Frases sobre veces
página 13

Léopold Sédar Senghor Foto
El Gran Wyoming Foto
Kimi Räikkönen Foto
Fito Cabrales Foto
Fito Cabrales Foto
Ignacio Manuel Altamirano Foto
Noam Chomsky Foto
Iñaki Gabilondo Foto

“El caso de Aznar me sacó bastante de quicio algunas veces y le zurré hasta en el cielo de la boca.”

Iñaki Gabilondo (1942) Periodista y presentador de radio y televisión de España

Fuente: Buenafuente http://www.youtube.com/watch?v=feO86oVcaOc&feature=related

Errico Malatesta Foto
Hassan Nasrallah Foto
Jesús de Nazaret Foto
Usain Bolt Foto
Buenaventura Durruti Foto
Odysséas Elýtis Foto
Enrique Jardiel Poncela Foto

“Este aforismo deslumbrador que yo lancé hace bastantes años a la circulación ha tenido tanto éxito que yo mismo me he visto obligado a elogiarlo varias veces: todas las que lo he visto publicado con la firma de otro escritor cuidadosamente puesta debajo.”

Enrique Jardiel Poncela (1902–1952) dramaturgo

citado en la biografía de Jardiel Poncela escrita por su nieto, Enrique Gallud Jardiel.
Citas anecdóticas
Fuente: Jardiel Poncela, Enrique. Obras escogidas: Enrique Jardiel Poncela. Ediciones Nauta, 1974. ISBN 9788427803442. p. 502.

Atila Foto

“El lenguaje es, a la vez, instrumento y objeto de la investigación social.”

Jesús Ibáñez (1928–1992) Catedrático de sociología español

Fuente: En Ibáñez, Alvira y Ferrando: El análisis de la realidad social, Madrid, Alianza, 2005, 3ª edición, p. 10.

Xhelazz Foto
Xhelazz Foto

“La tele me ha cultirizado, cada vez que la encienden en casa me voy a leer a mi cuarto.”

Xhelazz (1981) músico español

Atribuida: Groucho Marx

Yukio Mishima Foto
Khaled Hosseini Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto

“Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte.”

El laberinto de los espíritus
Variante: Este lugar es un misterio, Daniel, un santuario. Cada libro que ves tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con el. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus paginas, su espíritu crece y se hace fuerte

Amy Tan Foto
Karl Marx Foto
Allan Kardec Foto
Brandon Sanderson Foto
Almudena Grandes Foto
Jonathan Safran Foer Foto
Mario Benedetti Foto
William Shakespeare Foto
Isabel Allende Foto
Ken Follett Foto
Jonathan Swift Foto
Anthony Doerr Foto
Henning Mankell Foto
Lewis Carroll Foto
Terry Pratchett Foto
Markus Zusak Foto
Stephen R. Covey Foto
Haruki Murakami Foto
Gustave Flaubert Foto
Anselm Grün Foto
Anaïs Nin Foto
Cornelia Funke Foto

“A veces, cuando uno no sabe qué hacer, un buen enfado ayuda.”

Cornelia Funke (1958) escritora alemana

Corazón de Tinta

Carl Sagan Foto

“La Unión Soviética se anexionó por la fuerza Letonia, Lituania, Estonia y partes de Finlandia, Polonia y Rumania; ocupó y sometió a un régimen comunista a Polonia, Rumania, Hungría, Mongolia, Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania oriental y Afganistán, y sofocó el alzamiento de los obreros de Alemania oriental en 1953, la revolución húngara de 1956 y la tentativa checa de introducir en 1968 el glasnost y la perestroika. Dejando aparte las guerras mundiales y las expediciones para combatir la piratería o el tráfico de esclavos, Estados Unidos ha perpetrado invasiones e intervenciones armadas en otros países en más de 130 ocasiones*, incluyendo China (18 veces), México (13), Nicaragua y Panamá (9 cada uno), Honduras (7), Colombia y Turquía (6 en cada país), República Dominicana, Corea y Japón (5 cada uno), Argentina, Cuba, Haití, el reino de Hawai y Samoa (4 cada uno), Uruguay y Fiji (3 cada uno), Granada, Puerto Rico, Brasil, Chile, Marruecos, Egipto, Costa de Marfil, Siria, Irak, Perú, Formosa, Filipinas, Camboya, Laos y Vietnam. La mayoría de estas incursiones han sido escaramuzas para mantener gobiernos sumisos o proteger propiedades e intereses de empresas estadounidenses, pero algunas han sido mucho más importantes, prolongadas y cruentas.

* Esta lista, que suscitó una cierta sorpresa cuando fue publicada en Estados Unidos, se basa en recopilaciones de la Comisión de fuerzas armadas de la cámara de representantes.”

