Frases sobre el alma.
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“Dormir (…) Una nada con respiración por fuera, una muerte leve de la que se despierta con nostalgia y frescor, un ceder los tejidos del alma al masaje del olvido.”

Fernando Pessoa (1888–1935) poeta portugués

Variante: Dormir (...) Una nada con respiración por fuera, una muerte leve de la que se despierta con nostalgia y frescor, un ceder los tejidos del al ma al masaje del olvido.

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“Si un alma sumida en las tinieblas comete un pecado, el culpable no es en realidad el que peca, sino el que no disipa las tinieblas". Como”

Victor Hugo (1802–1885) poeta, novelista y dramaturgo francés

Los Miserables: Ilustrado

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“Cuando todo en mi derredor estaba en orden, cuando estaba contento con todo lo que me rodeaba y con la esfera en la que tenía que vivir, la llenaba con mis afectos. Mi alma expansiva se extendía sobre otros objetos, y atraída sin cesar lejos de mí por gustos de mil especies, por vínculos amables que sin cesar ocupaban mi corazón, me olvidaba en cierta manera de mí mismo, participaba por entero de lo que me era extraño y sentía en la continua agitación de mi corazón toda la vicisitud de las cosas humanas. Esta tortuosa vida no me dejaba ni paz en los adentros, ni reposo fuera. En apariencia dichoso, `no tenía un solo sentimiento que pudiera soportar la prueba de la reflexión y en el que pudiera deleitarme verdaderamente. Nunca estaba totalmente contento, ni de otro ni de mí mismo. El tumulto del mundo me aturdía, la soledad me hastiaba, tenía continuamente necesidad de cambiar de sitio y no esta bien en ninguna parte. Sin embargo, era agasajado, muy estimado, bien recibido, acariciado por doquier. No tenía un solo enemigo, ni malqueriente ni envidioso. Como no se buscaba sino complacerme, con frecuencia yo mismo tenía el placer de complacer a mucha gente, y sin bienes, sin empleo, sin fautores, sin grandes talentos bien desarrollados ni bien conocidos, gozaba de las ventajas añadidas a todo aquello y no veía a nadie en estado alguno cuya suerte pareciérame preferible a la mía. ¿Que me faltaba entonces para ser feliz? Lo ignoro; pero sé que no lo era.”

Jean Jacques Rousseau (1712–1778) escritor, filósofo y músico franco-helvético definido como un ilustrado

Reveries of the Solitary Walker

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“No temamos nunca ni a los ladrones ni a los asesinos: esos son los peligros exteriores, los pequeños peligros. Temámonos a nosotros mismos. Las preocupaciones, esas son los ladrones: los vicios, esos son los asesinos. Los grandes peligros existen dentro de nosotros. ¿Qué importa lo que amenaza a nuestra cabeza o a nuestra bolsa? Pensemos con preferencia en lo que amenaza a nuestra alma.”

Los miserables
Variante: No temamos nunca ni a los ladrones ni a los asesinos: esos son los peligros exteriores, los pequeños peligros. Las preocupaciones, esas son los ladrones; los vicios, esos son los asesinos. Los grandes peligros existen dentro de nosotros. ¿Qué importa lo que amenaza a nuestra cabeza o a nuestra bolsa? Pensemos con preferencia en lo que amenaza a nuestra alma.

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“Tu eres mi Compañera, Ria, En Mi alma tu eres mi Compañera~Mercury”

Lora Leigh (1965) escritora estadounidense

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“Cansarse es una manera de domar el cuerpo, pero el agotamiento del cuerpo termina por entumecer el alma. Queda por saber, Mónica, si un alma inquieta no vale más que un alma dormida.”

Marguerite Yourcenar (1903–1987) escritora francesa

Alexis ou le Traité du vain combat / Le Coup de grâce
Variante: Cansarse es una manera de domar el cuerpo, pero el agotamiento del cuerpo termina por entumecer al alma. Queda por saber, Mónica, si un alma inquieta no vale más que un alma dormida.

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“Con estas cartas he iniciado mi aproximación a Rilke. No cabe duda de que el checo respiraba y exhalaba poesía. Para ilustrarlo, unas breves citas que no necesitan mayor explicación, sólo hay que gozarlas.


“Y aun permaneciendo en mi tristeza, soy feliz sintiendo que es usted, Bella; soy feliz por haberme entregado sin miedo a su belleza como un pájaro se entrega al espacio; feliz, Querida, por haber caminado como un verdadero creyente sobre las aguas de nuestra incertidumbre hasta la isla de su corazón donde florecen dolores. En fin: feliz.”

"El trabajo del artista debe ser como la muerte; hay que entrar por entero en él, sin reserva alguna, solo, sin poseer nada salvo esta moneda que se ponía en la boca de los muertos para asegurarles el trayecto de ese río trágico que les separaba para siempre de sus amigos. ¿Sentirá usted, al menos, mi alma que volteará a menudo a su alrededor y al de nuestros queridos recuerdos?"


"Estará usted aquí, se lo digo a mi habitación, sobre todo al gran sillón al que le gusta hacerse más vasto a su alrededor y que está infinitamente orgulloso de ser casi tocado por un Alma; pues sabe que sólo un poco de delicioso cuerpo lo separa de la suya. Hasta la vista, Querida, has muy pronto."


