Frases sobre chica
página 4

Héctor Germán Oesterheld Foto
Moria Casán Foto

“Estas chicas tienen síndrome de cenicienta: viven en un mundo prestado.”

Moria Casán (1946) actriz y productora argentina

Fuente: Clarín - Entremujeres https://www.clarin.com/entremujeres/moria-casan-famosos-frases-llorar-argentina-celebrities_0_rJF_ozqDQg.html

Katy Perry Foto
Katy Perry Foto
Katy Perry Foto
Katy Perry Foto

“«Este es un momento muy importante en mi vida. No puedo ser solo "la chica que cantaba I Kissed A Girl."”

Katy Perry (1984) Cantautora y actriz estadounidense

Tengo que dejar mi huella.»

Katy Perry Foto
Katy Perry Foto

“Naúseas, aunque tengo que reconocer que él es un buen chico.”

Jesús Gil y Gil (1933–2004) Empresario y político español; presidente del club Atlético de Madrid.

Daba su opinión sobre Ignacio del Río y su intención de presentarse a las elecciones del Atlético.

Ray Loriga Foto
Alanis Morissette Foto
Slash Foto

“No quería ser una chica que mueve el culito y canta lo que le echen, que es lo que me pedían.”

Ainhoa Cantalapiedra (1980) Cantante española

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20080722/cultura/solo-querian-moviera-culito-20080722.html

Elisa Carrió Foto
Elisa Carrió Foto
Elisa Carrió Foto
Gisela Valcárcel Foto
Gisela Valcárcel Foto
Adolfo Bioy Casares Foto
Rihanna Foto
Rihanna Foto
Rihanna Foto
Rihanna Foto

“Ella es una chica maravillosa.”

Rihanna (1988) cantante, actriz, diseñadora de moda barbadense y actual diseñadora de la marca PUMA
Corbin Bleu Foto
Corbin Bleu Foto

“En especial me gustan las chicas que saben compartir la conversación, y no sólo hablan de sí mismos. Creo que una película, seguida de la cena es una primera cita perfecta. Para una cita romántica - patinaje sobre hielo.”

Corbin Bleu (1989) actor, cantautor, modelo, bailarin y productor de cine ítalo-estadounidense

Cotizaciones, Tigerbeat entrevista (agosto de 2006)

Viviana Canosa Foto

“Chicos me perjudican…”

Viviana Canosa (1971) periodista y locutora argentina
Celeste Carballo Foto
Fito Páez Foto
Nicholas Sparks Foto
Julio Cortázar Foto
Markus Zusak Foto
Suzanne Collins Foto
Jorge Luis Borges Foto
Bret Easton Ellis Foto
Mathias Malzieu Foto
Haruki Murakami Foto
Cormac McCarthy Foto
Suzanne Collins Foto
Francis Scott Fitzgerald Foto
Cassandra Clare Foto
Ken Robinson Foto
Francis Scott Fitzgerald Foto
Suzanne Collins Foto
John Updike Foto
Patrick Rothfuss Foto

“¿Qué ha sido esa vergonzosa exhibición? —me preguntó Wilem cuando Marea se hubo marchado.
—¿Cómo dices?
—¿Cómo dices? —repitió imitando mi tono de voz—. ¿Cómo te atreves a fingir siquiera que eres tan imbécil? Si una chica tan guapa como esa me mirara con un solo ojo de la forma en que te ha mirado a ti con los dos… Ya habríamos encontrado una habitación, por expresarlo de forma educada.
—Ha sido simpática —protesté—. Y hemos hablado un rato. Me ha preguntado si querría enseñarle algunos acordes de arpa, pero hace mucho tiempo que no toco el arpa.
—Pues si sigues pasando por alto insinuaciones como esa, seguirás sin tocarla mucho tiempo —repuso Wilem con franqueza—. Lo único que ha faltado ha sido que se desabrochara otro botón.
Sim se inclinó hacia mí y apoyó una mano en mi hombro; era la viva imagen del amigo preocupado.
—Kvothe, hace tiempo que quiero hablar contigo de este problema. Si de verdad no te has dado cuenta de que esa chica se interesaba por ti, quizá tengas que admitir la posibilidad de que seas absolutamente inepto en lo relativo a las mujeres. Quizá debas plantearte el sacerdocio.
—Estáis borrachos —dije para disimular mi rubor—. ¿Os habéis quedado con que es la hija de un concejal?
—¿Te has quedado —replicó Wil en el mismo tono— con cómo te miraba?
Yo sabía que era deplorablemente inexperto con las mujeres, pero no tenía por qué reconocerlo. Así que descarté sus comentarios con un ademán y bajé del taburete.
—No sé, pero dudo que un revolcón detrás de la barra fuera en lo que estaba pensando esa chica. —Bebí un sorbo de agua y me alisé la capa—. Bueno, tengo que encontrar a mi Aloine y darle las gracias. ¿Qué aspecto tengo?
—¿Qué más da? —dijo Wilem.
Simmon le tocó el codo a Wilem.
—¿No lo ves? Va detrás de una presa más peligrosa que la escotada hija de un concejal.”

