Frases sobre el infierno
página 3

Dan Brown Foto

“Los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral.”

Dan Brown (1964) escritor estadounidense

Variante: Los lugares más oscuros del Infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral”.

Alejandra Pizarnik Foto
Fernando Sánchez Dragó Foto
Félix Lope de Vega y Carpio Foto
Julio Cortázar Foto
Simone de Beauvoir Foto
William Shakespeare Foto

“¿Qué virtudes habitan mi amor
Para que en infierno se? torne el cielo”

William Shakespeare (1564–1616) escritor inglés

Sueño de una Noche de Verano / Las Alegres Comadres de Windsor

Eduardo Sacheri Foto

“Ahora es ella quien lo mira divertida, o tierna, o nerviosa, y finalmente le pregunta: —¿Vas a decirme qué te pasa, Benjamín? Chaparro se siente morir, porque acaba de advertir que esa mujer pregunta una cosa con los labios y otra con los ojos: con los labios le está preguntando por qué se ha puesto colorado, por qué se revuelve nervioso en el asiento o por qué mira cada doce segundos el alto reloj de péndulo que decora la pared próxima a la biblioteca; pero, además de todo eso, con los ojos le pregunta otra cosa: le está preguntando ni más ni menos qué le pasa, qué le pasa a él, a él con ella, a él con ellos dos; y la respuesta parece interesarle, parece ansiosa por saber, tal vez angustiada y probablemente indecisa sobre si lo que le pasa es lo que ella supone que le pasa. Ahora bien —barrunta Chaparro—, el asunto es si lo supone, lo teme o lo desea, porque esa es la cuestión, la gran cuestión de la pregunta que le formula con la mirada, y Chaparro de pronto entra en pánico, se pone de pie como un maníaco y le dice que tiene que irse, que se le hizo tardísimo; ella se levanta sorprendida —pero el asunto es si sorprendida y punto o sorprendida y aliviada, o sorprendida y desencantada—, y Chaparro poco menos que huye por el pasillo al que dan las altas puertas de madera de los despachos, huye sobre el damero de baldosas negras y blancas dispuestas como rombos, y recién retoma el aliento cuando se trepa a un 115 milagrosamente vacío a esa hora pico del atardecer; se vuelve a su casa de Castelar, donde esperan ser escritos los últimos capítulos de su historia, sí o sí, porque ya no tolera más esta situación, no la de Ricardo Morales e Isidoro Gómez, sino la propia, la que lo une hasta destrozarlo con esa mujer del cielo o del infierno, esa mujer enterrada hasta el fondo de su corazón y su cabeza, esa mujer que a la distancia le sigue preguntando qué le pasa, con los ojos más hermosos del mundo.”

Eduardo Sacheri (1967) escritor argentino

El secreto de sus ojos

Julio Cortázar Foto
Fernando Vallejo Foto
Stephen King Foto

“Por un instante, contemplando aquellos ojos enloquecidos, una especie de angustioso horror se apoderó de él y pensó: Hola, Frank. Eres tú, ¿verdad? ¿Hacía demasiado calor en el infierno?.”

Cujo
Variante: Por un instante, contemplando aquellos ojos enloquecidos, una especie de angustioso horror se apoderó de él y pensó: Hola, Frank. Eres tú ¿verdad?. ¿Hacía demasiado calor en el infierno?

Carlos Ruiz Zafón Foto
Fernando Vallejo Foto
Christopher Moore Foto
Charles Baudelaire Foto

“Madre de los juegos latinos y los deleites griegos,
Lesbos, donde los besos, lánguidos o gozosos,
cálidos como soles, frescos como las sandías,
son el adorno de noches y días gloriosos;
madre de los juegos latinos y los deleites griegos.

Lesbos, donde los besos son como cascadas
que se arrojan sin miedo en las simas sin fondo,
y fluyen, entrecortados de sollozos y risas,
tormentosos y secretos, hormigueantes y profundos;
¡Lesbos, donde los besos son como las cascadas!

Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,
donde nunca un suspiro dejó de hallar un eco,
las estrellas te admiran tanto como a Pafos,
¡y Venus con razón puede envidiar a Safo!
Lesbos, donde las Frinés se atraen entre sí,

Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,
que hacen que en sus espejos, ¡infecundo deleite!
las niñas de ojos hundidos, enamoradas de sus cuerpos,
acaricien los frutos ya maduros de su nubilidad;
Lesbos, tierra de noches cálidas y lánguidas,

deja al viejo Platón fruncir su ceño austero;
obtienes tu perdón del exceso de besos,
reina del dulce imperio, tierra noble y amable,
y de refinamientos siempre sin agotar,
deja al viejo Platón fruncir su ceño austero.

Obtienes tu perdón del eterno martirio,
infligido sin tregua a los corazones ambiciosos,
que atrae lejos de nosotros la radiante sonrisa,
¡vagamente entrevista al borde de otros cielos!
¡Obtienes tu perdón del eterno martirio!

¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?,
y a condenar tu frente pálida por penosas labores,
si sus balanzas de oro no han pesado el diluvio,
de lágrimas que en el mar vertieron tus arroyos?
¿Qué Dios se atreverá a ser tu juez, oh Lesbos?

¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?
Vírgenes de corazón sublime, honra del Archipiélago,
vuestra religión es augusta como cualquiera,
¡y el amor se reirá del Infierno y del Cielo!
¿Qué quieren de nosotros las leyes de lo justo y lo injusto?

Pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todos,
para cantar el secreto de sus floridas vírgenes,
y desde la infancia que inicié en el negro misterio,
de las risas sin freno mezcladas con los llantos sombríos;
pues Lesbos me ha elegido en la tierra entre todos

y desde entonces velo en la cumbre del Léucato,
igual que un centinela de mirada segura y penetrante,
que vigila noche y día,, tartana o fragata,
cuyas formas a lo lejos se agitan en el azul;
y desde entonces velo en la cumbre del Léucato,

para saber si el mar es indulgente y bueno,
y si entre los sollozos que en la roca resuenan,
un día llevará a Lesbos, que perdona,
el cadáver adorado de Safo, que partió,
¡para saber si el mar es indulgente y bueno!

De Safo la viril, la amante y la poetisa,
¡por su palidez triste más hermosa que Venus!
—Al ojo azul venció el negro que mancilla
el tenebroso círculo trazado por las penas
¡de Safo la viril, la amante y la poetisa!

Presentándose al mundo más hermosa que Venus
y vertiendo el tesoro de su serenidad
y el brillo de su rubia juventud,
sobre el viejo Océano prendado de su hija;
¡presentándose al mundo más hermosa que Venus!

—De Safo, que murió el día de su blasfemia,
cuando, insultando el rito y el culto establecido,
convirtió su hermoso cuerpo en pasto supremo
de un bruto cuyo el orgullo castigó la impiedad
de aquella que murió el día de su blasfemia,

y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones,
y, pese a los honores que le tributa el mundo,
cada noche le embriaga la voz de la tormenta,
¡que elevan hacia el cielo sus orillas desiertas!
¡y desde entonces Lesbos lanza lamentaciones!”

Les Fleurs du Mal

Mario Benedetti Foto
Anaïs Nin Foto
Chuck Palahniuk Foto
Walt Whitman Foto
Juan Rulfo Foto
Cassandra Clare Foto
José Antonio Fortea Foto
Anne Rice Foto
William Shakespeare Foto
Harper Lee Foto
Roberto Alifano Foto
Pablo Neruda Foto

“Jaiva

La Jaiva color de violeta
acecha en un rincon del mar:
sus tenazas son dos enigmas:
su apetito es un agujero.

Luego agoniza su armadura
en la sopera del infierno
y ahora no es mas que una rosa:
la rosa roja comestible.”

Pablo Neruda (1904–1973) poeta

Maremoto, Aun, La Espada Encendida, Las Piedras del Cielo / Seaquake, Still, The Flaming Sword, The Stones of the Sky

Viktor Frankl Foto
Jorge Luis Borges Foto
Fernando Vallejo Foto
Juan Rulfo Foto
Arthur C. Clarke Foto
Juan Rulfo Foto

“Hace calor aquí- dije.
-Si, y esto no es nada- me contestó el otro.
Cálmese.
Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno.
Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija.”

