Frases sobre acaso

Una colección de frases y citas sobre el tema del acaso, ser, vida, vida.

Frases sobre acaso

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“DÍA A DÍA

Decir que el tiempo es río es decir nada,
ni nace ni termina su corriente,
fluye desde horizontes infinitos
y seguirá, sin duda, hasta el olvido,
nacer nadie lo vio, ni le verá acabar,
en él flotamos por confusos trechos,
el tiempo de surgir y sumergirse
es el de nuestra vida, tan pequeña,
tan torpe, tan voraz, tan impaciente
que apenas nace y a morir empieza.


Feliz llamaban los antiguos vates
al que joven moría, eran los dioses
los que daban el don de no ir más lejos.
El fin siempre es temprano, cada día
es toda la vida en tiempo pleno,
no hay más que el hoy,
que este momento solo
en que conozco que estoy vivo y siento.

Cada día es el día y cada hora
es la única hora de la vida,
todo el ayer se fue en reminiscencia
y el mañana no existe todavía.

No llegamos a viejos, sólo somos
en la invariable vaguedad del ser,
los nombres son equívocos, las fechas
hacen inerte cuenta sin sentido,
no somos el de ayer ni el de mañana,
somos el de hoy apenas,
la vida empieza en cada amanecida
y la conciencia muere en cada noche.

Yo podría contar la historia vana
de una vida que acaso fue la mía,
pero que es tan ajena y tan extraña
ante esta hora en que me nombro y busco.

No se es viejo ni joven, se está vivo
y soy yo, el de hoy, quien hace el mundo
con mi mano segura o temblorosa,
con la errada visión que siempre tuve,
jugando el juego
de ausencias y presencias
que sólo para mí tiene sentido.

Todo está en ti, día que amaneces,
toda mi vida en mí sin sobra y falta,
como fue en cada hora ya contada,
como será en un siempre día a día.”

Arturo Uslar Pietri (1906–2001) escritor y político venezolano

El hombre que voy siendo

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“Quizá sea inoportuno o acaso delirante. Soy de tantas maneras como gente pretenda, nomás, calificarme”

Silvio Rodríguez (1946) cantautor, guitarrista y poeta cubano

Tocando fondo

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“¿Y acaso crees que yo estoy en un lecho de rosas?”

Cuauhtémoc (1495–1525) Ultimo tlatoani de Tenochtitlan

ATetlepanquetzal cuando los españoles los torturaban a ambos quemando sus pies.

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“El hombre puede, acaso, hacer lo que quiere; pero no puede querer lo que quiere.”

Arthur Schopenhauer (1788–1860) filósofo alemán

Sin fuentes
Variante: El hombre puede, acaso, hacer lo que quiere; pero no puede querer lo que quiere".

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“Vamos a cantar un corrido por… por si acaso nos corrieron. A mí ya me corrieron hace rato.”

Chalino Sánchez (1960–1992) cantante mexicano Decidio cantar en en Torreon

Grabación en directo de la canción Corrido de Gilberto.

