Frases sobre dorado

Una colección de frases y citas sobre el tema del dorado, vida, vida, tiempo.

Frases sobre dorado

Rick Riordan Foto
Victor Hugo Foto

“(…) Vivimos en una sociedad sombría. Lograr el éxito, ésta es la enseñanza que, gota a gota, cae de la corrupción a plomo sobre nosotros.

Digamos, sin embargo, que eso que se llama éxito es algo bastante feo. Su falso parecido con el mérito engaña a los hombres. Para la muchedumbre, el triunfo tiene casi el mismo aspecto que la supremacía. El éxito, este artificio del talento, tiene una víctima a quien engañar: la historia. Juvenal y Tácito son los únicos que protestan. En nuestros días, ha entrado como sirviente en casa del éxito una filosofía casi oficial, que lleva la librea de su amo y le rinde homenaje en la antecámara. Hay que tener éxito: ésa es la teoría. La prosperidad supone capacidad. Ganen la lotería y ya serán capaces. El que triunfa es objeto de veneración. Todo consiste en nacer de pie. Tengan suerte, lo demás ya llegará; sean felices, y los considerarán grandes. Fuera de cinco o seis excepciones importantes, que constituyen la luz de un siglo, la admiración contemporánea no es más que miopía. Lo dorado es considerado oro. No importa ser un cualquiera, si se llega el primero. El vulgo es un viejo Narciso que se adora a sí mismo y que celebra todo lo vulgar. Esa facultad enorme, por la cual el hombre se convierte en Moisés, Esquilo, Dante, Migue Ángel o Napoleón, la multitud la concede por unanimidad y por aclamación a quien logra su objetivo, sea quien fuere. Que un notario se transforme en diputado; que un falso Corneille haga el Tiridate; que un eunuco llegue a poseer un harén; que un militar adocenado gane por casualidad la batalla decisiva de una época; que un boticario invente las suelas de cartón para el ejército del Sambre-et-Meuse y obtenga, con aquel cartón vendido como cuero, una renta de cuatrocientos mil francos; que un buhonero contraiga matrimonio con la usura, y tenga de ella por hijos siete y ocho millones, de los cuales él es el padre y ella, la madre; que un predicador llegue a obispo por la gracia de ser gangoso; que un intendente de buena casa, al dejar el servicio, sea tan rico que lo nombren ministro de Hacienda; no importa: los hombres llaman a eso Genio, tal como Belleza a la figura de Mousqueton, y Majestad al talante de Claudio, confundiendo así con las constelaciones del abismo las huellas estrelladas que dejan en el lodo blando las patas de los gansos.”

Les Misérables

Oscar Wilde Foto

“El sufrir es muy largo y no puede dividirse por los estaciones del año. Sólo nos es posible señalar su presencia y advertir su retorno. Para nosotros el tiempo no avanza: gira. Parece formar un círculo alrededor de este eje: el dolor. La paralizadora inmovilidad de una vida regulada, hasta en sus más ínfimos detalles, por una rutina inmutable, de suerte que conforme, bebemos, nos paseamos, dormimos y rezamos – o por lo menos, nos arrodillamos para rezar – conforme a los inflexibles dictados de un reglamento de hierro; esa inmovilidad que hace que cada día sea, con todos sus horrores, y hasta en sus más pequeños detalles, idéntico a sus hermanos, parece comunicarse a aquellas fuerzas exteriores, cuya existencia es una perpetua variación. Nada sabemos de la siembra ni de las cosechas, de los segadores doblados sobre las espigas o de los vendimiadores deslizándose entre las vides; de la hierba del jardín, ornada con el blanco manto de las flores caídas, sobre la cual se hallan esparcidos los frutos maduros. Nada sabemos, nada podemos saber.

Para nosotros sólo hay una estación, la del dolor. Parece incluso como si nos hubieran arrebatado hasta el sol y la luna. Fuera podrá brillar el día con tonos azulados o dorados, pero la luz que se filtra por el espeso cristal del ventanillo con barrotes de hierro bajo el cual nos hallamos sentados, es mísera y mortecina. En nuestra celda vecina reina constantemente la penumbra, y la noche invade siempre nuestro corazón. Y todo movimiento se detiene, igual que en el girar del tiempo, en la esfera del pensamiento.”

De Profundis

Erich Fromm Foto

“El veneno es veneno aunque venga en píldoras doradas.”

¿Tener o ser? (1976)

Yukio Mishima Foto
Conde de Lautréamont Foto
Alfred Nobel Foto
Ken Follett Foto
Robert Kiyosaki Foto
Patrick Rothfuss Foto
Scott Westerfeld Foto
Ernesto Cardenal Foto

“me impresionaron sus grandes ojos dorados; después de haberme enamorado ya aquella imagen no la olvidé”

Ernesto Cardenal (1925) político y sacerdote nicaragüense

Vida perdida. Memorias, I: 1

Anne Sexton Foto
Juan Rulfo Foto
Emilio Salgari Foto
Camilo José Cela Foto
Carme Riera Foto
Isabel Allende Foto
Henry Miller Foto
William Shakespeare Foto
William Shakespeare Foto
Gustave Flaubert Foto

“A los ídolos no hay que tocarlos: se queda el dorado en las manos.”

