress on this planet is not some government. It's not some legislation. It's not some rogue corporation or monopoly or cartel. It's not some flaw of human nature. It is, in fact, the economic system itself at its very foundation

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“19/abril/1943 16:20h. Tomo por vía oral 0,5 cc de solución mitad acuosa mitad promil de tartrato de dietilamida = 0,25 mg de tartrato. Tomada diluida con aproximadamente 10 cc de agua. Tiene mal gusto.
17:00h. Comienzan los mareos, sensación de ansiedad, distorsiones visuales, síntomas de parálisis, deseo de reír.
Suplemento 21/abril: Viajo a casa en bicicleta.
De 18:00 - 20:00h aprox. Crisis más severa. (Véase el informe especial).
Aquí terminan las notas en mi cuaderno de laboratorio. Fui capaz de escribir las últimas palabras pero con un gran esfuerzo. A estas alturas ya estaba claro para mí que el LSD había sido la causa de la notable experiencia del viernes anterior, con percepciones alteradas que eran del mismo tipo que las anteriores, sólo que mucho más intensas. Tuve que luchar para hablar de manera inteligible. Le pedí a mi asistente de laboratorio, que estaba informado del auto-experimento, que me acompañara a casa. Fuimos en bicicleta, no hay automóviles disponibles debido a las restricciones sobre su uso en tiempo de guerra. De camino a casa, mi estado comenzó a asumir formas amenazadoras. Todo en mi campo de visión fluctuaba y estaba distorsionado, como si me viese en un espejo curvo. También tuve la sensación de ser incapaz de moverme de ese sitio. Sin embargo, mi asistente me dijo más tarde que habíamos viajado muy rápidamente. Finalmente, llegamos al hogar sanos y salvos, y yo apenas fui capaz de pedirle a mi compañero que llamase a nuestro médico de cabecera y pidiese leche a los vecinos.
A pesar de mi estado delirante, desconcertado, tenía breves períodos de pensamiento claro y eficaz - y elegí tomar leche como un antídoto inespecífico contra el envenenamiento.”

Albert Hofmann (1906–2008) químico suizo
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“Y así, de feuille en aiguille, pienso en esos estados excepcionales en que por un instante se adivinan las hojas y las lámparas invisibles, se las siente en un aire que está fuera del espacio. Es muy simple, toda exaltación o depresión me empuja a un estado propicio a
lo llamaré paravisiones
es decir (lo malo es eso, decirlo)
una aptitud instantánea para salirme, para de pronto desde fuera aprehenderme, o de dentro pero en otro plano,
como si fuera alguien que me está mirando
(mejor todavía —porque en realidad, no me veo— : como alguien que me está viviendo).
No dura nada, dos pasos a la calle, el tiempo de respirar profundamente (a veces al despertarse dura un poco más, pero entonces es fabuloso)
y en ese instante sé lo que soy porque estoy exactamente sabiendo lo que no soy (eso que ignoraré luego astutamente). Pero no hay palabras para una materia palabra y visión pura, como un bloque de evidencia. Imposible objetivar, precisar ese defectividad que aprehendí en el instante y que era clara ausencia o claro error o clara insuficencia pero
sin saber de qué, qué.
Otra manera de tratar de decirlo: Cuando es eso, ya no estoy mirando hacia el mundo, de mí a lo otro, sino que por un segundo soy el mundo, el plano de fuera, lo demás mirándome. Me veo como pueden verme los otros. Es inapreciable: por eso dura apenas. Mido mi defectividad, advierto todo lo que por ausencia o defecto no nos vemos nunca. Veo lo que no soy. Por ejemplo (esto lo armo de vuelta, pero sale de ahí): hay enormes zonas a las que no he llegado nunca, y lo que no se ha conocido es lo que se es. Ansiedad por echar a correr, entrar en una casa, en esa tienda, saltar a un tren, devorar todo Jouhandeau, saber alemán, conocer Aurangabad… Ejemplos localizados y lamentables pero que pueden dar una idea. (¿una idea?)
Otra manera de querer decirlo: Lo defectivo se siente más como una pobreza intuitiva que como una mera falta de experiencia.”

Hopscotch

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“Si el futuro imaginario es mejor, te da esperanza o expectativas placenteras. Si es peor, crea ansiedad. Ambas son ilusorias.”