"Mi estado, tal como lo vio, seguía empeorando; no he escrito ni una sola línea durante esos largos meses y ni siquiera la primavera ha sabido, esta vez, aliviarme; aumentaba, pero yo estaba separado de ella por todos mis sentidos que permanecían cerrados y opacos. Ése debe de ser (cuántas veces lo habré pensado) el estado de un tallo roto que una brizna de corteza sujeta todavía a su árbol, pero que, interiormente, no corresponde ya a la feliz savia con la que se embriagan todas las ramas a su alrededor.”

Rainer Maria Rilke (1875–1926) poeta austríaco
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“¿Y quién va a acabar con las FARC? ¿Este hombrecito? Este culibajito no puede ni con su alma. Es más alto de estatura física que de la moral.”

Fernando Vallejo (1942) Escritor Mexicano

Peroratas
Variante: ¿Y quién va a acabar con las FARC? ¿Este hombrecito? Este culibajito no puede ni con su alma. Es más alto de estatura física que de la moral. Y de la intelectual ni se diga.

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“En 1794 el escritor saboyano, aunque ruso de adopción, Xavier de Maistre escribió un delicioso relato, Viaje alrededor de mi habitación, en el que se describe de modo autobiográfico la vida de un oficial que, obligado por una convalecencia a permanecer 42 días encerrado en su cuarto, viaja con su imaginación por un territorio riquísimo en referencias y en pensamientos. El protagonista del texto es un verdadero cosmopolita, un ciudadano del mundo en el sentido literal, a pesar de que está recluido entre cuatro paredes. Me acuerdo con frecuencia del libro de Xavier de Maistre cuando escucho los balances que muchos hacen de sus travesías del mapamundi en viajes organizados, y en los que se plantea una situación inversa a la del argumento literario de aquél: recorren vastos espacios pero su imaginación —o su falta de imaginación— los atrapa en un territorio pobrísimo, tanto en referencias como en pensamientos. Consumen grandes cantidades de kilómetros aunque, como viajeros, atesoran una escasa experiencia de sus viajes. Son, por así decirlo, la vanguardia de los provincianos globales y, en ningún caso, al contrario del oficial convaleciente de Xavier de Maistre, son cosmopolitas ni aspiran a serlo.

El provinciano global es una figura representativa de una época, la nuestra, que empuja al cosmopolita hacia una suerte de clandestinidad. El cosmopolita, personaje en extinción, o quizá provisionalmente retirado a las catacumbas del espíritu, es alguien que desea habitar la complejidad del mundo. Es un amante de la diferencia, ansioso siempre de explorar lo múltiple y lo desconocido para volver a casa, si es que vuelve, con el bagaje de los sucesivos saberes que ha adquirido. El cosmopolita, al no soportar la excesiva claustrofobia de la identidad propia, busca en el espacio absorto de lo ajeno aquello que pueda enriquecer su origen y sus raíces. El hijo pródigo de la parábola bíblica encarna a la perfección ese anhelo: el conocimiento de los otros es finalmente el conocimiento de uno mismo. El cosmopolita quiere saber.

El provinciano global quiere acumular mientras, simultáneamente, elimina o aplana las diferencias. Hay muchos signos en nuestro tiempo que señalan en esa dirección, sin que se adivine cómo el que todavía posee la vieja alma del cosmopolita pueda oponerse. Por su espectacularidad y por su carácter reciente el turismo de masas es, sin duda, uno de esos signos. Cada vez se elevan más voces proclamando el carácter pandémico de un fenómeno que, paradójicamente, en sus inicios se consideró liberador porque el igualitarismo del viaje parecía la continuación lógica de la creencia ilustrada en el igualitarismo de la educación. Sin embargo, cualquiera que se pasee por las antiguas ciudades europeas o, con otra perspectiva, por las zonas aún consideradas exóticas del planeta, puede percibir con facilidad el alcance de una plaga que está solo en sus comienzos. Los centros históricos de las urbes ya son casi todos idénticos, como idénticos son los resorts en los que se albergan los huéspedes de los cinco continentes. La diferencia ha sido aplastada, dando lugar al horizonte por el que se mueve con comodidad el provinciano global.”

Rafael Argullol (1949) Escritor

“mira con curiosidad la soledad del cuarto, la soledad de su propia alma;”

Transformación de la libélula: y otros cuentos

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“La mayoría de los hombres y las mujeres llevan vidas tan pobres y limitadas en el mejor, que el afán de escapar, el ansia de trascender de sí mismo aunque sólo sea por breves momentos es, y ha sido siempre, uno de los principales apetitos del alma”

Aldous Huxley (1894–1963) escritor británico

The Doors of Perception & Heaven and Hell
Variante: La mayoría de los hombres y las mujeres llevan vidas tan penosas en el peor de los casos y tan monótonas, pobres y limitadas en el mejor, que el afán de escapar, el ansia de trascender de sí mismo aunque sólo sea por breves momentos es, y ha sido siempre, uno de los principales apetitos del alma.

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“La gente cree que el vacío es la nada, pero no lo es. El vacío es una plenitud discordante, un mundo atestado de fantasmas en que el alma hace un reconocimiento.”

Tropic of Capricorn
Variante: La gente cree que el vacío es la nada, pero no lo es. El vacío es una plenitud discordante, un mundo atestado de fantasmas en que el alma se hace un reconocimiento.

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“Un mayor conocimiento fisiológico del cerebro hace que la existencia del alma resulte menos posible y a la vez más probable por la misma naturaleza de la busqueda”

Stephen King (1947) escritor, novelista, columnista, productor cinematográfico y director estadounidense

The Gunslinger

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