Gustave Flaubert (1821–1880) escritor francés (1821-1900)

Página 223.
De Madame Bovary

Johann Wolfgang von Goethe Foto
Stanisław Jerzy Lec Foto
Edward Norton Foto
Yalal ad-Din Muhammad Rumi Foto

“No pruebes una mirada sobre mi dorado rostro, porque tengo piernas de hierro.”

Yalal ad-Din Muhammad Rumi (1207–1273) poeta iraní

Atribuídas

Nancy Pelosi Foto

“La fiesta se ha terminado. Se ha acabado la era de los paracaídas dorados.”

Nancy Pelosi (1940) política estadounidense del Partido Demócrata

[...] "¿Cuándo fue la última vez que alguien les pidió 700.000 millones de dólares?"
En un discurso, el mensaje que la Cámara de Representantes - que ella preside - hizo llegar a Wall Street.
Con motivo de la profunda crisis financiera que se origina en Wall Street, en septiembre de 2008, y respecto de la propuesta de salvación elevada al Congreso de los Estados Unidos por parte del Presidente George Bush (proyecto de ley de asistencia con 700.000 millones de dólares para paliar la crisis financiera en el país) que fuera rechazado en una primera votación, contrariamente a lo que se pronosticaba; la "Presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos" Nancy Pelosi, remarcó como una gran victoria la introducción en el mencionado plan de salvataje de un límite al salario de los ejecutivos que se beneficien del programa y de los paquetes de compensación que reciben cuando son despedidos, conocidos como "paracaídas dorados".
Frases célebres

Eminem Foto
Howard Phillips Lovecraft Foto
Yosa Buson Foto

“La puesta del sol en primavera camina sobre la cola del faisán dorado.”

Yosa Buson (1716–1783) pintor de Japon

Sin fuentes

Fabrizio Mejía Madrid Foto
James Joyce Foto
Jack Kerouac Foto
Clarice Lispector Foto
Antonio Machado Foto

“Anoche cuando dormía

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazòn.
Di: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazòn;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que un sol ardiente lucía
dentro de mi corazòn.

Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazòn.”

Antonio Machado (1875–1939) poeta español

Variante: Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazòn.
Di: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazòn;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que un sol ardiente lucía
dentro de mi corazòn.

Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusiòn!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazòn.

Carlos Ruiz Zafón Foto
Howard Phillips Lovecraft Foto
Gabriel García Márquez Foto
Andrzej Sapkowski Foto
Patrick Rothfuss Foto

“Una pálida luz dorada quedó atrapada en su pelo dorado pálido. Auri se sonrió a sí misma en el espejo. Parecía el sol.”

Patrick Rothfuss (1973) escritor estadounidense de fantasía

La música del silencio

Camilo José Cela Foto
Camilo José Cela Foto
Gustave Flaubert Foto
Orhan Pamuk Foto
Camilo José Cela Foto
Khaled Hosseini Foto
Milan Kundera Foto
Guillermo del Toro Foto
Isabel Allende Foto

“Me acerqué a pedirle al encargado que me diera la nueva llave, me arrastré hasta mi apartamento y estudié mi nueva cerradura. Grande, metálica y brillante. No tenía ni un rasguño. Incluso la llave tenía grabada una muesca extraña, que le proporcionaba un sistema a prueba de ladrones. Chúpate esa, Su Majestad.
Abrí la puerta, entré y la cerré de nuevo. Me descalcé, estremeciéndome por el dolor en el estómago. Iba a tardar mucho tiempo en curarse por completo, pero al menos ya había dejado de sangrar.
Me había relajado. Mañana ya me preocuparía de Hugh d'Ambray, Andrea y Roland, pero de momento me sentía muy contenta. Ah, mi casa. Mi hogar, mis esencias, mi querida alfombra bajo mis pies, mi cocina, mi Curran sentado en la silla de la cocina… ¡Espera un momento!
-¡Tú! -Miré la cerradura, lo miré a él. Era demasiado bueno para la puerta a prueba de ladrones.
Con mucha parsimonia, acabó de escribir algo en un trozo de papel, se levantó y se dirigió hacia mí. Mi corazón se desbocó. Unas pequeñas chispas doradas danzaban en sus ojos grises. Me tendió el trozo de papel y sonrió.
-No puedo quedarme.
Me quedé mirándolo como una idiota.
Inhaló mi aroma, abrió la puerta y se marchó. Entonces miré el papel.
Voy a estar ocupado las próximas ocho semanas, así que lo dejamos para el quince de noviembre.
MENÚ
Quiero un filete de cordero o de venado. Patatas asadas con mantequilla dulce. Mazorcas de maíz. Panecillos. Y una tarta de manzana, como la que preparaste la otra vez. Me gustó muchísimo. La quiero con helado.
Me debes una cena desnuda, pero no soy un completo animal, por lo que puedes llevar sujetador y braguitas si lo deseas. Las azules con lazo me encantan.
Curran
Señor de las Bestias de Atlanta”

Magic Strikes

Pablo Neruda Foto
John Dos Passos Foto
Mircea Eliade Foto

“En efecto, para mí la mujer es una bobina en la que enrollo el hilo dorado de mi imaginación.”

Mircea Eliade (1907–1986) Pensador rumano

Mircea Eliade, Diario 1945-1969, Ed. Kairos, Barcelona, 2001.

“Amor es caminar en armoniosa compañía hasta la dorada edad de la vejez”

Fuente: "Lecciones y moralejas por escrito en gotas de cariño"