Frases sobre habla
página 2

Buda Gautama Foto
Haruki Murakami Foto
Néstor Kirchner Foto
Chi­ma­man­da Ngo­zi Adi­chie Foto
Michael Ende Foto
Herta Müller Foto
Patrick Rothfuss Foto
Henry Miller Foto
Octavio Paz Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto
Terry Pratchett Foto

“Yo me voy a otra parte.
Y me llevo mi mano, que tanto escribe y habla.”

Jaime Sabines (1926–1999) poeta y político mexicano

Recuento De Poemas, 1950-93

Joyce Meyer Foto
Chi­ma­man­da Ngo­zi Adi­chie Foto
Tove Jansson Foto
Marco Aurelio Foto
Esta traducción está esperando su revisión. ¿Es correcto?
Mijaíl Bajtín Foto
Ruth Baza Foto
Groucho Marx Foto
Michel De Montaigne Foto

“Hablo sobre el papel como hablo con el primero que encuentro.”

Michel De Montaigne (1533–1592) biografía, filósofo y político francés del Renacimiento

Sin fuentes

Giovanni Papini Foto
Dolly Parton Foto
Blaise Pascal Foto
Platón Foto

“El hombre inteligente habla con autoridad cuando dirige su propia vida.”

Platón (-427–-347 a.C.) filósofo griego clásico que creo la teoría de las ideas

Fuente: [Palomo Triguero] (2013), p. 146.

George Washington Foto

“Cuando hables de Dios o de sus atributos, hazlo con toda seriedad y reverencia.”

George Washington (1732–1799) primer presidente de los Estados Unidos de América

Sin fuentes

Pedro Calderón De La Barca Foto
Denis Diderot Foto
Vladimir Nabokov Foto

“Pienso como un genio, escribo como un autor distinguido, hablo como un niño.”

Vladimir Nabokov (1899–1977) novelista, profesor

Fuente: [Albaigès Olivart] (1997), p. 463.
Fuente: Prólogo a Strong Opinions, 'Opiniones contundentes', 1973. https://books.google.es/books?isbn=8433938150

George Carlin Foto
Billie Joe Armstrong Foto
José Mota Foto
Carl Sagan Foto

“Las doctrinas que no hacen predicciones son menos convincentes que aquellas que hacen predicciones correctas; y son, a su vez, más exitosas que las doctrinas que hacen predicciones falsas. Pero no siempre es así; por ejemplo, una conspicua religión americana (los Testigos de Jehová) predijo que el mundo acabaría en 1914 con toda seguridad. Pues bien, 1914 vino y se fue, y- mientras los acontecimientos de ese año fueron de alguna importancia- el mundo, hasta donde puedo ver, no parece haber terminado. Hay al menos tres respuestas que una religión puede hacer haciendo frente a una profecía fallida. Ellos pudieron haber dicho, "oh, ¿dijimos 1914? Lo sentimos, quisimos decir 2014. Un leve error en el cálculo. Esperamos de que ustedes no hayan tenido ningún inconveniente de cualquier forma". Pero no lo hicieron. Pudieron haber dicho, "Pues bien, el mundo hubiera muerto, pero oramos muy duro e intercedimos con Dios de modo que Él conservó a la Tierra." Pero no lo hicieron. En lugar de eso, hicieron algo bastante más ingenioso: anunciaron que el mundo había, de hecho, acabado en 1914, y que si el resto de nosotros no nos habíamos dado cuenta de ello, ese era nuestro problema. Es asombroso, frente a tan claras evasivas, que esta religión no se haya quedado sin ningún adherente. Pero las religiones son fuertes. O no hacen argumentaciones que están sujetas a refutación o rápidamente rediseñan la doctrina después de la refutación. El hecho de que las religiones pueden ser tan desvergonzadamente deshonestas, tan despectivas de la inteligencia de sus adherentes, y aún así florecer, no habla muy bien de ellas por la torpeza de los creyentes. Pero sí indica, si una comprobación fuera necesaria, que cerca del corazón de la experiencia religiosa hay algo notablemente resistente para la investigación racional.”

