Frases sobre tiempo
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El laberinto de la soledad / Postdata / Vuelta a El laberinto de la soledad
The Madness of Lord Ian Mackenzie

Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe
Una iglesia emocionalmente sana: Una estrategia para el discipulado que de veras cambia vidas

“Ya cumplidos los cuarenta años, todo cambio es un símbolo detestable del pasaje del tiempo.”
Fuente: «El Aleph», de El Aleph

“Siguió pasando el tiempo… el truco más viejo del mundo y tal vez el único mágico de veras.”
Las cuatro estaciones: primavera/verano
“No es secreto: son los tiempos difíciles los que traen el aprendizaje más profundo.”
Sesenta dosis de Inspirulina: Lecturas de amplio espectro para un auténtico bienestar
TOYOTA KATA: El método que ayudó a miles de empresas a optimizar la gestión de sus negocios

La vida plena: Bienestar, sabiduría, asombro y compasión: los pilares del éxito
Abrazados por el Espíritu: Las bendiciones desconocidas de la intimidad con Dios

Numero zero
Variante: Los perdedores y los autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder el tiempo en saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores
“A mí me gustan los horarios, porque son la garantía de que no te vas a perder en el tiempo.”
The Curious Incident of the Dog in the Night-Time

“No hay tiempo, lugar ni estado del que Dios esté ausente.”
Volver al amor
At Last Comes Love
Inspiración diaria - Un año de sabiduría diaria de grandes pensadores, empresarios, escritores, humoristas y más: 365 citas de inspiración, motivación y felicidad

“Vivimos tiempos desquiciados. ¡Oh, nefasta suerte, que me hiciste nacer para enmendarlos!”

Yaquis: Historia de una guerra popular y de un genocidio en México

Memoirs of a Dutiful Daughter
Variante: A menudo me he interrogado sobre la razón y el sentido de mis rabietas.
Creo que se explican en parte por una vitalidad fogosa y por un extremismo
al cual nunca he renunciado del todo. Llevaba mis repugnancias hasta el
vómito, mis deseos hasta la obsesión; un abismo separaba las cosas que me
gustaban de las que no me gustaban. No podía aceptar con indiferencia la
caída que me precipitaba de la plenitud al vacío, de la beatitud al horror;
si la consideraba fatal, me resignaba; nunca me enojé contra un objeto.
Pero me negaba a ceder a esa fuerza impalpable: las palabras; lo que me
sublevaba es que una frase lanzada al descuido: "Debes hacerlo... no debes
hacerlo", arruinara en un instante mis empresas y mis alegrías. Lo
arbitrario de las órdenes y de las prohibiciones contra las que chocaba
denunciaba su inconsistencia; ayer pelé un durazno: ¿por qué no esa
ciruela?, ¿por qué dejar mis juegos justo en este minuto? En todas partes
encontraba obligaciones, en ninguna parte su necesidad. En el corazón de la
ley que me abrumaba con el implacable rigor de las piedras, yo entreveía
una ausencia vertiginosa: me sumergía en ese abismo, la boca desgarrada por
gritos. Aferrándome al suelo, pataleando, oponía mi peso de carne al aéreo
poder que me tiranizaba; lo obligaba a materializarse; me encerraban en un
cuarto oscuro entre escobas y plumeros; entonces podía golpear con los pies
y las manos en muros verdaderos, en vez de debatirme contra inasibles
voluntades. Yo sabía que esa lucha era vana; desde el momento en que mamá
me había sacado de las manos la ciruela sangrienta, en que Louise había
guardado en su bolsa mi pala y mis moldes, yo estaba vencida; pero no me
rendía. Cumplía el trabajo de la derrota. Mis sobresaltos, las lágrimas que
me cegaban, quebraban el tiempo, borraban el espacio, abolían a la vez el
objeto de mi deseo y los obstáculos que me separaban de él. Me hundía en la
noche de la impotencia; ya nada quedaba salvo mi presencia desnuda y ella
explotaba en largos aullidos.

Northanger Abbey
Variante: Al fin y al cabo, no es cosa tan terrible empezar a ser completamente feliz a la edad de veintiséis y dieciocho años, respectivamente, y puesto que estoy convencida de que la tiranía del general, lejos de dañar aquella felicidad, la promovió, permitiendo que Henry y Catherine lograran un más perfecto conocimiento mutuo al mismo tiempo que un mayor desarrollo del afecto que los unía, dejo al criterio de quien por ello se interese decidir si la tendencia de esta obra es recomendar la tiranía paterna o recompensar la desobediencia filial. —FIN

A Heart So White
Variante: (...) quien anticipa su propia muerte rara vez se mata, quien anticipa la de los otros rara vez asesina, es preferible asesinar y matarse con el pensamiento, no dejar secuelas ni tampoco huella, incluso con el gesto lejano del brazo que agarra, todo es cuestión de distancia y tiempo, si se está un poco lejos el cuchilla golpea el aire en vez de golpear el pecho, no se hunde en la carne morena o blanca sino que recorre el espacio y no sucede nada, su recorrido no se computa ni se registra y se ignora, no se castigan las intenciones

LAS CONFESIONES