The Name of the Wind

Suzanne Collins Foto

“Quiero que el publico te reconozca cuando estes en el estadio-dice Cinna en tono soñador- :Katniss, la chica en llamas.”

Suzanne Collins (1962) escritora y guionista estadounidense

The Hunger Games

Cormac McCarthy Foto
Suzanne Collins Foto
Julio Cortázar Foto
Francis Scott Fitzgerald Foto
Hanif Kureishi Foto

“Papá me enseñó a coquetear con todo el mundo, chicas y chicos, y acabé por considerar el encanto -y no la cortesía o la franquza, o incluso la decencia- la principal virtud mundana”

El buda de los suburbios
Variante: Papá me enseñó a coquetear con todo el mundo, chicas y chicos, y acabé por considerar el encanto -y no la cortesía o la franqueza, o incluso la decencia- la principal virtud mundana

Cassandra Clare Foto
Jenny Han Foto
Fernando Pessoa Foto

“¡LA fatiga de ser amado, de ser amado de verdad! ¡la fatiga de ser objeto del fardo de las emociones ajenas! Convertir a quien quisiera verse libre, siempre libre, en el chico de los recados de la responsabilidad de corresponder, de la decencia de no alejarse, para que no se imagina que se es príncipe en las emociones y se reniega el máximo que puede dar un alma humana. ¡La fatiga de, en todo caso, tener forzosamente que sentir, tener forzosamente, aunque sin reciprocidad, que amar también un poco.!.”

Fernando Pessoa (1888–1935) poeta portugués

Variante: ¡A fatiga de ser amado, de ser amado de verdad! ¡la fatiga de ser objeto del fardo de las emociones ajenas! Convertir a quien quisiera verse libre, siempre libre, en el chico de los recados de la responsabilidad de corresponder, de la decencia de no alejarse, para que no se imagina que se es príncipe en las emociones y se reniega el máximo que puede dar un alma humana. ¡La fatiga de, en todo caso, tener forzosamente que sentir, tener forzosamente, aunque sin reciprocidad, que amar también un poco.!.

Haruki Murakami Foto
Robert Kirkman Foto
Patrick Rothfuss Foto
Lionel Shriver Foto
John Connolly Foto
Martín Caparrós Foto
Mike Carey Foto
Suzanne Collins Foto
Haruki Murakami Foto
Haruki Murakami Foto
Aldous Huxley Foto
Mathias Malzieu Foto
Jenny Offill Foto
Michel Houellebecq Foto
Stephen King Foto

“La muerte podía estar en una bolsa de cacahuetes, en un trozo de carne que se te atravesara, en el siguiente paquete de cigarrillos. Siempre te andaba rondando, de guardia en todas las estaciones de control entre lo mortal y lo eterno. Agujas infectadas, insectos venenosos, cables mal aislados, incendios forestales. Patines que lanzaban a intrépidos chiquillos a cruces muy transitados. Cada vez que te metes en la bañera para darte una ducha, Oz te acompaña: ducha para dos.

Cada vez que subes a un avión, Oz lleva tu misma tarjeta de embarque. Está en el agua que bebes y en la comida que comes. «¿Quién anda ahí?», gritas en la oscuridad cuando estás solo y asustado, y es él quien te responde: Tranquilo, soy yo. Eh, ¿cómo va eso? Tienes un cáncer en el vientre, qué lata, chico, sí que lo siento. ¡Cólera! ¡Septicemia! ¡Leucemia! ¡Arteriosclerosis! ¡Trombosis coronaria! ¡Encefalitis! ¡Osteomielitis! ¡Ajajá, vamos allá!

Un chorizo en un portal, con una navaja en la mano. Una llamada telefónica a medianoche. Sangre que hierve con ácido de la batería en una rampa de salida de una autopista de Carolina del Norte. Puñados de píldoras: anda, traga. Ese tono azulado de las uñas que sigue a la muerte por asfixia; en su último esfuerzo por aferrarse a la vida, el cerebro absorbe todo el oxígeno que queda en el cuerpo, incluso el de las células vivas que están debajo de las uñas.

Hola, chicos, me llamo Oz el Ggande y Teggible, pero podéis llamarme Oz a secas. Al fin y al cabo, somos viejos amigos. Pasaba por aquí y he entrado un momento para traerte este pequeño infarto, este derrame cerebral, etcétera; lo siento, no puedo quedarme, tengo un parto con hemorragia y, luego, inhalación de humo tóxico en Omaha.