Pedro Páramo
Variante: Hace calof aquí- dije.
-Si, y esto no es nada- me contestó el otro.
Cálmese.
Ya lo sentirá mas fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno.
Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno regresan por su cobija.

Camilo José Cela Foto
Roberto Alifano Foto
John Milton Foto

“¿Qué importa el sitio donde yo resida, si soy siempre el mismo y el que debo ser […] vale más reinar en el infierno que servir en el cielo.”

John Milton (1608–1674) poeta y ensayista ingléss

Paraiso Perdido, El - Ilustraciones de Dore

Ken Follett Foto
Paulo Coelho Foto
Charles Baudelaire Foto
Rosa Montero Foto
Joyce Meyer Foto

“La obediencia es algo que llega lejos; cierra las puertas del infierno y abre las ventanas del cielo.”

Joyce Meyer (1943) escritora estadounidense

Battlefield of the Mind: Winning the Battle in Your Mind

Charles Baudelaire Foto
Xavier Velasco Foto
Alan Pauls Foto

“Nada retrata tanto la desesperanza como decir: así transcurrieron días, meses, años. Indefensos, delegamos en la sucesión fatal del tiempo, que es idéntica para todos, el avance de una corrupción que allana toda resistencia y sólo nos afecta a nosotros, recortándose contra el fondo del tiempo como una silueta a contraluz sobre una pantalla quieta. ¿Era el transcurso de los días lo que yo padecía, o más bien el privilegio de ser contemporáneo de mi propia degradación, el testigo de la evidencias que con el correr de las horas iban apartándome de lo humano? Que fueran sólo días no me consolaba; la crueldad vuelve irrisoria cualquier medida de tiempo. Así, pues, transcurrieron días, y a cada minuto sentía adelgazarse la diferencia que había entre mi cuerpo y su herida. El espacio, la ciudad, las distancias se desfiguraban a mi alrededor, se contraían en nudos álgidos y terminaban volatilizándose en el aire como si nunca hubieran sido otra cosa que ilusiones. Es probable que eso sea el Infierno: ese aire que sobrevive, intacto, a la desaparición de todas las cosas, y que envuelve como una esfera diáfana el espectáculo del derrumbe personal. Cada día que pasaba mi sufrimiento dividía el mundo por alguno de sus componentes. Un día eran las calles, otro el cielo, después eran los rostros, la luz, el idioma, y así seguido. El transcurso del tiempo no era más que esa obstinada voluntad de dividir; el resultado, como es previsible, iba decreciendo progresivamente. ¿Llegaría alguna vez a cero? Esa esperanza fue la última en abandonarme. El mundo, en efecto, es infinitamente divisible; tiende a cero, pero la cifra ínfima a la que esas divisiones lo acercan refleja menos un decrecimiento que una depuración, como si del otro lado de tanta resta no acechara el vacío sino la falta absoluta de estilo: el infierno desnudo.”

Alan Pauls (1959)
Francisco Martín Moreno Foto
Cassandra Clare Foto
Carl Gustav Jung Foto
Ayn Rand Foto

“¿Qué es incendiar una ciudad comparado con mostrar el infierno a los hombres?”

