Frases de vida
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“La sinceridad la inventó uno que quería amargarle la vida al prójimo.”

Enrique Jardiel Poncela (1902–1952) dramaturgo

Fuente: [Jardiel Poncela] (1997), t. III; p. 79.

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“La vida es un ruido entre dos grandes silencios”

Paula
Variante: la vida es puro ruido entre dos insondables silencios.

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“No creo que tu vida no tenga sentido. He cambiado de opinión. Los milagros termodinámicos… son unos sucesos con unas probabilidades tan remotas de que lleguen a producirse que prácticamente resulta imposible que acaben dándose. Por ejemplo: que el oxígeno se transforme de manera espontánea en oro. Tengo muchas ganas de ver algo así. Y aún así, en cada apareamiento humano, mil millones de espermatozoides compiten para llegar a un solo óvulo. Multiplica esas posibilidades por las innumerables generaciones que ha habido de seres humanos, por las posibilidades de que tus antepasados vivieran, se conocieran, engendraran a ese hijo en concreto, a esa hija exactamente… hasta llegar a tu madre, que se enamorará de un hombre al que tiene todas las razones del mundo para odiar y de esa unión, de los miles de millones de niños que compiten para lograr fecundar el óvulo, fuiste tú, sólo tú, la que surgió. Destilar una forma tan específica a partir de tal caos de improbabilidades resulta tan difícil como que el aire se transforme en oro… El cenit de lo imposible. Un milagro termodinámico. Se podría decir eso de cualquier persona del mundo. Pero el planeta está tan lleno de gente, tan repleto de milagros, que acabamos considerándolos algo normal y olvidamos lo que son… Yo lo olvidé. Contemplamos la Tierra día tras día hasta que acaba convirtiéndose en un lugar al que consideramos monótono. Pero visto desde otro punto de vista, como si fuera algo nuevo, aún es capaz de asombrarnos. Ven, seca tus lágrimas, porque eres vida, algo más excepcional que un quark y más impredecible que lo que Heisenberg soñó jamás: la arcilla en la que las fuerzas que dan forma a todas las cosas dejan sus huellas de un modo más claro. Seca tus lágrimas… y volvamos a casa." Dr. Manhattan, WATCHMEN, Alan Moore”

Watchmen

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“Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón.”

Momo
Variante: Porque el tiempo es vida, y la vida nace en el corazón.

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“«La Biblia no se nos dio para aumentar nuestro conocimiento, sino para cambiar nuestra vida».”

Rick Warren (1954)

Metodos de estudio biblico personal: 12 formas de estudiar la Biblia tu solo

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“La vida no es sobre encontrarte a ti mismo. La vida es sobre crearte a ti mismo.”

George Bernard Shaw (1856–1950) escritor irlandés, ganador del Premio Nobel de literatura en 1925 y del Óscar en 1938
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“También el hombre que haya llegado a los 30 años tendrá aún mucho que aprender en el curso de su vida, pero esto únicamente a manera de una complementación dentro del marco determinado por la concepción ideológica adoptada en principio. Los nuevos conocimientos que adquiera no significarán una innovación de lo ya aprendido, sino más bien un proceso de acrecentamiento de su saber, de tal modo que sus adeptos jamás tendrán la decepcionante impresión de haber sido mal orientados; por el contrario, el visible desarrollo de la personalidad del Jefe provocará complacencia en la convicción de que el perfeccionamiento de éste refluye en favor de la propia doctrina. Ante sus ojos, esto constituye una prueba de la certeza del criterio hasta aquel momento sostenido. Un Jefe que se vea obligado a abandonar la plataforma de su ideología general por haberse dado cuenta que ésta era falsa, obrará honradamente sólo cuando, reconociendo lo erróneo de su criterio, se halle dispuesto a asumir todas las consecuencias. En tal caso deberá por lo menos renunciar a toda actuación política ulterior, pues, habiendo errado ya una vez en puntos de vista fundamentales, está expuesto por una segunda vez al mismo peligro. De todos modos ha perdido ya el derecho de recurrir, y menos aun de exigir la confianza de sus conciudadanos. El grado de corrupción de la plebe, que por ahora se siente habilitada para "hacer" política, evidencia cuán rara vez se sabe responder en los tiempos actuales a una prueba tal de decoro personal.”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

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“Rió y en ese momento, con esa rara certeza que sólo se tiene un par de veces en la vida, supe que iba a pasar el resto de mi vida a su lado.”

Carlos Ruiz Zafón (1964) escritor español

Variante: En ese momento, con esa certeza que sólo se tiene un par de veces en la vida, supe que iba a pasar el resto de mi vida a su lado.

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“El sufrir es muy largo y no puede dividirse por los estaciones del año. Sólo nos es posible señalar su presencia y advertir su retorno. Para nosotros el tiempo no avanza: gira. Parece formar un círculo alrededor de este eje: el dolor. La paralizadora inmovilidad de una vida regulada, hasta en sus más ínfimos detalles, por una rutina inmutable, de suerte que conforme, bebemos, nos paseamos, dormimos y rezamos – o por lo menos, nos arrodillamos para rezar – conforme a los inflexibles dictados de un reglamento de hierro; esa inmovilidad que hace que cada día sea, con todos sus horrores, y hasta en sus más pequeños detalles, idéntico a sus hermanos, parece comunicarse a aquellas fuerzas exteriores, cuya existencia es una perpetua variación. Nada sabemos de la siembra ni de las cosechas, de los segadores doblados sobre las espigas o de los vendimiadores deslizándose entre las vides; de la hierba del jardín, ornada con el blanco manto de las flores caídas, sobre la cual se hallan esparcidos los frutos maduros. Nada sabemos, nada podemos saber.