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“Lo que más me preocupó en la cuestión del parlamentarismo fue la notoria falta de un elemento responsable. Por funestas que pudieran ser las consecuencias de una ley sancionada por el Parlamento, nadie lleva la responsabilidad ni a nadie le es posible exigirle cuentas. ¿O es que puede llamarse asumir responsabilidad el hecho de que después de un fiasco sin precedentes dimita el gobierno culpable, o cambie la coalición existente, o, por último, se disuelva el Parlamento? ¿Puede acaso hacerse responsable a una vacilante mayoría? ¿No es cierto que la idea de responsabilidad presupone la idea de la personalidad? ¿Puede prácticamente hacerse responsable al dirigente de un gobierno por hechos cuya gestión y ejecución obedecen exclusivamente a la voluntad y al arbitrio de una pluralidad de individuos? ¿O es que la misión del gobernante - en lugar de radicar en la concepción de ideas constructivas y planes- consiste más bien en la habilidad con que éste se empeñe en hacer comprensible a un hato de borregos lo genial de sus proyectos, para después tener que mendigar de ellos mismos una bondadosa aprobación? ¿Cabe en el criterio del hombre de Estado poseer en el mismo grado el arte de la persuasión, por un lado, y por otro la perspicacia política necesaria para adoptar directivas o tomar grandes decisiones? ¿Prueba acaso la incapacidad de un Führer el solo hecho de no haber podido ganar en favor de una determinada idea el voto de mayoría de un conglomerado resultante de manejos más o menos honestos? ¿Fue acaso alguna vez capaz ese conglomerado de comprender una idea, antes de que el éxito obtenido por la misma revelara la grandiosidad de ella? ¿No es en este mundo toda acción genial una palpable protesta del genio contra la indolencia de la masa? ¿Qué debe hacer el gobernante que no logra granjearse el favor de aquel conglomerado para la consecución de sus planes? ¿Deberá sobornar? ¿O bien, tomando en cuenta la estulticia de sus conciudadanos, tendrá que renunciar a la realización de medidas reconocidas como vitales, dejando el gobierno, o quedarse en él a pesar de todo? ¿No es cierto que en un caso tal el hombre de verdadero carácter se coloca frente a un conflicto insoluble entre su comprensión de la necesidad y su rectitud de criterio o, mejor dicho, su honradez? ¿Dónde acaba aquí el límite entre la noción del deber para la colectividad y la noción del deber para la propia dignidad personal? ¿No debe todo Führer de verdad rehusar que de ese modo se le degrade a la categoría de traficante político? ¿O es que, inversamente, todo traficante deberá sentirse predestinado a "especular" en política, puesto que la suprema responsabilidad jamás pesará sobre él, sino sobre un anónimo e inaprensible conglomerado de gentes? Sobre todo, ¿no conducirá el principio de la mayoría parlamentaria a la demolición de la Idea-Führer? Pero, ¿es que aún cabe admitir que el progreso del mundo se debe a la mentalidad de las mayorías y no al cerebro de unos cuantos? ¿O es que se cree que tal vez en el futuro se podría prescindir de esta condición previa, inherente a la cultura humana? ¿No parece, por el contrario, que ella es hoy más necesaria que nunca?”

Adolf Hitler (1889–1945) Führer y Canciller Imperial de Alemania. Líder del Partido Nazi

Mi Lucha

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“Pero ¿no son acaso autobiografías todas las novelas que se eternizan y duran eternizando y haciendo durar a sus autores y a sus antagonistas?”

Miguel de Unamuno (1864–1936) escritor y filósofo español

Cómo Se Hace Una Novela. La Tía Tula. San Manuel Bueno, Mártir y Tres Historias Más.

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“¿Acaso había mejor trampa que la trampa del amor?”

Stephen King (1947) escritor, novelista, columnista, productor cinematográfico y director estadounidense

The Gunslinger

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“¿Acaso el arte no está hecho para perturbar?”

Ruth Baza (1972) Escritora y periodista española

Fuente: ¡Grita, Arte, Grita! (Ruth Baza) publicado en el suplemento cultural Evasión dekl diario El Correo. 8 de septiembre de 2000. https://hemeroteca.elcorreo.com/