Carl Sagan (1934–1996) astrofísico, cosmólogo y divulgador científico estadounidense

Billions & Billions: Thoughts on Life and Death at the Brink of the Millennium

Lionel Shriver Foto
Richard Dawkins Foto
Alejandra Pizarnik Foto
Saul Bellow Foto
Max Lucado Foto
Octavio Paz Foto
Arthur Schopenhauer Foto
Cecelia Ahern Foto
Walter Isaacson Foto
Eduardo Sacheri Foto
Michel De Montaigne Foto
Paulo Coelho Foto
Sherrilyn Kenyon Foto
Matt Haig Foto

“A veces, creer en algo es tan importante como saberlo con certeza.”

Matt Haig (1975) escritor británico

A Boy Called Christmas

Brian Selznick Foto
Amy Tan Foto
Victor Hugo Foto
Oscar Wilde Foto
Ayya Khema Foto
Rick Riordan Foto
Franz Kafka Foto
León Tolstói Foto
Paulo Coelho Foto
Isaac Asimov Foto
Fernando Savater Foto
Gabrielle Zevin Foto

“A veces los libros no nos encuentran hasta que llega el momento adecuado.”

Gabrielle Zevin (1977) escritora estadounidense

The Storied Life of A.J. Fikry

Federico Andahazi Foto

“A veces es preferible afrontar la peor de las certezas que estar condenado a una incertidumbre perpetua.”

Federico Andahazi (1963) escritor argentino

Los amantes bajo el Danubio
Variante: veces es preferible afrontar la peor de las certezas que estar condenado a una incertidumbre perpetua. Todas

Nicholas Sparks Foto
Julio Cortázar Foto
Giovanni Sartori Foto
Markus Zusak Foto
Suzanne Collins Foto
Carmen Laforet Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto

“Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que nunca sucedió.”

Marina
Variante: Marina me dijo una vez que sólo recordamos lo que nunca sucedió

Michio Kaku Foto
Xavier Velasco Foto
Haruki Murakami Foto
Markus Zusak Foto
Thomas Bernhard Foto

“me habia quedado tambien casi por completo sin contactos con quienes anteriormente mehabia permitido confrontaciones, es decir, confrontaciones intelectuales en diálogos y discusiones, de todas esas personas, con mi inmersión cada vez más rigurosa en mi trabajo científico, em había apartado y mantenido alejado cada vez más y, como tuve que comprender de pronto, de la forma más peligrosa y, a partir de un momento determinado, no había tenido ya fuerzas para reanudar todos esos lazos intelectuales necesarios, ciertamente había comprendido de pronto que, sin esos contactos, difícilmente podría avanzar, que sin esos contactosm probablemente, en un plazo previsible, no podría ya pensar, que pronto tampoco podría ya existir, pero me faltaban fuerzas para detener, mediante mi propia inicativa, lo que veía ya que se me acercaba, la atrofia de mi pensamiento producida por el apartamiento voluntariamente provocado, de todas las personas suceptibles de un contacto que excediera del más imprescindible, del llamado vernáculo, simplemente del derivado de las necesidades más apremiantes de la existencia en mi casa y su entorno inmediato, y habían pasado años ya desde que había dejado de mantener correpondencia, totalmente absorbido en mis ciencias, había dejado pasar el momento en que todavía hubiera sido posible reanudar esos contactos y correspondencia abandonados, todos mis esfuerzos en ese sentido habían fracasado siempre, porque en el fondo me habían faltado ya por completo, si no las fuerzas para ello, sí, probablemente, la voluntad de hacerlo, y aunque en realidad había comprendido claramente que el camino que había tomado y había seguido ya durante años no era el verdadero camino, que sólo podía ser un camino hacia el aislamiento total, aislamiento no sólo de mi mente y de mi pensamiento, sino en realidad aislamiento de todo mi ser, de toda mi existencia, siempre espantada ya, de todos modos, por ese aislamiento, no había hecho ya nada para remediarlo, había seguido avanzando siempre por ese camino, aunque siempre horrorizado por su lógica, temiendo continuamente ese camino en el que, sin embargo, no hubiera podido ya dar la vuelta; había previsto ya muy pronto la catástrofe, pero no había podido evitarla y, en realidad, se había producido ya mucho antes de que yo la reconociera como tal. Por un lado, la necesidad de aislarse por amor al trabajo científico es la primera de las necesidades deun intelectual, por otro, sin embargo, el peligro de que ese aislamiento se produzca de una forma demasiado radical que, en fin de cuentas, no tenga ya consecuencias estimulantes como se pretendía, sino inhibidoras e incluso aniquiladoras, en el trabajo intelectual es el mayor de los peligros y, a partir de cierto momento, mi aislamiento del entorno por amor a mi trabajo científico (sobre los anticuerpos) había tenido precisamente esas consecuencias aniquiladoras en mi trabajo científico. La comprensión llega siempre, como había tenido que reconocer en mi mente de la forma más dolorosa, demasiado tarde y sólo queda, si es que queda algo, la desesperación, o sea, la comprensión directa del hecho de que ese estado devastador y, por tanto, intelectual, sentimental y, en fin de cuentas corporalmente devastador, surgido de pronto, no puede cambiarse ya, ni por ningún medio.”

Yes

Elizabeth Gilbert Foto