Y la vocecita sigue gritando: «¡Te quiero, Tigger, te quiero! ¡Creo en ti, Tigger! ¡Siempre te querré y creeré en ti, y seguiré siendo niña, y el único Oz que habitará en mi corazón será ese simpático impostor de Nebraska! Te quiero…».


Vamos patrullando, mi hijo y yo…, porque lo que importa no es el sexo ni la guerra, sino la noble y terrible batalla sin esperanza contra Oz, el Ggande y Teggible.”

Pet Sematary

Cassandra Clare Foto
Lionel Shriver Foto

“A decir verdad, Jackson nunca había compartido totalmente el culto fálico de sus pares. Cuando tenía más o menos ocho años, una niña lo sorprendió mientras él meaba entre los arbustos, y chilló casi con el mismo espíritu de horror reflexivo con que lo acababa de hacer Carol. Es de suponer que aquella niña nunca había visto un pene, y que no le causó buena impresión. «Puaj, qué basto eres. ¿Qué es esa cosa? ¡Es repugnante!», gritó al salir corriendo. Y después aquella otra vez, en el gimnasio del colegio donde cursó los primeros años de secundaria. Jackson apenas había entrado en la pubertad; todavía mojado tras pasar por la ducha, sintió frío. No obstante, un chico mucho más corpulento que él se burló: Parece que estés envolviendo una zanahoria baby y un par de habichuelas. A partir de ese día los chicos lo apodaron «el Vegetariano», mote tan inocente a oídos de los profesores que protegía a sus compañeros de un posible castigo por acoso escolar. En realidad, la palabra «pene» siempre había sonado algo tonta y banal, y a poca cosa. Desde que tenía memoria, su quinto apéndice le había parecido algo sutilmente ajeno a él, algo aparte y capaz de traicionarlo. Y fue la sensación de que eso que le sobresalía no era del todo parte de su cuerpo lo que pudo permitirle experimentar con ella.

El experimento había fallado. Es posible que Jackson nunca hubiera comprendido muy bien por qué a las mujeres un pene podía resultarles atractivo, con su piel como apergaminada y demasiado fina, los testículos colgantes y esas matas de vello, el sombrerete en la punta, como si fuese un hongo… Podía decirse que, en cierto modo, no era una forma que la carne humana debiera asumir. Cuando estaba en posición de descanso parecía asustado y deprimido; en estado de alerta, impertinente, aunque inseguro, moviéndose de un lado para el otro e intentando llamar la atención como un fanfarrón que quisiera hacer una demostración de sus habilidades.”

Lionel Shriver (1957) escritora estadounidense

So Much for That

Suzanne Collins Foto
Stephen Chbosky Foto
Cassandra Clare Foto
Markus Zusak Foto
Rosa Montero Foto
Ray Bradbury Foto
Christina Baker Kline Foto
Helen Fielding Foto
Stephen King Foto
George Orwell Foto
Lionel Shriver Foto

“«La imagen de un hombre haciéndose pajas había sido una de sus principales maneras de excitarse. ¿Por qué? Si sus propias sensaciones podían servirle de guía, follar con otra persona nunca salía del todo bien, nunca exactamente como debía. Le había encantado la idea de que fuera así, un hombre ciego con su propio placer.

»Y el autoerotismo era el sanctasanctórum, la auténtica definición de lo privado. Un número indeterminado de amantes de tiempos pasados se habían mostrado muy dispuestos a probar todas las variantes típicas y unas cuantas más, pero lo único que esos hombres nunca estaban dispuestos a hacer por voluntad propia —con una memorable excepción— era masturbarse delante de ella. Sin embargo, ése era el descubrimiento inicial del que manaba todo el sexo; era la fuente.

»La mayoría de los chicos se habrían masturbado cientos de veces antes de conocer carnalmente a una chica, y es famoso el poder alucinógeno de las pajas de la adolescencia. La torpeza y los titubeos característicos de tantos episodios en que las mujeres pierden la flor deben de ser, en comparación, una decepción a escala mundial.

»Incluso en la vida adulta, es casi seguro que muchos hombres siguen experimentando un éxtasis muy superior meneándosela encima del inodoro mientras piensan en una pareja imaginaria, que llevándose a la cama a mujeres de carne y hueso con celulitis y una irritante compulsión a decir “en realidad…” al comienzo de cada frase. Curioso, ¿no? Puesto que lo mismo podía decirse de las mujeres, lo verdaderamente curioso era por qué alguien se tomaba la molestia de follar».”

The Post-Birthday World

Cassandra Clare Foto
Juan Eslava Galán Foto
Camilo José Cela Foto
Amélie Nothomb Foto