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“¿Puede Fernando dar Constitución a sus pueblos desde el cautiverio en que gime? No. ¿Pretende acaso el rey, que continuemos en nuestra antigua Constitución? Le diríamos que no conocemos ninguna y que las Leyes arbitrarias, dictadas por la codicia para esclavos y colonos, no pueden reglar la suerte de unos hombres que desean ser libres. ¿Aspiraría el Rey a que viviésemos en la misma miseria que antes y continuásemos formando un grupo de hombres a quien un virrey puede decir impunemente que han sido destinados por la naturaleza para "vegetar en la oscuridad y el abatimiento"? El cuerpo de dos millones de hombres debería responderle: Hombre imprudente, qué descubres en tu persona que te haga superior a las nuestras? ¿Cuál sería tu imperio, si no te lo hubiésemos dado nosotros? ¿Acaso hemos depositado en ti nuestros poderes para que los emplees en nuestra desgracia? Tenías obligación de formar tú mismo nuestra felicidad, éste es el precio a que únicamente pusimos la corona en tu cabeza. Te la dejaste arrebatar por un acto de inexperiencia, capaz de hacer dudar, si estabas excluído del número de aquellos hombres a quienes parece haber criado la naturaleza para dirigir a los otros; reducido a prisiones e imposibilitado de desempeñar tus deberes, hemos tomado el ímprobo trabajo de ejecutar por nosotros mismos lo que debieran haber hecho los que se llaman nuestros reyes; si te opones a nuestro bien, no mereces reinar sobre nosotros, y si quieres manifestarte acreedor a la elevada dignidad que te hemos conferido, debes congratularte de verte colocado al frente de una nación libre. ¿Podría el Rey oponerse a las resoluciones del Congreso? Semejante duda sería un delito. El Rey, a su regreso, no podría resistir una Constitución a la que aún estando al frente de las Cortes, debió siempre conformarse… y si algún día logra la libertad porque suspiramos, una sencilla transmisión le restituiría al trono de sus mayores con las variaciones y reformas que los pueblos hubiesen establecido para precaver los funestos resultados de un poder arbitrario.”

Mariano Moreno (1778–1811) político de Argentina
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“«¿Por qué el diminutivo es señal de cariño? —iba diciéndose Augusto camino de su casa—. ¿Es acaso que el amor achica la cosa amada?”

Niebla
Variante: «¿Por qué el diminutivo es señal de cariño? –iba diciéndose Augusto camino de su casa–. ¿Es acaso que el amor achica la cosa amada?

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“Acaso es triste el irse… pero sin el irse no hay volver”

Jaime Sabines (1926–1999) poeta y político mexicano

Los amorosos: Cartas a Chepita

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“La edad adulta trae consigo la ilusión perniciosa del control, y acaso depende de ella. Quiero decir que es ese espejismo de dominio sobre nuestra propia vida lo que nos permite sentirnos adultos, pues asociamos la adultez con la autonomía, el soberano derecho a determinar lo que va a sucedernos enseguida. El desengaño viene más pronto o más tarde, pero viene siempre, no falta a la cita, nunca lo ha hecho. Cuando llega lo recibimos sin demasiada sorpresa, pues nadie que viva lo suficiente puede sorprenderse de que su biografía haya sido moldeada por eventos lejanos, por voluntades ajenas, con poca o ninguna participación de sus propias decisiones. Esos largos procesos que acabarán por toparse con nuestra vida -a veces para darle el empujón que necesitaba, a veces para hacer estallar en pedazos nuestros planes más espléndidos- suelen estar ocultos como corrientes subterráneas, como meticulosos desplazamientos de las capas tectónicas, y cuando por fin se da el terremoto invocamos las palabras que hemos aprendido a usar para tranquilizarnos,,, a veces.”

The Sound of Things Falling
Variante: La edad adulta trae consigo la ilusión perniciosa del control, y acaso depende de ella. Quiero decir que es ese espejismo de dominio sobre nuestra propia vida lo que nos permite sentirnos adultos, pues asociamos la adultez con la autonomía, el soberano derecho a determinar lo que va a sucedernos enseguida. El desengaño viene más pronto o más tarde, pero viene siempre, no falta a la cita, nunca lo ha hecho. Cuando llega lo recibimos sin demasiada sorpresa, pues nadie que viva lo suficiente puede sorprenderse de que su biografía haya sido moldeada por eventos lejanos, por voluntades ajenas, con poca o ninguna participación de sus propias decisiones. Esos largos procesos que acabarán por toparse con nuestra vida -a veces para darle el empujón que necesitaba, a veces para hacer estallar en pedazos nuestros planes más espléndidos- suelen estar ocultos como corrientes subterráneas, como meticulosos desplazamientos de las capas tectónicas, y cuando por fin se da el terremoto invocamos las palabras que hemos aprendido a usar para tranquilizarnos, ACCIDENTE, CASUALIDAD, a veces DESTINO.