Para nosotros sólo hay una estación, la del dolor. Parece incluso como si nos hubieran arrebatado hasta el sol y la luna. Fuera podrá brillar el día con tonos azulados o dorados, pero la luz que se filtra por el espeso cristal del ventanillo con barrotes de hierro bajo el cual nos hallamos sentados, es mísera y mortecina. En nuestra celda vecina reina constantemente la penumbra, y la noche invade siempre nuestro corazón. Y todo movimiento se detiene, igual que en el girar del tiempo, en la esfera del pensamiento.”

De Profundis

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“Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos”

Rayuela
Variante: ..."Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos"...

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“¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es la vida misma?”

The Unbearable Lightness of Being
Variante: ¿Qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma?

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“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-lita: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.”

Lolita
Variante: Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.

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“Tú eres mi mejor amigo —dijo—. Mi mejor amigo para toda la vida.”

John Boyne (1971) novelista irlandés, autor de ficción juvenil

The Boy in the Striped Pajamas

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“Que se yo. La gente se complica la vida, como si no fuese suficientemente complicada”

The Shadow of the Wind
Variante: La gente se complica la vida, como si no fuese suficientemente complicada.

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“Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida.
Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo.
Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso.
Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie.
Y esta es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo.”

Eleven Minutes
Variante: Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida. Pero esto no es así: la libertad sólo existe cuando existe el amor. Quien se entrega totalmente, quien se siente libre, ama al máximo. Y quien ama al máximo, se siente libre. Pero en el amor, cada uno de nosotros es responsable por lo que siente, y no puede culpar al otro por eso.
Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie.
Y esta es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo.

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“Son muy pocos aquellos de entre nosotros que no se han despertado a veces antes del alba, o después de una de esas noches sin sueños que casi nos hacen amar la muerte, o de una de esas noches de horror y de alegría monstruosa, cuando se agitan en las cámaras del cerebro fantasmas más terribles que la misma realidad, rebosantes de esa vida intensa, inseparable de todo lo grotesco, que da al arte gótico su imperecedera vitalidad, puesto que ese arte bien parece pertenecer sobre todo a los espíritus atormentados por la enfermedad del ensueño. Poco a poco, dedos exangües surgen de detrás de las cortinas y parecen temblar. Adoptando fantásticas formas oscuras, sombras silenciosas se apoderan, reptando, de los rincones de la habitación para agazaparse allí. Fuera, se oye el agitarse de pájaros entre las hojas, o los ruidos que hacen los hombres al dirigirse al trabajo, o los suspiros y sollozos del viento que desciende de las montañas y vaga alrededor de la casa silenciosa, como si temiera despertar a los que duermen, aunque está obligado a sacar a toda costa al sueño de su cueva de color morado. Uno tras otro se alzan los velos de delicada gasa negra, las cosas recuperan poco a poco forma y color y vemos cómo la aurora vuelve a dar al mundo su prístino aspecto. Los lívidos espejos recuperan su imitación de la vida. Las velas apagadas siguen estando donde las dejamos, y a su lado descansa el libro a medio abrir que nos proponíamos estudiar, o la flor preparada que hemos lucido en el baile, o la carta que no nos hemos atrevido a leer o que hemos leído demasiadas veces. Nada nos parece que haya cambiado. De las sombras irreales de la noche renace la vida real que conocíamos. Hemos de continuar allí donde nos habíamos visto interrumpidos, y en ese momento nos domina una terrible sensación, la de la necesidad de continuar, enérgicamente, el mismo ciclo agotador de costumbres estereotipadas, o quizá, a veces, el loco deseo de que nuestras pupilas se abran una mañana a un mundo remodelado durante la noche para agradarnos, un mundo en el que las cosas poseerían formas y colores recién inventados, y serían distintas, o esconderían otros secretos, un mundo en el que el pasado tendría muy poco o ningún valor, o sobreviviría, en cualquier caso, sin forma consciente de obligación o de remordimiento, dado que incluso el recuerdo de una alegría tiene su amargura, y la memoria de un placer, su dolor.”

The Picture of Dorian Gray

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“Es inútil. El vacío auténtico, como un blindaje, acoraza su vida. Se detiene junto a una silla, la toma por el respaldar, hace ruido con ella golpeando las patas contra el piso; pero este ruido es insuficiente para desteñir el vacío teñido de gris. Deliberadamente hace pasar ante sus ojos paisajes anteriores, recuerdos, sucesos; pero su deseo no puede engarfiar en ellos, resbalan como los dedos de un hombre extenuado por los golpes de agua, en la superficie de una bola de piedra. Los brazos se le caen a lo largo del cuerpo, la mandíbula se le afloja. Es inútil cuanto haga para sentir remordimiento o para encontrar paz. Igual que las fieras enjauladas, va y viene por su cubil frente a la indestructible reja de su incoherencia. Necesita obrar, mas no sabe en qué dirección. Piensa que si tuviera la suerte de encontrarse en el centro de una rueda formada por hombres desdichados, en el pastizal de una llanura o en el sombrío declive de una montaña, él les contaría su tragedia. Soplaría el vien­to doblando los espinos, pero él hablaría sin reparar en las estrellas que empezaban a ser visibles en lo negro. Está seguro que aquel círculo de vagabundos comprendería su desgracia; pero allí, en el corazón de una ciudad, en una pieza perfectamente cúbica y sometida a disposiciones del digesto municipal, es ab­surdo pensar en una confesión. ¿Y si lo viera a un sacerdote y se confiara a él? Mas, ¿qué puede decirle un señor afeitado, con sotana y un inmenso aburri­miento empotrado en el caletre? Está perdido, ésa es la verdad; perdido para sí mismo.”

Los lanzallamas

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