Eckhart Tolle (1948) escritor contemporáneo de origen alemán

Practicando el poder del ahora: Enseñanzas, meditaciones y ejercicios esenciales extraídos de El poder del Ahora

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“detonar las cefaleas. Es imposible enumerar todos los posibles culpables, pero puedo ofrecerte algunos consejos para ponerle fin al sufrimiento: Establece horarios estrictos para dormir. Es la clave para regular las hormonas del cuerpo y mantener la homeostasis, es decir, el estado predilecto del cuerpo en el que su fisiología está equilibrada. Deshazte de la grasa. Mientras más peses, es más probable que padezcas cefaleas. Mantente activo. El sedentarismo fomenta la inflamación. Modera tu consumo de cafeína y alcohol. Beberlos en exceso puede detonar dolores de cabeza. No te saltes comidas y no tengas hábitos alimenticios erráticos. Al igual que con el sueño, tener patrones de alimentación ordenados controla varios procesos hormonales que pueden influir en el riesgo de padecer cefaleas. Maneja el estrés emocional, la ansiedad, la preocupación y todo tipo de emociones fuertes. Éstas están entre los detonantes más comunes de los dolores de cabeza. Quienes sufren migrañas suelen ser sensibles a los eventos estresantes, los cuales dan pie a la liberación de ciertas sustancias químicas en el cerebro que pueden provocar cambios vasculares y causar una migraña. Para colmo de males, las emociones como la ansiedad y la preocupación incrementan la tensión muscular y dilatan los vasos sanguíneos, lo cual intensifica la gravedad de la migraña. Adopta una dieta sin gluten, sin aditivos y sin alimentos procesados. La dieta de bajo índice glicémico, baja en carbohidratos y alta en grasas saludables que delineo en el capítulo 11 te ayudará a reducir tu propensión a las cefaleas. Ten mucho cuidado con los quesos añejos, los embutidos y otras fuentes de glutamato monosódico (GMS, el cual suele encontrarse en la comida china), pues estos ingredientes pueden llegar a ser responsables hasta de 30% de las migrañas. Rastrea los patrones de tus experiencias con la cefalea. Eso te permitirá saber cuándo estás más vulnerable a ellas, de manera que puedas prestar más atención en esos momentos. Las mujeres, por ejemplo, con frecuencia pueden rastrear patrones relacionados con su ciclo menstrual. Si eres capaz de definirlos, entenderás mejor tus propios dolores de cabeza y actuarás en función de ellos.”

Cerebro de pan: La devastadora verdad sobre los efectos del trigo, el azúcar y los carbohidratos

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“Hay naturalezas puramente contemplativas, impropias totalmente para la acción, que, sin embargo, merced a un impulso misterioso y desconocido, actúan en ocasiones con rapidez de que se hubieran creído incapaces.
El que, temeroso de que el portero le dé una noticia triste, se pasa una hora rondando su puerta sin atreverse a volver a casa; el que conserva quince días una carta sin abrirla o no se resigna hasta pasados seis meses a dar un paso necesario desde un año antes, llegan a sentirse alguna vez precipitados bruscamente a la acción por una fuerza irresistible, como la flecha de un arco. El moralista y el médico, que pretenden saberlo todo, no pueden explicarse de dónde les viene a las almas perezosas y voluptuosas tan súbita y loca energía, y cómo, incapaces de llevar a término lo más sencillo y necesario, hallan en determinado momento un valor de lujo para ejecutar los actos más absurdos y aun los más peligrosos.
Un amigo mío, el más inofensivo soñador que haya existido jamás, prendió una vez fuego a un bosque, para ver, según decía, si el fuego se propagaba con tanta facilidad como suele afirmarse. Diez veces seguidas fracasó el experimento; pero a la undécima hubo de salir demasiado bien.
Otro encenderá un cigarro junto a un barril de pólvora, para ver, para saber, para tentar al destino, para forzarse a una prueba de energía, para dárselas de jugador, para conocer los placeres de la ansiedad, por nada, por capricho, por falta de quehacer.
Es una especie de energía que mana del aburrimiento y de la divagación; y aquéllos en quien tan francamente se manifiesta suelen ser, como dije, las criaturas más indolentes, las más soñadoras.”

Paris Spleen

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“Si la religión alivia la ansiedad, cura solo una pequeña parte de la enfermedad que crea.”

Pascal Boyer antropólogo francés

Libros
Original: «If religion allays anxiety, it cures only a small part of the disease it creates».
Fuente: Página 23.

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“Todas las épocas tienen su sello inconfundible: se definen por su estilo y éste se lo dieron los inquietos, los que padecieron la ansiedad de superarse constantemente.”

Lucía Sánchez Saornil (1895–1970) Poeta, anarquista y feminista española

Fuente: Tribuna Libre. El arte y la vanguardia. La verdadera y la falsa juventud. http://www.escritorasenlaprensa.es/wp-content/uploads/2013/09/LSS.-El-arte-y-la-vanguardia1.pdf

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