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“Basta que sea breve y transitoria la vida. Para que sea sueño. A mí, como a quien sueña, Y oscuramente le pasa cierta amargura De tener que despertar; a mí la muerte, Casi el horror de que me quiten el sueño y tener que darme a la realidad, me asusta, Casi como la muerte. ¡Cuántas veces [cuántas], En sueños vacíos conscientemente Inmerso, no me pesa tener que ver La realidad y el día! Sí, este mundo con su cielo y tierra, Con sus mares y ríos y montañas, Con sus árboles, aves, bestias, hombres, Con el que el hombre, con arte figurado De alguna construcción divina, hizo Casas, ciudades, cosas, modas […], Este mundo, que [nunca] reconozco, Como sueño lo amo, y como es sueño lo [quiero] O [tengo] que dejarlo y ver la verdad, Me toma la garganta, con horror por lo negro, El pensamiento de la hora inevitable, Y la verdad de la muerte me angustia. Pudiera yo, sí, pudiera eternamente Ajeno al verdadero ser del mundo, ¡Vivir siempre este sueño que es la vida! Expulsado ya de la divina esencia, Ficción fingida, vana mentira eterna, Alma sueño, ¡que nunca yo me despertara! Suave me es el sueño, y la vida […] es sueño. Temo a la verdad y a la vida verdadera. ¡Cuántas veces, pasada la vida, busco En el seno maternal de la noche y del error, El alivio de soñar, durmiendo; y el sueño, Una perfecta vida me parece; […] …, y por acaso Porque pasa de prisa. Y así es la vida.”

Fernando Pessoa (1888–1935) poeta portugués

El primer Fausto / Todavía más allá del otro océano

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“Todo poeta supone una metafísica; acaso cada poema debiera tener la suya –implícita, claro está, nunca explícita–, y el poeta tiene el deber de exponerla por separado, en conceptos claros. La posibilidad de hacerlo distingue al verdadero poeta del mero señorito que compone versos.”

María Zambrano (1905–1991) Filósofa y ensayista española

Reflexiones, recuerdos y pensamientos
Fuente: Gibson}}, Ian. Ligero de equipaje; Santillana Editores; Madrid, 2006. ISBN 9788403096860; página 646.
Fuente: Hora de España, diciembre de 1937.
Fuente: Artículo de María Zambrano dedicado a Antonio Machado.

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“¿No sabes que un hombre que es rico es como una chica guapa? No te casarías con una chica sólo porque es guapa, pero dios, ¿acaso eso no ayuda?”

Marilyn Monroe (1926–1962) actriz, cantante y modelo de los Estados Unidos

Como Lorelei Lee en Los hombres las prefieren rubias(1953)

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“¿Acaso hemos nacido para trabajar como los animales”

Benito Pérez Galdós (1843–1920) novelista, dramaturgo, cronista y político español
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“Fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuimos que nada es real.”

Jorge Luis Borges (1899–1986) escritor argentino

Variante: Fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuimos que nada es Real
Fuente: "El inmortal", de "El Aleph".

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“Los microprocesadores se están metiendo en todo. En un futuro cercano no habrá ningún accesorio -salvo una escoba, acaso- que no tenga un procesador dentro».”

Arthur C. Clarke (1917–2008) escritor británico de divulgación científica y ciencia ficción, inventor, presentador de televisión

sin fuentes

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“¿Acaso es difícil comprender que con la desaparición del capitalismo deben desaparecer las naciones burguesas que él engendró?”