Carl Sagan (1934–1996) astrofísico, cosmólogo y divulgador científico estadounidense

-Carl Sagan refiriéndose a la profecía fallida de los Testigos de Jehová que anunciaba el fin del mundo para el año de 1914 y que ilustra perfectamente la irracionalidad de algunas creencias aún cuando estas ya han sido probada falsas.
Sin fuentes

“Buenas noches Chile. Muchas gracias Chile. Aunque ustedes no lo crean, estoy emocionado, soy muy sensible y tal vez por eso ustedes me interpretan y me quieren como yo los quiero a ustedes. Y me emociona profundamente cuando un país se une, y me entristece profundamente cuando un país se desune, aquí ha quedado demostrado lo que es ser chileno, y lo que es ser extranjero que ha hecho de Chile su segunda patria. Aquí ha quedado demostrado lo que es el poder de la televisión, y aquí trabajan muchos, claro, la cabeza es este gordo maravilloso que me presentó (refiriendose a Don Francisco)… y detrás de esto está Chile. Este Chile tan pequeño, tan aislado y tan en el fondo del mundo, pero que mientras más apretado se ve, mejor reacciona y con los puños un poco apretados dice: aquí estamos presente… Yo me siento tan chileno… y yo diría que en este momento nosotros, nueve o diez millones de chilenos estamos empeñados en un hospital. Soy un enamorado de la noche… y de noche Chile está diciendo presente, de noche cuando supuestamente Chile duerme, resulta que está diciendo presente, hay bancos abiertos, teléfonos que funcionan, niños que están de pie, hay matrimonios que dicen: "demos lo que no tenemos". Chile siempre confía en su destino. ¿Saben ustedes por qué? Porque el gran valor de este país, es su gente. El gran valor, la gran riqueza y el gran tesoro de este país, es su gente y su gente somos todos nosotros… Yo confío que mañana, antes del mediodía de mañana, yo creo que la Colonia Española tendrá que ponerse como tiene que ponerse… ellos me han pedido muchas veces favores a mí… y esta noche les pido que mañana antes de mediodía tienen que brindar el aporte que Chile espera de ellos… Les agradezco infinitamente la paciencia, la comprensión, la simpatía que me han dispensado a través de 33 años de carrera… no estoy cansado, parece que estuviera empezando, no me voy a apartar jamás de este amigo (micrófono) que es el mejor amigo que he tenido en mi vida, además no responde, es ideal: escucha en silencio. De manera que frente a este amigo que sabe cuando yo hablo con el corazón, es que les digo que pueden sentirse felices todos los que están colaborando de una manera u otra. Estamos contribuyendo a que los niños enfermos puedan sonreir. ¿Saben ustedes que es lo que hay en cada niño que sonríe? Un canto a la vida, un canto a la dicha, y un canto al amor. Muchas Gracias.”

Julio Martínez (1923–2008) periodista chileno
Yalal ad-Din Muhammad Rumi Foto
William Lloyd Garrison Foto
Ronaldinho Foto

“Yo hablo en el campo, y en el Bernabéu he hecho cosas bellísimas.”

Ronaldinho (1980) futbolista brasileño

Fuente: MARCA http://www.marca.com/multimedia/primeras/09/10/1020.html

Joaquín Sabina Foto
Alan García Foto
Abdus Salam Foto
Mike Dirnt Foto
Jet Li Foto
Eminem Foto
Horacio Foto

“Traducción: «¿De qué ríes?, si cambias de nombre la historia habla de ti.»”
Quid Rides? Mutato nomine de te fabula narratur.

Horacio (-65–-8 a.C.) poeta lírico y satírico en lengua latina

«Quid Rides? Mutato nomine de te fabula narratur».

Leandro Alem Foto
Charly García Foto

“Seis cosas hay en la vida: Salud, dinero y amor, sexo, droga y Rock 'n' Rol. El que tenga alguna de esas cosas que me escriba o que me hable. Por favor. Gracias. Y hasta luego, señorita”

Charly García (1951) músico, compositor, multiinstrumentista, arreglista autor, cantautor y productor argentino

Para Rolling Stone Argentina, Edicion por los 10 años de la revista)

Chris Cornell Foto
Ramón Melendi Foto
Laureano Gómez Foto
Chenoa Foto
Chenoa Foto
Chenoa Foto
Celeste Carballo Foto
Markus Zusak Foto

“En mi experiencia, estas guerras en pises del tercer mundo no se ganan con balas sino con enfermedades, y no hablo de armas biológicas sino de desidia, de brutalidad, de olvido y de marginalidad”

Florencia Bonelli (1971) escritora argentina

Caballo de Fuego: Congo
Variante: En mi experiencia, estas guerras en paises del tercer mundo no se ganan con balas sino con enfermedades, y no hablo de armas biológicas sino de desidia, de brutalidad, de olvido y de marginalidad”
― Florencia Bonelli, Caballo de Fuego: Congo

Charles Bukowski Foto
Guy Kawasaki Foto

“No hables al menos que puedas mejorar el silencio.”