Ayn Rand (1905–1982) filósofa y escritora estadounidense

La Rebelión de Atlas

Camilo José Cela Foto

“La idea de la muerte llega siempre con paso de lobo, con andares de
culebra, como todas las peores imaginaciones. Nunca de repente llegan
las ideas que nos trastornan; lo repentino ahoga unos momentos, pero
nos deja, al marchar, largos años de vida por delante. Los pensamientos
que nos enloquecen con la peor de las locuras, la de la tristeza, siempre
llegan poco a poco y como sin sentir, como sin sentir invade la niebla los
campos, o la tisis los pechos. Avanza, fatal, incansable, pero lenta,
despaciosa, regular como el pulso. Hoy no la notamos; a lo mejor
mañana tampoco, ni pasado mañana, ni en un mes entero. Pero pasa ese
mes y empezamos a sentir amarga la comida, como doloroso el
recordar, ya estamos picados. Al correr de los días y las noches nos
vamos volviendo huraños, solitarios; en nuestra cabeza se cuecen las
ideas, las ideas que han de ocasionar el que nos corten la cabeza donde
se cocieron, quién sabe si para que no siga trabajando tan atrozmente.
Pasamos a lo mejor hasta semanas enteras sin variar; los que nos
rodean se acostumbraron ya a nuestra adustez y ya ni extrañan siquiera
nuestro extraño ser. Pero un día el mal crece, como los árboles, y
engorda, y ya no saludamos a la gente; y vuelven a sentirnos como raros
y como enamorados. Vamos enflaqueciendo, enflaqueciendo, y nuestra
barba hirsuta es cada vez más lacia. Empezamos a sentir el odio que nos
mata; ya no aguantamos el mirar; nos duele la conciencia, pero ¡no
importa!, ¡más vale que duela! Nos escuecen los ojos, que se llenan de
agua venenosa cuando miramos fuerte. El enemigo nota nuestro anhelo,
pero está confiado; el instinto no miente. (…) Cuando huimos como las
corzas, cuando el oído sobresalta nuestros sueños, estamos ya minados
por el mal; ya no hay solución, ya no hay arreglo posible. Empezamos a
caer, vertiginosamente ya, para no volvernos a levantar de vida. Quizás
para levantarnos un poco a última hora, antes de caer de cabeza hasta
el infierno… Mala cosa.”

The Family of Pascual Duarte

Julio Cortázar Foto
William T. Sherman Foto
Gabriel García Márquez Foto
Margaret Atwood Foto
Amélie Nothomb Foto
Steve Niles Foto
Julio Cortázar Foto
Rosa Montero Foto
Roberto Alifano Foto
Victor Hugo Foto
Robert J. Sawyer Foto
Stephen King Foto
Javier Marías Foto
Yehuda Berg Foto

“Nunca les doy el infierno. Sólo les digo la verdad y ellos piensan que es el infierno. — Harry S. Truman”

Yehuda Berg (1972) escritor estadounidense

El poder de la Kabbalah. 13 principios para superar los desafíos y alcanzar la realización

“Terminarás esta noche en mi cama o en el infierno.”

Florencia Bonelli (1971) escritora argentina

Indias blancas: La vuelta del ranquel

Isabel Allende Foto
Susan Elizabeth Phillips Foto
Yasunari Kawabata Foto
Umberto Eco Foto
Neal Shusterman Foto

“Pero de cada buena intención sale un camino hacia el infierno.”

Neal Shusterman (1962) novelista estadounidense

UnSouled

Félix Lope de Vega y Carpio Foto
Cormac McCarthy Foto
Henry Miller Foto
Haruki Murakami Foto
Friedrich Nietzsche Foto
Federico Andahazi Foto
Chuck Palahniuk Foto

“¿Qué es peor, el infierno o nada?”

Fight Club

Félix Lope de Vega y Carpio Foto
Friedrich Nietzsche Foto
Marguerite Duras Foto
Roberto Alifano Foto
Karen Blixen Foto

“Iría al paraíso, pero con mi infierno; solo, no.”

Antonio Porchia (1885–1968)

Voces (1943)

Félix Lope de Vega y Carpio Foto
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
Christopher Marlowe Foto
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
Christopher Hitchens Foto
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
Kurt Cobain Foto
Francois Rabelais Foto

“Una suegra muere solo cuando se necesita otro demonio en el infierno.”

Francois Rabelais (1494–1553) escritor, médico y humanista francés

Original: «A mother-in-law dies only when another devil is needed in hell».
Fuente: Mother: A Book of Quotations. Editor Herb Galewitz. Courier Corporation, 2012. ISBN 9780486110165. https://books.google.es/books?id=5pbDAgAAQBAJ&pg=PT52&dq=%22A+mother-in-law+dies+only+when+another+devil+is+needed+in+hell.%22&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwif4arXn9LmAhWQmBQKHUnuASIQ6AEIPDAC#v=onepage&q=%22A%20mother-in-law%20dies%20only%20when%20another%20devil%20is%20needed%20in%20hell.%22&f=false En Google Books. Consultado el 7 de junio de 2019.

Carme Riera Foto
Roberto Arlt Foto
Chavela Vargas Foto
Pablo Hasél Foto
Robert Green Ingersoll Foto