Iósif Stalin (1879–1953) Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética

18 de marzo de 1929).
Cronología de citas, 1929

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“Hay que vencer los prejuicios. Lo que les pido es acaso imposible, pues nos obliga a superar nuestra historia y, sin embargo, si no la superamos, señoras y señores, se impondrá una regla: ¡El nacionalismo es la guerra! La guerra no es sólo el pasado, puede ser nuestro futuro. ¡Y ahora son ustedes, señoras y señores diputados, los guardianes de nuestra paz, de nuestra seguridad y de ese futuro!”

François Mitterrand (1916–1996) abogado y político francés, Presidente de la República Francesa de 1981 a 1995

Fuente: Discurso ante el Parlamento Europeo el 17 de enero de 1995 http://jss.over-blog.com/article-30720269.html.
Fuente: Noticia en el diario "El Mundo" http://www.elmundo.es/papel/hemeroteca/1995/01/18/mundo/23196.html

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“Si asumimos que el individuo tiene un indiscutible derecho a la vida, debemos reconocer que tiene un derecho similar al disfrute de los productos de su trabajo. A esto llamamos derecho de propiedad. El derecho absoluto a la propiedad se sigue del original derecho a la vida porque uno sin el otro no tienen sentido; los medios de vida deberán estar identificados con la vida misma. Si el Estado tiene un derecho anterior a los productos de tu trabajo, su derecho a existir está aprobado. Aparte del hecho de que ningún derecho anterior se pueda establecer, con la excepción de declarar el Estado autor de todos los derechos, nuestra inclinación (como se muestra en el esfuerzo por evitar el pago de impuestos) es rechazar este concepto de prioridad. Nuestro instinto está en contra de ella. Nos oponemos a la toma de nuestra propiedad por la sociedad organizada del mismo modo que lo hacemos cuando una sola unidad de la sociedad comete ese acto. En este último caso, sin vacilar se llama al acto robo, un malum in se. No es la ley la que en primera instancia define el robo, es un principio ético, y este lo puede violar la ley, pero no sustituir. Si por la necesidad de vivir se acepta la fuerza de la ley, si por una larga costumbre hemos perdido de vista la inmoralidad, ¿acaso el principio ha sido borrado? Robo es robo, y ninguna cantidad de palabras puede cambiarlo.”

Frank Chodorov (1887–1966)

Fuente: En el capítulo Taxation is Robbery, de su libro Out of Step: The Autobiography of an Individualist.

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“¿Es que acaso se conoce de algún monarca que haya perecido ahogado?”

Juana I de Castilla (1479–1555) Reina de Castilla, y de Aragón y Navarra

Antes de emprender un viaje en barco.
Citas de Juana
Fuente: Biografía por José Luis Olaizola.

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“Acaso en España no hemos confrontado con serenidad las respectivas ideologías para descubrir las coincidencias, que quizás fueran fundamentales, y medir las divergencias, probablemente secundarias, a fin de apreciar si éstas valían la pena de ventilar en el campo de batalla. La confrontación de ideologías, que no se hizo entonces, debe hacerse ahora. Porque es necesario un esfuerzo generoso en busca de puntos de concordia que hagan posible la convivencia, tratándonos como hermanos y no peleando como hienas.”

Indalecio Prieto (1883–1962) político socialista español

«Convulsiones en España», México, 1967. Citado http://www.abc.es/hemeroteca/historico-21-11-2007/sevilla/Cordoba/maleni-no-conoce-a-prieto_1641389724659.html en el diario ABC. Otras fuentes http://www.senado.cl/sesiones/pags/diar/19991123190629.html lo atribuyen a Discursos en América (1944)

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“Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy: si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar tu bolsillo, y pereza de abrir los ojos para hojear las hojas que tengo que darte todavía, te contaré cómo a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo mucho más, me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija del clima y de otras causas, perder de pereza más de una conquista amorosa; abandonar más de una pretensión empezada, y las esperanzas de más de un empleo, que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por pereza de hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales que hubieran podido valerme de mucho en el transcurso de mi vida; te confesaré que no hay negocio que no pueda hacer hoy que no deje para mañana; te referiré que me levanto a las once, y duermo siesta; que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando o roncando, como buen español, las siete y las ocho horas seguidas; te añadiré que cuando cierran el café, me arrastro lentamente a mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo más que una), y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y bostezando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y siempre fue de pereza.”