Guy Kawasaki (1954) Empresario y escritor estadounidense

Jorge Luis Borges
The Art of the Start 2.0: The Time-Tested, Battle-Hardened Guide for Anyone Starting Anything

Fernando Pessoa Foto
Oscar Wilde Foto
Frances Hodgson Burnett Foto
Ray Bradbury Foto
Miguel de Unamuno Foto
Lewis Carroll Foto

“Habla en francés cuando no te acuerdes de alguna palabra en castellano… acuérdate bien de andar con las puntas de los pies hacia afuera… y no te olvides nunca de quien eres!”

Lewis Carroll (1832–1898) diácono anglicano, lógico, matemático, fotógrafo y escritor británico

Alice's Adventures in Wonderland & Through the Looking-Glass

Alejandro Palomas Foto
Paulo Coelho Foto
Frida Kahlo Foto
Taylor Caldwell Foto

“hablas y piensas como yo. Te diga lo que”

Taylor Caldwell (1900–1985)

La columna de hierro

Søren Kierkegaard Foto
Franz Kafka Foto
Carlos Ruiz Zafón Foto
Richelle Mead Foto
William Shakespeare Foto
Virginie Despentes Foto
Fernando Pessoa Foto
Paulo Coelho Foto
Patrick Rothfuss Foto

“En su Teofanía, Teccam habla de los secretos y los llama «tesoros dolorosos de la mente». Explica que lo que la mayoría de la gente considera secretos no lo son en realidad. Los misterios, por ejemplo, no son secretos. Tampoco lo son los hechos poco conocidos ni las verdades olvidadas. Un secreto, explica Teccam, es un conocimiento cierto activamente ocultado.
Los filósofos llevan siglos cuestionando su definición. Señalan los problemas lógicos, las lagunas, las excepciones. Pero en todo este tiempo ninguno ha conseguido presentar una definición mejor. Quizá eso nos aporte más información que todas las objeciones juntas.
En un capítulo posterior, menos conocido y menos discutido, Teccam expone que existen dos tipos de secretos. Hay secretos de la boca y secretos del corazón.
La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes.
Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven.
Teccam sostiene que es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, dice, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándolos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiempo, no pueden evitar aplastar el corazón que los contiene.
Los filósofos modernos desprecian a Teccam, pero son buitres picoteando los huesos de un gigante. Cuestionad cuanto queráis: Teccam entendía la forma del mundo.”

The Wise Man's Fear
Variante: En su Teofanía, Teccam habla de los secretos y los llama "tesoros dolorosos de la mente". Explica que lo que la mayoría de la gente considera secretos no lo son en realidad. Los misterios, por ejemplo, no son secretos. Tampoco lo son los hechos poco conocidos ni las verdades olvidadas. Un secreto, explica Teccam, es un conocimiento cierto activamente ocultado.

Los filósofos llevan siglos cuestionando su definición. Señalan los problemas lógicos, las lagunas, las excepciones. Pero en todo este tiempo ninguno ha conseguido presentar una definición mejor. Quizá eso nos aporte más información que todas las objeciones juntas.

En un capítulo posterior, menos conocido y menos discutido, Teccam expone que existen dos tipos de secretos. Hay secretos de la boca y secretos del corazón.

La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan para presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes.

Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven.

Teccam sostiene que es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, dice, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándolos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiempo, no pueden evitar aplastar el corazón que los contiene.

Los filósofos modernos desprecian a Teccam, pero son buitres picoteando los huesos de un gigante. Cuestionad cuanto queráis: Teccam entendía la forma del mundo.

Milan Kundera Foto
Arturo Uslar Pietri Foto
Manuel Puig Foto
Javier Reverte Foto
Gabrielle Zevin Foto
Sherrilyn Kenyon Foto
Patrick Rothfuss Foto
Fernando Vallejo Foto
Juan Carlos Onetti Foto

“Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.

Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.

No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.”

Juan Carlos Onetti (1909–1994) Escritor uruguayo

Cuentos completos

Chi­ma­man­da Ngo­zi Adi­chie Foto