Mariano José de Larra (1809–1837) escritor, periodista y político español (1809-1837)
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“sabía cuál sería la respuesta: el amor es lo más importante del mundo y ninguna mujer puede llegar a entenderlo. Muy bien. Pero ¿acaso podía entender un hombre lo que ella pensaba acerca de la vida?”

La señora Dalloway
Variante: ¿Qué es tu amor?, podía preguntarle ella. Y sabía cuál sería la respuesta: el amor es lo más importante del mundo y ninguna mujer puede llegar a entenderlo. Muy bien. Pero ¿acaso podía entender un hombre lo que ella pensaba acerca de la vida?

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“Acaso te causan
dolor mis fatigas,
mis ansias de verte,
mis quejas baldías,
mi tedio implacable,
mi horror por la vida.”

Amado Nervo (1870–1919) poeta y prosista mexicano

Antología de Amado Nervo. Poesía y Prosa.

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“¿La historia de la humanidad no es acaso toda entera, desde sus inicios, la historia de un crimen? Las naciones europeas no cesan de recodarse mutuamente el holocausto judío, pero ¿fue éste el único? ¿En qué ciudad se decretó el genocidio de Namibia (1904-1908)? ¿En qué mes el de Armenia (1915-1923), el de Ucrania (1929), el de España (1936-1975), el de la Franja de Gaza? ¿Lo recordamos?

Tan sólo en los últimos sesenta años, con implicación directa o indirecta de los gobiernos de Occidente, fueron masacrados

siete millones de vietnamitas
dos millones de camboyanos
dos millones de krudos
quinientos mil serbios
un millón doscientos mil argelinos
setenta mil haitianos
ochocientos mil tutsis y hutus
doscientos mil guatemaltecos
trescientos mil libaneses
un número aún creciente de palestinos

¿los recordamos?

Y aunque así fuese, ¿nos sentiríamos concernidos? Cuanto más alta sea la cifra más espectacular será el suceso y, por lo tanto, menos habrá de implicarnos: el dolor siempre acude en singular. Sumamos y redondeamos como para ajustar la tasa de sufrimiento. ¿Puede acaso sumarse el sufrimiento? ¿Será más el dolor de todo un pueblo que el de cada uno de sus miembros? ¿Cómo sufre "un pueblo"? ¿Existe el pueblo o la Nación independiente de su gente? Y

cada uno de los seres que padecen ¿no serán siempre el mismo, una y otra vez, infinitamente?

Ahora, cuando todo es aquí, irremediablemente aquí y ahora, ante la permisión del horror yo digo:

Si viniera,
si una mujer viniera, ahora,
si una mujer viniera al mundo con
la espiga de luz de
las matriarcas: debería
si hablara de este tiempo
debería
tan sólo balbucir, balbucir
y así tal vez
tal vez así
asíasí
tal vez”

Chantal Maillard (1951) escritora hispanobelga

La herida en la lengua

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“A Leopoldo Lugones

Los rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conservado mágicamente. A izquierda y a derecha, absortos en su lúcido sueño, se perfilan los rostros momentáneos de los lectores, a la luz de las lámparas estudiosas, como en la hipálage de Milton. Recuerdo haber recordado ya esa figura, en este lugar, y después aquel otro epíteto que también define por el contorno, el árido camello del Lunario, y después aquel hexámetro de la Eneida, que maneja y supera el mismo artificio:

Ibant obscuri sola sub nocte per umbram.

Estas reflexiones me dejan en la puerta de su despacho. Entro; cambiamos unas cuantas convencionales y cordiales palabras y le doy este libro. Si no me engaño, usted no me malquería, Lugones, y le hubiera gustado que le gustara algún trabajo mío. Ello no ocurrió nunca, pero esta vez usted vuelve las páginas y lee con aprobación algún verso, acaso porque en él ha reconocido su propia voz, acaso porque la práctica deficiente le importa menos que la sana teoría.

En este punto se deshace mi sueño, como el agua en el agua. La vasta biblioteca que me rodea está en la calle México, no en la calle Rodríguez Peña, y usted, Lugones, se mató a principios del treinta y ocho. Mi vanidad y mi nostalgia han armado una escena imposible. Así será (me digo) pero mañana yo también habré muerto y se confundirán nuestros tiempos y la cronología se perderá en un orbe de símbolos y de algún modo será justo afirmar que yo le he traído este libro y que usted lo ha aceptado.”

Jorge Luis Borges (1899–1986) escritor argentino
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“Ya en el escaparate de la librería localizaste la portada con el título que buscabas. Siguiendo esa huella visual te abriste paso en la tienda a través de la tupida barrera de los Libros Que No Has Leído que te miraban ceñudos desde mostradores y estanterías tratando de intimidarte. Pero tú sabes que no debes dejarte acoquinar, que entre ellos se despliegan hectáreas y hectáreas de los Libros Que Puedes Prescindir De Leer, de los Libros Hechos Para Otros Usos Que La Lectura, de los Libros Ya Leídos Sin Necesidad Siquiera De Abrirlos Pues Pertenecen A La Categoría De Lo Ya Leído Antes Aun De Haber Sido Escrito. Y así superas el primer cinturón de baluartes y te cae encima la infantería de los Libros Que Si Tuvieras Más Vidas Que Vivir Ciertamente Los Leerías También De Buen Grado Pero Por Desgracia Los Días Que Tienes Que Vivir Son Los Que Son. Con rápido movimiento saltas sobre ellos y caes entre las falanges de los Libros Que Tienes Intención De Leer Aunque Antes Deberías Leer Otros, de los Libros Demasiado Caros Que Podrías Esperar A Comprarlos Cuando Los Revendan A Mitad De Precio, de los Libros Idem De Idem Cuando Los Reediten En Bolsillo, de los Libros Que Podrías Pedirle A Alguien Que Te Preste, de los Libros Que Todos Han Leído, Conque Es Casi Como Si Los Hubieras Leído También Tú. Eludiendo estos asaltos, llegas bajo las torres del fortín, donde ofrecen resistencia.
los Libros Que Hace Mucho Tiempo Tienes Programado Leer,
los Libros Que Buscabas Desde Hace Años Sin Encontrarlos,
los Libros Que Se Refieren A Algo Que Te Interesa En Este Momento,
los libros Que Quieres Tener Al Alcance De La Mano Por Si Acaso,
los Libros Que Podrías Apartar Para Leerlos A Lo Mejor Este Verano,
los Libros Que Te Faltan Para Colocarlos Junto A Otros Libros En Tu Estantería,
los Libros Que Te Inspiran Una Curiosidad Repentina, Frenética Y No Claramente Justificable.
Hete aquí que te ha sido posible reducir el número ilimitado de fuerzas en presencia a un conjunto muy grande, sí, pero en cualquier caso calculable con un número finito, aunque este relativo alivio se vea acechado por las emboscadas de los Libros Leídos Hace Tanto Tiempo Que Sería Hora De Releerlos y de los Libros Que Has Fingido Siempre Haber Leído Mientras Que Ya Sería Hora De Que Te Decidieses A Leerlos De Veras.”

Italo Calvino (1923–1985) Escritor y periodista italiano

If on a Winter's Night a Traveler

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“Por si acaso, que nunca se sabe.”

Alexandra David-Néel (1868–1969) exploradora famosa por su visita a Lhasa

Contestación dada al policía de su pueblo cuando se presentó a renovar el pasaporte a los 101 años, poco antes de morir.

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Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
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